A finales de 1944 Alemania se
encuentra a la defensiva a causa del incremento de tropas aliadas en Europa,
tras el famoso Desembarco de Normandía.
A
estas alturas, toda la ventaja es para los aliados y los alemanes luchan a la
defensiva. En medio de este desbarajuste, Hitler y su Estado Mayor planean su
última gran contraofensiva. Se trata de la que conocemos como la Batalla de las
Ardenas, donde cruzando este espeso bosque, que se encuentra entre Bélgica y
Luxemburgo, pretendía reconquistar el puerto de Amberes y disminuir la presión
del frente occidental. Así tendrían tiempo para estabilizar el frente oriental
y llegar a un armisticio con las potencias aliadas anglosajonas.
A
finales de octubre de 1944, Hitler convocó al famoso coronel Skorzeny, experto
en la guerra de comandos, a su cuartel general. Allí le explicó los pormenores
de esta operación y le encargó a él una labor propia de su especialidad.
Skorzeny
se había hecho muy popular a causa del rescate de Mussolini y por el secuestro
del hijo del dirigente húngaro Horthy.
Era
lo que se llama hoy en día una operación de bandera falsa. Consistía en
disfrazar a un grupo de soldados alemanes con uniformes USA. Estos tendrían que
saber hablar inglés perfectamente y moverse como ellos para así crear el caos
dentro de las tropas aliadas.
Skorzeny
contó para esta labor con 80 soldados, que hablaban inglés con fluidez, así
como 16 jeeps y 60 carros de combate que los camuflaron como si fueran USA. Los
preparativos duraron varias semanas, hasta mediados de diciembre de ese año.
El
16/12/1944 unos 2.000 cañones alemanes comenzaron a disparar contra este
frente, que llevaba mucho tiempo inoperativo. Eso hizo que sorprendieran a los
soldados USA y avanzaran muy rápidamente, aunque tuvieron más bajas de las
calculadas.
También
la niebla, que habían pronosticado por esa zona los especialistas alemanes,
hizo que fuera imposible para los aliados utilizar sus bombarderos.
Mientras
tanto, las unidades de comandos camuflados consiguieron algunos de sus objetivos
y desviaron a muchas unidades de sus objetivos a base de vestirse como policías
militares regulando el tráfico y cambiar la orientación de las señales. También
aseguraron puentes, para el paso de sus tropas y volaron arsenales.
La confusión
fue total hasta que los aliados empezaron a pensar en la posibilidad de que
unos comandos alemanes estuvieran provocando ese caos. De todas formas, fue muy
complicado dar con ellos. Se hicieron montones de interrogatorios con preguntas
sobre USA y llegaron a detener a soldados USA, a causa de sus apellidos
alemanes e, incluso, en una ocasión al mismísimo general Bradley.
Los
alemanes disfrazados fueron capturados poco a poco y fusilados, acusados de
espionaje por llevar uniformes distintos a los suyos.
Para
poder distinguirse entre ellos solían llevar desabrochado un botón o se daban 2
golpes en el casco o llevaban pañuelos de colores.
Hubo
un caso curioso. Uno de estos comandos quiso desertar y fue a entregarse a un
vigía USA. Para su sorpresa se trataba de otro comando infiltrado.
Aparte
de eso, como varios de estos soldados habían declarado en los interrogatorios
que, según se comentaba, el verdadero
objetivo de la misión era el asalto al cuartel general aliado y el asesinato
del general Einsehower. Eso llenó de preocupación al Estado Mayor aliado y dio
lugar a la multiplicación de las medidas de seguridad, lo que provocó que
muchas operaciones se pararan. Incluso, se dice que el general Einsehower se
encerró durante 2 semanas bien protegido en el Cuartel General de París como
medida de seguridad, porque se había difundido el rumor de que habían visto a
Skorzeny en París.
Incluso,
se propagó el rumor falso de que los alemanes habían conquistado Malmedy, lo
cual hizo que los aliados bombardearan esta ciudad, matando a muchas de sus
propias tropas.
También
se dice que muchos de estos fusilamientos se debieron a una venganza aliada por
haber fusilado las Waffen SS a 150 prisioneros aliados, durante el transcurso
de la misma ofensiva.
Skorzeny
siempre se quejó en sus memorias del poco tiempo para preparar la operación y
de los escasos medios para la misma. Los pocos vehículos que le dieron se
averiaron enseguida y los comandos tuvieron que improvisar siempre. Hitler no
le dejó a él intervenir personalmente en la operación.
Tras
al guerra, Skorzeny fue acusado de criminal de guerra, por luchar con uniformes
aliados. En su juicio, fue absuelto gracias al testimonio de otros jefes de
comandos aliados que habían hecho lo
mismo que ellos.
Hola encontré tu blog y no quiero dejar pasar la ocasión para felicitarte y animarte a seguirlo actualizando ¡me gustó mucho!
ResponderEliminarNo sabes la alegría que me das, porque, aunque hay mucha gente que visita el blog, recibo muy pocos comentarios. Además, ando últimamente un poco bajo de moral. Muchas gracias y saludos.
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