ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

sábado, 27 de noviembre de 2021

EL CASO DEL SOLDADO SLOVIK

 

Hoy voy a narrar un grave suceso ocurrido durante la II Guerra Mundial. No tiene nada que ver con el espíritu navideño. Así que, al que no le guste, pues le aconsejo que no siga leyendo.

Edward Donald Slovik, que así era como se llamaba, nació en 1920 en la ciudad USA de Detroit, en el Estado de Michigan.

Era hijo de un matrimonio de polacos católicos, que emigraron a los USA. Posiblemente, se mudaron a esa ciudad, atraídos por la demanda de mano de obra para las fábricas automovilísticas.

Según parece, Slovik, nunca se adaptó demasiado a la vida de ese país. No sé si sería porque los católicos nunca han estado muy bien vistos en USA.

Hay que decir que, tradicionalmente, los que han mandado siempre en USA son los llamados WASP. O sea, blanco, anglosajón y protestante.

Lo cierto es que este chico parece ser que no frecuentaba buenas compañías y, desde niño, fue detenido en varias ocasiones por hurtos y alteraciones del orden público. Se le consideraba una especie de alborotador.

La primera vez que lo enviaron a prisión fue en 1937. No obstante, al año siguiente, fue puesto en libertad condicional.

Sin embargo, pronto volvió a estar entre rejas. Parece ser que, en 1939, se juntó con unos amigos, se emborracharon, robaron un coche y tuvieron un accidente de tráfico.

En 1942, tuvo mejor suerte, ya que lo pusieron en libertad condicional y consiguió un trabajo, como fontanero, en una importante empresa de Michigan. Allí conoció a Antoinette Wisniewski, que trabajaba como contable y que pronto se convertiría en su esposa.

Alguno se preguntará cómo es que, si USA ya había entrado en la II Guerra Mundial, no lo enviaron al frente.

Por lo visto, las autoridades militares, revisaron su expediente y no les gustaría mucho, porque no quisieron alistarlo.

Por el contrario, como parece ser que cada vez hacía falta más gente en los frentes, se lo pensaron mejor y lo alistaron. Cosa que no le hizo ninguna gracia.

Así que, en enero de 1944, fue enviado a un campamento de instrucción, situado en Texas. Al terminar esa fase, fue destinado a una unidad, situada en Maryland, donde estaban acantonadas las tropas de refuerzo para ir al frente.

A mediados de agosto de ese año, ya fue enviado a Europa y, concretamente, a la 28 División de Infantería, que estaba luchando en Francia.

Una noche, cuando iba marchando junto a sus colegas de una compañía del 109 Regimiento, sufrieron un brutal bombardeo de Artillería.

Por lo visto, él y un amigo del campamento, se protegieron y escondieron hasta la mañana siguiente.

Parece ser que el resto de sus compañeros había continuado la marcha sin avisarles. Así que, poco después, descubrieron en un pueblo cercano a una unidad de la Policía militar canadiense. Estuvieron con ellos hasta octubre de ese año, cuando ya regresaron a su unidad.

Sin embargo, las cosas habían cambiado mucho. A Slovik no se le ocurrió otra cosa que pedir al capitán de su compañía que lo destinara a un puesto de retaguardia, porque había pasado mucho miedo en el frente.

Lógicamente, el capitán no le hizo caso, dado que se estaban produciendo muchas bajas y deserciones en el Ejército, y lo envió de nuevo al frente.

Así que, en cuanto pudo, Solovik, desertó y fue a dar con un cocinero, que se hallaba en la retaguardia. Por lo visto, le dio una nota en la que se detallaban todos sus pasos desde que llegó a Europa y decía que pensaba desertar de nuevo, si le volvían a enviar al frente.

Por ello, el cocinero lo llevó ante la Policía Militar y estos lo llevaron ante el capitán de su compañía. Éste le instó a que rompiera su nota y se reintegrase en su unidad. Cosa que él rechazó.

Es muy curioso que este hombre no huyera, como hicieron otros desertores, sino que siempre quiso dejar muy clara su postura de que tenía miedo de ir al frente y sólo quería que lo enviaran a la retaguardia o a una prisión militar.

Posteriormente, lo llevaron ante un teniente coronel, que le hizo la misma propuesta de romper la nota y olvidarlo todo, si se reintegraba a su unidad, pero él siguió rechazándolo.

Así que el jefe le dijo que escribiera al dorso de su nota que había sido informado de la gravedad de autoinculparse y de que sabía que podría ser utilizado contra él ante un consejo de guerra. Cosa que hizo.

Posteriormente, un juez militar, fue a visitarlo al lugar donde lo tenían detenido. Le volvió a dar la oportunidad de retirar los cargos contra él, si aceptaba reincorporarse al frente. Incluso, en otro regimiento donde nadie lo conociera para empezar desde cero, pero Slovik siguió sin aceptar esas propuestas.

Por lo visto, en ese momento, su División estaba sufriendo muchas bajas causadas por las ofensivas alemanas, produciéndose muchas deserciones y eso apuntaba en su contra.

Parece ser que alguien le dijo que su deserción sólo sería castigada con un tiempo en la prisión militar. Supongo que a una persona que ya había pisado varias veces la cárcel no le supondría demasiados problemas volver a pisarla de nuevo.

Según parece, las cosas iban tan mal en ese frente que no lo pudieron juzgar los mandos de su División, ya que estaban todos combatiendo, sino que tuvieron que hacerlo los mandos de otras unidades. Seguro que eso también influyó en el veredicto y la condena dictada por ese consejo.

Me da la impresión de que Slovik se confió demasiado, porque se negó a declarar durante su consejo de guerra, que tuvo lugar el 11/11/1944.

Así que les puso la cosa muy fácil a los nueve miembros del consejo de guerra. Esa misma noche, decidieron, por unanimidad, declararlo culpable y condenarlo a muerte.

Supongo que no lo sabrían, pero lo cierto es que aplicaron las ideas de Hitler, cuando escribió: "quien lucha en el frente puede morir, pero quien deserta debe morir".

La sentencia siguió su cauce y luego fue aprobada por el general de división Norman Cota. El cual alegó que, de haberlo perdonado, no podría haber mirado a la cara a los que se estaban dejando la vida en el frente.

Posteriormente, él y su abogado pidieron clemencia al general Eisenhower, jefe de todas las fuerzas aliadas en Europa.

La verdad es que escogió un mal momento, porque acababa de empezar la ofensiva de las Ardenas, con un ataque alemán, que sorprendió a muchas unidades aliadas. Así que se multiplicaron el número de bajas y de deserciones

Por ello, el general Eisenhower, dio su visto bueno a la condena y ejecución, como un medio de parar esas deserciones que se estaban produciendo en todos los frentes. Dijo que era una forma de mantener la disciplina en el Ejército.

Evidentemente, esta condena no tenía precedentes, pues, hasta ese momento, a todos los desertores les habían enviado a prisiones militares y se esperaba que los liberasen al acabar la guerra.

Así que ya no le quedó a nada ni a nadie por recurrir. Por tanto, su ejecución tendría lugar la mañana del 31/01/1945.

Parece ser que Slovik les dijo a los soldados, mientras lo estaban preparando para la ejecución:

No me están disparando por desertar del ejército de los Estados Unidos, miles de tipos lo han hecho. Solo necesitan hacer un ejemplo de alguien y lo soy porque soy un ex convicto. Solía ​​robar cosas cuando era niño, y para eso me disparan. Me están disparando por el pan y el chicle que robé cuando tenía 12 años.”

Posteriormente, fue atado a un poste. El pelotón lo componían una docena de soldados del 109 Regimiento. La misma unidad a la que pertenecía nuestro personaje.

Parece ser que, según un médico, no murió con la primera descarga de fusilería, aunque sí lo hizo, cuando se disponían a dispararle de nuevo. Sólo tenía 24 años.

Más tarde, su cuerpo fue enterrado en un cercano solar, donde se hallaban las tumbas de otros soldados USA, que habían sido fusilados a causa de violaciones y asesinatos de civiles. Ni siquiera tenían puestos sus nombres. Solamente una clave conocida por el Ejército.

Es llamativo que, a pesar de que los mandos del Ejército USA dijeran que querían mostrar esta ejecución para desalentar a otros futuros desertores, no se atrevieron a dar publicidad a este hecho.

Fusilaron a nuestro personaje en una aldea deshabitada. No comunicaron oficialmente la misma. Ni tampoco se publicó en la prensa. Es más, a su mujer sólo le dijeron que su marido había muerto en Europa. Igual temían que la tropa se amotinase. Hasta 1954 no salió un artículo en la prensa, donde se narrase este hecho.

Por otro lado, su viuda estuvo muchos años luchando para que le devolvieran sus restos y le dieran una pensión, pero nunca lo consiguió.

En 1981, tras la muerte de ella, un antiguo veterano del Ejército USA, también de origen polaco, organizó una campaña para que exhumaran los restos de Slovik y los enterraran en USA.

En 1987, logró convencer al presidente Ronald Reagan para que lo autorizara. No obstante, tuvo que recaudar muchos fondos para costear esos gastos.

Parece ser que este veterano tuvo mucha suerte, porque la viuda de Slovik había fracasado, en su petición de perdón, con todos los anteriores presidentes a Reagan. Hasta el famoso J. F. Kennedy se la denegó. Así que ahora Slovik está enterrado junto a su esposa en un cementerio de Detroit.

Ciertamente, a Slovik se le dio un trato injusto. Durante la II Guerra Mundial, el Ejército USA, fusiló a 102 militares propios. Pero todos ellos fueron condenados por asesinatos y violaciones de civiles.

Por otro lado, 2.864 militares USA fueron juzgados por deserción. De ellos, 49 fueron condenados a muerte. Sin embargo, todos ellos, menos Slovik, vieron conmutada su sentencia por la de pasar varios años en una prisión militar.

Según cifras oficiales, durante la II Guerra Mundial, hubo unos 50.000 soldados USA y otros 100.000 británicos y procedentes de sus colonias, que desertaron. En algunos casos fueron capturados, pero la inmensa mayoría logró escapar.

Tras su ejecución, el Ejército USA, jamás volvió a condenar a muerte por deserción a ningún otro militar.

Parece ser que en 1960 todavía dolían las heridas de la II Guerra Mundial en USA, porque el famoso Frank Sinatra quiso producir una película sobre la vida de Slovik, mientras hacía campaña a favor de la elección de JFK. Sin embargo, los asesores del candidato le disuadieron de su idea para no perjudicar su campaña. Es curioso, porque la mayoría de los polacos han votado siempre al Partido Demócrata.

No obstante, en 1974, se aprovechó el guión de esa fallida película para realizar otra para la tv, protagonizada por el famoso actor Martin Sheen. Aquel que alcanzó la fama con Apocalypse now, actuando junto a Marlon Brando.

Por último, me gustaría que no pensarais que esto son cosas del pasado. En septiembre de 2009 desapareció en Afganistán el soldado USA Bowe Bergdahl. 

Nadie sabía qué había ocurrido. Lo único cierto es que se organizaron patrullas para buscarlo y, por ello, murieron 6 soldados a manos de los talibanes.

Poco después, se supo que estaba en poder de los talibanes y, más tarde, apareció en un vídeo publicado por ese grupo.

En 2014, se consiguió hacer un canje de este soldado por 5 presos de Guantánamo y fue ascendido a sargento.

No obstante, como había muchas dudas, se le sometió a una investigación dentro del Ejército. El resultado de la misma le hizo comparecer ante un consejo de guerra, que le degradó y le expulsó del Ejército. Supongo que no quisieron imponerle la máxima pena que era la cadena perpetua.

El presidente Trump lo definió como “un traidor sucio y podrido” y también dijo que merecía haber sido ejecutado. Es curioso que esto lo dijera Trump, que es nieto de un desertor alemán de la I Guerra Mundial.

En fin, a ver si alguno se decide y consigo tener 100 seguidores, antes de que acabe el año.

 

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