ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

sábado, 11 de diciembre de 2021

EL CASO DEL DUENDE DE ZARAGOZA

 

Hoy traigo al blog un caso que, hoy en día, está casi olvidado. No obstante, cuando se produjo llegó a tener, incluso, repercusión en la prensa internacional.

Estamos a finales de septiembre de 1934. Durante la madrugada de ese día, en un edificio situado en la calle Anselmo Gascón de Gotor, 2, de Zaragoza, se empiezan a oír unas carcajadas propias de una película de terror. Muchos vecinos se levantaron sobresaltados, pero no encontraron nada extraño.

Sin embargo, a mediados de noviembre de ese mismo año, cuando una chica, llamada Pascuala Alcocer, que servía en la vivienda del 2º dcha., fue a encender la cocina de carbón, escuchó unos gritos que le decían: “¡Por lo que más quieras, no enciendas, que me quemas!”.

Es de suponer que la chica se llevaría un susto de muerte. Así que
avisó a su señora y juntas fueron a escuchar las voces. Tras ello, las dos salieron corriendo de la casa.

Por lo visto, cuando se presentaron algunos vecinos en la vivienda, siguieron escuchando las voces, que procedían de la llamada hornilla, que era una especie de respiradero por donde entraba el aire a la cocina de carbón.

Así que llamaron a la Policía. Los agentes que se personaron en aquel domicilio no encontraron nada fuera de lo común, porque no oyeron las voces. Así que se fueron a redactar su informe.

Más adelante, las voces se escucharon no sólo en esa vivienda, sino también en las del resto de ese edificio. Así que eso provocó bastante miedo entre los residentes.

Parece ser que alguien se lo fue a contar a los periodistas y ya trascendió el asunto en varios medios nacionales e internacionales. Hasta The Times, que siempre ha tenido fama de periódico serio, se hizo eco de este asunto.

En un principio, se podría pensar que todo podría ser fruto de la imaginación o de la incultura que había en esa época. Por el contrario, varios de los residentes en ese edificio eran médicos, abogados, arquitectos, etc.

Parece ser que, con la llegada de la prensa, las autoridades se lo tomaron más en serio y presionaron a la Policía para que encontraran pronto una explicación para ese hecho.

Así que destinaron varios guardias para investigar todo el edificio. Parece ser que la voz les recibió diciendo: “ya están aquí los guardias”.

Incluso, contrataron a un arquitecto, para que estudiase el edificio a fondo. Parece ser que, cuando éste se hallaba midiendo el ancho la chimenea, la voz le dijo: “Mide 15 cm” y el otro salió corriendo.

Así que, los agentes, se asustaron mucho y pidieron refuerzos, como en las películas. Sin embargo, la voz no se asustó y les dijo: “¿para qué tanta policía?”. Por lo visto, ante esto, los agentes llegaron a desenfundar sus pistolas, pero no vieron a nadie por ningún lado.

Esto atrajo a un numeroso público, que se agolpó en la calle, frente a ese edificio. Así que el gobernador tuvo que ordenar a la Policía que despejara la calle.

Por lo visto, ahora empezó una nueva fase donde los investigadores desmontaron techos, suelos, conductos de ventilación, tuberías, etc. A todo esto, con un poco de recochineo, la voz les decía: “¡Cuánta policía, qué cobardía!”

Más adelante, parece que las autoridades estaban perdiendo la paciencia y ordenaron el desalojo de todo el edificio. Acto seguido, se pusieron a buscar cualquier dispositivo, que permitiera enviar un mensaje desde otro lugar cercano, pero no lo encontraron.

Lo único que no variaba era la voz, que les decía a los agentes que vigilaban las cocinas: “¡Aquí estoy ya, cobardes, cobardes!”

También era muy curioso que llamara a los vecinos por sus nombres y además sabía quiénes se hallaban presentes. Como si los estuviera viendo. Así que muchos pensaban que les habrían instalado micrófonos en su casa.

El tema se había puesto en conocimiento del juzgado de guardia. Parece ser que el juez que ordenó el desalojo del edificio, también le ordenó a la Policía que pusiera el inmueble bajo vigilancia, para comprobar si entraba o salía alguien de él. Pero nunca vieron a nadie.

También se sospechó de Pascuala Alcocer, porque solía estar presente, cuando sonaban esas voces. Así que ordenaron que regresara a su pueblo, situado bastante lejos de Zaragoza.

Sin embargo, no solucionaron nada, porque las voces siguieron sonando, mientras la chica se hallaba en su pueblo.

Por lo visto, en cierta ocasión, se trasladó al edificio el juez que llevaba el caso y habló con el duende. Por lo visto, le preguntó: “¿Quién eres? ¿por qué haces esto? ¿quieres trabajo o dinero?”. La voz le respondió, simplemente: “no”.

Así que el juez siguió preguntando: “¿qué quieres hombre?” y el otro le respondió: “Nada, no soy hombre”.

Así que, a finales de ese año, la familia que residía en el segundo dcha., se trasladó a vivir a otra casa.

Por lo visto, el motivo de ese traslado fue debido a que, unos días antes, esa voz les dijo: “¡Voy a matar a todos los habitantes de esta maldita casa! ¡Cobardes, cobardes!”

Evidentemente, eso ya eran palabras mayores y tampoco estaba la situación muy pacífica en España, pues ese fue el año de la famosa Revolución de Asturias, que provocó muchos muertos. Aunque esa revolución no sólo se dio en esa región, sino también en otros lugares de España, pero allí tuvo más éxito que en las demás.

No sé si sería casual, pero lo cierto es que la voz dejó de sonar, cuando los habitantes de esa vivienda se fueron de allí.

Ciertamente, eso hizo que los periodistas perdieran ese chollo, que hizo correr la tinta durante varios meses.

No obstante, poco después, se produjo un suceso increíble. Parece ser que alguien le pidió a la famosa espiritista zaragozana, Asunción Jiménez Álvarez, que intentase contactar con aquella voz. No sé lo que le ocurriría a aquella mujer, que se hallaba en otro barrio de esa ciudad, lo cierto es que murió en mitad de la sesión a causa de un infarto.

Curiosamente, a la gente le dio por escribir al duende de la voz. Por lo visto, en ese edificio se recibieron unas 12.000 cartas procedentes de varios países, donde le pedían todo tipo de favores y hasta le llegaban cartas de amor.

A partir de entonces, las voces dejaron de oírse. La prensa dejó de interesarse por el tema y el juzgado archivó el asunto.

Realmente, nunca se ha sabido por qué ni cómo sonaban esas voces, pero lo único cierto es que mucha gente logró escucharlas. Por lo visto, no es que diera pocas voces, sino que podía estar hablando durante varias horas y hasta decían que tenía acento maño.

Por lo visto, como no sabían a quien culpar del hecho, hicieron lo que se suele hacer en estos casos. O sea, culpar al más débil. En este caso, fue la sirvienta, Pascuala Alcocer.

Afortunadamente, no pudieron acusarla de nada, aunque lo intentaron varias veces. Parece ser que esto le afectó mucho y ya no quiso saber más de los demás.

En 1977, derribaron ese edificio para construir otro. No obstante, pusieron una placa en el nuevo que decía “edificio del duende”.

Estoy esperando llegar, antes de que se acabe el año, al seguidor número 100. A ver quién es el primero que se decide a ello. Es de las pocas cosas que aún siguen siendo gratis.

 

TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN DE WWW.GOOGLE.ES

 

2 comentarios:

  1. Estupendo artículo, en efecto había oído hablar de este duende en Zaragoza y de otros por varios puntos de la Geografía española, aunque yo me centré en el de Granada. Y contento de ser el seguidor numero 100.

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    1. Yo también he encontrado otros casos en Sonseca, Barcelona, etc. Lo que pasa es que me decidí por éste, porque existe una mayor documentación.
      Ciertamente, hay veces que veo temas que me gustan, pero luego no puedo escribir un artículo medianamente interesante, por falta de documentación.
      Muchas gracias por ser mi seguidor número 100 y por su comentario.
      Saludos.

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