ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

lunes, 23 de diciembre de 2024

EL MURO DE BERLÍN

 

Todos los que suelen leer mis artículos saben que dejo para el final de cada año un tema para creer que en la esperanza. Siempre hay que esperar que lo próximo que venga sea mejor.

Así que se me ha ocurrido tocar este tema, porque recuerdo que siempre había pensado que nunca vería caer lo que muchos llamaron “el muro de la vergüenza”. Sin embargo, cayó.

Ya sabemos que siempre se ha dicho que “no hay dictadura que cien años dure” y esa es la pura verdad.

Una vez hecha la presentación del tema, me voy a meter en él a fondo.

Como todo el mundo sabe, al final de la II Guerra Mundial, Alemania fue dividida en 4 zonas, las cuales fueron administradas por las 4 potencias vencedoras de ese conflicto.

Como Berlín quedó dentro de la zona administrada por la URSS, ya en la Conferencia de Yalta se decidió que esa ciudad también se dividiera en 4 zonas, administradas por las mismas potencias.

Muy pronto, los soviéticos empezaron a colocar alambre de púas en el límite entre su zona de ocupación y el resto de Alemania. No sólo eso, sino que exigían unos pases para poder transitar de una zona a otra.

Así que los alemanes, que no son tontos, se fueron dando cuenta de las malas intenciones de los soviéticos y cada vez eran más los que emigraban a las zonas de los aliados occidentales. Se calcula que huyeron más de 3.500.000 de alemanes y ciudadanos de otros países de Europa Oriental hacia Alemania occidental.

En 1948 se creó una nueva moneda, llamada marco alemán, pero sólo fue adoptada por las zonas de los aliados occidentales y en Berlín occidental.

La URSS respondió ordenando el bloqueo de Berlín occidental y los aliados crearon un puente aéreo, con el que consiguieron llevar todo tipo de suministros por vía aérea. Esta situación duró desde junio de 1948 hasta mayo de 1949.

Unos días después del fin del bloqueo, los aliados occidentales cedieron sus zonas de ocupación y se fundó la República Federal de Alemania (RFA). Esto dio lugar a que los soviéticos fundaran en su zona la República Democrática de Alemania (RDA).

Evidentemente, Berlín ya no podía ser la capital de la RFA y la nueva capital sería Bonn. La ciudad donde nació Beethoven.

Aunque parezca mentira, parece ser que a los policías de la RDA les era más sencillo controlar la frontera con la RFA que los accesos a Berlín occidental.

Según parece, lo que propuso el Gobierno soviético fue que Berlín fuera una especie de ciudad neutral, donde no hubiera fuerzas de ocupación de ninguno de los países aliados.

Obviamente, los aliados occidentales no cayeron en la trampa, porque, en cuanto se fueran sus tropas de Berlín, probablemente, esa ciudad sería ocupada por tropas soviéticas.

No hay que olvidar que estamos al comienzo de la Guerra Fría. Como la situación iba cada vez peor, siguieron huyendo miles de personas hacia el sector occidental. Lo cual empezó a poner en peligro la economía de la zona soviética. Sólo el 12/08/1961 huyeron 3.190 personas.

Así que, a principios de agosto de 1961 se reunieron Kruschev y el líder de la RDA Walter Ulbricht y decidieron construir un muro alrededor de Berlín occidental, cuya longitud alcanzó los 168 km.

Por ello, la noche del 12 al 13 de agosto de 1961 se movilizaron las tropas del Ejército, la Policía y hasta milicianos de la RDA para cerrar todas las fronteras y proteger la construcción del muro.

En septiembre de ese año, cuando todavía se estaba construyendo el Muro, hubo mucha gente que consiguió huir hacia la zona occidental. De esa época data la foto de un policía de fronteras, llamado Conrad Schumann, que dejó caer su fusil y saltar la alambrada.

Ciertamente, se registraron muchas protestas en la RDA, pero fueron, rápidamente, reprimidas por la Policía.

También protestaron Konrad Adenauer, canciller de la RFA, y Willy Brandt, alcalde de Berlín occidental, pero no les sirvió para nada.

Sin embargo, tanto USA como la URSS incrementaron sus tropas en esa zona. Incluso, llegaron a apuntarse, mutuamente, los carros de combate de esos dos ejércitos en el famoso Check point Charlie.

En junio de 1963 tuvo lugar la famosa visita del presidente USA John F. Kennedy, donde dijo aquello de “Yo soy berlinés”. Una frase que provocó una gran admiración entre los berlineses.

Mientras tanto, el Gobierno de la RDA sólo concedía algunos pases a los ciudadanos de Berlín occidental para poder visitar a sus familiares en la RDA.

A partir de los años 70, con la aplicación de la política de Brandt hacia el este de Europa, las autoridades de la RDA fueron aflojando la presión sobre sus fronteras.

No obstante, siguieron vigilando, incluso con unos 1.000 perros policía y hasta derribaron los bloques de viviendas, que hubieran quedado junto al Muro. Previamente, habían obligado a la evacuación forzosa de las personas, que residían en esos bloques. Incluso, se atrevieron a volar una iglesia, que estaba situada al lado del Muro.

No hará falta decir que, a los policías y soldados de la RDA, que vigilaban el Muro les dieron instrucciones muy precisas de disparar a todos los que se acercaran a esa pared y parece que les gustaba mucho tener que hacerlo.

Parece ser que el mando de control de fronteras de la RDA estaba compuesto por 11.500 soldados y 500 funcionarios. Siempre había un turno formado por 2.500 soldados y policías en la frontera.

No sólo había fronteras terrestres, sino también otra, que discurría a través de varios ríos y lagos. Así que también colocaron barreras submarinas para que nadie pudiera escapar buceando.

En cuanto al número de víctimas por intentar escapar a través del Muro, es algo que todavía no está claro a causa de la falta de colaboración de las antiguas autoridades
de la RDA.

En el año 2000 se constituyó un grupo de trabajo, pero no alcanzaron unos resultados muy fiables. Consiguieron demostrar que unas 140 personas fueron asesinadas al intentar escapar. Entre ellas, había varios niños.

Sin embargo, se sabe que hubo otras 251 que murieron por diferentes causas, como heridas o ataques cardiacos, al intentar escapar.

No obstante, se sabe que unas 75.000 personas fueron procesadas por intentar escapar de la RDA. La mayoría de ellas fueron condenadas a penas de 8 años de cárcel.

Por el contrario, tras la reunificación, se produjeron varios juicios contra los políticos de la RDA y los guardianes del Muro. De los 277 procesados, la mitad de ellos fueron condenados a diversas penas de cárcel.

A partir de septiembre de 1989 se produjeron las primeras manifestaciones en la RDA para exigir más libertad y la apertura de las fronteras.

Por entonces, muchos ciudadanos de la RDA estaban escapando a Occidente a través de las fronteras de su país con otros países de la Europa Oriental.

El 04/11/1989 tuvo lugar una gran manifestación en el centro de Berlín oriental, la cual, increíblemente, fue transmitida en directo por la TV de la RDA.

Eso provocó que, tres días más tarde, dimitiera todo el Gobierno de la RDA.

Contra todo pronóstico, el 09/11/1989, el portavoz del Gobierno en funciones dijo en una rueda de prensa, transmitida en directo por TV, que, si se solicitaba, los ciudadanos de la RDA podrían salir de su país. Tanto para salir hacia la RFA como al Berlín Occidental.

Un periodista se atrevió a preguntarle cuándo se pondría en vigor esa medida y él, como no le habían dado ninguna instrucción al respecto, dijo que inmediatamente.

Así que, poco a poco, los ciudadanos de la RDA, se fueron hacia los pasos fronterizos del Muro y los guardianes no tuvieron más remedio que dejarles pasar a Berlín Occidental.

Al principio, lentamente, y luego con mayor rapidez, mucha gente fue pasando hacia su soñado Occidente. Allí se fueron dando cuenta del atraso en que se encontraban en la RDA con relación al mundo occidental. De hecho, Berlín occidental era una especie de escaparate publicitario del mundo capitalista.

No obstante, desde los diferentes puestos fronterizos continuaron llamando al Ministerio de Interior. Sin embargo, como no fueron capaces de darles unas instrucciones muy concretas y la gente se había acumulado por miles en esos puntos, muchos responsables de esos puestos optaron por dejar de realizar controles y dejar salir a todo el mundo.

En el lado occidental, los ciudadanos de la RDA fueron recibidos con entusiasmo, pues también se había informado de la apertura de la frontera. Muchos familiares pudieron abrazarse, después de muchos años sin poder verse.

Incluso, muchos ciudadanos de Berlín occidental se atrevieron a escalar el Muro, sin que se lo pudieran impedir los guardianes del mismo.

La euforia general hizo que en muchos barres sirvieran cerveza gratis a los ciudadanos de la RDA y el alcalde de Berlín occidental ordenó que, a cada uno de ellos, les dieran 100 marcos, ya que allí no les valían para nada los marcos de la RDA.

No vayamos a pensar que el Muro fue, inmediatamente, derribado. En los días siguientes, se fueron reparando los daños en esta pared, pero también se abrieron nuevos pasos fronterizos.

A partir de la Nochebuena de 1989 se permitió la entrada en la RDA, sin necesidad de visado, a los ciudadanos de la RFA.

La vigilancia del Muro se fue relajando y ya el 01/07/1990, fecha en la que entró en vigor la unión monetaria entre las dos Alemanias, se suprimió por completo.

Curiosamente, en junio de ese mismo año, ya había empezado a demolerse una parte de ese Muro para construir una línea ferroviaria. La demolición del resto del Muro terminó a finales de 1991.

La caída del Muro de Berlín fue la expresión más clara del final de la Guerra Fría y no sólo supuso la reunificación de Alemania, sino también el acercamiento de la Europa Oriental a Occidente.

En fin, como ya he dicho al principio, yo no esperaba ver caer el Muro de Berlín. Sin embargo, esto nos dice que nunca hay que perder la esperanza.

Por eso, os deseo a todos UN MUY FELIZ AÑO 2025 y que se cumplan todos los deseos que estamos esperando.

 




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sábado, 21 de diciembre de 2024

LA SOCIEDAD SECRETA DE LA GARDUÑA

 

Hoy voy a escribir un artículo sobre una sociedad secreta, que algunos autores dicen que existió, mientras que otros lo niegan rotundamente.

Yo no estoy a favor ni en contra, pero nunca descarto nada y además me parece un tema muy interesante.

Parece ser que la Garduña fue una sociedad secreta formada por expresidiarios y galeotes huidos de sus naves y creada alrededor de 1412.

Por lo visto, su primera sede estuvo en Toledo, aunque, tras el descubrimiento de América y la llegada del oro y la plata, procedente de ese continente, se trasladaron a Sevilla.

No hay que olvidar que la Casa de la Contratación estaba en esa ciudad y tenía el monopolio de todo el comercio con Hispanoamérica. Luego la trasladaron a Cádiz.

Lógicamente, los delincuentes suelen ir a los lugares donde corre el dinero con una mayor facilidad y, por entonces, Sevilla era la ciudad más rica de Europa.

No obstante, los miembros de La Garduña también operaron en los territorios españoles de ultramar.

Un autor afirma que, en el siglo XVII, había en Sevilla unas 300 casas de juego y otras 3.000, donde se practicaba la prostitución.

Parece ser que estaban muy bien organizados en La Garduña, ya que tenían prostitutas, que se dedicaban a atraer a tipos con pinta de tener dinero, para que luego otros les robaran.

También tenían una gran cantidad de espías para enterarse de cuándo vendrían los mejores cargamentos y también si habían llegado algunas personas ricas a la ciudad. Incluso, disponían de testigos falsos para testificar en los juicios.

Por supuesto, disponían de asesinos y duelistas a sueldo, que mataban a cualquiera por encargo.

Algunos autores del siglo XVII, como Sebastián de Covarrubias o Jerónimo de Barrionuevo, escribieron algunas obras sobre esta organización criminal.

Otros autores afirman que los miembros de la Garduña también se dedicaban a denunciar a musulmanes y judíos a los que acusaban de seguir practicando sus respectivas religiones, en secreto.

Evidentemente, esto no lo hacían gratuitamente. Como los autos de fe inquisitoriales costaban mucho dinero, los inquisidores solían ir a la búsqueda de gente adinerada con el fin de incautarles sus riquezas, poder pagar todos los gastos y enriquecerse.

Así que, según algunos autores, ese era un negocio, donde colaboraban los miembros de la Garduña y donde, obviamente, también sacaban tajada, pues solían quedarse con los bienes de los condenados. Supongo que era una forma de que los inquisidores no se mancharan las manos con la sangre de los reos.

Incluso, dicen que solían robar en las casas de los judíos y, si los pillaban, alegaban ser agentes de la Inquisición para quedar, inmediatamente, en libertad.

Hay quien dice que el personaje de Monipodio, protagonista de la novela Rinconete y Cortadillo, está basado en una persona, que Cervantes llegó a conocer, cuando estuvo preso en la cárcel de Sevilla.

También aparece una especie de asociación de delincuentes sevillanos en la obra “La vida del Buscón don Pablos”, de Francisco de Quevedo.

Con el paso del tiempo, parece ser que se transformó en una especie de hermandad religiosa, para poder camuflarse con una mayor facilidad en la sociedad sevillana. Así que tenían hermanos mayores y menores, como cualquier cofradía, a la que llamaban “San Hernando de los afligidos”.

Aunque ya habían creado una especie de sucursales en otras ciudades. Preferiblemente, en las que tenían puerto. Evidentemente, para dedicarse al contrabando.

Dicen que sus miembros se reconocían por tener un tatuaje con tres puntos en ambas palmas de las manos.

También dicen que algunos de sus miembros fueron asesinados por sus propios compañeros por haber actuado por su cuenta.

Por otra parte, hay una leyenda del siglo XV, que dice que tres hermanos, que pertenecían a esta organización, huyeron de Toledo, después de haber cometido un crimen y acabaron residiendo muchos años en Sicilia.

Desde allí, se repartieron por Italia con el fin de crear organizaciones del mismo tipo. Uno de ellos fundó la Mafia en Sicilia, otro la Camorra napolitana y otro, la Mafia calabresa.

No hay que olvidar que esos territorios pertenecieron a la Corona de Aragón.

Dicen que esa leyenda fue recogida, en el siglo XVII, por Alonso de Castillo Solórzano, al publicar su obra “La Garduña de Sevilla”.

Por supuesto, con el tiempo, no sólo hubo delincuentes profesionales entre los miembros de la Garduña, sino que también admitieron en sus filas a jueces, alcaldes, personajes importantes, etc.

Esta organización criminal siguió funcionando hasta que, en 1821, un grupo de policías, al mando del oficial Manuel de Cuendias, entró a registrar la vivienda de un personaje muy conocido en Sevilla, llamado Francisco Cortina.

Estaban buscando a una joven, que había sido secuestrada y todas las pistas les llevaron hasta el domicilio de Cortina.

Efectivamente, allí encontraron el cadáver de la chica, que había sido enterrado en el jardín de la casa y, al realizar el registro, se encontraron con una obra, que llevaba varios años escribiendo Cortina, donde se narraba toda la historia de La Garduña. Una organización de la que él era el jefe.

Así que eso dio lugar a su detención, procesamiento, juicio y condena. También fueron condenados otros 16 de sus compinches, los cuales fueron ejecutados públicamente, en noviembre de 1822.

Por lo visto, todos los documentos relativos a este proceso judicial quedaron destruidos, tras el incendio sufrido, en agosto de 1918, en la Audiencia Provincial de Sevilla.

Sin embargo, toda esta narración se vino abajo, cuando el famoso antropólogo, Julio Caro Baroja, sobrino de Pío Baroja, estudió el tema, llegando a ciertas conclusiones.

Parece ser que Manuel de Cuendias fue una persona nacida en Madrid en 1800, pero que tuvo que exiliarse en Francia, huyendo de Fernando VII.

Allí fue profesor de idiomas y escritor de novelas sobre diversos temas. A partir de 1848, regresó a España, residiendo, primero en Barcelona y luego en Madrid, donde ganó la cátedra de inglés en la Escuela de Comercio. Muriendo en Argelia en 1881.

Por lo visto, la Garduña empezó a ser conocida a partir de una obra publicada en París en 1845, titulada “Misterios de la Inquisición y otras sociedades secretas” y cuyos autores fueron Manuel Galo de Cuendias y Víctor de Féréal.

Como es de suponer, el primero es el ya mencionado Manuel de Cuendias. Mientras que el segundo, parece ser que es uno de los varios seudónimos utilizados por la escritora francesa Victorine Germillan, con la que el autor había tenido una relación amorosa, durante su larga estancia en París.

Aunque muchos autores, como León Arsenal, Hipólito Sánchiz o Fernando Prado consideran que esta organización no llegó nunca a existir, sin embargo, en 1914, la propia Guardia Civil calificó a la Garduña como “una peligrosísima asociación de delincuentes”.

Así que supongo que algo habría, porque los uniformados no suelen fiarse de las leyendas. Incluso, algunos dicen que esa organización siguió funcionando de manera clandestina.

 

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sábado, 14 de diciembre de 2024

LA HISTORIA DE PETER HAMELIN

 

Seguro que algunos, al ver el título de este artículo habrán pensado que iba a escribir sobre la leyenda del famoso Flautista de Hamelin, que fue popularizada por los cuentos de los famosos Hermanos Grimm. Pues no están en lo cierto, porque este artículo no está dedicado a ese personaje, cuya historia se remonta al siglo XIII.

Realmente, voy a narrar la historia de un niño al que encontraron en estado salvaje. Tampoco se trata del archifamoso Caspar Hauser, al que ya dediqué otro de mis artículos.

Nuestro personaje de hoy parece ser que fue descubierto por un campesino, llamado Jürgen Meyer, que trabajaba en sus faenas agrícolas en el verano de 1724.

Según su descripción, se trataba de un chico de unos 12 años, con abundante pelo negro rizado y la piel tostada por el sol, porque iba casi desnudo. No sabía hablar y caminaba a cuatro patas, como los animales.

Así que fue llevado ante el alcalde de Hamelin y éste ordenó que fuera llevado al Hospital del Espíritu Santo, situado en esa misma localidad.

Parece ser que, durante el traslado, fue acompañado por varios niños, los cuales le pusieron como nombre Peter.

Ese Hospital también era un asilo. Así que a Peter no le gustó nada tener que estar allí encerrado e intentó escapar en varias ocasiones.

Ni siquiera sabía sentarse y permanecía siempre en cuclillas. Parece ser que, hasta ese momento, su alimentación se basaba en comer pájaros crudos y la hierba, que encontraba en el bosque. Así que, al principio, no le gustaban los alimentos cocinados que le ofrecían en ese centro.

Sin embargo, posteriormente, empezó a comer alimentos cocinados y parece que le gustaron, porque los devoraba con mucho apetito. Incluso, solía tomarse una copa de licor.

También le gustaba sentarse junto al fuego. Sin embargo, nunca tuvo el más mínimo interés por el dinero o por las mujeres. Tampoco nunca se le vio reír. En cambio, sí que le gustaba ayudar en las faenas del campo.

También hay otra versión, que dice que fue hallado por un grupo de cazadores y campesinos, que estaban realizando una batida, liderados por el futuro rey Jorge II de Inglaterra.

Seguro que muchos se preguntarán ¿qué hacía el rey de Inglaterra cazando en Alemania? Para poder explicarlo, voy a tener que hacer un breve inciso en nuestra historia.

En 1688, la nobleza inglesa derrocó al rey Jacobo II, porque este monarca pretendía que su reino regresara al catolicismo. Por ello, se organizó la llamada Revolución Gloriosa, que lo mandó al exilio en Francia.

En principio, su sustituta fue su hija María, casada con Guillermo, príncipe de Orange, el cual había encabezado esa revolución. Sin embargo, este matrimonio no tuvo hijos y ella murió pronto. Así que la sucesión pasó a su hermana Ana, casada con el príncipe Jorge de Dinamarca, hermano del rey danés Cristian V.

Desgraciadamente, aunque este matrimonio tuvo nada menos que 19 hijos, todos ellos murieron durante la infancia. El que vivió durante más tiempo, sólo llegó a cumplir los 11 años.

Así que la sucesión pasó a un primo segundo suyo, Jorge, príncipe de Hannover, que, en 1714, se convirtió en el rey Jorge I de Gran Bretaña e Irlanda, pues, unos años antes, Escocia e Inglaterra se habían unido en un solo reino.

En 1727, llegó al trono su hijo, con el nombre de Jorge II, que llegó a ser rey del Reino Unido y de Hannover, en Alemania. Por eso, todos sus sucesores, fueron, a la vez, reyes británicos y de Hannover. Eso ocurrió hasta la llegada de la reina Victoria, la cual no pudo reinar en Hannover, porque allí todavía existía la Ley Sálica, que impedía que las mujeres reinasen.

Parece ser que a Jorge II le gustaba más estar en Hannover que en Londres, porque en el primer sitio había una monarquía absoluta y en el segundo quienes mandaban eran el gobierno y el parlamento. Así que esa fue la razón por la que estaba cazando en Alemania, concretamente, en el Electorado de Hannover, que era donde había nacido.

Jorge II estaba casado con Carolina de Brandeburgo-Ansbach. Parece ser que fue un matrimonio feliz y les sobrevivieron 7 de los hijos que tuvieron.

Por lo visto, Carolina se enteró del suceso y le pidió a su marido, entonces príncipe de Gales, que le enviara a Peter a Inglaterra. Por ello, el chico llegó a ese país a finales de 1725.

Parece ser que allí fue reconocido por un famoso médico y matemático escocés, llamado John Arbuthnot, el cual dictaminó que el chico tenía una enfermedad en la lengua que le impedía hablar.

Tras su llegada, hubo opiniones de todo tipo y hasta los famosos escritores Jonathan Swift y Daniel Defoe escribieron varias obras sobre este personaje.

Así que estuvo unos años viviendo la Corte, donde fue muy bien tratado, pero nunca consiguieron que hablase. Sólo se comunicaba por señas.

Posteriormente, la reina se lo confió al cuidado de una de sus damas de la corte a la que dio una generosa pensión para su manutención.

Por lo visto, su cuidadora, solía ir todos los años a pasar el verano a una finca, situada en el este de Inglaterra.

No sé si a él le gustó esa zona, pero lo cierto es que su cuidadora lo cedió al propietario de esa granja. Posteriormente, a la muerte de éste, pasó a quedar al cuidado de su hermano, en otra granja vecina.

En el verano de 1751, Peter huyó de esa granja y llegaron a poner anuncios en la prensa, en los que ofrecían una recompensa.

En octubre de ese mismo año, se incendió una iglesia situada en Norwich, más al norte de la granja donde había vivido Peter.

Parece ser que no eran capaces de controlar el incendio y, como amenazaba propagarse por una cárcel cercana, dieron la orden de liberar a todos los presos. Uno de ellos, llamó la atención del público, porque decían que se comportaba como si fuera un orangután. Se trataba de Peter.

Así que, como salió en los periódicos, lo devolvieron a la granja y allí vivió hasta el final de sus días.

A partir de entonces, siempre llevó en el cuello un collar de cuero y latón, con un cartel, donde podía leerse: “Peter the wild man”, el cual todavía se conserva en una escuela de esa zona.

En 1782, fue visitado por un juez. Parece ser que ya tenía una larga barba canosa, pero seguía sin poder hablar. Lo único que decía era Peter y King George, aparte de tararear algunas canciones de moda en aquella época.

Desgraciadamente, Peter murió en 1785 y está enterrado en el cementerio de Northchurch. La localidad más próxima a la granja donde vivía. Su tumba tiene una protección especial del Gobierno. Similar a la que tienen algunos monumentos importantes.

Curiosamente, en 1811, el famoso antropólogo alemán Blumenbach, sospechó que el chico podría ser un hijo mudo, que tuvo un tabernero de otro pueblo de esa zona de Alemania y es posible que su madrastra lo hubiera expulsado de su casa.

Incluso, el gran naturalista sueco Carl Linneo escribió un artículo, en el que opinaba sobre lo que le podría haber ocurrido a este chico.

Un estudio más reciente dice que podría haber sufrido el llamado Síndrome de Pitt-Hopkins. Éste se caracteriza por un retraso en el desarrollo y discapacidad intelectual grave. Tiene una serie de rasgos faciales distintivos y suelen padecer apneas del sueño.


Los signos faciales que los distinguen son párpados caídos, boca grande, labios gruesos y también el cabello grueso y rizado. Esos signos se pueden observar en un retrato de nuestro personaje.

Lamentablemente, todavía no existe ninguna cura para esta enfermedad.

 

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viernes, 29 de noviembre de 2024

EL EVENTO CARRINGTON

 

En una época como la actual, donde muchos organismos internacionales suelen estar pendientes de la actividad solar, ya que de ella depende la vida en la Tierra, conviene recordar que, a mediados del siglo XIX ocurrió este evento, que trajo unas consecuencias muy desagradables y que podría volver a repetirse.

Parece ser que esta gran tormenta solar, que se produjo a primeros de septiembre de 1859, vino después de la aparición de una serie de manchas en la zona ecuatorial solar, tan grandes que, casi podían ser vistas sin necesidad de un telescopio.

Los expertos dicen que esas manchas y tormentas solares son muy habituales y suelen aparecer cada 11 años. El último ciclo tuvo lugar entre los años 2008 y 2019.

Sin embargo, el denominado Evento Carrington, llamado así en honor a su descubridor, el astrónomo británico Richard Carrington, fue el más potente de los últimos 500 años.

Su descubrimiento tuvo tal trascendencia que, desde entonces, los ciclos de manchas solares se denominan Ciclo Carrington y el número que le corresponda.

También es cierto que no fue el único que observó este evento, sino que también lo hizo otro astrónomo británico llamado Richard Hodgson, situado en otro lugar de Gran Bretaña.

Parece ser que en este evento no participó sólo una, sino dos eyecciones de masa solar. Por lo visto, la primera le abrió el paso a la segunda y esa podría ser la razón por la que ésta sólo tardó 17 horas en llegar hasta nuestro planeta, cuando lo normal es que tarden varios días.

Normalmente, las tormentas solares suelen afectar a las zonas polares y sus alrededores. Esto es así, porque la capa que nos protege de estas radiaciones, llamada Magnetosfera, es más delgada en esas zonas.

Por eso, las auroras boreales suelen verse en esas zonas. Sin embargo, esta llamarada fue tan potente, que llegó a deformar la magnetosfera, consiguiendo penetrar hasta el Ecuador de nuestro planeta. Esa fue la razón por la que se vieron auroras boreales en países como España o Colombia. Lo mismo ocurrió en el Hemisferio Sur.

Estos dos astrónomos escribieron, separadamente, unos informes muy detallados sobre estas llamaradas y hasta realizaron dibujos con esas manchas solares, antes y después de aquella formidable tormenta solar.

Parece ser que el resplandor visto en algunos lugares dio lugar a que gente, como los mineros de las montañas, pensaran que ya era de día, aunque todavía era de noche, y se dispusieran a desayunar antes de ir a trabajar.

Incluso, se publicó en algunos periódicos que se podía leer de noche la prensa, sin necesidad de ningún tipo de luz artificial.

Evidentemente, no todo fueron alegrías. Como en aquella época todavía existían muy pocos aparatos eléctricos, la mayoría de los daños se produjeron en las comunicaciones telegráficas.

Ciertamente, muchos de esos cables salieron ardiendo. No es que fueran muy antiguos, pues aquella tecnología tenía sólo 5 años.

Incluso, algunos operadores telegrafistas resultaron heridos por sobrecargas de tensión.

Sorprendentemente, hubo algunos que desconectaron las baterías de sus equipos e, increíblemente, estos siguieron funcionando correctamente con la corriente que les estaba llegando por medio de esa llamarada solar.

Se sabe que algunos telegrafistas llegaron a trabajar durante dos horas sólo con esa corriente eléctrica, que les llegaba desde el espacio.

Evidentemente, esto no habría sido igual en el mundo actual. Ahora tenemos miles de aparatos eléctricos, que se hubieran estropeado con un evento como éste.

Incluso, una llamarada solar como esa habría achicharrado a muchos de los satélites, que hay en órbita y habrían perjudicado, muy seriamente, nuestras comunicaciones.

Hoy en día, ¿se imagina alguien un mundo sin Internet? Ya hasta los pocos teléfonos fijos que van quedando, funcionan casi todos a través de los router, que tenemos en nuestras casas.

Afortunadamente, en 1859, no se reportó ninguna víctima de este evento. Supongo que, desgraciadamente, hoy en día, podrían contarse por miles.

Posteriormente, han ocurrido otras tormentas solares destacables, como las de 1872, 1921, 1938, 1941, 1958, etc.

Ciertamente, nos han llegado algunas tormentas solares muy potentes, como las de 1972 o 1989, pero no produjeron una potente tormenta geomagnética, porque nos protegió nuestra Magnetosfera.

Sin embargo, en 2012 y en 2024, tuvimos más suerte, porque las llamaradas producidas por unas muy potentes tormentas solares no llegaron a impactar sobre nuestro planeta y pasaron de largo.


En 2013, la afamada compañía aseguradora londinense Lloyd's contrató a unos laboratorios para calculasen las indemnizaciones, que habría que pagar, en el caso de que nos afectase otro evento del mismo tipo que el de Carrington.

El resultado del informe era estremecedor, pues, sólo para los USA, se calculaba que tendría un coste de entre 600.000.000.000 y 2.6 billones de dólares. Evidentemente, ahora sería mucho más caro. O sea, casi el 15% del PIB de USA.

Sólo el evento sufrido en 1989 afectó a una central hidroeléctrica en el norte de Canadá, la cual quedó durante varias horas fuera de servicio. Eso provocó unas pérdidas de varios cientos de millones de dólares canadienses.

Curiosamente, algunos investigadores han estado estudiando la posibilidad de otros eventos de este tipo, ocurridos en siglos pasados.

Increíblemente, han encontrado lo que buscaban en los anillos de los árboles y en las muestras de hielo de los polos.

En los años 775 y 993, parece ser que se produjeron fenómenos parecidos al Carrington. Concretamente, en el 775 se ha comprobado que se produjo uno que fue unas 10 veces superior al de Carrington.

Incluso, se cree que hubo otro muy superior al del 775, sufrido por nuestros antepasados en el siglo VIII a. de C.

Como hemos visto, en la mayoría de las ocasiones, nos hemos salvado gracias a la Magnetosfera que rodea la Tierra.

Sin embargo, muchas veces parece que los científicos, en lugar de solucionar nuestros problemas, nos quieren complicar la vida. Alguien debería decirles que los experimentos se hacen con gaseosa.

Todos sabemos que se han efectuado más de 2.000 pruebas nucleares de todo tipo. Sin embargo, seguro que muchos desconocerán que, en la década de los 60, se puso en marcha la llamada Operación Fishbowl, consistente en lanzar una serie de misiles nucleares para que estallaran en el espacio.

Ciertamente, hubo varios fracasos. Sin embargo, en julio de 1962, se pasaron de la raya con el lanzamiento de la Operación Starfish Prime, consistente en alterar el cinturón de Van Allen para comprobar si así pudieran frenar en ese lugar a los misiles, que podrían ser lanzados contra ellos por la URSS.


Parece ser que el tiro les salió por la culata. Ya sabemos lo que pasa cuando uno escupe al cielo, pues entonces les ocurrió algo parecido.

Por lo visto, la explosión fue tan potente que averió redes telefónicas, aparatos eléctricos y hasta los primeros satélites que se había lanzado al espacio. Incluso, averió cientos de farolas en Hawai. Unas islas situadas a unos 1.500 km del lugar del lanzamiento.

La explosión pudo ser vista en todos los rincones del Pacífico. Parece ser que, durante unos 7 minutos, se pudo observar una especie de aurora boreal de color rojo.

Aquella “broma” no terminó ahí, sino que se pudo observar que se había provocado un agujero en la Magnetosfera, que no se cerró hasta que pasaron unos 5 años. Con lo cual, estuvimos casi indefensos frente a las peligrosas partículas solares.

Por lo visto, el llamado Pulso Electromagnético fue tan potente que las agujas de los instrumentos se salieron y no fueron capaces de medirlo.

No sé si las autoridades de USA y la antigua URSS se asustaron por las consecuencias de estas pruebas. Lo cierto es que, en 1963, firmaron un acuerdo para no hacer más pruebas nucleares en la atmósfera.

Aparte de ello, se ha comprobado que la Magnetosfera también sirve para confinar la atmósfera, ya que los planetas que han perdido esa capa también han perdido su atmósfera. Por eso mismo, lo mejor es no volver a tocar esa capa.

Hay muchas discusiones científicas. Sin embargo, hay muchos expertos que afirman que buena parte de la oleada actual de casos de cáncer en todo el mundo es consecuencia de esas más de 2.000 pruebas nucleares que se han efectuado en todo el planeta.

 


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lunes, 25 de noviembre de 2024

EL HUNDIMIENTO DEL BARCO CASTILLO DE OLITE

 

He de reconocer que, de momento, no tenía previsto hacer un artículo sobre este tema, pero, dado que me lo han pedido, pues ahí va.

Este es un tema muy interesante y está dentro de los muchos sucesos ocurridos al final de la guerra civil, donde las noticias se van sucediendo con una rapidez escalofriante.

En marzo de 1939 ya todos los militares republicanos tienen muy claro que la guerra está perdida. Incluso, desde 1938, ya hay muchos militares que estaban presionando a Negrín para llegar a una especie de armisticio. Sin embargo, éste era partidario de seguir este conflicto bélico, porque ya se atisbaba a lo lejos que muy pronto iba a comenzar la II Guerra Mundial y él pensaba que los aliados se pondrían del lado del Gobierno republicano. Craso error el suyo.

Lo cierto es que el 16/02/1939 tuvo lugar una reunión en la base aérea de Los Llanos (Albacete) entre el presidente Negrín y altos mandos militares, entre los que se encontraba el general de brigada procedente del arma de Ingenieros, Carlos Bernal García, jefe de la base de Cartagena.

En esa reunión, la mayoría de los militares se mostraron en contra de continuar la guerra. Algo que no gustó nada a Negrín. Así que no se le ocurrió otra cosa que destituir a algunos de los que se oponían a sus deseos, como fue el general Bernal, sustituyéndolo por el teniente coronel Francisco Galán, conocido miembro del PCE. También era hermano del capitán Fermín Galán, uno de los militares que se sublevaron, en 1930, en la guarnición de Jaca (Huesca) y que luego fue fusilado por ello.

Supongo que pretendió deshacerse de esos mandos militares, porque ya sabría que estos estaban manteniendo contactos, a través del coronel Casado, con el Estado Mayor de los nacionales. Hay que decir que el 02/02/1939, Casado se había reunido con algunos de estos altos mandos republicanos para exponerles la posición de los nacionales para dar término a la guerra civil.

Aunque Franco había exigido la rendición incondicional, todavía había muchos militares, encabezados por el propio coronel Casado, que confiaban en que llegarían a un acuerdo entre militares y se respetarían sus puestos en el Ejército y la Armada. Otro craso error.

Negrín cometió otro grave error, que fue abandonar Madrid, junto con los pocos que le apoyaban, que eran casi todos los mandos del PCE, y trasladarse a una finca cercana a la localidad alicantina de Elda. Esto fue visto por muchos como una forma de prepararse una huida rápida hacia el exilio, ya que tenían muy cerca una base aérea y un puerto.

Negrín exigió que el coronel Casado se presentara en aquella finca, a la que habían denominado Posición Yuste, muy cerca de otra, donde se habían alojado altos jerarcas del PCE.

Casado conocía muy bien a Negrín y a los comunistas y, por ello, se negó a trasladarse hasta allí.

Por otro lado, se comenta que Negrín pensó sustituir a todos los altos mandos del Ejército por significados militantes comunistas. Algo que no llegó a ocurrir, aunque sí es cierto que estos estaban muy vigilados por los comisarios políticos, que eran todos del PCE.

A la vista de esta situación, el 03/03/1939, estalló una rebelión en la base naval de Cartagena, sede de la flota de la Armada republicana y donde también existía una importante guarnición del Ejército de Tierra.

Varios mandos militares, encabezados por el capitán de navío Fernando Oliva, jefe del Estado Mayor en esa ciudad, que siempre habían estado en el bando republicano, se rebelaron contra esta decisión de estar a las órdenes de comunistas. Incluso, la marinería, donde abundaban los afiliados a la CNT, apoyó esta sublevación de sus mandos.

Pronto nombraron como jefe a Rafael Barrionuevo, general de brigada de Infantería de Marina retirado. Éste se puso en contacto con el alto mando nacional, garantizándole que la sublevación había triunfado en casi toda la ciudad y que las baterías de costa no les dispararían, pero que deberían de darse prisa para traer refuerzos a fin de afianzar la situación.

De esa manera, se unieron en su afán los militares que habían protagonizado ambas sublevaciones. Los primeros eran republicanos, pero partidarios del coronel Casado, mientras que los de Barrionuevo eran partidarios de los nacionales.

Por otra parte, como el teniente coronel Galán había sido detenido por los sublevados, el almirante Buiza, jefe de la flota, amenazó con bombardear el edificio de la Capitanía, si no era puesto, inmediatamente, en libertad. Barrionuevo accede a ello.

Sin embargo, ahora amenaza a la flota con bombardearla, si no se va de Cartagena en los próximos 15 minutos. Así que Galán es invitado a montar en uno de esos barcos y la flota se hace a la mar con destino a Orán, en la Argelia francesa.

Mientras ocurrían esos sucesos, Negrín había ordenado que la 206 Brigada Mixta, a las órdenes del mayor de milicias y dirigente comunista Artemio Precioso Ugarte, se dirigieran a reconquistar esa ciudad.  A primera vista, podría pensarse en un difícil empeño, sin embargo, lo consigue a mediodía del 05/03/1939.

Curiosamente, años más tarde, Artemio Precioso Ugarte, fue presidente de Greenpeace España.

Por otro lado, desde el cuartel general de Franco se da la orden de que una flota compuesta, exclusivamente, por barcos de transporte se dirija desde el puerto de Castellón hasta el de Cartagena. Ni siquiera piden la protección de otros barcos de la Armada nacional, ya que han sabido que la Armada republicana ha huido hacia Orán.

Tampoco sabemos si esa orden la dio el propio Franco, porque, según dicen algunos autores, en ese momento, se encontraba aquejado de una fuerte gripe.

Es posible que quisieran darse mucha prisa para llevar refuerzos a Cartagena dado que les interesaba mucho que no fracasara la sublevación en esa ciudad. Por lo visto, los destructores de la Armada nacional se encontraban a una distancia considerable y tardarían bastante tiempo en llegar hasta allí.

Hay que decir que se lo jugaron todo a una carta, porque el Gobierno francés se negó a admitir a la flota republicana en Orán y el almirante Buiza pensó regresar a Cartagena, aunque luego le dieron permiso para atracar en Bizerta.

De todos modos, la flota nacional, procedente de Castellón, fue llegando en la madrugada del 06/03, sin problemas de ningún tipo, a la costa de Cartagena. Estaba formada por unos 30 buques, que transportaban a unos 25.000 soldados. El problema es que sólo los podrían desembarcar en un puerto, ya que no podrían hacerlo en ninguna playa.

Sin embargo, sobre las 9 de la mañana, empiezan a recibir los disparos procedentes de las baterías de costa de Cartagena. Así que el vicealmirante Moreno da la orden de retirada

Parece ser que también llegaron otros barcos con refuerzos nacionales, procedentes del puerto de Málaga.

Por lo visto, ahora es cuando Franco da la orden de que desembarquen en Portmán, pero esto se hace imposible a causa del fuego de la artillería de costa.

Por ello, el vicealmirante Moreno se entrevista con Franco y le convence de que lo mejor es ordenar una retirada, antes de que hundan alguno de esos barcos.

Así que, el 08/03/1939, se da la orden de retirada y todos los barcos regresan a sus puertos de origen. Sin embargo, pronto se dan cuenta de que hay dos que no regresan. Uno es el Castillo de Olite y otro el Castillo de Peñafiel. En el caso de este segundo barco, pronto se recibe una comunicación por radio del jefe del puerto de Ibiza, donde informa al alto mando nacional de que ha llegado este barco a ese puerto, con algunas bajas a bordo.

Sin embargo, del primero no se sabe nada. Una semana más tarde, se escucha una información, emitida desde una emisora soviética, donde se da cuenta del hundimiento de ese buque, pero no le hacen mucho caso. Incluso, algunos desertores, que se han pasado al bando nacional, informan de ello.

Para empezar, el Castillo de Olite, realmente, fue un barco mercante soviético, capturado por la Armada nacional, el cual fue incautado, cuando se dirigía con contrabando hacia Gibraltar.

Su nombre original era Postishev y había sido botado en 1921 en un astillero holandés. Era un barco muy lento, pues sólo alcanzaba los 10 nudos y en su interior viajaban unos 2.112 soldados.

Antes de embarcar a esos soldados, habían tenido que descargar casi toda la carga, que iba dentro del buque, en su mayor parte estaba compuesta por sacos de harina.

Así que, como no era un barco destinado a embarcar tropas, y como era un viaje corto, los habían metido en los compartimentos para la carga de los cuales sólo se podía salir a través de unas compuertas, por donde sólo podían pasar de uno en uno. Parece ser que la mayoría de esos soldados eran gallegos.

Por lo visto, el barco no debería de estar en muy buen estado, porque salió de Castellón con la radio averiada y sin tener contacto con el resto de la flota de transporte de tropas. Al mando del barco estaba el alférez de navío Eugenio Rodríguez Lazaga

Así que, cuando de se acercaron confiados a la bocana del puerto de Cartagena, recibieron un primer disparo, que no les alcanzó por muy poco. Sin embargo, cuando intentaron dar media vuelta, fueron alcanzados por un segundo disparo, que impactó en el centro del barco y provocó que se hundiera en muy pocos minutos.

Como era de esperar, ese hundimiento tan rápido provocó que muchos no pudieran escapar por las compuertas y se hundieran dentro del barco.

Curiosamente, antes de que este barco se aproximase a Cartagena, fue sobrevolado por un hidroavión de reconocimiento del bando nacional, el cual quiso indicarles que se dieran la vuelta, pero ellos no entendieron el mensaje y continuaron su viaje.

Según dijeron los supervivientes, muchos se salvaron, porque se aferraron a los sacos de harina, los cuales se solidificaron al contacto con el agua salada y flotaron hasta llegar a la costa. De esa manera, consiguieron llegar hasta la costa del pueblo de Escombreras.

El balance fue de 1.477 muertos, 342 heridos y 293 detenidos y enviados a un campo de concentración hasta el final de la guerra en la localidad de Fuente Álamo.

Por lo visto, la orden que le dieron por carta a Rodríguez Lazaga era la de no penetrar en el puerto de Cartagena hasta que no le dieran la orden. Sin embargo, como se había quedado sin contacto con el resto del convoy, pensaron que los demás ya estarían dentro del puerto. Así que enfilaron hacia el interior y, cuando vieron que todavía había muchas banderas republicanas, pretendieron darse la vuelta.

Entre tanto, el capitán Guirao, perteneciente a la 206 Brigada Mixta, que había conquistado Cartagena, llegó hasta la sede de la batería la Parajola, al mando del capitán Antonio Martínez Pallarés. Éste no quería disparar sobre el barco, porque sabía que la guerra casi había terminado y esto le podía traer graves consecuencias.

Sin embargo, Guirao puso su pistola sobre la cabeza de Pallarés y le ordenó disparar. Así que eso hizo. Esa orden le costó a Pallarés un consejo de guerra y su fusilamiento en 1941. Guirao tuvo mejor suerte y se exilió en Francia.

Incluso, Guirao ordenó que disparasen dos veces más para ahuyentar a los barcos, que venían desde Escombreras para auxiliar a ese buque. No obstante, los pescadores siguieron rescatando a los supervivientes.

 

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