He de reconocer que no sabía cómo
titular este artículo. Algunos la han llamado batalla, pero sería un título muy
exagerado por la poca cantidad de fuerzas que participaron en este suceso.
Parece ser que Hitler murió el
30/04/1945 en el búnker de la Cancillería del Reich. Sin embargo, la rendición
de Alemania no se produjo en esa fecha, sino que se demoró hasta el 07/05/1945.
Fecha en la que el gran almirante Doenitz puso su firma en el documento, que
certificaba la rendición incondicional de Alemania.
El castillo de Itter es una
fortaleza que se encuentra en Tirol austriaco. Al noroeste de ese país y muy
cerca de la frontera con Alemania.
Parece ser que tuvo su origen en
el siglo XIII, aunque ha sido reconstruido y reformado en varias ocasiones,
como se puede observar en su aspecto actual.
En 1938, tras la anexión de
Austria por parte de Alemania, el Gobierno se lo alquiló a su propietario, que
lo explotaba como hotel.
Unos años más tarde, se lo
confiscaron y empezaron a construir una especie de cárcel, cuyas obras
terminaron en 1943.
A partir de ese momento, las SS,
lo utilizaron como cárcel para albergar a ciertas personalidades importantes.
Supongo que sería para canjearlas, cuando les hiciera falta.
No fue el único centro de este
tipo. En mi artículo sobre la princesa Mafalda de Saboya, hija del rey Víctor
Manuel III de Italia, ya menciono que a ella la encerraron, junto con otras
personalidades, en una zona del campo de concentración de Büchenwald, separada
del resto de los presos.
Entre los presos estaban los
políticos franceses Paul Reynaud y Edouard Daladier, los generales Weygand y
Gamelin, el tenista Jean Borotra y hasta una hermana del famoso general De
Gaulle, Marie-Agnes Cailliau.
Esos políticos llegaron a ser
presidentes del Gobierno. Los generales habían sido jefes del Ejército francés.
El tenista fue muy famoso en su época, pues ganó varias veces en Wimbledon y en
Roland Garros.
La hermana del general De Gaulle
se había casado con el ingeniero belga Alfred Caillau y ambos combatieron en la
Resistencia. Desgraciadamente, fueron detenidos en 1943 y pasaron por varias
prisiones, antes de que recalaran en este castillo.
También es preciso mencionar que
había un pequeño contingente de presos traídos desde la Europa oriental, a los
que les tenían encomendadas las labores de mantenimiento de la fortaleza.
Así que ese castillo pasó a estar administrado por las autoridades del cercano campo de concentración de Dachau. Sin embargo, la vigilancia de estos ilustres presos se encomendó a una unidad de las SS, donde abundaba el personal ya un poco mayor para ir a combatir en el frente.
Parece ser que a estos presos se
les permitían cierta libertad de poder circular dentro, pero no fuera del
castillo.
Lo cierto es que, cuando los
alemanes ya dieron la guerra por perdida, muchos de ellos optaron por el
suicidio o la huida hacia otros países. Entre los primeros estuvo Eduard
Weiter, el último jefe del campo de Dachau. Entre los segundos estuvo Sebastián
Wimmer, el director de la prisión del castillo de Itter, que huyó y nunca más
se supo que fue de él.
No hay que olvidar que, a
mediados de abril, los soviéticos habían invadido Hungría y no se molestaban en
hacer prisioneros a los de las SS, sino que los asesinaban donde los hubieran
capturado.
También es cierto que las tropas
USA habían liberado el campo de exterminio de Dachau el 29/04 y, después de lo
que vieron, tomaron represalias contra algunos miembros de las SS.
Así que los prisioneros del castillo de Itter, al ver que se habían quedado solos, izaron una bandera francesa en el torreón principal del castillo y se apoderaron de algunas armas, que habían dejado abandonadas sus guardianes de las SS.
Parece ser que los prisioneros tomaron la decisión de no salir del castillo, porque todavía había muchas tropas de las SS por los alrededores y optaron por esperar a que les liberasen las tropas USA, que no andaban muy lejos de allí.
Un preso checo, llamado Zvonimir
Cuckovic, que hacía las labores de electricista en el castillo, se comprometió
a llevar un mensaje a las tropas USA. Así que le escribieron una nota en inglés
y se fue con ella montado en su bicicleta.
Tras pedalear durante unos pocos
kilómetros, se topó con una unidad del Ejército alemán, no de la SS. Al mando
de la misma estaba el mayor Josef Gangl, el cual no era nazi y odiaba a los SS.
bruck, para encontrarse con las tropas USA. Mientras que Gangl iría hacia el este para ver si los encontraba por otra zona.
Parece ser que Gangl los encontró
antes. Se rindió a ellos y pidió ayuda para liberar a los presos del castillo.
Evidentemente, los presos,
esperaban que los liberaran un contingente mayor de tropas, pero se conformaron
con los que llegaron. Incluso, algunos de ellos tomaron las armas para ayudar
en la defensa. Poco después, también se les unió un soldado de las SS, que
había desertado y se ve en las fotos.
El teniente Lee había apostado el
único carro que le quedaba en la puerta del castillo y allí hizo una muy buena
labor, mientras los SS no tuvieron artillería. El problema es que, al amanecer,
trajeron un cañón antitanque con el que destrozaron ese carro.
Cuando ya parecía todo perdido
para los combatientes del castillo y habían tomado la decisión de refugiarse en
la torre del homenaje, igual que se solía hacer en la Edad Media. Ocurrió algo
que se suele ver en las películas de indios, ¡que apareció el 7º de Caballería!
No era exactamente así, pero daba igual.
Por lo visto, el electricista,
había conseguido contactar con más tropas USA. El problema es que su avance se
vio obstaculizado por las tropas alemanas, que estaban por esa zona. Incluso,
el jefe de esos blindados, pidió refuerzos a otras unidades cercanas.
Así que, las tropas SS, en cuanto
escucharon el ruido de los blindados USA, salieron corriendo de allí y no
volvieron más.
Mientras que los alemanes que
habían intervenido en la defensa del castillo se despidieron efusivamente de
sus colegas USA y fueron llevados a un campo de prisioneros, del que fueron
liberados unos días después. Tras la rendición de Alemania.
Fue la primera y la única vez en
que, durante el transcurso de esa guerra, lucharon codo con codo tropas USA y
alemanas y también la primera vez en que el Ejército USA había defendido un
castillo medieval.
Realmente, no me ha extrañado
mucho que hubiera cierta camaradería entre los soldados alemanes y los USA. La
verdad es que, aunque parezca mentira, siempre ha habido buenas relaciones
entre ambos países. De hecho, hacia 1850, llegaron muchos miles de inmigrantes
alemanes a USA. Tal y como ya mencioné en alguno de mis artículos sobre
Lincoln. Hoy en día, se calcula que viven en USA unas 50.000.000 de personas,
que tienen ancestros en Alemania.
gente famosa. Entre los actores voy a mencionar a Sandra Bullock, Angelina Jolie, Leonardo di Caprio, Charlize Theron, Bruce Willis, Jonny Depp, Nicolás Cage, Doris Day, Clark Gable o hasta el mismísimo John Denver, un malogrado cantante del más puro country USA.
Por lo que respecta a los
militares, tenemos al almirante Nimitz, jefe de la Armada USA; el general
Pershing, comandante en jefe de las tropas USA enviadas a Europa, durante la I
Guerra Mundial; el celebérrimo general Eisenhower del que no hará falta que dé
más datos o hasta el más reciente general Norman Schwarzkopf, jefe de las
tropas USA durante la guerra del Golfo.
Curiosamente, Alemania, se negó rotundamente
a enviar sus tropas a la guerra del Golfo.
Así que, como he dicho, una cosa
es que en USA odiaran a los nazis y otra que se llevaran mal con los alemanes.
De hecho, no se les ocurrió encerrarlos, tal y como hicieron con los
inmigrantes japoneses. ¡Igual hubieran tenido que encerrar a una quinta parte
de su población!
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