A veces,
buscando por ahí, como ya he dicho otras veces, te encuentras con cosas que no
andabas buscando. Eso me ocurrió el otro día y me hizo recordar algo que había
leído hace unos años.
Luego estuve
revisando algunas obras y me encontré con el artículo que estaba buscando.
Creo que a
todos nos suena el rey Víctor Manuel II de Italia, el cual llevó a cabo la unificación
su país. A continuación, vamos a narrar una leyenda relacionada con él.
A finales del
verano de 1822 él y su familia se hallaban en la Villa del Poggio Imperiales, a
las afueras de la famosa Florencia.
Una aya entró
en la habitación del príncipe Víctor Manuel, de 2 años de edad, con ánimo de
echar de la habitación los mosquitos que no le dejaban dormir.
Como traía en
la mano una vela, no se dio cuenta de que, al acercarse a la cama del niño,
ésta prendió en las sábanas.
En su ansia
por salvar al niño, se echó sobre su cuerpo y sufrió fuertes quemaduras, pero
el niño, aparentemente, se salvó.
En el diario
oficial de la corte del gran ducado de Florencia se anotaba todo lo ocurrido y
se decía que el niño había sufrido quemaduras en 3 partes de su cuerpo, pero que
no parecían de importancia.
Su padre,
aunque tiene correspondencia fechada el 20/09, no se le vio en la corte hasta
el 10/10. En sus cartas se puede leer que siente alivio, porque su hijo no tuvo
heridas serias y el aya tampoco.
Eso se
contradice con un informe de los bomberos que actuaron en ese incendio, el cual
fue encontrado en los archivos y publicado en 1891. En él se dice que
encontraron a la criada y al niño bastante quemados por el fuego.
Parece ser que
el 03/10 una dama de honor de la princesa María Teresa informó que el aya se
estaba recuperando y volvería con ellos a la corte. Al día siguiente, los príncipes
habían previsto su regreso a Florencia. Sin embargo, dos días más tarde, el
aya, Teresa Zanotti, cayó de repente en un coma y murió rápidamente.
En el pueblo
donde solían veranear hubo, por aquellas fechas, un rumor que decía que el niño
había muerto en el incendio y que había sido reemplazado por otro. Incluso, se
decía que el posible sustituto podría ser un hijo ilegítimo de un carnicero
llamado Gaetano Tiburzi (conocido como Maciaccia) y de una de sus amantes
llamada Regina Bettini.
Curiosamente,
poco después del incendio, éste se casó con otra mujer y construyó una casa de
3 pisos cerca de la Porta Romana, junto al camino por donde se iba a la villa
de los príncipes. Luego abrió una nueva tienda mucho más espaciosa.
Entretanto, la
mencionada Regina se casó con el hermano menor del carnicero.
Gaetano, por
lo que se ve, se dedicó de llenó al sector inmobiliario, pues se dedicó a
comprar casas para ponerlas en renta, llegando a tener en su poder 43 viviendas
en alquiler cuando murió. Por ello, sus 17 hijos pudieron vivir muy cómodamente
de las rentas. Nadie sabe de dónde pudo obtener los ingresos necesarios para la
compra de tantos inmuebles.
Sin embargo,
la familia del aya, que murió más tarde, no fue indemnizada ni reconocida por
su acto de valor.
A partir de
ese día, esa villa fue considerada no apta para las vacaciones de los príncipes
y convertida en una escuela conventual para hijas de la nobleza.
La pregunta
que nos podemos hacer es que, en caso de que fuera cierto que su padre, Carlos
Alberto, hubiera dado el cambiazo con su hijo, ¿por qué lo hizo?
Para responder
a esa pregunta debemos ir más atrás en la Historia y remontarnos a 1815, cuando
se produjo la caída de Napoleón y su imperio.
Tras el
Congreso de Viena, muchos pequeños territorios de la actual Italia quedaron en
manos de Austria, como fue el reino de Cerdeña, que lo formaban esta isla y el
Piamonte, en la península.
En 1821
fracasó una rebelión para echar de allí a los austriacos. Esto les sirvió a
éstos de pretexto para obligar a abdicar al rey Víctor Manuel I de
Cerdeña-Piamonte, el cual lo hizo a favor de su hermano, Carlos Félix.
El problema es
que este último no tuvo descendencia y, además, era el último de los
descendientes varones de la Casa de Saboya.
Tras una
reunión en Verona entre los representantes de este Estado y los de la Iglesia,
se decidió que el sucesor sería Carlos Alberto, padre de Víctor Manuel, y primo
lejano del rey. Como este príncipe ya tenía un hijo varón eso le dio puntos a
su favor, porque hacía que la sucesión estuviera asegurada. Aún así, las
relaciones entre Carlos Alberto y Carlos Félix nunca fueron buenas.
Como el
incendio ocurrió cuando aún no había subido Carlos Alberto al trono, este
percance, en caso de que su hijo hubiera muerto, es muy posible que le hubiera
eliminado de la línea sucesoria, por no tener en ese momento otro descendiente
que fuera varón.
Con el correr de los tiempos, tenemos noticias de
que sus padres no estaban muy conformes con los progresos de Víctor Manuel.
Decían que no estaba nada interesado en los estudios y que tenía unos modales
que ponían en ridículo a la familia real. Estaban mucho más contentos con
Fernando, su hermano menor, el cual se parecía mucho a su padre, al contrario
de Víctor Manuel, que no se le parecía en nada. Sólo hay que ver que Víctor
Manuel (imagen en blanco y negro), aparte del escaso parecido físico, era de corta estatura, mientras que
su padre (imagen en color sentado) medía más de 2 metros y su hermano Fernando (imagen en color de pie) era más o menos igual de
alto.
También había
muchas diferencias entre los hermanos, pues Fernando siempre fue físicamente
débil y, por ello, murió joven, mientras que Víctor Manuel era bastante fuerte,
como si se dedicara a un oficio donde se realizaran esfuerzos físicos.
En 1831, su
padre, Carlos Alberto, fue coronado. Fue muy alabado por su buena
administración y sus acertadas reformas fiscales y militares. El problema es
que se le ocurrió intentar independizarse de Austria y fue derrotado. Poco
después, en 1849, abdicó del trono y se retiró a un monasterio portugués, donde
vivió algunos años más.
Víctor Manuel
II llegó al trono con 29 años. Enseguida se enfrentó a las humillantes
condiciones que le ponían los austriacos y fue visto por sus súbditos como un
héroe.
Dicen que su
decisión más inteligente fue nombrar como primer ministro al conde de Cavour.
De aquella
época, se conservan algunas cartas de la reina Victoria de Inglaterra, donde lo
ve como un salvaje y no como un miembro de la realeza.
Cavour tuvo
mucho trabajo, desde un primer momento, pues,
como buen nacionalista, tuvo que poner de acuerdo a los que querían unos
estados federados con los que querían una nueva Italia unificada.
En el exterior
hizo una gran campaña para convencer a los otros Estados de que no tenían nada
que temer de una nueva Italia unificada, bajo la casa Saboya.
Logró su fin,
pues el 17/03/1861 se proclamó el nuevo reino de Italia a cuyo frente se
encontraba el rey Víctor Manuel II. Desgraciadamente, el primer ministro murió
3 meses después.
Parece ser que
el rey conocía bien los rumores acerca de su llegada a la casa de Saboya. En
1861 el rey visitó Florencia, ya como rey de Italia.
Antes de la
visita real, un hijo de Teresa Zanotti, empleado real, entregó unas cartas de
Carlos Alberto, escritas en su villa de verano, al gobernador de la Toscana. Un
día antes de la visita real, algunos fragmentos de estas cartas fueron
publicados en la portada del diario Monitore Toscano. Así, muchos florentinos
pudieron conocer casi cuarenta años después la noticia del incendio y el
sacrificio de Teresa Zanotti para salvar al heredero, el cual les iba a
visitar, ya como rey.
Evidentemente,
estas cartas se las había dado el rey al hijo de Teresa, para hacerse más
popular en Florencia. Además, el soberano hizo colocar una placa alabando la
conducta de Teresa en la antigua villa de veraneo de los reyes.
No obstante, Víctor
Manuel II nunca pudo olvidarse de esos rumores que le persiguieron hasta su
muerte.
Massimo
d’Azeglio fue nombrado primer ministro antes de la llegada de Cavour a ese
puesto, o sea, entre 1849 y 1852. Siempre tuvo muy buenas relaciones con el
rey, siendo su confidente, además de su asesor e inculcó en el rey la idea de
unificar Italia. Pero lo cierto es que ocurrió algo entre ellos que hizo que
nombrase a Cavour como su sucesor en ese puesto. Es famosa la frase de d’Azeglio
en la primera sesión del parlamento italiano: "Hemos hecho Italia, ahora
hemos de hacer a los italianos".
En 1867 se
publicaron de forma póstuma las memorias de éste, con el título de “Mis
recuerdos”.
En la
reedición de esta obra, en 1883, su amigo, el editor Gaspero Barbera, publicó
que seis meses antes de su muerte, d’Azeglio le había confiado su convicción de
que el rey era el hijo de aquel carnicero.
Sobre este
tema, el dramaturgo italiano Otelo Pagliai publicó en 1987 un libro titulado
“Un florentino en el trono de Saboya”, donde, a través de sus investigaciones,
da cuenta de este hecho.
Del resto de
la vida de este rey no voy a hablar, porque es de sobra conocida.
Bueno, había
olvidado mencionar que uno de sus hijos fue nuestro rey Amadeo I de España,
aquel que trajo el general Prim y que le costó la vida por ello.
Para terminar,
me resta decir que casó con una prima suya, procedente de la nobleza, con la
que tuvo varios hijos. Más tarde, al enviudar, se decidió por casarse de nuevo
a la manera morganática, con una de sus múltiples amantes.
Conocía la historia, pero has metido un montón de información que desconocía. Yo lo que sabía del asunto era la parte en la que, en teoría, mueren el príncipe y su cuidadora, y que luego el príncipe era sustituido por el hijo del carnicero. Ya como rey, Víctor Manuel acude a una representación teatral; en la entrada había dos retratos, uno del rey y otro del empresario teatral. Todo el mundo comentaba el “curioso” parecido que ambos tenían, y ambos hombres, el empresario y el rey, se lanzaban miradas cómplices porque ambos sabían que compartían el mismo padre: el carnicero.
ResponderEliminarHola me gustaria saber la fuente de la información para poder consultarla, es que necesito hacer un trabajo sobr éste personaje. Gracias
ResponderEliminarcagadisimo
ResponderEliminarpinchew estupidez yo quiero las caracteristicos
ResponderEliminarhijos de su puta adre
ntc esta bien tu infoooo
ResponderEliminarsolo pinle caract de el
ResponderEliminarSegún mi tío yo soy tataranieto de Victor Emanuele II por via de un hijo ilegítimo.
ResponderEliminarMe alegro de conocerle. Espero que le haya gustado el artículo y le invito a leer otros de mi blog.
EliminarMuchas gracias y saludos.
Necesito mas informacion, porque segun mi abuelo el era nieto ilegitimo de Victor Manuel II
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