ESCRIBANO MONACAL

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UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

jueves, 31 de marzo de 2022

LA LLAMADA “FINLANDIZACIÓN” DE FINLANDIA

 

Como veo que la gente sigue teniendo interés por esos pocos países que aún siguen siendo neutrales en el continente europeo, hoy me dedicaré a escribir sobre Finlandia.

No voy a remontarme mucho en la Historia. Sólo diré que, durante varios siglos, Finlandia estuvo unida al reino de Suecia, aunque siempre fue ambicionada por su vecina Rusia.

Su territorio fue denominado Gran Ducado de Finlandia y, cuando estuvo bajo el dominio sueco, el título de gran duque siempre lo ostentó el rey de Suecia.

Como todos sabemos, el gran enemigo de Napoleón era el Reino Unido. Así que éste decretó un bloqueo naval y económico contra ese país.

Parece ser que Suecia no estaba por la labor de obedecer al emperador francés, ya que buena parte de su comercio siempre lo había realizado con los británicos y no quería perderlos como clientes.

Sin embargo, Napoleón, firmó un acuerdo con el Imperio Ruso para que obligaran a Suecia a respetar ese bloqueo contra los británicos.

Así que los rusos tuvieron la excusa perfecta para invadir el territorio sueco. Obviamente, para llegar a Suecia, tenían que atravesar Finlandia.

Curiosamente, unos años después, Napoleón invadió Portugal y Rusia, también por no querer respetar el bloqueo que decretó contra el Reino Unido.

La guerra empezó en 1808 y pronto se vio que el Ejército sueco no era un gran rival para el ruso. Así que, un año después, firmaron un tratado de paz por el que Rusia se quedó con Finlandia.

El zar ruso Alejandro I reunió en 1809 al Parlamento finlandés en la llamada Dieta de Porvoo, donde se comprometió a respetar sus costumbres, su religión y a darles una autonomía, para seguir siendo el Gran Ducado de Finlandia, pero dentro del Imperio Ruso. Correspondiendo el cargo de gran duque al zar que hubiera en cada momento.  La reunión se celebró en la catedral de esa ciudad.

Aunque los finlandeses conservaron la Constitución que habían disfrutado, cuando habían pertenecido a Suecia, no hará falta decir que, al vivir dentro de un Estado con una monarquía absoluta, las libertades que podían disfrutar dependieron del talante de cada uno de los zares que los gobernaron.

No obstante, desde la segunda mitad el siglo XIX se llevó a cabo la llamada “rusificación” de Finlandia, la cual consistía en homologar a los finlandeses con el resto de los pobladores de Rusia.

Evidentemente, se impuso el estudio del ruso en los colegios y también fue la lengua oficial de la Administración Pública. Algo que no gustó nada a los finlandeses.

En 1898, el zar designó como gobernador de Finlandia a uno de sus generales más fanáticos, Nikolai Bóbrikov, el cual aumentó la presión sobre los finlandeses, con el objetivo de arrinconar su cultura y sus libertades.

Evidente, lo único que consiguió con esa política represiva fue hacer resurgir el nacionalismo finlandés. A ello contribuyeron, como en otros países, el estudio de su Historia y la publicación de algunas sagas, como el Kalevala, que, en aquel momento, llegó a ser tan popular como el Cantar del Mío Cid, la Canción del Roldán, el Beowulf o el Cantar de los Nibelungos.

Como ese general siguió utilizando su política hostil y violenta hacia el pueblo finlandés, se crearon algunas organizaciones opositoras en la clandestinidad.

En una de ellas militaba un joven finlandés, llamado Eugen Schauman. Curiosamente, era hijo de un militar de alta graduación que, aunque era finlandés, pertenecía al Ejército ruso.

En 1904, algunas de esas organizaciones tenían previsto atentar contra los intereses de Rusia en Finlandia, sin embargo, Schauman, les convenció de que era mejor atentar, directamente, contra el gobernador Bóbrikov.

Así que se puso manos a la obra. Schauman esperó la llegada del gobernador al Palacio del Senado. Al verle, Eugen, le disparó 3 veces y luego se disparó él dos veces en el pecho. Conclusión: murieron los dos.

Lógicamente, durante el resto de la dominación rusa o la posterior llegada de la URSS, no se pudo homenajear a este héroe de la resistencia finlandesa. Tras la caída de la URSS, se erigió un monumento sobre su tumba y se instaló una placa en el Senado para recordar este hecho.

Así que Finlandia continuó bajo el dominio zarista, hasta que llegó la Revolución Rusa y aprovechó para proclamar su independencia.

De todas formas, no todo fue un camino de rosas, pues, inmediatamente, estalló la guerra civil en Finlandia.

En el denominado Ejército blanco lucharon los conservadores, socialdemócratas, liberales, algunas unidades alemanas y voluntarios llegados de otros países cercanos.

Mientras que en el llamado Ejército Rojo estuvieron los comunistas, los socialistas más radicales y algunas tropas llegadas desde la Rusia bolchevique.

Ciertamente, no fue una guerra civil tan larga como la española, porque sólo duró entre los meses de enero y mayo de 1918. Sin embargo, también fue muy cruenta, como suelen ser las guerras civiles, porque los combatientes se odian más que en las guerras entre países. Eso dio lugar a miles de ejecuciones en ambos bandos.

Al final de la guerra civil, se pensó fundar una monarquía, cuyo soberano sería un primo del káiser, pero no se llevó a cabo a causa de la derrota alemana en la I Guerra Mundial y el fin del Imperio alemán. Por ello, los finlandeses, optaron por fundar una república independiente.

Curiosamente, en octubre de 1939, un mes después de haber comenzado la II Guerra Mundial, la URSS, presionó a Finlandia para que le cediera parte de su territorio, alegando que su frontera estaba demasiado cerca de San Petersburgo. Seguro que eso os suena de algo.

Evidentemente, los finlandeses se negaron a ello y los soviéticos invadieron el país. Para su sorpresa, los finlandeses se defendieron como leones y consiguieron hacer retroceder a los soviéticos. Estos tuvieron muchas bajas a causa del fuego enemigo y de las frías temperaturas, que llegaron a los -43ºC ¡Esto produce tiritona sólo de pensarlo!

El Ejército soviético se replegó, igual que está haciendo ahora, para volver a atacar en febrero. Esta vez, las tropas soviéticas tuvieron más suerte y lograron vencer la resistencia finlandesa.

Eso de replegarse ya lo hicieron dos veces, los rusos, en la actual guerra de Siria. Así que nunca hay que fiarse de ellos.

Precisamente, me acaba de llegar la noticia de que, a pesar de que Putin había dicho que iba a hacer una especie de alto el fuego en Ucrania, ha firmado un decreto por el que pretende alistar a unos 134.500 jóvenes para llevarlos a esa guerra.

Después de este inciso, en marzo de 1940 se firmó un tratado de paz, por el que Finlandia le cedía el 11% de su territorio, que también era de donde obtenía el 30% de su PIB.

Lo que sí se vio claro era que el Ejército soviético había hecho el ridículo, igual que ahora lo está haciendo en Ucrania, y que los finlandeses podrían haber ganado la guerra. Igual que los polacos y los ucranianos les vencieron en 1921, como ya dije en otro artículo. Hitler tomó buena nota de ello.

En junio de 1941, cuando Alemania invadió la URSS, Finlandia aprovechó para retomar los territorios, que había tenido que ceder a la URSS. Consiguió sus objetivos, pero no quiso ir más allá.

Posteriormente, en junio de 1944, cuando se produjo el gran contraataque de las tropas soviéticas contra las tropas alemanas y sus aliados, los finlandeses tuvieron que retroceder.

Así que, en septiembre de 1944, se firmó un nuevo tratado de paz, por el que la URSS le exigía que dejase de ser aliada de Alemania y que expulsara a todos los alemanes de su país.

Mas tarde, en 1947, se firmó un nuevo tratado por el que Finlandia tuvo que volver a ceder esos territorios y otros más. Aparte de tener que pagar una fuerte cantidad como indemnización de guerra a la URSS.

En 1948, Finlandia fue obligada a firmar un tratado de asistencia y cooperación con la URSS. En ese texto, se le prohibía ingresar en cualquier alianza militar, ni tampoco podía solicitar los fondos del Plan Marshall. También, los finlandeses, se obligaron a detener un ataque de cualquier país a la URSS a través del territorio de Finlandia.

Al menos, el Gobierno de Finlandia consiguió que su país siguiera siendo independiente. No obstante, siempre se cuidó de que no se hicieran críticas a la URSS a cambio de continuar siendo un país democrático y capitalista. Siempre temieron que podrían ser anexionados por la URSS.

No hay que olvidar que Finlandia tiene una frontera de unos 700 km con la actual Rusia y, en aquella época, sólo tenía unos 4 millones de habitantes, frente a los 170 millones de la URSS.

Por ello, muchos organismos de Finlandia se autocensuraron para no enfadar a los soviéticos. Incluso, la Junta de Clasificación de películas llegó a prohibir algunas tan famosas como “Uno, dos, tres”, de Billy Wilder o “El candidato de Manchuria”, de John Frankenheimer.

Hasta 1955 la URSS no permitió que Finlandia se uniera al Consejo Nórdico (formado por todos los países nórdicos). También ese fue el año en el que ingresó en la ONU. Al igual que España.

Desde 1961, ya había tenido fuertes relaciones comerciales con la EFTA, pero sólo fue en 1986, cuando le dejaron ser miembro de esa Organización.

En 1975, fue el país anfitrión de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa. De allí salieron los importantes Acuerdos de Helsinki, que dieron lugar a la creación de la OSCE.

En pocos años, Finlandia pasó de ser un país netamente agrícola y ganadero a convertirse en una de las economías más avanzadas del mundo. Creando su propio Estado de bienestar.

Lógicamente, en 1992, tras la caída de la URSS, Finlandia aprovechó para denunciar ese tratado con el fin de anularlo. Cosa que logró.

Incluso, en 1995, se produjo el ingreso de Finlandia, junto con Austria y Suecia en la Unión Europea.

Aunque también hay que decir que sólo un 57% de los finlandeses votaron a favor, en el referéndum para su ingreso en la UE.

Curiosamente, Gorbachov, invitó a los países de la Europa Oriental, que habían tenido regímenes comunistas, a firmar tratados como los que firmó Finlandia con la antigua URSS. Evidentemente, se negaron a ello.

Actualmente, como Finlandia es miembro de la UE, también ha impuesto sanciones a Rusia, con motivo de la invasión y guerra en Ucrania. En la imagen, vemos a su primera ministra en una reciente visita a España.

Por ello, Rusia la ha añadido a la lista de naciones hostiles. Así que ya veremos qué ocurre con sus importaciones de gas procedente de Rusia.

Como ya hemos visto, Rusia, ha amenazado, tanto a Finlandia como a Suecia, por si se les ocurriera ingresar en la OTAN. Lógicamente, hay una gran preocupación entre los finlandeses y, según las encuestas, ha aumentado el número de partidarios de ingresar en la OTAN.

Algo que preocuparía mucho a Rusia y mucho más a Putin, porque su ciudad natal, San Petersburgo, está muy cerca de la frontera con Finlandia.

 

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