ESCRIBANO MONACAL

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UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

lunes, 18 de diciembre de 2023

SERGEI KOROLIOV, UNO DE LOS CREADORES DE LA CARRERA ESPACIAL

 

Hoy voy a narrar la historia de un gran ingeniero. Normalmente, conocemos las biografías de algunos científicos importantes de Occidente, pero tanto los de la Europa Oriental. Así que vamos a conocer la biografía de un gran científico de la antigua URSS.

Sergei Pavlovich Koroliov, que era como se llamaba nuestro personaje, aunque también aparece, en algunos sitios, su apellido como Korolev, nació en 1907 en la actual ciudad ucraniana de Zhitomir, cercana a Kiev. Por entonces, ese territorio formaba parte del Imperio Ruso.

Parece ser que no tuvo mucha suerte, pues nació en un hogar, donde el matrimonio no era feliz y sus padres, muy pronto, se divorciaron.

Incluso, su madre llegó a decirle a Sergei que su padre había muerto, aunque sabía que seguía vivo, para que no intentara reunirse con él.

Se sabe que su padre era profesor de lengua y literatura rusa, mientras que su madre pertenecía a una rica familia de comerciantes.

En un principio, Sergei, vivió mucho tiempo en casa de sus 

abuelos maternos, porque su madre solía viajar mucho.

En 1916, su madre se casó con un ingeniero eléctrico, llamado Grigory Balanin, el cual fue un buen padrastro para Sergei.

La familia se trasladó a Odessa, donde Grigory encontró un trabajo en la empresa de ferrocarriles. Allí tuvieron muchos problemas durante la Revolución Rusa y la hambruna que azotó esa zona.

Sergei tuvo que seguir estudiando en casa, pues su escuela había sido cerrada. Por entonces, sus maestros ya se habían dado cuenta de que era un niño muy inteligente y que podría tener un gran futuro. Así que, a partir de entonces, sus maestros fueron sus padres.

Empezó su formación acudiendo a cursos de carpintería en la Escuela de Oficios. Posteriormente, se interesó mucho por los hidroaviones de la base aérea, que había en Odessa.

Intentó ingresar en la prestigiosa Academia Zhukovsky, donde se forman los ingenieros de las fuerzas aéreas rusas, pero no lo consiguió. Así que se conformó con estudiar

en el Instituto Politécnico de Kiev y, en 1926, continuó sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Moscú de la que se graduó en 1929. Allí tuvo como profesor al famoso ingeniero Andrei Tupolev, padre de la aeronáutica rusa.

Al principio, se limitó a realizar diseños de planeadores y consiguió su licencia de piloto en 1930. Más tarde, se interesó por los cohetes de combustible líquido, mientras trabajaba en el diseño de un bombardero pesado en el Instituto Central de Aerohidrodinámica. Su primer cohete fue lanzado en agosto de 1933.

En 1931, se casó con su primera esposa, Xenia Vicentini, doctora en Medicina. Fruto de ese matrimonio nació su hija Natalya, en 1935.

En 1933, el Gobierno soviético fundó en Leningrado el Instituto de Investigación Científica Reactiva (RNII), para el estudio de los motores a reacción. Allí reunieron a los mayores expertos en estos temas de la URSS. Concretamente, Sergei empezó a trabajar en la construcción de misiles

de crucero, dotándolos de un giroscopio para controlar los movimientos en vuelo de esas aeronaves.

En 1937, comenzó una de las infames purgas de Stalin. Como consecuencia de ella, encarcelaron a la mayoría de los científicos del RNII.

En junio de 1938, Koroliov fue arrestado en su casa y torturado en la Lubyanka, donde le rompieron las mandíbulas.

Parece ser que fue acusado de trotskista, de sabotaje y de trabajar a un ritmo muy lento en la fabricación de armamento para el Ejército soviético. Por ello, fue condenado a 10 años de trabajos forzados.

Posteriormente, fue enviado a Siberia para trabajar, primero en 

el ferrocarril transiberiano y luego en una mina de oro. Las condiciones de trabajo eran muy duras. Ello, unido al clima de Siberia, hizo que sufriera varias enfermedades. Incluso, perdió todos los dientes.

Al cabo de los años, se enteró de que quien le había acusado era su propio jefe, Valentín Glushkó. Eso dio lugar a una enemistad, que fue empeorando con el paso del tiempo.

Tras la invasión, por parte de las tropas alemanas, las sucesivas derrotas del Ejército Rojo hicieron que Stalin decidiera reclamar a todos los científicos que tenía encarcelados, para intentar cambiar el curso de la guerra.

Sergei diseñó varios aviones de caza y bombarderos con los 

que la URSS consiguió ganar la guerra. Eso le valió varias condecoraciones. No obstante, durante toda la guerra, le obligaron a permanecer alejado de su familia.

En 1945, fue enviado a Alemania para estudiar los famosos cohetes V-2, con los que los alemanes bombardearon Gran Bretaña. No hará falta decir que la URSS se llevó a todos los científicos alemanes que pudo. Otro tanto hicieron en USA. Se cree que la URSS se llevó a su territorio a unos 2.300 científicos alemanes.

Sergei fue trasladado a la Oficina de Diseños Experimentales, llamada OKB-1. Fue ascendido a coronel del Ejército soviético y se le nombró supervisor de los experimentos realizados por estos científicos alemanes. Allí comenzaron los trabajos para diseñar

y construir el primer misil intercontinental, llamado R-1, una versión mejorada del V-2 alemán.

Curiosamente, el Gobierno soviético impuso el secreto sobre los nombres de sus técnicos en temas aeronáuticos. Incluso, muchos de los que trabajaban con él desconocían su nombre y todos le conocían como el diseñador jefe o SP, las siglas de su nombre.

Incluso, se le quiso otorgar un Premio Nobel, pero Kruschov lo rechazó, alegando que ese premio tendría que ser para todo el pueblo ruso.

En 1953, el Gobierno soviético decidió devolver a todos aquellos científicos a Alemania, porque no quería que conocieran los nuevos avances de la tecnología soviética. Efectivamente, cuando esos científicos regresaron a su país, fueron entrevistados por la CIA y el MI6 para conocer los logros de los soviéticos.

Posteriormente, Sergei y sus colaboradores consiguieron fabricar el R-2 y el R-3. Unos misiles con los que podrían alcanzar Gran Bretaña.

En 1957, logró construir y hacer funcionar correctamente el R-7, que podía llevar armamento nuclear hasta una distancia máxima de 7.000 km. No olvidemos que la URSS había explotado su primera bomba atómica en 1949.

El mismo cohete R-7 fue el utilizado por Koroliov en octubre de 1957, para el lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik 1, desde una plataforma situada en la actual Kazajistán. Con ello, le llevaban ventaja a USA.

Desgraciadamente, el Gobierno soviético, obligó a que no se conocieran los nombres de sus científicos implicados en su programa espacial. No obstante, Koroliov, escribió algunos artículos en periódicos bajo varios seudónimos.

Otra etapa de la carrera espacial fue el lanzamiento de la perra Layka a bordo del Sputnik 2, lanzado sólo un mes más tarde. Parece ser que el pobre animal murió a los pocos minutos de ser lanzado al espacio. Posteriormente, lanzaron algunos perros más. Unos murieron en diversos accidentes y otros consiguieron que regresaran vivos.

El lanzamiento del Sputnik 2 se hizo con tanta prisa, porque, aparte de mantener la ventaja que llevaban sobre USA, serviría para celebrar otro aniversario de la Revolución Rusa.

Como vemos, el gran problema de Koroliov fue que él deseaba enviar sus aparatos al espacio, mientras que el Gobierno soviético sólo pretendía aprovechar sus conocimientos para construir nuevas armas.

En 1958 ingresó en la prestigiosa Academia de Ciencias de la URSS.

En enero de 1959, Koroliov y su equipo lanzaron la nave no tripulada Luna 1. Su objetivo era salir de la Tierra y estrellarse contra la Luna. Esta vez no consiguieron que se estrellara contra nuestro satélite.

Sin embargo, en septiembre de 1959, lanzaron la Luna 2, con la que

sí lograron que chocara contra la superficie lunar.

En el mismo año, lanzaron la Luna 3. La cual, no sólo consiguió llegar a la Luna, sino que le dio varias vueltas y hasta sacó varias fotografías de la desconocida cara oculta de la Luna.

A partir de 1960 se plantearon enviar astronautas al espacio. Para ello, crearon un centro de selección a donde acudieron muchos candidatos, pero sólo fueron elegidos 6.

Ese mismo año, consiguieron lanzar el primer satélite artificial rumbo a Marte.

Parece ser que Koroliov y el famoso astronauta Yuri Gagarin se hicieron muy amigos. Así que decidió que él fuera la primera persona en ser enviada al espacio.

A mediados de abril de 1961, la astronave Vostok 1, tripulada por Gagarin, despegó para dar una vuelta alrededor de la Tierra y regresar con su piloto sano y salvo. El cual, tal y como estaba previsto, se lanzó en paracaídas desde unos 7.000 metros de altura.

Posteriormente, vinieron los vuelos de la Vostok 2, tripulada por Titov, y las

Vostok 3 y 4.

Curiosamente, a petición de Koroliov, uno de los astronautas a bordo de una nave Vostok, cantó una canción ucraniana. La primera canción que se escuchó en el espacio.

Ya en 1963, el protagonismo lo obtuvo Valentina Tereskhova, por ser la primera mujer que voló al espacio, tripulando el Vostok 6.

Las astronaves Vostok estaban inspiradas en los satélites artificiales soviéticos Zenit, que eran empleados como satélites espías.

Más adelante, empezó a diseñar naves para llegar hasta Venus y Marte y organizó el programa Soyuz. Para ello, diseñó el enorme cohete N1, al cual le puso el potente motor NK-15.

El Gobierno soviético le presionó para enviar astronaves con varios tripulantes al espacio. Por ello, en octubre de 1964, lanzó la astronave Vosjod al espacio. Dentro de ella iban 3 cosmonautas, que realizaron una docena de órbitas alrededor de la Tierra.

Parece ser que también existía una enorme rivalidad entre los científicos soviéticos, dedicados a la carrera espacial, y eso fue, a juicio de algunos de sus colegas, lo que provocó que la URSS perdiera ante USA.

A finales de diciembre de 1965 fue ingresado en un 

hospital para ser operado de unos pólipos intestinales. Sin embargo, después vieron que también tenía un tumor, no diagnosticado, en el abdomen.

Su salud siempre había sido muy precaria, desde su paso por los infames campos de concentración de la URSS.

El propio ministro de Sanidad, el doctor Boris Petrovsky, se hizo cargo de la intervención quirúrgica. Sin embargo, su corazón no aguantó la operación y murió en enero de 1966. Sólo tenía 59 años.

Parece ser que, durante la operación, intentaron intubarle. Sin embargo, sus mandíbulas, rotas durante las sesiones de tortura, impidieron que pudieran introducir esos tubos.

Unos días después, la astronave no tripulada Luna 9, la 

última de las diseñadas por él, consiguió posarse sobre la superficie de la Luna. En eso, también consiguieron adelantar a USA.

Koroliov fue enterrado con los máximos honores en el muro del Kremlin. Un lugar reservado para los grandes personajes de la historia soviética. Incluso, se cambió el nombre de la ciudad de Kaliningrado por el de Korolev y hasta se le puso su nombre a uno de los cráteres de la Luna.

 

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