Nuestro personaje de hoy fue uno
de los más importantes teólogos de su tiempo. Incluso, hoy en día, se siguen
estudiando sus escritos por no haber perdido aún su validez.
John Wyclif nació en la aldea de
Hipswell, Yorkshire, alrededor de 1320. Su familia era numerosa, como era lo
habitual en esa época, y siempre fue muy católica.
Realmente, no se sabe cuándo fue
a estudiar a la Universidad de Oxford, pero sí hay constancia de que estaba
allí hacia 1345.
Durante el siglo XIV hubo un
grupo importante de teólogos salidos de esa universidad. Quizás, el más importante
de todos fue Guillermo de Ockham. Así que no me extraña que este joven se
interesara más por la Teología que por otras materias que también se enseñaban
en ese prestigioso centro.
En sus tiempos de estudiante en
Oxford, fue alumno en el Merton College, para, posteriormente, doctorarse en el
Balliol College, alrededor de 1372. Parece ser que este último centro había
sido fundado por una familia originaria de su mismo lugar de nacimiento.
A pesar de haber obtenido, a lo largo
de su vida, el rectorado de varias parroquias, nunca perdió el contacto con la
Universidad de Oxford. Siendo catedrático de Teología en la misma.
Se sabe que en 1374 formó parte
de una delegación inglesa que viajó hasta la ciudad de Brujas para reunirse con
los enviados papales a fin de solucionar un conflicto entre los dos países,
consistente en la reclamación papal del pago de una deuda, que se remontaba
a la época de Juan sin tierra.
Parece ser que los demás
delegados consideraron que su postura era demasiado radical, así que no le
dejaron abrir mucho la boca en la citada reunión.
Como parece que no regresó muy
contento, a su vuelta a Inglaterra publicó tres de sus más importantes obras,
donde se mostraba partidario de que la Iglesia no se metiera en cuestiones
políticas.
Posteriormente, hacia 1378, pasó
a formar parte de la corte real. Siendo uno de los protegidos de Juan de Gante, duque de Lancaster y tutor
de Ricardo II.
En aquella época, se estaba dando
un fenómeno peculiar, por el que las diferentes monarquías tradicionalmente católicas,
trataban de nacionalizar sus respectivas iglesias para que no estuvieran tan
influidas por las órdenes del Papa.
Wycliff, apoyándose en su protector de la
corte, publicó una serie de libros desde donde torpedeaba el poder de la
Iglesia de Roma.
Incluso, se permitió criticar a
las cuatro órdenes religiosas más importantes, calificándolas de sectas que
hacían daño a la Iglesia.
Parece ser que estaba en contra
de todo lo que no apareciera en la Biblia.
Así que se mostraba en contra de las
riquezas de los prelados, también de varios de los Sacramentos y hasta del
propio clero.
En febrero de 1377 fue citado a declarar
ante un tribunal presidido por el obispo de Londres. Parece ser que el interrogatorio
finalizó cuando Juan de Gante se interpuso entre ambos bandos.
Este hombre era, precisamente, lo
que estaban buscando en el gobierno de Inglaterra. Una de las cosas que decía era
que el clero estaba administrando mal sus bienes y, que si el rey no se los
quitaba, estaba incumpliendo su deber. Incluso, afirmaba categóricamente que la
Iglesia tenía que estar supeditada al poder de cada rey. Visto así, ¡cómo no
iban a apoyarle!.
Según parece, varios obispos
ingleses escribieron al Papa a fin de que castigara la conducta de este
teólogo, porque iba en contra de los intereses de la Iglesia.
Por eso mismo, en mayo de ese
mismo año, el Papa, Gregorio XI, promulgó una serie de bulas, donde acusaba a
nuestro personaje de hereje.
Incluso, asesoró al Parlamento
sobre la legalidad o ilegalidad de una norma del Papa en la que ordenaba que se
le enviaran a Roma una serie de bienes de la Iglesia de Inglaterra. Por supuesto,
él afirmó que eso era completamente ilegal.
Así que, cuando en 1378, fue
citado de nuevo, esta vez por el arzobispo de Canterbury, que entonces todavía
era la máxima autoridad de la Iglesia católica de Inglaterra, sólo fue
castigado con una pequeña multa. Lógicamente, John, estaba apoyado por la corte
real de Inglaterra, que le debía muchos favores, especialmente, la reina.
No contento con ello, se puso a
traducir la Biblia del latín al inglés. Algo que, hoy en día, lo veríamos muy
lógico. Sin embargo, eso estaba absolutamente prohibido en aquella época. A pesar
de que la gente, en su mayoría, no entendiera el latín.
De todas formas, hoy en día, se
piensa que no fue sólo una idea suya, sino de varios miembros de la Universidad
de Oxford, entre los que se encontraba él.
Aparte de eso, en aquella época
existía una clara rivalidad entre Inglaterra y Francia. De hecho, estaban luchando
en la Guerra de los Cien Años.
Hasta el mismo idioma francés se
hallaba en declive en la corte. Por eso mismo, se pensó que podría ser positivo
celebrar la liturgia en inglés, un idioma que lo entendía casi todo el mundo y
que serviría como un nexo para unir más al país.
Un sínodo de obispos ingleses
condenó sus escritos como heréticos. Hasta consiguió del rey Ricardo II un
decreto por el que se podría encarcelar a todos los que predicaran esas ideas.
Sin embargo, nuestro personaje compareció
ante el Parlamento. Allí a través de su gran capacidad de oratoria, logró
convencer a los diputados y estos revocaron el decreto del monarca contra él y
sus seguidores.
Incluso, se permitió escribir al
Papa, diciéndole que ningún cristiano debería de prestar culto a los santos ni
al Papa de Roma, porque Jesucristo no dijo nunca que se hiciera eso. Además,
que deberían de vivir en la pobreza, tal y como vivió Jesucristo.
Afirmaba que la única autoridad
verdadera era la palabra de Dios, tal y como venía en la Biblia y no la voluntad
del Papa de turno. Así que no me extraña que a este hombre le persiguieran con
denuedo hasta después de muerto.
También se postuló en contra de
los dos Papas, que habían surgido a causa del llamado Cisma de Occidente.
Incluso, se permitió poner en
duda la transustanciación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de
Jesucristo, que, según el dogma cristiano, se produce durante la Eucaristía. Esto
fue ya demasiado y sus críticos consiguieron que fuera expulsado de la corte y
de su cátedra en
Oxford.
En 1380 se empezaron a formar
grupos de seguidores suyos, llamados lolardos. Una especie de predicadores, que
viajaban por todo el territorio de Inglaterra y que difundieron ampliamente las
enseñanzas de nuestro personaje.
No obstante, un año después, sus
enemigos consiguieron que le culparan por los
desórdenes que estaban ocurriendo
en el país. Esto le costó otra nueva condena de Roma, en 1384.
Ese mismo año, se mostró en
contra de una Cruzada, predicada por un obispo inglés, partidario del Papa
Urbano VI, contra el otro Papa Clemente VII. Wycliff se mostró totalmente en contra
de que se le perdonara a la gente los pecados por participar en una guerra. Así
que esa Cruzada fracasó estrepitosamente. Sólo justificaba las guerras si
tenían un carácter defensivo.
Murió a finales de 1384, en su
parroquia de Lutterworth, adonde se había retirado tras su expulsión de Oxford.
Fue enterrado en el patio de la misma y allí reposaron sus restos durante casi
cuarenta años.
En 1414, el Concilio de
Constanza, que se había reunido a fin de terminar con el Cisma de Occidente,
que ya había dado lugar a 3 Papas, condenó sus escritos y también ordenó la
exhumación de sus restos y su quema en una hoguera hasta reducirlos a cenizas. Incluso,
ordenó la persecución de los lolardos y la ejecución de varios de ellos.
Esto último puede deberse no sólo
a que eran seguidores de Wycliff, sino porque también se pusieron de parte de
los campesinos en sus luchas por sus reivindicaciones contra los señores
feudales. Parece ser que el origen de estas luchas campesinas estaba en la
subida constante de los impuestos, a causa de la guerra contra Francia, y los malos usos, por parte de los señores
feudales.
Así que en 1428 se cumplió lo
ordenado en ese concilio. Exhumaron su cadáver, lo quemaron y lanzaron sus
cenizas a un río cercano.
Se le considera un precursor de
los posteriores reformistas, como Martín Lutero. Sobre todo, en lo referente a
que los fieles no necesitan intermediarios para hablar con Dios, como los
miembros del clero. Sin embargo, Wycliff, va más allá, pues también está en
contra de la propiedad privada. Incluso, se opuso a la esclavitud y a la guerra.
En 1388 fue publicada su Biblia
en inglés, la cual fue muy difundida por los lolardos. De esa misma manera, sus
escritos llegaron a otros lugares y se sabe que influyeron en otros conocidos
teólogos, como Jan Hus, del que ya hablé en otro artículo anterior.
Sin embargo, en 1401, el rey
Enrique IV promulgó un edicto por el que se prohibieron las biblias traducidas
por Wycliff y ordenó la persecución de los lolardos y su condena a muerte en la
hoguera.
Incluso, uno de estos lolardos, un
noble llamado John Oldcastle, que siempre gozó de la amistad de Enrique V,
quiso deponerle, cuando se enteró de que el monarca quería entregarlo a la
Justicia para ser ejecutado.
Fue hecho prisionero, pero huyó
de la cárcel y vagó, durante unos años, por todo el territorio de Inglaterra y
Gales, hasta que, tras varios años, fue capturado y ejecutado.
Algunos dicen que Shakespeare se
inspiró en este personaje para crear el mundialmente famoso de Falstaff.
Parece ser que los lolardos siguieron
existiendo hasta su fusión con los reformadores capitaneados por Martin Lutero.
Hoy en día, Wycliff, es venerado
como uno de los precursores de la Reforma por las iglesias anglicanas de todo
el mundo.
A la vista de esto, da la
impresión de que fue un personaje utilizado por la corte inglesa para afianzar
su poder en su reino y que dejaron de protegerle cuando vieron que sus ideas
podrían poner en entredicho las relaciones entre la Monarquía y la Iglesia.
De hecho, los reyes de Inglaterra
nunca han querido eliminar a la Iglesia, sino tenerla sometida bajo su mando. Tal
y como se puede comprobar hoy en día.
Hola! Necesito un resumen sobre esta pregunta... y no me permiten sacarla de internet porque las respuestas son googleadas.... ¿Cuáles fueron las corrientes y los movimientos que provocan una ruptura en el pensamiento moderno relacionado a la hegemonía del poder de la Iglesia? Si pueden ayudarme agradeceria!
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