Supongo que los que venís leyendo mis anteriores artículos, referidos al tema del asesinato del presidente Lincoln, habréis visto que, en muy pocas horas, el Gobierno USA, logró atrapar a la mayoría de los sospechosos. Eso sólo ocurre cuando la Policía ya tenía, previamente, fichados a muchos de los detenidos.
No obstante, no sé si para
guardar las apariencias, en cuanto que se produjo ese hecho, detuvieron a casi
2.000 personas. Concretamente, dentro del Teatro Ford, detuvieron a todos los
actores, el personal de tramoya, el empresario, sus hermanos y, seguramente,
hasta a las taquilleras.
Sin embargo, aunque algunos, como Edwin, uno de los hermanos de John Wilkes Booth, permaneció 2 meses en la cárcel, la mayoría de los detenidos fueron, muy pronto, puestos en libertad. La verdad es que eso no está muy claro, porque otros autores dicen que Edwin nunca pisó la cárcel.
Realmente, sólo 8 personas fueron
acusadas y procesadas por este crimen. Sus nombres fueron: Mary Surratt, Lewis
Powell, David Herold, George Atzerodt, Dr. Samuel Mudd, Samuel Arnold, Michael
O’Laughlen y Edman Spangler.
Para no alargar demasiado este
artículo, sólo voy a referirme a los que fueron condenados a muerte y en el
siguiente relataré la historia del resto.
Antes de seguir, he de aclarar
que la guerra civil USA fue la primera guerra total de la Historia. Se
bombardeaban ciudades, se quemaban cosechas, se destrozaban las vías del tren,
etc. Eso sí, en la posguerra no se dedicaron a fusilar a los antiguos
combatientes enemigos, como hicieron aquí.
Sólo sé de un caso. Corresponde
al jefe de un campo de concentración sudista al que se le acusó de malos tratos
y de ser el responsable de que muchos soldados del norte murieron a causa del
hambre y los malos tratos.
Empecemos por la única mujer de
este proceso. Se trata de Mary Surratt, nacida en 1823, en Maryland, como Mary
Elizabeth Jenkins. Ya sabéis que en USA las mujeres, cuando se casan, cambian
de apellido. Ella se casó con John H Surratt y de ese matrimonio nacieron 3
hijos.
Al principio, vivieron en el
campo, pero en una zona no muy lejana a Washington DC. Posteriormente,
compraron una amplia casa en la capital.
Como su marido murió en 1862,
ella alquiló la finca agrícola, donde también tenían una taberna, a un hombre
llamado John Lloyd, y se mudó con sus hijos a la casa que tenían en la capital.
Al ser una casa tan amplia, se
dedicaron a alquilar algunas de sus habitaciones. Como si aquello fuera una
pensión.
Parece ser que ella viajó el día del
magnicidio a la finca, que había alquilado en las afueras. En su defensa, dijo
que había ido a cobrar los varios meses de renta, que le debía Llooyd. Sin
embargo, éste afirmó ella que le dio un paquete para que se lo diera al
asesino, cuando pasara por allí. En ese paquete había unos prismáticos y varias
armas.
El día 17 de abril, 3 días
después del magnicidio, los policías fueron a detenerla a su casa. Parece ser
que, cuando iban a salir, se presentó otro de los implicados, Lewis Paine o
Powell, que había atentado contra el secretario de Estado.
Así que eso le vino muy bien al
fiscal para acusarla de estar entre los conspiradores y de haber ayudado a
escapar al asesino.
Fue encarcelada en un buque de
guerra, donde estuvo continuamente esposada y vigilada de cerca por varios
soldados.
Durante el juicio, que fue un
consejo de guerra, siempre vistió de negro y con un velo, que le tapaba la
cara. No le pusieron una capucha, como a los demás.
La verdad es que nunca estuvo muy
clara la culpabilidad de la acusada. Incluso, los demás procesados siempre
insistieron en que era inocente. Sin embargo, los testimonios de John Lloyd y
de un residente en su pensión, llamado Louis Weichmann, convencieron al
tribunal de su culpabilidad.
Fue declarada culpable de
traición y conspiración y, por tanto, condenada a muerte. Siendo la primera
mujer ahorcada en la Historia de USA. Parece ser que los jueces pidieron
clemencia para ella a fin que conmutar la sentencia por la de cadena perpetua.
Sin embargo, el presidente Andrew Johnson, afirmó no haber recibido esa
petición. De hecho, hubo muchas peticiones de clemencia, como la de la viuda
del mencionado Stephen Douglas. Pero no tuvieron éxito.
Curiosamente, hoy en día, hay
muchos autores que afirman que las autoridades de USA no tenían nada contra
ella. Sin embargo, la quisieron utilizar como señuelo para poder capturar a su
hijo John, sin embargo, éste no se presentó.
Posteriormente, estuvo luchando
en una especie de unidad de guerrilleros, que le causaron muchas bajas al
enemigo. De hecho, no solían hacer prisioneros.
Parece ser que de allí lo sacó el
Servicio Secreto de los Confederados para hacer todo tipo de sabotajes en
territorio enemigo.
Más adelante, se unió al grupo
del asesino, que, en un principio, sólo pensaba secuestrar a Lincoln.
Por lo visto, Powell, estuvo dos veces alojado en la pensión Surratt. La primera en febrero de 1865, como amigo de su hijo John.
Parece ser que en marzo, Booth y
Powell, fueron de viaje a Nueva York y a Canadá. En este país había muchos
agentes del Servicio Secreto Confederado y se sabe que se reunieron con ellos,
supongo que para recibir nuevas instrucciones, porque no habían podido
secuestrar a Lincoln.
Como ya he dicho, Powell, siempre
fue muy sanguinario. Así que no protestó, como hicieron los otros, cuando Booth
les dijo que iban a matar a Lincoln.
Concretamente, Powell, fue
escoltado por Herold hasta la vivienda del secretario de Estado, William
Seward, el cual se hallaba convaleciente, después de un grave accidente, que
había tenido lugar unos días antes a bordo de su carruaje.
Así que, alrededor de las 22.10,
llegaron ambos a la casa, llamaron a la puerta y Powell se presentó al
mayordomo con la excusa de ser un mensajero del médico, que traía una medicina
al paciente.
No obstante, como el mayordomo lo
vio todo muy sospechoso, Powell, le empujó al suelo. Subió las escaleras y allí
peleó con un hijo del enfermo, al que golpeó con una pistola en la cabeza.
Al salir de la casa, descubrió
que Herold había huido, lo cual era una contrariedad, para él, porque no
conocía la ciudad, ni sabía dónde esconderse. Algunos dicen que estuvo
escondido un par de días en un cementerio.
Más tarde, parece ser que robó
unas herramientas, para hacerse pasar por un obrero y se dirigió a la pensión
de Mary Surratt.
El caso es que se presentó allí el lunes 17/04, sobre las 23.30, justamente, cuando los agentes se iban a llevar detenida a Mary y ésta dijo no reconocerle. No obstante, los policías vieron que no tenía aspecto , ni ropas, ni manos de obrero y se lo
llevaron detenido. Posteriormente, fue reconocido por los criados y familiares de Seward y encarcelado en un barco anclado en el puerto.Parece ser que le gustaba que le
hicieran fotos. Así que un fotógrafo al que permitieron retratar a los presos,
le hizo unas cuantas, que son las que se pueden encontrar ahora.
La vista comenzó el 9 de mayo,
ante un tribunal militar, compuesto por 9 miembros. Parece ser que esa fue una
exigencia del secretario de Guerra, Stanton, y del de Justicia, los cuales
convencieron al resto de los miembros del Gobierno.
por personas, que podrían tener cierta afinidad con la causa sudista, seguramente, dictaría un veredicto absolutorio… y no se equivocaron, como veremos en otro de mis próximos artículos.
No obstante, a los acusados, se
les respetó su derecho a una adecuada defensa y se interrogó a muchos testigos
de las dos partes. De todas formas, parece ser que Powell quiso jugar la carta
de que estaba loco, para que no se le pudiera juzgar y así lo transmitió su
abogado ante el tribunal. Sin embargo, el fiscal ya estaba preparado para ello
y llamó a varios reputados especialistas, los cuales afirmaron que estaba
cuerdo.
Incluso, su abogado, intentó que
el tribunal tuviera en cuenta que no había matado a nadie, pero no tuvo éxito,
porque se demostró que era el brazo derecho de Booth en la conspiración para
matar al presidente y otros líderes gubernamentales. También intentó presentarlo
como a un soldado que luchaba, legalmente, contra sus enemigos, pero tampoco
les convenció.
Al resto de los conspiradores voy
a mencionarlos más de pasada, porque sólo son personajes secundarios en esta
historia.
David Herold era un joven nacido en
1842 y también en Maryland. Pertenecía a una familia acomodada y residían en la
capital. Estudió en buenos colegios y también obtuvo un grado en Farmacia. Así
que estuvo trabajando con un médico.
También asistió a una de esas
academias militares privadas que hay en USA y fue donde conoció a John Surratt.
Posteriormente, se reunió con
Booth y fueron juntos a recoger las armas y los prismáticos a la taberna de
Surratt.
De allí fueron a la casa del Dr.
Mudd, para que le curara la pierna a Booth, que se la había lesionado al saltar
del palco al escenario, tras haber asesinado a Lincoln.
Acompañó a Booth hasta la granja
de los Garrett, donde, como ya he narrado en uno de mis anteriores artículos,
fueron rodeados por soldados del norte. Herold se rindió sin ofrecer resistencia,
mientras que a Booth lo hirieron de muerte.
Durante el juicio, su abogado intentó centrar su defensa en que Herold tenía muy poca personalidad y se dejó influenciar demasiado por la voluntad de Booth. No le sirvió de nada, porque también fue condenado a muerte.
George Atzerodt nació en 1835 en
un pueblo de Sajonia (Alemania). Pocos años después, emigró con su familia a
USA.
Cuando creció, estuvo unos años
ayudando a su padre y a su hermano en un negocio de reparación de aquellos
carruajes que se utilizaban en esa época, situado en una localidad de Maryland.
Por ese motivo, se alojó en el
mismo hotel donde sabían que se alojaba ese político y hasta llegó a
preguntarle cuál era su habitación a un camarero.
Sin embargo, como siempre había
sido un alcohólico, su falta de valor para perpetrar ese asesinato, le hizo
beber más de la cuenta en el bar del hotel y luego se fue a pasear, muy
borracho, por las calles de la capital. Por lo visto, unos transeúntes le
vieron tirar un enorme cuchillo en la calle. El mismo con el que había pretendido
cometer su crimen. Así que fue detenido unos días después.
Así que a las 13.15 del 7 de
julio de 1865, los cuatro condenados a muerte, fueron llevados al patíbulo. Éste
se había construido en el patio de un viejo arsenal, en la capital federal.
Unas 1.000 personas presenciaron esta
ejecución múltiple, entre periodistas, militares, funcionarios y hasta
familiares de los condenados.
Después, les quitaron los
grilletes y ataron sus cuerpos con unas gruesas cintas de tela. Les colocaron,
a cada uno, la soga al cuello y, posteriormente, una capucha para que no se les
pudieran ver sus caras. Powell aprovechó para repetir que Mary Surratt era
inocente y que no debería de ser colgada con ellos, pero ya no valió para nada.
Curiosamente, mucha gente esperaba el perdón del presidente para la Sra. Surratt. Incluso, las autoridades militares, apostaron, durante el trayecto entre la prisión y la Casa Blanca, una serie de jinetes, por si el presidente se decidía a conmutar su pena, a fin de tener tiempo de llegar antes de la ejecución. Pero el presidente no la perdonó.
Así que la ejecución se cumplió
sobre las 13.30. Sus cadáveres fueron introducidos en cajas de munición y
enterrados dentro de ese arsenal, junto al de Booth.
Por lo visto, tras desatar los
cadáveres, los soldados, cortaron las sogas de cada horca en pequeños trozos,
que conservaron como recuerdo. Todavía se pueden ver algunos de ellos,
depositados en varios museos.
Como ya he dicho, en 1869, el
presidente aceptó entregar los cuerpos a sus familiares para que los enterraran
donde quisieran.
TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN
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