ESCRIBANO MONACAL

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UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

domingo, 15 de junio de 2025

IRENE POLO, TODA UNA DESCONOCIDA

 

Empiezo por mencionar que algunos me han dicho que sólo hago artículos sobre gente muy rara. La verdad es que suelo escribir sobre gente poco conocida, porque, para escribir sobre los famosos, ya están los que se ganan la vida con esto, que no es mi caso.

Como anécdota, puedo decir que, hace unos días, estuve visitando la Feria del Libro de Madrid y se me ocurrió preguntar en varias casetas, si tenían algún libro sobre este personaje. Curiosamente, todos me respondieron que no sabían quién era.

Nuestro personaje de hoy se llamaba Irene Polo Roig. Nació en 1909 en Barcelona, aunque también hay quien dice que nació un año antes.

Su padre era un guardia civil, llamado Antonio Polo Giró y su madre era Francisca Roig Arnau, ambos leridanos. Algunos autores dicen que su padre era sargento de la Guardia Civil.

Irene tuvo dos hermanas, llamadas María y Rosario, a las que les llevaba 3 y 5 años y con las que siempre estuvo muy unida. Parece ser que María siempre vivió con la familia, porque se hallaba enferma.

Hay quien dice que la economía familiar no era muy boyante, porque su padre era demasiado amigo de ir de copas y también muy mujeriego. Aparte de que no se llevaba muy bien con su esposa.

Parece ser que su padre murió en 1927, aunque desconozco la causa de su muerte. Así que Irene tuvo que ayudar a su madre para sacar adelante a su familia.

Por entonces, vivían en el barcelonés barrio de Poble Sec. Un barrio que entonces estaba a medio construir y donde vivían unas familias muy modestas.

Es posible que a muchos les suene el nombre de este barrio, porque fue donde nació el genial cantante Joan Manuel Serrat.

Parece ser que Irene tuvo una educación muy básica. Sin embargo, se le debían de dar bien los idiomas, porque aprendió francés e inglés. Algo que le sería muy útil en el futuro.

Por lo visto, era una mujer muy decidida. Supongo que pensaría que no perdería mucho si fracasaba, porque ya se hallaba bastante abajo socialmente.

Así que ese rasgo de su personalidad la hizo triunfar. Parece ser que comenzó trabajando como publicista para la productora cinematográfica francesa Gaumont. Es posible que así se fuera dando a conocer entre las revistas, que publicaban críticas de los estrenos de cine y de esa manera empezó su carrera periodística en El día gráfico. Estas publicaciones sobre cine se editaban en Barcelona, pero luego se vendían en el resto de España.

Por lo visto, una de sus muchas tareas fue la de traducir artículos sobre cine, publicados en revistas extranjeras, para reproducirlos en la suya.

A partir de entonces, probó suerte en varios periódicos y revistas barcelonesas. Entre ellas, Imatges, Mirador, La Rambla, L’Opinió, L’Instant, Meridiá, la Humanitat, Última Hora, Las Noticias, etc.

Nunca fue una periodista corriente, sino alguien que inyectó aire fresco al periodismo. Casi nunca estaba en la redacción. Era más partidaria de recorrer las calles buscando alguna exclusiva y eso hizo que fuera muy admirada entre sus colegas. Por ejemplo, se cuenta que, durante una huelga de mineros, bajó hasta el fondo de la mina para entrevistarlos.

A partir de 1930, la encontramos trabajando, a la vez en el diario Las Noticias y en la revista Imatges, dedicada al mundo del cine y a los reportajes de actualidad. Este último dejó de publicarse a finales de ese año.

Curiosamente, Antoni López i Llausás fue el propietario de la Librería Catalonia y también de la revista Imatges. Tras la guerra civil, se exilió en Argentina, fundando la Editorial Sudamericana, la cual fue la que publicó la primera edición de “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez.

Precisamente, una de las entrevistas que realizó Irene para Las Noticias fue a la niña Teresita Guitart, la cual apareció en mi anterior artículo sobre Enriqueta Martí, la vampira del Rabal.

Ciertamente, Irene encontró en las entrevistas a personas corrientes un filón que no había sido explotado hasta entonces. Eso atrajo a muchos lectores, porque eran gentes de las que nunca se había hablado.

La llegada de la II República dejó a mucha gente en el paro y supongo que esa fijación suya por entrevistar a la gente, que estaba en las colas de los comedores de caridad, no le haría mucha gracia a los gobernantes republicanos.

También parece ser que su caída en desgracia vino motivada por un hecho muy concreto. Por lo visto, el propietario del periódico Las Noticias reunió a la plantilla para informarles de que la situación económica no era muy buena y eso traería como consecuencia de que les iban a rebajar a todos el sueldo. Por lo visto, Irene se manifestó, públicamente, en contra, y eso dio lugar a que la echaran del periódico.

No sé si también influiría en estas pérdidas la fracasada aventura del propietario, Rafael Roldós, reputado publicista, que había fusionado su empresa con la otra gran agencia barcelonesa de publicidad, Los Tiroleses. De ahí surgió la agencia de publicidad Roldós-Los Tiroleses, que sólo estuvo en vigor entre 1929 y 1931.

Se ve que andaría un poco escasa de ofertas de trabajo. Así que tuvo que aceptar una del diario L’Humanitat, un periódico dirigido por el propio Lluis Companys y al que muchos calificaban como el diario oficial de ERC. Una ideología, que no tenía nada que ver con la de Polo, que siempre se manifestó como de centro-izquierda, pero no nacionalista y muchos menos independentista.

En 1932 empezó a trabajar para la revista L’Opinió, de la que llegó a ser redactora jefa. Algo inaudito para una persona tan joven como ella.

Este diario también era partidario del nacionalismo  catalán y fue cerrado en 1934, después de la sublevación de la Generalitat, al frente de la cual se hallaba el propio Companys.

Parece ser que en este periódico empezó a escribir reportajes de contenido político. Algo que ya había hecho, unos años antes, en Imatges, bajo la dirección de Josep María Planes.

Por lo visto, tanto ella como Planes fueron muy críticos con los actos violentos realizados tanto por las fuerzas de ultraderecha como las de ultraizquierda y, más concretamente, con la CNT-FAI. Así que, como se suele decir, es muy probable que estos “les tomaran la matrícula”, como contaré más adelante.

Posteriormente, fichó por L’Instant, un diario vespertino, donde la destinaron al área de información local.

La última redacción en la que trabajó fue en diario liberal Última Hora. Allí también ocupó el puesto de redactora jefa y supongo que sería donde entrevistó a la famosa actriz catalana Margarita Xirgu.

Margarita y su compañía teatral iban a iniciar una gira por Hispanoamérica. Como ella era muy amiga de Federico García Lorca quiso que se uniera a ellos. Como no aceptó, quiso fichar a Rafael Rodriguez Rapún, como secretario, que se hallaba muy unido al poeta, y que también había trabajado en ese puesto en la compañía teatral de La Barraca, pero éste tampoco pudo ir.

Parece ser que, cuando Irene entrevistó a Xirgu, le impactó, muy positivamente, la personalidad de esta gran actriz. Supongo que ésta se daría cuenta y le propuso incorporarse a la compañía en calidad de representante y publicista y ella aceptó.

Como Irene Polo era lesbiana, hay quien dice que aceptó, porque se había enamorado de Margarita Xirgu, pero no hay nada claro sobre eso.

Parece ser que la noticia de que Irene Polo iba a irse a la gira de la compañía de Margarita Xirgu fue algo que corrió como la pólvora entre las redacciones barcelonesas. Así que, antes de su partida, le ofrecieron una cena-homenaje con un centenar de asistentes.

A finales de enero de 1936 toda la compañía teatral de Margarit Xirgu embarcó rumbo a Cuba para una gira que habría de durar 2 años.

Ni siquiera pudieron votar en las elecciones, que dieron la victoria al Frente Popular, las cuales se celebraron en febrero de ese mismo año.

Supongo que Federico no aceptaría la propuesta, porque, visto cómo estaba el ambiente, querría estar con su familia en Granada y celebrar allí su santo. Casualmente, San Federico se celebra el 18 de julio.

Volviendo a Irene, la gira duró casi 3 años, durante los cuales recorrieron varios países de Hispanoamérica, en los que ella iba firmando los contratos y preparando la llegada del resto de la compañía.

A partir de mediados de 1937, a la vista de que no podrían regresar a causa de la guerra civil, Irene fijó su residencia en Buenos Aires, aunque solía desplazarse a los nuevos lugares en los que actuaba la compañía.

En la capital argentina coincidió con el periodista y amigo Francisco Madrid, que también tuvo que salir huyendo de España, porque estuvo a punto de ser fusilado por los milicianos de la CNT. De hecho, lo tuvo que esconder el propio Companys, ya que había sido su secretario en el gobierno catalán.

Según algunos testimonios, Irene se aclimató con mucha rapidez a la vida intelectual bonaerense. Sin embargo, como siempre estuvo muy unida a su familia, hizo múltiples gestiones para reclamarlas.

En mayo de 1939 consigue que embarquen y lleguen a Argentina. Venían su madre y sus dos hermanas.  Sin embargo, Rosario, la hermana pequeña, pronto se fue a vivir con su marido, el crítico de arte y marchante, Joan Merlí, que también había conseguido exiliarse en Argentina.

Parece ser que ahí empezaron los problemas económicos de Irene. Ese año, Xirgu disuelve su compañía por estar enferma y se trasladó a Chile para recuperarse.

Así que, gracias a sus muchas amistades, Irene, pronto consiguió un trabajo como traductora en la Editorial Losada, que había sido fundada el año anterior.

Curiosamente, el fundador de la Editorial Losada fue Gonzalo Losada Benítez, que, hasta ese momento, había sido el director de la Editorial Espasa-Calpe en Argentina. Sin embargo, como era de ideas republicanas, no aceptó el nuevo rumbo franquista de esa editorial y fundó la suya propia.

Posteriormente, Irene, consiguió un trabajo como secretaria y publicista en la fábrica de perfumes Dana, que se acababa de inaugurar en esa ciudad.

Aunque empieza a irle bastante bien en este trabajo, sin embargo, muchos amigos suyos afirman que Irene cayó en un estado depresivo.

Algunos afirman que podría haber sido por un amor no correspondido. Muchos dicen que podría referirse a Margarita Xirgu, pero no parece cierto. Sin embargo, se sabe que mantuvo relaciones con una diplomática de la Embajada de México en Argentina y que luego fue trasladada a otro país.

Sin embargo, los que la conocieron más a fondo, sostienen que su depresión podría haber sido debida a no poder regresar a España para seguir ejerciendo el periodismo, que era lo que más le gustaba, y al avance del nazismo al comienzo de la II Guerra Mundial.

Algo parecido a lo que le ocurrió al famoso escritor austriaco Stefan Zweig, que se suicidó con su mujer en Brasil y ella supongo que debió conocer este hecho, porque la noticia apareció en todos los periódicos.

Todo ello desembocó en que, a principios de abril de 1942, se subió a la terraza del edificio en el que vivía en Buenos Aires y, según informó la Policía, se suicidó tirándose al vacío.

A mí se me había ocurrido pensar que la KGB o la FAI en el extranjero había tenido algo que ver en ello, porque esos no suelen perdonar a los que les critican, pero parece ser que fue un suicidio.

Para terminar, voy a narrar el caso de Josep María Planes. Se trataba de otro joven periodista, especializado en el periodismo de investigación y que fue el director de Irene en la revista Imatges, donde denunciaron a los que ejercían la violencia en las calles.

A pesar de que, cuando se inició la sublevación del 18/07/1936, se pronunció, públicamente, a favor del Gobierno republicano, en la CNT no le perdonaron que hubiera publicado unos artículos sobre los asesinatos de los hermanos Badía, a manos de la FAI.

Supongo que alguien le avisaría de que lo estaban buscando y llamó a algunos amigos para que lo ayudaran.

Parece ser que el poeta Josep María de Segarra le facilitó la entrada en el piso de un amigo, que se hallaba deshabitado.

Curiosamente, este piso se hallaba en la calle Muntaner, esquina a la plaza Adriano. La misma calle en la que, unos meses antes, habían asesinado a los hermanos Badía.

Por lo visto, como ya era el mes de agosto de 1936 y hacía mucho calor, Planes salió al balcón de la casa para fumarse un cigarrillo.

Parece ser que alguien lo denunció, confundiéndolo con un cura. Eso motivó que una patrulla de milicianos de la CNT forzara la puerta, lo detuviera y, al día siguiente, encontraran su cadáver en la carretera de la Arrabasada. Sólo tenía 29 años. No sé si Irene se enteró de ello, pero supongo que habría sido un duro golpe, porque eran muy amigos.

 

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sábado, 31 de mayo de 2025

ENRIQUETA MARTÍ, LA LLAMADA VAMPIRA DE BARCELONA

 

Hoy traigo al blog un caso muy peculiar y que nunca fue resuelto del todo. No voy a adelantar más datos, porque quiero que lo leáis con mucha atención y luego que cada uno opine lo que quiera.

El personaje de hoy se llamó Enriqueta Martí Ripollés y nació en 1868 en la localidad barcelonesa de San Feliú de Llobregat.

Parece ser que siendo muy joven emigró desde su localidad natal a Barcelona, yendo a residir al barrio del Raval. Se empezó a ganar la vida trabajando como niñera.

No se sabe con exactitud, pero, según parece, entre 1895 y 1902, se casó con Juan Pujaló. Un pintor que no tuvo mucho éxito y al que sólo contrataban para hacer retratos. Curiosamente, ambos habían nacido el mismo año y en la misma localidad.

Por lo visto, este matrimonio no duró mucho, ya que se separaron en 1906. No conocemos el motivo. Según el marido, ella era muy aficionada a irse con otros hombres y a frecuentar prostíbulos. Evidentemente, no sabemos si eso era cierto o no.

Parece ser que tuvieron un hijo, pero se les murió y eso se cree que a ella le marcó mucho.

Los que la conocieron decían que Enriqueta llevaba una doble vida. De día se vestía con unos harapos y mendigaba por las calles. Incluso, solía ir acompañada de algunos niños para dar más pena a la gente.

Sin embargo, por la noche se vestía de una forma elegante y solía ir a la puerta del Liceo o a la del Casino de la Arrabasada, donde vendía unos ungüentos, que fabricaba ella misma e, incluso, concertaba citas para personas de la alta sociedad con los mismos niños que la acompañaban por las mañanas.

Por lo visto, Enriqueta fue detenida en 1909 por sus actividades pedófilas. Sin embargo, se supone que alguien muy poderoso consiguió que la pusieran en libertad y que se perdiera ese expediente.

Precisamente, en aquella época, se estaban produciendo muchas desapariciones de niños y la gente estaba en guardia. Sin embargo, las autoridades actuaban con mucha mesura, porque no querían que se repitiera algo parecido a la Semana Trágica.


A mediados de febrero de 1912 se produjo otra de esas desapariciones. Se había hecho de noche, cuando Ana Congost y su hija Teresita Guitart, de 5 años, regresaban a su casa, situada en la barcelonesa calle de San Vicente, después de haber ido a ver los Carnavales.

Al llegar al portal, Ana abrió la puerta y se puso a hablar con una vecina. Parece ser que soltó de la mano a la niña.

Cuando terminó de hablar con la vecina, se extrañó de que la niña no estuviera con ella, pero pensó que podría haber subido a su casa.

Así que, cuando llegó arriba, le preguntó a su marido, Juan Guitart, si había subido su hija y, cuando éste le respondió negativamente, ella echó a correr escaleras abajo, pero no vio a la niña por ninguna parte.

Parece ser que Enriqueta había atraído a la niña, diciéndole que le iba a dar unos caramelos y, cuando ésta quiso huir, le puso una especie de capucha negra sobre la cabeza y se la llevó corriendo a su casa, situada en la entonces llamada calle Poniente, hoy Joaquín Costa. No lejos del sitio donde se había producido el rapto.

Por lo visto, los padres de Teresita acudieron a la Comisaría de Policía más próxima. Un agente les rellenó los datos en la denuncia, pero les dijo que estaban muy ocupados con los Carnavales y que no tenían ningún agente libre para ocuparse de su caso.

Incluso, parece ser que, ante la impaciencia de los padres, el inspector se enfadó con ellos y les obligó a marcharse.

No sé si acudirían ellos mismos a los periódicos. Lo cierto es que la mayoría de los periodistas trataron este asunto con desdén y no le dieron apenas importancia. Sólo hubo un periodista, que escribió un artículo, recordando a las autoridades que estaban obligadas a investigar y esclarecer estas desapariciones infantiles.

Curiosamente, en aquella época, ocupaba el cargo de gobernador civil de Barcelona Manuel Portela Valladares, que, posteriormente, sería presidente del Gobierno, durante la II República.

Volviendo a nuestro personaje, lo primero que hizo Enriqueta fue cortarle el pelo al cero a Teresita y vestirla con unos vestidos viejos que tenía en casa. También le dijo que, a partir de ahora, se iba a llamar Felicidad.

Hay que decir que en la casa de Enriqueta también vivía su anciano padre, llamado Pablo Martí.

Sin embargo, aunque entonces no había cámaras de vigilancia en todas partes, hubo algo que la secuestradora no pudo prever.

Parece ser que una vecina, que vivía enfrente de esa casa vio a una niña con una cara muy triste, asomada a una ventana, que daba a un patio interior. Le llamó la atención ver una niña en esa casa, porque sabía que Enriqueta no tenía hijos.

Claudina Elías, que así se llamaba la vecina, sospechó que podría tratarse de alguna de esas niñas, que seguían desapareciendo en Barcelona. Había pasado una semana desde la desaparición de Teresita.

A la mañana siguiente, le comentó este hecho a otra vecina, cuyo marido tenía una tienda de colchones en esa misma calle. Ésta se mostró muy inquieta y se lo contó a su marido, el cual tenía amistad con un policía, que solía patrullar por esa zona.

Por eso, este agente de la Guardia Urbana, que es como se llama la Policía Local de Barcelona, le informó a su brigada. Éste tomó cartas en el asunto y dispuso una discreta vigilancia hacia la vivienda de Enriqueta.

Al cabo de unos días, tomaron la decisión de entrar en la vivienda. Alegaron que alguien se había quejado de que allí tenían gallinas y molestaban al vecindario.

Allí encontraron a Enriqueta, que era una gran experta en el arte del disimulo. También había dos niñas con ella. Una decía llamarse Angelita y la otra era Teresita. Enriqueta alegó que no la conocía y que se la había encontrado sola y hambrienta en la calle. Por lo que le había dado de comer y luego la iba a llevar a la Policía.

El caso es que luego llamaron al juez y éste ordenó hacer un registro a fondo de esa vivienda. Parece ser que encontraron mucha ropa de niños y algunas de ellas, al igual que un cuchillo grande, manchados de sangre. Pero también un salón muy lujoso, que no correspondía a una casa tan modesta como esa.

También restos humanos con los que, según parece, elaboraba sus ungüentos para luego venderlos a la gente de la alta sociedad. Sobre todo, a los afectados por la tuberculosis, que entonces estaba haciendo mucho daño en todas las clases sociales.

Posteriormente, fueron a buscar a la madre de Teresita, pero no se hallaba en casa, pues estaba buscándola. Sin embargo, trajeron a una vecina que la reconoció al instante.

Así que el juez ordenó que detuvieran a Enriqueta para interrogarla y que también fueran al juzgado el resto de los personajes de esta historia.

Cuando le preguntaron a Angelita si Enriqueta era su madre dijo que no lo sabía. También dijo que había visto cómo mataba a otro niño, llamado Pepito y que se deshizo de él.

Incluso, Pablo Martí también afirmó haber visto a algunos niños más, pero no los volvió a ver por la casa.

El caso es que algunos de los vecinos de Enriqueta dijeron que, a veces, su casa olía muy mal. Con un olor parecido al de los cadáveres y se quejaron ante las autoridades, pero no les hicieron ni caso.

Como Angelita ya no tenía dónde vivir, el juez la entregó al portero del juzgado para que la trataran como una más de su familia. El caso es que la niña parecía estar muy a gusto con su nueva familia. Estaba muy contenta, porque le compraron calzado y ropa nueva. Incluso, mucha gente acudió a entregarle regalos de todo tipo.

Por otra parte, Pablo Martí también fue encarcelado, acusado de haber sido cómplice y encubridor de los delitos cometidos por su hija.

Por lo que respecta a Enriqueta, también fue trasladada a la cárcel de mujeres Reina Amalia, también situada en el Raval de Barcelona y, curiosamente, allí preguntó en reiteradas ocasiones, si no había ido alguien importante a verla. Parece ser que tenía un amante de la alta burguesía barcelonesa.


Por lo visto, al observar que esa gente tan poderosa no se había preocupado por ella, intentó suicidarse. Las funcionarias la pillaron a tiempo y la pusieron en una celda con 3 presas para que la vigilaran.

Sin embargo, sospechosamente, las autoridades habían relevado al juez de guardia de ese sumario, sustituyéndolo por otro y luego otro más. En total, fueron nombrados 3 jueces en 7 días. Lo cual es algo muy irregular.

Por lo visto, también aparecieron otras personas, alas que les habían arrebatado a sus hijos, y la reconocieron como la persona que se los había llevado.


Casualmente, esta vez compareció ante el juez María Pujaló, cuñada de Enriqueta, por ser hermana de su marido. Ésta trabajaba como criada de un párroco en Vilassar de Mar.

Declaró que, 7 años antes, residía en Barcelona y dio a luz una niña, auxiliada por Enriqueta. Por lo visto, ésta le dijo que la niña había nacido muerta, pero lo cierto es que se quedó con ella.

También ocurrió algo increíble. Parece ser que María tenía otro hijo, llamado Benedicto. En cierta ocasión, tuvo que viajar fuera de Barcelona y dejó al niño al cuidado de Enriqueta.

Cuando regresó, ya no vivía en esa casa. Sin embargo, al día siguiente,
se la encontró por la calle y le dijo que le devolviera su hijo. Sin embargo, Enriqueta negó que le hubiera dejado ningún niño.

Así que María acudió a la Policía y estos encontraron con vida al niño en la nueva casa de Enriqueta. Por lo visto, Enriqueta ya había ido al juzgado para inscribirlo como difunto. Contra todo pronóstico, Enriqueta ni siquiera fue detenida por este hecho.

Otra noticia llamativa es que, mientras Enriqueta se hallaba encarcelada, unos ladrones entraron en su casa y se llevaron varias cosas. Eso me hace sospechar que fueron contratados por gente importante para que no quedara ningún rastro de ellos en esa casa.

Por lo visto, cuando los funcionarios del juzgado fueron a realizar un nuevo registro, se encontraron con que los ladrones habían dejado la casa completamente vacía. No obstante, el juez, que era un funcionario con mucha experiencia, indagó algo más y encontró un hueco en una pared y dentro de él un saco lleno de huesos humanos.

Cuando el juez le preguntó por esos huesos, Enriqueta, como siempre, sin inmutarse, declaró que una echadora de carta le había dicho que tener huesos humanos en casa daba buena suerte y había ido a recogerlos al cementerio.

Por lo visto, también encontraron una especie de frascos, conteniendo líquidos y grasas, con los cuales elaboraba sus ungüentos.

Parece ser que encontraron más restos humanos, correspondientes a esqueletos de niños en el jardín de una casa, donde había vivido Enriqueta unos años antes. Ella había cambiado varias veces de domicilio, porque la echaban por no pagar el alquiler.


También se ordenó el registro de una casa en el barrio de Sants, donde, unos años antes, habían vivido Enriqueta y su cuñada y donde ésta dio a luz a aquella niña que le dijeron que había nacido muerta.

Por lo visto, allí encontraron enterrados en el jardín varios restos humanos, incluso, cráneos de niños de edades correspondientes a los que habían ido desapareciendo en aquella época.

Según el juez, Enriqueta llevaba unos 8 años dedicada al oficio de curandera y parece ser que uno de los que vendía sus productos era su propio marido. Aquel que afirmaba que no había sabido nada de ella en 6 años a pesar de que vivían en la misma calle.

Curiosamente, en uno de aquellos ataques que solían darle, parece ser que ella dijo que picasen bien las paredes de su casa, porque, en caso de ir al patíbulo, le gustaría que le acompañaran el resto de los culpables.

Supongo que esa frase encendería muchas alarmas entre los miembros de la alta sociedad barcelonesa. Incluso, dicen que las autoridades hallaron en su casa una lista de sus clientes habituales, pero no quisieron hacerla pública para que no se produjeran alborotos. De hecho, solían reunirse cientos de personas delante de la cárcel para exigir que fuera ejecutada o lincharla.

Por otra parte, al saber que la habían detenido, varias personas fueron a reconocerla y declararon que esa mujer había intentado robarles a sus hijos, pero que no lo consiguió, porque la hicieron frente y tuvo que salir huyendo.

También, parece ser que Enriqueta solía salir indemne de todas sus fechorías, porque era una confidente de la Policía y a sus agentes les interesaba que siguiera en libertad.

Otra de las casualidades fue que la Policía consiguió detener a los ladrones, que robaron en el piso de Enriqueta y descubrieron que eran íntimos amigos suyos.

Como ya sabemos que en España la Justicia funciona muy lentamente, en mayo de 1913, Enriqueta seguía encarcelada a la espera de juicio.

Hay quien dice que padecía un cáncer de útero y eso le hacía sangrar y fue lo que la llevó a la muerte.

Sin embargo, lo más probable es que las mismas presas la asesinaran. Algo en lo que eran expertas muchas de ellas. Tampoco es de extrañar que se lo hubieran encargado gentes adineradas, para asegurarse de que no hablara, porque parece que ya tenía la intención de querer hacerlo.


Como epílogo de este artículo, voy a contar una anécdota muy curiosa. En 1966, un famoso jurista escribió, creo que, en ABC, un artículo en el que relataba este caso y calificaba como cotillas a las vecinas que habían denunciado a Enriqueta.

Lo que no esperaba este jurista es que Teresa Guitart aún siguiera con vida y escribiera una atenta carta al mismo diario, en la que relataba lo ocurrido y le reprochara los adjetivos escritos en su artículo. Ya que, según ella, estaba viva gracias a la intervención de estas vecinas, las cuales ya habían fallecido, pero les estaba eternamente agradecida.

Espero que os haya gustado este artículo, aunque me ha quedado un poco más largo que de costumbre.

 

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lunes, 26 de mayo de 2025

GUTENBERG, EL INVENTOR DE LA IMPRENTA DE TIPOS MÓVILES.

 

Recuerdo que, ya en 2011, cuando empecé a escribir este blog, dediqué mi primer artículo a la aparición del libro electrónico. Algo que me pareció muy positivo, porque podía terminar o, al menos, atenuar, las diferencias culturales entre los chicos de las grandes ciudades y los de los pueblos, ya que podrían acceder a cualquier publicación desde su PC o teléfono móvil. Incluso, podrían tener acceso a bibliotecas de otros países.

Así que hoy voy a dedicar este artículo al fundador de la imprenta, porque hizo que se abaratase mucho el precio de los libros y así el saber llegó a casi todas partes.

Aunque parezca mentira, no hay muchos datos sobre este personaje. Ni siquiera comenzó llamándose Johannes Gutenberg. Tampoco tenemos ningún retrato de él. Todos los que hay son inventados.

Tampoco está muy claro que naciera en 1400. Eso lo acordó la Sociedad Gutenberg para celebrar su quinto centenario en 1900.

Supongo que le pusieron de nombre Johannes, o sea, Juan, porque, según dicen, nació un 24 de junio, día de San Juan. Ya sabemos que antes era costumbre bautizar a los niños con el nombre del santo, que se celebraba el día de su nacimiento. Vemos que tuvo mucha suerte, porque a otros les tocaron otros nombres mucho más feos.

Gutenberg perteneció a una de las familias más distinguidas de Maguncia (en alemán, Mainz). Una ciudad situada al oeste de Alemania, a unos 200 km de la frontera con Luxemburgo.

Su padre fue Friele Gensfleisch zur Laden. Por lo visto, se dedicaba al comercio de telas, aunque procedía de una familia rica y también gozó de varios cargos importantes en el ayuntamiento de esa ciudad. Otros dicen que también se dedicaba a la orfebrería.

Friele casó en segundas nupcias con Else Wirich zum Steinen Krame, hija de un comerciante más modesto, cuya familia era originaria de Eltville. De ese matrimonio nació nuestro personaje, que, en un principio, se llamó Johannes Gensfleisch zur Laden.

Entre 1411 y 1413 la familia tuvo que huir de Maguncia a causa de una sublevación de los miembros de los gremios y se exiliaron en una finca de su madre en Eltville am Rhein.

No obstante, Johannes disfrutó de una educación bastante buena, ya que asistió a colegios religiosos un poco caros. Incluso, se cree que pudo estudiar en la Universidad de Erfurt, ya que, en aquella época, se matriculó alguien llamado Johannes de Eltville, que podría ser nuestro personaje.

En 1419 murió su padre y, como suele ocurrir en muchas familias, hubo mucha discusión por la herencia entre él y los otros dos hermanos.

Por lo visto, fue entonces cuando se cambiaron el apellido por el de Gutenberg, que era el nombre del caserón en el que vivían en Maguncia.

Parece ser que, a partir de entonces, nuestro personaje estuvo residiendo en Estrasburgo, donde montó un taller de pulido de piedras preciosas, numismática y orfebrería. También fabricaban espejos, que vendían como recuerdo a los peregrinos, que iban a ver las reliquias, depositadas en la catedral de Aquisgrán. En su momento, esa peregrinación fue tan importante como ir a Santiago de Compostela.

Parece ser que no le fue muy bien, porque necesitó varios socios para ese negocio, que invirtieron fuertes sumas en él. Sin embargo, debido a una epidemia de peste, esas peregrinaciones se suspendieron durante 3 años y los inversores le demandaron para recuperar su capital invertido en ese negocio.

Parece ser que en 1448 regresó a Maguncia. Por lo visto, ya tenía planeado construir una imprenta de tipos móviles, porque la de tipos fijos ya era conocida.

Para ello, se puso en contacto con varios personajes a fin de que
invirtieran en aquel invento. Por lo visto, los únicos que quisieron invertir en ello fueron su primo, Arnold Gelthus y el comerciante y banquero Johannes Fust, también nacido en Maguncia, el cual tenía la misma edad que Gutenberg.

Hacia 1450 ya empezó a utilizar, con mucho éxito, su imprenta de tipos móviles. Empezó imprimiendo diccionarios, gramáticas, calendarios, etc.

Sin embargo, su mayor éxito fue cuando, en 1452, publicó la llamada Biblia de Gutenberg o B42, porque tiene 42 líneas en cada página. Esto fue posible gracias a un nuevo préstamo de Fust.

Hay quien dice que esta obra surgió porque alguien hizo una apuesta con Gutenberg para ver si era capaz de imprimir una Biblia con su nuevo invento.

Así que, supongo, que los monjes de los conventos, que se ganaban la vida a base de copiar a mano textos religiosos y laicos, seguro que se acordarían de toda su familia.

Las Biblias confeccionadas en esos monasterios eran unos productos de lujo, mientras que las que imprimía Gutenberg eran mucho más baratas y estaban al alcance de todos los bolsillos.

Gutenberg no se conformó con imprimir 150 Biblias en papel, sino que hizo otras 30 en pergamino, copiando en todas ellas el tipo de letra que solían utilizar los monjes de los conventos. No obstante, algunas de esas Biblias llevaron incorporados dibujos realizados a mano, al margen de las páginas. Fueron publicadas en dos volúmenes, correspondientes al Antiguo y al Nuevo Testamento.

Nuestro personaje logró imprimir todas esas Biblias en un plazo de 2 años. Ese solía ser el tiempo que necesitaban los monjes para copiar un solo libro a mano.

Desgraciadamente, hoy en día, sólo se conservan 49 de aquellas Biblias. Incluso, algunas de ellas sólo tienen un volumen y en otras sólo hay fragmentos.

En 1455 empezaron las discusiones entre Gutenberg y Fust. Supongo que este último, que era un avispado comerciante, supo ver que allí había un buen negocio. Así que demandó a Gutenberg, alegando que el dinero que le había prestado para imprimir las Biblias lo había utilizado para otras cosas.

Desgraciadamente, Gutenberg perdió ese juicio y, como no podía reembolsarle el préstamo, tuvo que cederle a Fust tanto el taller como las Biblias ya impresas. Así que éste continuó con el negocio, utilizando la imprenta y la plantilla de trabajadores de ese taller, encabezada por su oficial, Peter Schöffer.

Según parece, Schöffer, se casó con una hija de Jacob, un hermano de Johannes Fust.

Por el contrario, Gutenberg tuvo que regresar a vivir a la casa de su familia, donde consiguió instalar otra imprenta, con la ayuda de otros inversores.

Como se cree que inventó la imprenta de tipos móviles en 1450, se llaman incunables a los libros publicados entre ese año y 1500.

Por lo que se refiere a su vida familiar, se desconoce si se casó y si tuvo algún hijo.

No sé si le fue muy bien con su nueva imprenta. Sin embargo, sí sabemos que, en 1465, el arzobispo de Maguncia, Adolfo II de Nassau, le concedió una pensión anual, consistente en cereales, vino y ropa y le permitió no tener que pagar impuestos. Así que supongo que ya habría hecho las paces con la Iglesia. No olvidemos que el arzobispo de Maguncia era uno de los 7 personajes, que elegían al nuevo emperador del Sacro Imperio

Es posible que Gutenberg ya no pudiera trabajar, porque algunos autores afirman que se había quedado ciego.

Parece ser que murió en febrero de 1468 y fue enterrado en el cementerio del convento franciscano de Maguncia. Sin embargo, varios siglos más tarde, este convento fue demolido. Así que ya no sabemos dónde está su sepultura.

Otra de sus grandes innovaciones fue la tinta empleada en sus libros. Según las investigaciones posteriores se ha comprobado que estaba compuesta por hollín, aceite de linaza, clara de huevo, plomo y cobre.

Era una tinta lo suficientemente viscosa como para adherirse con facilidad a los tipos móviles, pero no eran tan líquida como para mojar también los huecos de las letras.

Las tintas utilizadas hasta esa fecha estaban realizadas a base de agua. Por eso, la impresión no era tan duradera como la utilizada por Gutenberg.

Por lo que se ve, el invento de la imprenta de Gutenberg fue muy bien aprovechado por los protestantes.

Como todos sabemos, el protestantismo comenzó cuando Martin Lutero clavó un papel con sus 95 tesis en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg. Supongo que lo hizo la víspera del día de todos los santos para que las leyera todo el mundo que fuera, al día siguiente, a misa.

Como una de las exigencias de los protestantes es que lean la Biblia muy a menudo, pues necesitaban que todo el mundo supiera leer y escribir y pudiera comprar una a un precio económico. Así que les vino muy bien el nuevo invento de Gutenberg y lo supieron aprovechar al máximo.

Curiosamente, la primera imprenta que se instaló en España fue en el año 1472 en Segovia.

Parece ser que el obispo de Segovia, Juan Arias Dávila, se trajo a un impresor llamado Johannes Parix desde Alemania para montar un taller a fin de proporcionar obras al Estudio General de Segovia.

Su primer libro impreso fue el “Sinodal de Aguilafuente”. Se trataba de un texto, publicado en castellano, donde se recogían las actas de un sínodo celebrado en esa localidad en 1472.

No sé si ese Estudio perduró poco tiempo, porque el obispo fue trasladado a otro obispado o porque uno de los libros impresos por Parix requirió la atención de la Inquisición. Así que éste optó por huir y refugiarse en Toulouse hasta su muerte.

Otras ciudades españolas en las que, muy pronto, se instalaron imprentas fueron Valencia, en 1474, y Zaragoza y Barcelona en 1475.

Por lo que se refiere a Zaragoza, el iniciador de la imprenta fue un personaje muy enigmático, llamado Mateo Flandro del que algunos suponen que era de Flandes.

Sólo imprimió una obra titulada “Manipulus curatorum”, escrita en latín con letra gótica. Además, fue la primera obra publicada en España con el llamado colofón, o sea, fecha, lugar y nombre del impresor. Hay quien dice que se marchó y otros que murió durante una epidemia de peste ocurrida en ese año.

Por lo que respecta a Valencia, el iniciador de la imprenta fue el alemán Lambert Palmart, cuya primera obra fue un libro en valenciano. Éste sí estuvo realizando su labor durante unos 20 años en esa ciudad.

En Barcelona, el iniciador de la imprenta fue un impresor llamado Johannes Gherlings, también conocido popularmente como Juan de Salzburgo. Así que ya sabemos de dónde procedía.

En cambio, en Sevilla se publicaron los primeros libros en 1477. Se citan tres nombres de los que apenas tenemos datos. Así que no se sabe si eran los impresores o los financieros de estos. Sus nombres fueron Antonio Martínez, Alfonso del Puerto y Bartolomé Segura.

Ya a finales del siglo XV llegó a Sevilla el alemán Jacob Cromberger, acompañado de su familia. Publicaron libros de una gran calidad. Llegando a ser uno de los talleres más importantes de Europa.

Incluso, su hijo y sucesor, Juan, envió a un grupo de sus empleados a América para instalar allí uno de sus talleres de impresión. El primer taller fue instalado en ciudad de México.

En 1539, Juan consiguió del emperador Carlos V la licencia para obtener la exclusiva de la fundación de nuevos talleres de impresión en los territorios españoles de Ultramar. Esto hizo que en esos territorios existiera un nivel cultural tan alto como en Europa.

 

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sábado, 10 de mayo de 2025

EL MONSTRUO DE GEVAUDAN

 

Estoy seguro de que todos habréis visto en las noticias, que unos investigadores han asegurado haber recuperado, mediante ingeniería genética, unos ejemplares del llamado lobo terrible. Un animal que se cree que se extinguió hace unos 13.000 años y, cuya altura, si se

apoyaba sobre las dos patas traseras, podría ser superior a la de un humano, que midiera 1,80 m.

Así que, como se comprenderá, estoy preocupado, porque, como se suele decir, yo soy partidario de “hacer los experimentos con gaseosa” para no poner en peligro las vidas de los demás.

Por eso mismo, yo hubiera sugerido a estos “aprendices de brujo”, que hubieran optado por recuperar otras especies menos peligrosas, como ciervos y otros animales por el estilo.

Esta noticia me ha recordado el caso del llamado Monstruo de Gevaudan. Consistente en una serie de incidentes, ocurridos, durante el siglo XVIII, en el sur de Francia.

Gevaudan se llamaba así por el antiguo obispado de ese mismo nombre. Así que los revolucionarios se lo cambiaron y ahora se llama Lozère. Se trata de un departamento situado al sur de Francia y dentro de la región de Occitania.

No hará falta que mencione sus raíces históricas, porque ya las podemos observar en su propio escudo.

Esta historia comienza en junio de 1764, cuando una joven pastora declaró haber sido atacada por un gran animal, que le desgarró sus ropas. Se salvó gracias a que tenía un rebaño bovino y sus bueyes la defendieron.

Sin embargo, unos días después, en una zona no muy lejos de ese primer ataque, se encontró el cadáver de otra joven pastora, de sólo 14 años, que había fallecido a causa del ataque de algún animal.

En los meses posteriores también se produjeron varios ataques con el resultado de varios jóvenes pastores muertos. Así que los habitantes de esa zona organizaron partidas de caza, pero no localizaron al animal culpable de esas muertes. Tampoco tuvieron éxito algunos cazadores de localidades cercanas, que fueron, voluntariamente, a intentar darle caza.

Como ya había mucha inquietud entre los lugareños, el gobernador de esa provincia, ordenó que una unidad militar se trasladase a la zona para matar a ese animal.

Parece ser que la prensa no fue ajena a este asunto, ya que un redactor de la Gaceta de Aviñón se desplazó a este territorio y, gracias a sus artículos, todo el mundo conoció lo que estaba ocurriendo allí. Luego se sumaron otros periódicos y eso hizo que el propio rey tomara cartas en el asunto.

También hay quien dice que Luis XV se vio obligado a intervenir, porque Francia acababa de ser derrotada por el Reino Unido en la guerra de los 7 años y quería que los franceses siguieran confiando en él.

Curiosamente, hoy podríamos pensar que sería algún tipo de lobo. Sin embargo, no debemos olvidar que los pocos testigos, que salieron con vida, tras esos ataques, no lo llamaron lobo, porque era gente acostumbrada a ver esos animales.

Por otra parte, no debemos olvidar que los lobos no suelen atacar a las personas y suelen huir en cuanto alguien les hace frente.

Por el contrario, la cosa cambia cuando se trata de los llamados perros ferales o asilvestrados. Se trata de unos perros, que han convivido con las personas y, por eso, no nos tienen miedo. Por eso mismo, incluso, en España, se han dado muchos casos de gente atacada por estos perros.

Sin embargo, la descripción que aportaron los testigos no coincidía ni con lobos, ni con perros. Incluso, algunos hablaron de hienas.

Decían que era una especie de lobo muy grande. El color del pelo era como el del café tostado, con una raya negra a lo largo de la espalda, mientras que el pelo de la barriga era blanco. La cabeza era mucho más grande que la de un perro o un lobo, la cual estaba adornada por una especie pelusa rizada en la frente. También tenía una cola mucho más larga que la de los perros y los lobos. Tal y como se puede ver en esta imagen.

Lo cierto es que esos militares nunca encontraron a ese animal. No obstante, es posible que, viendo que lo buscaba tanta gente, se trasladase a otra zona. Lo digo, porque en octubre del mismo año, se produjo otro ataque similar, en una localidad situada al NW de la zona anterior.

Esta vez, mató a otro joven pastor, cuyo cadáver fue encontrado unos días después, tras haber sido devorado por éste u otro animal.

Sin embargo, poco después, se atrevió a atacar a otro joven pastor. Éste tuvo más suerte, porque se refugió entre su ganado vacuno, que lo protegió.

Incluso, tuvo más suerte, porque se presentaron unos cazadores. Estos dispararon contra el animal y lo hirieron. Sin embargo, consiguió huir para esconderse en el bosque, donde ya no fue hallado.

Pocos meses más tarde, se produjeron nuevos ataques en una zona al sur de la anterior, donde murieron 5 personas. Así que esta situación se le estaba yendo de las manos al gobierno francés. Por ello, publicaron que darían una fuerte recompensa a quien matara a este animal.

En enero de 1765, un grupo de niños, entre 8 y 13 años, salieron, como de costumbre, al campo para pastorear su ganado. De pronto, se encontraron con aquella bestia. No obstante, estos niños iban armados con unos palos a los que habían atado unos cuchillos y se defendieron con ellos.

Se ve que estos chicos eran muy valientes. Por lo visto, la fiera consiguió morder el brazo de uno de ellos y llevárselo arrastrando. En lugar de huir, decidieron atacarle todos a la vez para que soltara a su amigo, cosa que consiguieron. Incluso, al oír ese escándalo, acudieron otras personas adultas y el animal salió huyendo.

Luis XV quedó conmovido, al conocer esa historia. Por ello, pagó los estudios del mayor de ellos, que había sido el que había convencido a los demás para atacarle todos a la vez, y luego ingresó en la Academia de Artillería.

También este mismo monarca, tomó la decisión de relevar al Ejército y sustituirlo en la labor de caza de ese animal por el mejor cazador de Francia, Jean Charles Vaumesle.

En marzo de 1765 subió el nivel de los ataques de ese animal. Ocurrió que una mujer se encontraba en su pueblo, junto a tres de sus hijos y, de pronto, fue atacada por éste.

La mujer fue muy valiente, porque el animal había atrapado a su hijo de 9 años. Así que dejó al pequeño y salió corriendo tras la bestia hasta conseguir que soltara a su hijo.

Sin embargo, el animal se dio la vuelta e intentó atrapar al hijo pequeño, que era un bebé de año y medio, pero la madre se interpuso y el animal no logró su objetivo.

No obstante, el animal tuvo los reflejos para atrapar y llevarse al mediano, que tenía 6 años. La madre luchó con él y sufrió varios zarpazos y dentelladas. Cuando el animal ya iba a huir con el niño, aparecieron sus hijos mayores, que lograron ahuyentar al animal y que soltara a su hermano. 

Desgraciadamente, este chico murió, unos días después, ya que se le infectaron sus heridas.

El comportamiento heroico de esta mujer fue premiado por el rey, dándole un buen premio en metálico.

Parece ser que no fue el único ataque que se produjo en el interior de una población francesa.

Por lo visto, tres hermanos se toparon con este animal en un lugar cercano a su pueblo. Así que fueron corriendo a su casa para recoger sus escopetas de caza. Dicen que le acertaron dos veces. Sin embargo, el animal huyó y lo perdieron de vista.

Esta vez, el rey tomó la decisión de encargarle este asunto a su mejor arcabucero, llamado François Antoine, acompañado por varios militares e, incluso, un par de policías.

Hay quien dice que el rey tomó esta decisión, porque se lo pidió su ministro, el duque de Choiseul, cuyo primo era el conde-obispo de Gevaudan.

En agosto de ese año, la fiera atacó a una joven de unos 20 años, que era la criada de un cura. La chica tuvo mucho valor, porque llevaba una especie de lanza corta con la que se defendió del ataque del animal y logró que huyera.

Un mes después, este equipo de cazadores recibió el aviso de que un lobo muy grande había sido visto en una localidad más al norte. Enseguida, se desplazaron allí.

Esta vez, tuvieron más suerte. El arcabucero real, que se había situado al borde un desfiladero, consiguió ver al animal y dispararle. No obstante, no consiguió matarle. Sin embargo, como un primo suyo estaba muy cerca, logró rematarle y lo mató, antes de que el animal matara al arcabucero.

Describieron al animal como un enorme lobo, que pesaba unos 60 kg y medía alrededor de 1,80 m de longitud.

El animal fue disecado y llevado al Palacio de Versalles, donde pudo ser visto por el rey y sus cortesanos. Incluso, algunos de los que habían sido víctimas de sus ataques reconocieron que se trataba del mismo animal.

No obstante, ahora ocurrió un fenómeno muy curioso. En enero de 1766, se produjeron nuevos ataques con nuevas víctimas. Sin embargo, tanto el rey como los periodistas ya no le prestaron atención, porque habían dado por finiquitado este asunto.

Por ello, en el verano de 1767, durante una batida de caza, organizada por un noble de esa zona, uno de los cazadores, llamado Jean Chastel, logró abatir a la fiera.

El rey volvió a tomar cartas en este asunto y encargó que el científico Buffon fuera a revisar este animal. Como este personaje se hallaba muy lejos de esa zona, tardó bastante tiempo en llegar y, eso unido a que estaban en pleno verano, dio lugar a que tuviera que revisar un cadáver en avanzado estado de descomposición.

No obstante, en su informe al rey, indicó que era un lobo de gran tamaño y, tras haberlo estudiado, ordenó que fuera enterrado, para evitar problemas sanitarios.

Afortunadamente, ya no se volvieron a producir nuevos ataques de ese tipo. Lo cual fue celebrado por los lugareños, ya que se calcula que había matado a unas 80 personas. Otros dicen que las víctimas fueron casi el doble de esa cifra.

Llegados a este punto, supongo que muchos se estarán preguntando qué tipo de animal podría ser el de nuestra historia.

La verdad es que la mayoría de los expertos creen que era un lobo, pero, como ya he dicho, los testigos que sufrieron sus ataques no lo vieron como tal, ya que muchos de ellos eran pastores y conocían muy bien a los lobos.

Aparte de ello, los lobos suelen ir siempre en manada. Sin embargo, estos iban solos.

Por otra parte, también se dice que, en muchas ocasiones, no mataban para comer, sino por el instinto de matar. Como suelen hacer los lobos.

Incluso, se ha dicho que podría tratarse de algún cruce entre lobos y perros muy grandes. Hasta se ha dicho que podría tratarse de un lobo grande y afectado por la rabia.

También ha habido algunos autores que han creído que este monstruo quizás podría haber sido un psicópata, al que gustaba aterrorizar a la gente, disfrazándose de lobo.

A mí se me ocurren otras cosas más. Por ejemplo, casi nadie sabe que también hubo leones en Europa. Sobre todo, en el sur del continente. Parece ser que los últimos vivieron en la zona de los Balcanes y en el Cáucaso, hasta el siglo X de nuestra era.

Por ejemplo, Heródoto y Aristóteles mencionan en sus escritos, que existían leones en la actual Grecia.

Por otro lado, siempre ha habido gente que ha tenido zoológicos privados. Dado que en el siglo XVIII ya se conocían todos los continentes, menos la Antártida, es posible que alguien se hubiera traído alguna especie exótica y ésta hubiera conseguido escapar y refugiarse en los bosques.

En cuanto al animal disecado, que se ve en los dibujos, fue llevado a la corte de Versalles y expuesto en los jardines de este famoso palacio.

Parece ser que no fue disecado correctamente. Por ello, poco tiempo después, se fue estropeando y, según dicen, fue enterrado en esos jardines.

Así que, salvo que lo encuentren, no veo que haya ninguna posibilidad de estudiar más a fondo el tipo de animal que era. Tampoco sé si lo estarán buscando.

Lo único cierto es que nunca se ha sabido qué tipo de animal era, aunque se han escrito muchos libros y hasta se han realizado películas para narrar estos hechos.

Tampoco se sabe con certeza cuántas víctimas hubo, porque el obispo de Gevaudan declaró que esta bestia estaba atacando a la gente pecadora, como un castigo divino. Por eso, mucha gente no declaró que sus familiares hubieran muerto a causa de los ataques de la bestia, para no ser mal vistos por el resto de su comunidad.

 

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