Recuerdo que, en los años 80,
estuve viendo una película que me gustó mucho. Así que he estado durante mucho
tiempo intentando conseguirla en DVD.
Luego me enteré de que también
existía un libro sobre el tema, escrito por la gran historiadora Natalie Zemon
Davis. Se trata de una especialista, ya fallecida, nacida en USA, pero
especializada en Historia Moderna de Europa.
Así que, no hace mucho, tuve un
golpe de suerte y conseguí comprar el DVD y el libro.
La película se titula El regreso
de Martin Guerre. Se estrenó en 1982 y estaba protagonizada por Gérard
Depardieu y Nathalie Baye, bajo la dirección de Daniel Vigne.
En este caso no se trata de una
historia inventada, sino algo que ocurrió en la Francia del siglo XVI.
Sin embargo, parece ser que, para
hacerla más comercial, la productora exigió algunos cambios, que no le gustaron
demasiado a esta historiadora y, tras el estreno de la película, decidió
escribir este libro para aportar más datos sobre esta historia.
Una de las fuentes más conocidas,
donde se encuentran más datos sobre este asunto es un libro titulado Arrest
memorable du Parlament de Tolose, publicado en 1561, cuyo autor fue el jurista
Jean de Coras, el cual intervino en el proceso contra Martin Guerre.
Desgraciadamente, ya no se
conservan las actas de los juicios celebrados en esas fechas.
En 1527, Sanxi Daguerre, su
esposa, su hijo Martin y su hermano, Pierre, que todavía estaba soltero, decidieron
trasladarse desde su habitual lugar de residencia en Hendaya, en el País Vasco
francés, hasta otra localidad, llamada Artigat, situada más al noreste, en el
condado de Foix.
Se cree que se mudaron a esa
localidad, situada lejos de la frontera, porque estaban hartos de aguantar los
problemas que les estaban dando las frecuentes guerras entre Francia y España,
que llevaban aparejadas la destrucción de los bienes de los residentes en esas
zonas. Como solía ocurrir en las aceifas entre moros y cristianos durante la
Reconquista.
En Artigat no tenían las mismas
costumbres de los vascos, pero ellos se adaptaron enseguida a su nuevo lugar de
residencia.
Parece ser que, a pesar de ser
una especie de aldea, donde vivían unas 70 familias, estaban muy organizados.
En caso de que hubiera algún pleito, tenían los llamados 3 cónsules, que eran
como unos jueces de paz, nombrados entre los vecinos del pueblo.
Si recurrían la sentencia de estos, podían acudir al juez de Rieux, otro pueblo de ese condado y, si volvían a recurrir, tendrían que ir al Parlamento de Toulouse. Es preciso decir que en Francia se les llamaba parlamentos a los tribunales de Justicia.
Por lo visto, era una zona donde
había muy pocos nobles y no solían entrometerse en la vida de la gente de los
pueblos.
Los Daguerre compraron unos
terrenos, que iban cultivando. También montaron otra fábrica de tejas y
ladrillos y cambiaron su apellido por el de Guerre.
Posteriormente, Sanxi y su esposa
tuvieron 4 hijas y Pierre se casó y se fue a vivir con su esposa.
En una época en la que la esperanza de vida no era la de ahora, todo el mundo hacía las cosas muy pronto. Eso unido a que la familia Guerre y la familia Rols estaban impacientes por estar emparentados, hizo que Martin, que sólo tenía 14 años, se casara con Bertrande de Rols, que tenía dos años menos.
Estaba claro que se trataba de
uno de esos matrimonios de conveniencia entre familias. Por ello, los padres de
ambos estaban muy contentos.
Sin embargo, hubo algo con lo que
no habían contado. Parece ser que Martin era impotente y, durante varios años,
no pudieron consumar su matrimonio. Así que tuvo que aguantar continuas burlas
por parte de sus conciudadanos.
Sin embargo, al cabo de 8 años,
fueron a ver a una vieja curandera, la cual les dijo que fueran a hablar con el
cura del pueblo y comieran unos panes especiales.
De todas formas, Martin nunca se
encontró a gusto en Artigat. Era un sitio que le venía pequeño y el cuerpo le
pedía disfrutar de aventuras en otros lugares.
Así que, en 1548, cuando Martin
había cumplido los 24 años, le robó una carga de trigo a su padre y se marchó
sin despedirse de nadie.
Curiosamente, no se le ocurrió conocer
Francia, sino que vino a España. No sé si sería por temor a la Justicia
francesa. Lo cierto es que vivió varios años en Burgos, trabajando como criado
del cardenal Mendoza.
Posteriormente, se enroló como
soldado a las órdenes del capitán Pedro de Mendoza, hermano del cardenal. Éste
fue con sus soldados a combatir en Flandes.
Allí el ejército de Felipe II combatió y venció a los franceses en la célebre batalla de San Quintín.
También allí fue donde Martin fue herido en una pierna por un disparo de arcabuz y los cirujanos decidieron amputársela.Evidentemente, en la película no
se menciona que Martin estuvo luchando en el bando español contra los
franceses. De lo contrario, nadie hubiera ido a ver esa película en Francia.
También la historiadora se atrevió a decirlo, porque no era francesa.
Con el tiempo, los padres de
Martin murieron y Pierre fue nombrado administrador de los bienes de Martin,
del cual no habían vuelto a saber nada, pero confiaban en que algún día
volvería.
Por otro lado, Bertrande quedó en
una situación complicada, pues, aunque era muy joven, no podía volver a
casarse, salvo que pudiera demostrar con muchos testigos, que su marido ya
habría muerto.
Sin embargo, todo cambió durante el verano de 1556. Habían pasado ya 8 años desde que Martin desapareciera y apareció por el pueblo un hombre con un cierto parecido con Martin y al que algunos confundieron con él. Parece ser que acababa de ser licenciado del Ejército.
Hay quien dice que estos fueron
los que le dieron mucha información sobre Martin y sobre sus relaciones con los
demás habitantes de Artigat.
No está tampoco muy claro, pero
seguro que, en algún momento, pero muchos años antes, tuvo cierta amistad con
Martin, que fue el que le contó la mayoría de esas cosas.
Parece ser que, cuando se atrevió
a ir a Artigat, en un primer momento, Bertrande no le reconoció. Sin embargo,
le besó cuando éste le recordó algunos detalles, que sólo podría conocer el
verdadero Martin. Su tío Pierre tampoco lo reconoció hasta que el otro le contó
algunas de las cosas que habían hecho juntos.
Ciertamente, habrá quien piense
que su mujer se daría cuenta enseguida de que no era su marido. Sin embargo,
parece que ella estaba deseando tener una pareja. Además, este hombre la
trataba mucho mejor que Martin, que siempre fue muy irascible.
Les fue tan bien que, en sólo 3
años, tuvieron dos hijas, aunque la primera se les murió. Algo muy corriente en
aquella época. Parecía que estaban muy enamorados y que se pusieron de acuerdo
para vivir juntos.
Curiosamente, la historiadora Nathalie Zemon Davis, sospechaba que esta pareja podría tener unas ideas, que les podrían haber enseñado los protestantes, que en Francia se llamaban hugonotes. Una religión más permisiva con ese tipo de parejas y que permitía el divorcio.
Hasta el mismo Jean de Coras, el
jurista mencionado al comienzo de este artículo, acabó haciéndose protestante.
Algo que le costó ser asesinado en 1572, en la infame matanza del Día de San
Bartolomé.
El nuevo Martin y Bertrande gozaron
de una gran prosperidad, ya que él se dedicó a las labores agrarias, algo que
ya había hecho en su lugar de nacimiento, y también vendía sus productos en los
mercadillos de los alrededores.
Sin embargo, toda esta bonanza se
vino abajo cuando se le ocurrió pedirle cuentas a su tío por los beneficios
obtenidos por sus propiedades, durante el tiempo que estuvo ausente.
Parece ser que, aparte de no
rendirle cuentas por los beneficios generados por sus propiedades durante su
ausencia, este Martin se empeñó en vender un par de fincas de su propiedad. Eso
iba en contra de las costumbres de los vascos. Aquellas costumbres decían que
los bienes eran de la familia y, si se quería vender alguna propiedad, antes de
ello, había que tener la autorización de sus familiares más cercanos. Cosa que él
no hizo.
Uno de los testimonios más
favorables a Pierre fue el del zapatero del pueblo, el cual se extrañaba mucho
de que este nuevo Martin tuviera los pies más pequeños que el anterior.
La situación se volvió tan
alarmante que, en cierta ocasión, Pierre citó en su casa a este Martin para
devolverle los beneficios conseguidos y lo que hizo fue juntarse con unos
cuantos más y darle una buena paliza. Todo esto hizo que el pueblo se dividiera
entre los que apoyaban a Martin y los que lo veían como un impostor.
Esta balanza empezó a bascular
hacia el lado de Pierre cuando, a finales de 1559, pasó por Artigat un soldado
veterano, que dijo haber conocido a Martin en la guerra y que le habían
amputado una pierna.
Evidentemente, tuvieron que
soltarlo por falta de pruebas. Sin embargo, Pierre no perdió el tiempo. Estuvo
haciendo averiguaciones en varios pueblos de los alrededores y consiguió saber
que el nuevo Martin se llamaba Arnaud du Tilh y era natural de Sajas, un pueblo
situado a unos 54 km al noroeste de Artigat. Así que obtuvo del juez de Rieux
el permiso para detenerlo y llevarlo ante su presencia.
Parece ser que Bertrande fue
presionada por Pierre y su madre, que era la esposa de éste para que lo
denunciara, alegando haber sido engañada. A fin de protegerse de la acusación
de adulterio y también para proteger a la hija, que habían tenido juntos.
Cuando empezó el juicio en Rieux
contra Arnaud, las parroquias de la comarca pidieron a cualquiera que lo
conociera que fuera a declarar como testigo. Por ello, se presentaron 150
testigos de las dos partes. Curiosamente, la mayoría de ellos no tuvo claro si
se trataba de Martin o de Arnaud.
Sin embargo, Arnaud llegó a decir
que “si Bertrande juraba que él no era su marido, Martin Guerre, aceptaría
morir, según dictaminara el tribunal”. Así que Bertrande se limitó a callarse.
Por lo demás, Arnaud, gracias a
su elocuencia, hizo una gran defensa y se mostró muy seguro de sí mismo, porque
no disponía de un abogado. Refutó todas las acusaciones y puso en entredicho a
sus acusadores. Por lo visto, era una persona con mucho mundo y también
disponía de una memoria privilegiada.
Como era de suponer, Arnaud
recurrió la sentencia y el nuevo juicio tuvo lugar a mediados de 1560 en el
Parlamento de Toulouse.
De momento, a los miembros de ese
tribunal no les quedó muy claro de dónde partía esa acusación. Así que, tras un
careo, decidieron encarcelar a Pierre y a Bertrande. Arnaud también siguió
encarcelado.
El juicio continuó durante varios
días y los miembros del tribunal ya estaban por declararlo inocente, cuando
ocurrió algo extraordinario.
En la película se ve que, cuando ya
estaban a punto de declararlo inocente, se presentó en la sala el verdadero
Martin Guerre, con su pata de palo, y se les sometió a un careo entre ambos.
Curiosamente, Arnaud recordaba más detallas de la vida de Martin que el propio
Martin.
A partir de entonces, el tribunal sometió a los dos a varios careos, sin conseguir nada. Posteriormente, llamaron a los familiares cercanos para que los reconocieran. Ahí fue donde la mayoría de ellos reconoció como Martin Guerre al de la pata de palo.
Cuando llamaron a Bertrande, ésta
fue llorando hacia Martin, pidiéndole que la perdonara, porque Arnaud la había
engañado. Sin embargo, Martin no se compadeció de ella y la acusó de ser la
culpable de todas las desgracias acaecidas sobre su familia.
El ya mencionado Jean de Coras,
que era el ponente, presentó su informe ante ese tribunal. Por ello, condenaron
a Arnaud “por impostura y falsa suposición de nombre y de persona y también de
adulterio” a la pena de morir ahorcado en la localidad de Artigat.
En septiembre de ese mismo año
tuvo lugar la ejecución de Arnaud, que se hizo enfrente de la casa de Martin
Guerre. Ya sólo le quedaba hacer la retractación pública y firmar su
testamento. Antes de morir, le pidió a Martin que no fuera duro con Bertrande.
Tras morir en la horca, su cuerpo fue quemado, para que nadie le recordase en
aquel pueblo.
Hay quien dice que la llegada de Martin
Guerre, a tiempo antes de leer la sentencia, fue una jugada política. Parece
ser que se iban a celebrar unas elecciones para los Estados Generales, o sea,
lo que aquí llamamos el Congreso de los diputados. Coras quería presentarse,
pero Mansencal, el presidente de ese tribunal, también.
Por ello, Coras no consiguió el ansiado
escaño, pero Mansencal sí que lo obtuvo.
Seguro que a alguno le haya
sonado el argumento de esta película de otra que hayan visto. Ciertamente, en
1993, se estrenó la película Sommersby, protagonizada por Richard Gere y Jodie
Foster, pero esta vez ambientada durante la guerra civil USA. Creo que esa no
estaba basada en ningún hecho histórico.
Espero que me disculpéis, porque
me ha quedado un poco más largo de lo habitual, pero era necesario para poder
explicar este hecho histórico.
TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN
DE WWW.GOOGLE.ES
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