ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

domingo, 28 de septiembre de 2025

EL CASO DE MARTIN GUERRE

 

Recuerdo que, en los años 80, estuve viendo una película que me gustó mucho. Así que he estado durante mucho tiempo intentando conseguirla en DVD.

Es posible que algunos vean un poco antiguo lo del DVD, pero lo cierto es que es una película que no suelen poner en TV, ni tampoco la hay en las más conocidas plataformas de streaming, como Amazon, Netflix, etc. Creo que es por un tema de licencias o algo por el estilo.

Luego me enteré de que también existía un libro sobre el tema, escrito por la gran historiadora Natalie Zemon Davis. Se trata de una especialista, ya fallecida, nacida en USA, pero especializada en Historia Moderna de Europa.

Así que, no hace mucho, tuve un golpe de suerte y conseguí comprar el DVD y el libro.

La película se titula El regreso de Martin Guerre. Se estrenó en 1982 y estaba protagonizada por Gérard Depardieu y Nathalie Baye, bajo la dirección de Daniel Vigne.

En este caso no se trata de una historia inventada, sino algo que ocurrió en la Francia del siglo XVI.

Parece ser que Nathalie Zemon había encontrado algunos datos sobre esa historia y alguien le dijo que también estaban escribiendo un guion para hacer una película sobre este mismo tema. Así que se unió a ellos.

Sin embargo, parece ser que, para hacerla más comercial, la productora exigió algunos cambios, que no le gustaron demasiado a esta historiadora y, tras el estreno de la película, decidió escribir este libro para aportar más datos sobre esta historia.

Una de las fuentes más conocidas, donde se encuentran más datos sobre este asunto es un libro titulado Arrest memorable du Parlament de Tolose, publicado en 1561, cuyo autor fue el jurista Jean de Coras, el cual intervino en el proceso contra Martin Guerre.

Desgraciadamente, ya no se conservan las actas de los juicios celebrados en esas fechas.

En 1527, Sanxi Daguerre, su esposa, su hijo Martin y su hermano, Pierre, que todavía estaba soltero, decidieron trasladarse desde su habitual lugar de residencia en Hendaya, en el País Vasco francés, hasta otra localidad, llamada Artigat, situada más al noreste, en el condado de Foix.

Parece ser que este traslado no se debió a motivos económicos, ya que tenían una economía muy saneada. Por lo visto, aparte de dedicarse a la agricultura y la ganadería, también tenían una fábrica de tejas.

Se cree que se mudaron a esa localidad, situada lejos de la frontera, porque estaban hartos de aguantar los problemas que les estaban dando las frecuentes guerras entre Francia y España, que llevaban aparejadas la destrucción de los bienes de los residentes en esas zonas. Como solía ocurrir en las aceifas entre moros y cristianos durante la Reconquista.

En Artigat no tenían las mismas costumbres de los vascos, pero ellos se adaptaron enseguida a su nuevo lugar de residencia.

Parece ser que, a pesar de ser una especie de aldea, donde vivían unas 70 familias, estaban muy organizados. En caso de que hubiera algún pleito, tenían los llamados 3 cónsules, que eran como unos jueces de paz, nombrados entre los vecinos del pueblo.

Si recurrían la sentencia de estos, podían acudir al juez de Rieux, otro pueblo de ese condado y, si volvían a recurrir, tendrían que ir al Parlamento de Toulouse. Es preciso decir que en Francia se les llamaba parlamentos a los tribunales de Justicia.

Por lo visto, era una zona donde había muy pocos nobles y no solían entrometerse en la vida de la gente de los pueblos.

Los Daguerre compraron unos terrenos, que iban cultivando. También montaron otra fábrica de tejas y ladrillos y cambiaron su apellido por el de Guerre.

Posteriormente, Sanxi y su esposa tuvieron 4 hijas y Pierre se casó y se fue a vivir con su esposa.

En una época en la que la esperanza de vida no era la de ahora, todo el mundo hacía las cosas muy pronto. Eso unido a que la familia Guerre y la familia Rols estaban impacientes por estar emparentados, hizo que Martin, que sólo tenía 14 años, se casara con Bertrande de Rols, que tenía dos años menos.

Estaba claro que se trataba de uno de esos matrimonios de conveniencia entre familias. Por ello, los padres de ambos estaban muy contentos.

Sin embargo, hubo algo con lo que no habían contado. Parece ser que Martin era impotente y, durante varios años, no pudieron consumar su matrimonio. Así que tuvo que aguantar continuas burlas por parte de sus conciudadanos.

Sin embargo, al cabo de 8 años, fueron a ver a una vieja curandera, la cual les dijo que fueran a hablar con el cura del pueblo y comieran unos panes especiales.

Parece ser que fue, como se suele decir, mano de santo, pues consiguieron tener un hijo, al que llamaron Sanxi, como su abuelo paterno.

De todas formas, Martin nunca se encontró a gusto en Artigat. Era un sitio que le venía pequeño y el cuerpo le pedía disfrutar de aventuras en otros lugares.

Así que, en 1548, cuando Martin había cumplido los 24 años, le robó una carga de trigo a su padre y se marchó sin despedirse de nadie.

Curiosamente, no se le ocurrió conocer Francia, sino que vino a España. No sé si sería por temor a la Justicia francesa. Lo cierto es que vivió varios años en Burgos, trabajando como criado del cardenal Mendoza.

Posteriormente, se enroló como soldado a las órdenes del capitán Pedro de Mendoza, hermano del cardenal. Éste fue con sus soldados a combatir en Flandes.

Allí el ejército de Felipe II combatió y venció a los franceses en la célebre batalla de San Quintín.

También allí fue donde Martin fue herido en una pierna por un disparo de arcabuz y los cirujanos decidieron amputársela.

Evidentemente, en la película no se menciona que Martin estuvo luchando en el bando español contra los franceses. De lo contrario, nadie hubiera ido a ver esa película en Francia. También la historiadora se atrevió a decirlo, porque no era francesa.

Con el tiempo, los padres de Martin murieron y Pierre fue nombrado administrador de los bienes de Martin, del cual no habían vuelto a saber nada, pero confiaban en que algún día volvería.

Posteriormente, tanto Pierre, que se había quedado viudo y con dos hijas, se casó con la madre de Bertrande, que también se había quedado viuda. Era una forma de asegurar el patrimonio de las dos familias.

Por otro lado, Bertrande quedó en una situación complicada, pues, aunque era muy joven, no podía volver a casarse, salvo que pudiera demostrar con muchos testigos, que su marido ya habría muerto.

Sin embargo, todo cambió durante el verano de 1556. Habían pasado ya 8 años desde que Martin desapareciera y apareció por el pueblo un hombre con un cierto parecido con Martin y al que algunos confundieron con él. Parece ser que acababa de ser licenciado del Ejército.

Hay quien dice que estos fueron los que le dieron mucha información sobre Martin y sobre sus relaciones con los demás habitantes de Artigat.

No está tampoco muy claro, pero seguro que, en algún momento, pero muchos años antes, tuvo cierta amistad con Martin, que fue el que le contó la mayoría de esas cosas.

Parece ser que, cuando se atrevió a ir a Artigat, en un primer momento, Bertrande no le reconoció. Sin embargo, le besó cuando éste le recordó algunos detalles, que sólo podría conocer el verdadero Martin. Su tío Pierre tampoco lo reconoció hasta que el otro le contó algunas de las cosas que habían hecho juntos.

Él les contó que había estado luchando en el Ejército francés y que luego había estado viviendo un tiempo en España.

Ciertamente, habrá quien piense que su mujer se daría cuenta enseguida de que no era su marido. Sin embargo, parece que ella estaba deseando tener una pareja. Además, este hombre la trataba mucho mejor que Martin, que siempre fue muy irascible.

Les fue tan bien que, en sólo 3 años, tuvieron dos hijas, aunque la primera se les murió. Algo muy corriente en aquella época. Parecía que estaban muy enamorados y que se pusieron de acuerdo para vivir juntos.

Curiosamente, la historiadora Nathalie Zemon Davis, sospechaba que esta pareja podría tener unas ideas, que les podrían haber enseñado los protestantes, que en Francia se llamaban hugonotes. Una religión más permisiva con ese tipo de parejas y que permitía el divorcio.

Hasta el mismo Jean de Coras, el jurista mencionado al comienzo de este artículo, acabó haciéndose protestante. Algo que le costó ser asesinado en 1572, en la infame matanza del Día de San Bartolomé.

El nuevo Martin y Bertrande gozaron de una gran prosperidad, ya que él se dedicó a las labores agrarias, algo que ya había hecho en su lugar de nacimiento, y también vendía sus productos en los mercadillos de los alrededores.

Sin embargo, toda esta bonanza se vino abajo cuando se le ocurrió pedirle cuentas a su tío por los beneficios obtenidos por sus propiedades, durante el tiempo que estuvo ausente.

Parece ser que, aparte de no rendirle cuentas por los beneficios generados por sus propiedades durante su ausencia, este Martin se empeñó en vender un par de fincas de su propiedad. Eso iba en contra de las costumbres de los vascos. Aquellas costumbres decían que los bienes eran de la familia y, si se quería vender alguna propiedad, antes de ello, había que tener la autorización de sus familiares más cercanos. Cosa que él no hizo.

Eso dio lugar a una demanda realizada por este Martin en 1559, que provocó la desconfianza de muchos en su verdadera identidad, azuzados por su tío Pierre. Incluso, la madre de Bertrande la presionó para que lo demandara a fin de evitar una terrible condena por adulterio, pero ella se negó a denunciarle. En aquella época el adulterio podía ser castigado hasta con la pena de muerte para ambos amantes.

Uno de los testimonios más favorables a Pierre fue el del zapatero del pueblo, el cual se extrañaba mucho de que este nuevo Martin tuviera los pies más pequeños que el anterior.

La situación se volvió tan alarmante que, en cierta ocasión, Pierre citó en su casa a este Martin para devolverle los beneficios conseguidos y lo que hizo fue juntarse con unos cuantos más y darle una buena paliza. Todo esto hizo que el pueblo se dividiera entre los que apoyaban a Martin y los que lo veían como un impostor.

Esta balanza empezó a bascular hacia el lado de Pierre cuando, a finales de 1559, pasó por Artigat un soldado veterano, que dijo haber conocido a Martin en la guerra y que le habían amputado una pierna.

Por lo visto, al año siguiente, salió ardiendo un granero de una finca, cuyo propietario era de la pequeña nobleza de la zona. No entiendo por qué o quizás de acuerdo con Pierre, no se le ocurrió otra cosa que acusar de ello a este Martin, al cual encarcelaron en Toulouse.

Evidentemente, tuvieron que soltarlo por falta de pruebas. Sin embargo, Pierre no perdió el tiempo. Estuvo haciendo averiguaciones en varios pueblos de los alrededores y consiguió saber que el nuevo Martin se llamaba Arnaud du Tilh y era natural de Sajas, un pueblo situado a unos 54 km al noroeste de Artigat. Así que obtuvo del juez de Rieux el permiso para detenerlo y llevarlo ante su presencia.

Parece ser que Bertrande fue presionada por Pierre y su madre, que era la esposa de éste para que lo denunciara, alegando haber sido engañada. A fin de protegerse de la acusación de adulterio y también para proteger a la hija, que habían tenido juntos.

Cuando empezó el juicio en Rieux contra Arnaud, las parroquias de la comarca pidieron a cualquiera que lo conociera que fuera a declarar como testigo. Por ello, se presentaron 150 testigos de las dos partes. Curiosamente, la mayoría de ellos no tuvo claro si se trataba de Martin o de Arnaud.

Bertrande tenía que jugar un doble juego, ya que había sido presionada para denunciar a Arnaud, pero quería que saliera en libertad.

Sin embargo, Arnaud llegó a decir que “si Bertrande juraba que él no era su marido, Martin Guerre, aceptaría morir, según dictaminara el tribunal”. Así que Bertrande se limitó a callarse.

Por lo demás, Arnaud, gracias a su elocuencia, hizo una gran defensa y se mostró muy seguro de sí mismo, porque no disponía de un abogado. Refutó todas las acusaciones y puso en entredicho a sus acusadores. Por lo visto, era una persona con mucho mundo y también disponía de una memoria privilegiada.

No obstante, el juez condenó a Arnaud por haber usurpado la personalidad de Martin Guerre y por haber abusado de Bertrande. La condena fue a muerte por decapitación y descuartizamiento.

Como era de suponer, Arnaud recurrió la sentencia y el nuevo juicio tuvo lugar a mediados de 1560 en el Parlamento de Toulouse.

De momento, a los miembros de ese tribunal no les quedó muy claro de dónde partía esa acusación. Así que, tras un careo, decidieron encarcelar a Pierre y a Bertrande. Arnaud también siguió encarcelado.

El juicio continuó durante varios días y los miembros del tribunal ya estaban por declararlo inocente, cuando ocurrió algo extraordinario.

En la película se ve que, cuando ya estaban a punto de declararlo inocente, se presentó en la sala el verdadero Martin Guerre, con su pata de palo, y se les sometió a un careo entre ambos. Curiosamente, Arnaud recordaba más detallas de la vida de Martin que el propio Martin.

Parece ser que el capitán Pedro de Mendoza le pidió a Felipe II, que le dieran alguna indemnización a Martin por los servicios prestados. Éste ordenó que fuera aceptado como hermano lego en la Orden de San Juan de Jerusalén. Sin tener derecho a ello por no ser noble. Igual tuvieron en cuenta lo de ser vasco, pues los consideraban a todos hidalgos.
A partir de entonces, el tribunal sometió a los dos a varios careos, sin conseguir nada. Posteriormente, llamaron a los familiares cercanos para que los reconocieran. Ahí fue donde la mayoría de ellos reconoció como Martin Guerre al de la pata de palo.

Cuando llamaron a Bertrande, ésta fue llorando hacia Martin, pidiéndole que la perdonara, porque Arnaud la había engañado. Sin embargo, Martin no se compadeció de ella y la acusó de ser la culpable de todas las desgracias acaecidas sobre su familia.

El ya mencionado Jean de Coras, que era el ponente, presentó su informe ante ese tribunal. Por ello, condenaron a Arnaud “por impostura y falsa suposición de nombre y de persona y también de adulterio” a la pena de morir ahorcado en la localidad de Artigat.

Los jueces hicieron la vista gorda en lo referente al adulterio de Bertrande, también perdonaron a Martin por haber luchado en el bando español y a Pierre por haber falsificado la firma de Bertrande en la denuncia. También consideraron como legítima la hija tenida con Arnaud.

En septiembre de ese mismo año tuvo lugar la ejecución de Arnaud, que se hizo enfrente de la casa de Martin Guerre. Ya sólo le quedaba hacer la retractación pública y firmar su testamento. Antes de morir, le pidió a Martin que no fuera duro con Bertrande. Tras morir en la horca, su cuerpo fue quemado, para que nadie le recordase en aquel pueblo.

Hay quien dice que la llegada de Martin Guerre, a tiempo antes de leer la sentencia, fue una jugada política. Parece ser que se iban a celebrar unas elecciones para los Estados Generales, o sea, lo que aquí llamamos el Congreso de los diputados. Coras quería presentarse, pero Mansencal, el presidente de ese tribunal, también.

Así que uno de los jefes de sala de ese tribunal movió sus hilos para encontrar al verdadero Martin Guerre, el cual estaba en un monasterio de esa Orden. Como dio la casualidad de que su hijo era el gran maestre de esa Orden, consiguió traerlo y que el rey le perdonase su traición por haber luchado en el bando español.

Por ello, Coras no consiguió el ansiado escaño, pero Mansencal sí que lo obtuvo.

Seguro que a alguno le haya sonado el argumento de esta película de otra que hayan visto. Ciertamente, en 1993, se estrenó la película Sommersby, protagonizada por Richard Gere y Jodie Foster, pero esta vez ambientada durante la guerra civil USA. Creo que esa no estaba basada en ningún hecho histórico.

Espero que me disculpéis, porque me ha quedado un poco más largo de lo habitual, pero era necesario para poder explicar este hecho histórico.

 

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