ESCRIBANO MONACAL

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UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

miércoles, 29 de marzo de 2023

JOHANNA VAN GOGH-BONGER

 

Seguro que, más de uno, al leer el título de este artículo, le habrá llamado la atención el famoso apellido Van Gogh y es posible que hayáis pensado que se trataba de una hermana del famoso pintor. Sin embargo, no lo era. Así que os invito a leerlo para descubrir quién fue.

El nombre completo de soltera de nuestro personaje de hoy era Johanna Gezina Bonger y nació en Amsterdam en 1862. Su padre fue un corredor de seguros y su madre ama de casa. La pareja tuvo 7 hijos, siendo Johanna la quinta de ellos.

Parece ser que se trataba de una familia muy aficionada a la música y solían invitar a músicos a tocar en su casa. Posiblemente, de ahí le vino a Johanna su interés por aprender a tocar el piano.

Por lo visto, siempre tuvo inquietudes intelectuales. Así que su familia la animó para que aprendiera idiomas y obtuviera un título similar a lo que es un grado universitario.

Ciertamente, aunque se sabe que, ya en el siglo XVII, una mujer holandesa consiguió un título universitario, todavía no era muy habitual que estudiasen en esos centros.

Parece ser que ella siempre estuvo muy unida a Andries, su hermano mayor, el cual se trasladó a París para trabajar en una empresa de comercio exterior, y solían escribirse muy a menudo.

Johanna consiguió un trabajo en el Museo Británico, donde consiguió perfeccionar su dominio del inglés. Después regresó a su país, donde ejerció como profesora de inglés en varios centros educativos.

Parece ser que su hermano Andries había conocido a Theo van Gogh en París. Concretamente, en un club donde solían reunirse ciudadanos holandeses, residentes en esa capital.

Por lo visto, ambos trabaron amistad, porque Theo era un marchante de obras de arte y Andries era un coleccionista. Aquel fue el que le presentó a su hermano mayor, Vincent.

En 1888, Theo y Andries hicieron un viaje a Amsterdam y allí fue dónde le presentó a su hermana Johanna, que trabajaba como profesora en un instituto de esa ciudad.

Parece ser que a Theo le gustó mucho y, poco después, regresó a Amsterdam para pedirle que se casaran, pero ella le rechazó, argumentando que apenas se conocían. No obstante, tras mantenerse en contacto por vía postal, al año siguiente, aceptó casarse con él y se fueron a vivir a París.

Por otra parte, Theo, que era marchante de arte, siempre estuvo muy unido a su hermano Vincent, al que apoyó de muchas maneras, a pesar de que, aunque parezca mentira, nunca consiguió vender ninguno de sus cuadros.

Por lo visto, Johanna siempre tuvo muy buenas relaciones con su familia política. De hecho, una hermana menor de su marido estuvo ayudándola, mientras estuvo embarazada y después de dar a luz a su bebé, Vincent Willen, en enero de 1890.

Desgraciadamente, esta visión de una familia muy feliz se rompió, en julio de 1890, tras el suicidio de Vincent.

Hay que decir que fue un pobre hombre al que nunca le salió nada bien. Fracasó cuando quiso ser pastor protestante, como su padre. También cuando trabajó como contable, con su tío. Tampoco tuvo éxito como pintor.

Lógicamente, esto afectó mucho a su hermano Theo, que siempre estuvo muy unido a él. De todas formas, la salud de Theo nunca fue muy buena, pues, desde que estaba soltero, estaba afectado por la sífilis a causa de su afición por ir de prostitutas.


Por lo visto, lo que ahora se denomina neurosífilis fue lo que, unido a un estado depresivo, le causó la muerte, sólo 6 meses después de la muerte de Vincent.

Parece ser que Theo fue quien había introducido a su hermano Vincent en el mundillo artístico de París y le presentó a los pintores más famosos del momento, como Gauguin, Cezanne, Toulouse-Lautrec, Pisarro, etc.

Siempre hubo mucha relación epistolar entre ambos hermanos. Theo fue quien consiguió que admitieran los cuadros de Vincent en algunas exposiciones importantes y le animó para que fuera venciendo su depresión, pero no lo consiguió.

Como ya he mencionado, Theo murió en enero de 1891 y eso dejó a su viuda en la pobreza, con un hijo al que cuidar y unos 200 cuadros de Vincent, que todavía no tenían ningún valor.

Por ello, regresó a Holanda, abriendo una pensión en una pequeña localidad cercana a Amsterdam, donde también se dedicó a traducir cuentos de otros países al holandés.

También volvió a hacer anotaciones en su diario. Algo que 

siempre había hecho, pero que lo interrumpió, mientras estuvo casada. Ese diario y las cartas entre los dos hermanos Van Gogh sirvieron a los investigadores para poder conocer a fondo la vida del famoso pintor.

En 1901, Johanna se casó con otro pintor, llamado John Cohen Gosschalk, unos 10 años más joven que ella.

Así que dejó la pensión y se mudó con su marido a otra casa en la misma localidad. Por lo visto, tampoco le fue muy bien, porque él también sufría de depresión y era un ser muy solitario.

Por aquella época, también aquella hermana de Theo, que le había ayudado con el parto de su hijo, empezó a sufrir problemas mentales y tuvo que ser ingresada, de por vida, en un psiquiátrico.

A partir de entonces, Johanna, tomó contacto con organizaciones 

feministas y también se dedicó a traducir obras de ese tipo escritas en francés o inglés.

Por otro lado, a base de mucho empeño, consiguió que los expertos en el mundo del arte llegasen a valorar los cuadros de Van Gogh. Parece ser que, a algunos, que tenían una mayor influencia, les regaló obras menores para que las fueran popularizando.

Curiosamente, su hermano Andries, al que ya he mencionado, también le ayudó con la venta de algunos de esos cuadros.

Tampoco perdió el contacto con algunos amigos de Vincent, como los pintores Eugène Boch o Émile Bernard y algunos famosos marchantes, los cuales le ayudaron a montar algunas exposiciones para dar a conocer las obras del fallecido.

Parece ser que empezó a tener éxito, tras la exposición celebrada en 1905 en el Museo Stedelijk, de Amsterdam. Allí acudieron importantes marchantes de arte y famosos coleccionistas.

Eso hizo que empezara a cobrar fama. Primero en su país y Alemania

y luego en el resto de Europa. Supongo que a ello también ayudó que ella aprobase la publicación de las cartas entre los dos hermanos a fin de comprender la forma de pensar de Vincent. Parece ser que esa idea no gustó demasiado a otros de los hermanos Van Gogh.

En 1912, murió su segundo marido y ya no se volvió a casar nunca más.

Viendo que ahora estaban surgiendo en América los más importantes mecenas y coleccionistas de obras de arte, se trasladó a USA, residiendo en Nueva York entre 1915 y 1919.

Como es natural, dio a conocer las obras de Vincent y, dado que existía un enorme interés por conocer cómo se había desarrollado la vida del artista, tradujo al inglés las cartas escritas entre los dos hermanos. Por lo visto, tuvo mucho éxito.

No obstante, al término de la I Guerra Mundial, regresó a su país. A pesar de ello, siguió traduciendo al inglés el medio millar de cartas existente entre los hermanos.

Desgraciadamente, comenzó a padecer la terrible enfermedad del Parkinson. No obstante, siguió vendiendo las obras de Vincent, las cuales ya habían logrado alcanzar un precio adecuado con su valía.

Desafortunadamente, la muerte le llegó en 1925, con tan sólo 62 años.

Su único hijo y sus 4 nietos heredaron no sólo muchos cuadros de Vincent, sino también del segundo marido de Johanna, aparte de la mencionada correspondencia.

Aparte de ello, también heredaron algunas obras de otros pintores famosos, como Gauguin, Seurat o Toulouse-Lautrec, que habían sido adquiridas por Theo, pero que, a causa de su muere prematura, nunca pudo venderlas.

El Gobierno holandés tuvo el acierto de construir un museo dedicado a Van Gogh, donde depositaron sus mejores obras, que Johanna nunca quiso poner a la venta. Este edificio se inauguró en 1973 y uno de los que lo diseñaron fue Willen, hijo de Theo y Johanna, que era ingeniero. Desgraciadamente, éste murió 5 años después de su inauguración.

Es posible que este artista fuera un adelantado a su tiempo. Como ya sabemos, hoy en día, las pinturas de Van Gogh están valoradas a precios muy altos.

Concretamente, en 1987, una de las pinturas de los Girasoles fue subastada y llegó a alcanzar un precio récord de 40.000.000 de $USA. No obstante, unos meses más tarde, otra de sus pinturas superó ese récord, vendiéndose por 53.000.000 de $USA.

Por ello, está muy claro que la fama actual, que gozan las obras de Van Gogh se la debe a su cuñada, que es nuestro personaje de hoy.

Además, tuvo mucho mérito, porque siempre quiso mantener la mayoría de los cuadros, ya que consideraba que formaban una colección y sólo se desprendió de algunos de menor importancia.

Curiosamente, siempre se negó a desprenderse de un cuadro titulado El almendro en flor. Una obra que pintó Vincent para conmemorar el nacimiento de su sobrino Willem.

Desgraciadamente, en 2004, un bisnieto de Theo, también llamado Theo Van Gogh, que era director de cine, fue asesinado por un terrorista en una calle del centro de Amsterdam.

 

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