Hoy traigo al blog una figura un
tanto siniestra del que se sabe muy poco, pero que, en su momento, gozó de
admiradores y detractores a partes iguales.
Curiosamente, se sabe que
Bernardo era afiliado al sindicato de la madera de la CNT. Sin embargo, se dice
que su profesión era la de barbero.
Por lo visto, también trabajó
como conserje en una de las sedes barcelonesas de la CNT y allí fue asesinado,
el 29/09/1938, junto con otro compañero, llamado Juan Rascón. Nunca fue
resuelto ese crimen.
Supongo que entre mis lectores
habrá muchos aficionados a la Historia y es posible que les haya llamado la
atención ver a un tipo con muletas en las fotos de las reuniones del Comité de
milicias antifascistas de Cataluña. Pues ese tipo era Manuel Escorza del Val.
Desgraciadamente, cuando era muy pequeño resultó afectado por la poliomielitis, que dejó a tanta gente inválida. A él le dejó con una deformación en la espalda, no le permitió crecer y le obligó a moverse con dos muletas.
Sin embargo, parece ser que
siempre fue una persona con un gran amor propio. Nunca permitió que nadie le
ayudara a levantarse.
Por otro lado, siempre fue un
lector muy voraz, lo cual le permitió ser también un orador seguido por las
masas.
Obviamente, no pudo afiliarse a
la CNT, porque para poder serlo había que trabajar en algún sitio y él no podía
hacerlo. Así que se afilió a la temida FAI.
Por lo visto, a Concepción la
condenaron a 6 años, mientras que, a Dolores, al ser menor de edad, sólo la
condenaron a 6 meses de cárcel. Por entonces, la mayoría de edad estaba en los
23 años.
Supongo que la primera, como
tantos otros, sería liberada en 1936, con la llegada al poder del Frente
Popular.
Dicen que nuestro personaje
siempre fue un tipo muy retraído. Ni siquiera fumaba, ni bebía, que eran los
vicios normales entre los jóvenes de aquella época.
Aunque parezca mentira, tanto él
como su futuro cuñado, Liberto Minué, casado con Dolores, ingresaron en la
Masonería. Algo que parece inaudito por ser ambos anarquistas.
Sin embargo, ahí dicen algunos
autores que estuvo el nexo entre algunos anarquistas y algunos nacionalistas
catalanes. Un tema que podría explicar muchas de las alianzas ocurridas durante
la guerra civil.
No obstante, no deberíamos
olvidar que el propio Lluís Companys, presidente de la Generalitat de Cataluña
fue, durante muchos años, abogado defensor de muchos anarquistas y tuvo amistad
con muchos de ellos.
Volviendo a nuestro personaje,
parece ser que también se hizo famoso entre los jóvenes anarquistas, porque
solía dar muchas charlas sobre diversos temas en los ateneos libertarios.
Tras haber derrotado a los
sublevados, discutieron que habría que hacer en esta situación casi
revolucionaria.
Por un lado, estaba el grupo, encabezado
por Juan García Oliver, que preconizaba tomar el poder por las armas. Mientras
que enfrente tenían a otro grupo, encabezado por Manuel Escorza que proponía infiltrarse
en las instituciones de la Generalitat y, utilizando las competencias delegadas
por el Gobierno central, empezar a hacer actividades, como la socialización de
las propiedades agrarias.
No obstante, tras la derrota de
los sublevados y la inactividad, tanto del Gobierno central como del de la
Generalitat, el 21/07/1936, se constituyó el Comité Central de Milicias
Antifascistas de Cataluña (CCMA).
Aunque fue un organismo
colegiado, realmente, se podría decir que su presidente fue García Oliver, que
llegó a ser ministro de Justicia.
Su sede estuvo en un edificio incautado
al sindicato patronal Fomento del trabajo, que estaba situado en la llamada
Casa Cambó, en la Vía Layetana, 30 de Barcelona.
El despacho de Escorza estaba en
el último piso de ese edificio y supongo que, por su seguridad, sólo permitían
llegar hasta él a su cuñado, Liberto Minué, y a su secretario, un portugués
apellidado Sousa.
Más concretamente, su cuñado fue
el encargado de vigilar los movimientos de los exiliados derechistas y los
agentes del bando nacional en Francia.
No sé si el modelo de Escorza fue
Robespierre, pero se parecía mucho, porque se le consideraba igual de
incorruptible.
Luego los llevaban detenidos a la
antigua casa de Cambó, donde los interrogaban con mucha dureza.
Posteriormente, si no morían en
los interrogatorios, los trasladaban a una checa, instalada en un convento de
monjas clarisas en la calle San Elías, 23. En el barrio barcelonés de Sarriá.
Normalmente, no asesinaban a los
presos en las checas, para que no se sublevaran los demás. Lo normal era trasladarlos
a otros lugares, como el Tibidabo, Montjuich, etc. Incluso, se sabe que muchos
de esos cadáveres fueron enviados a los hornos de la cementera de Montcada i
Rexach para eliminar todas las pruebas.
Según varios autores, parece ser
que estos grupos no surgieron de la noche a la mañana, sino que habían sido
organizados a partir de 1934 y estaban muy bien estructurados.
Incluso, tuvieron la colaboración
de varios exiliados alemanes en España para investigar a grupos nazis, que ya
estarían trabajando en nuestro país.
Parece ser que Escorza también
organizó unos pequeños grupos de jóvenes matones, que sólo trabajaban para él.
Por lo visto, también participó en la organización de esos grupos un amigo
suyo, llamado Dioniso Eroles.
Otra de las cosas, que simplificó
mucho la labor de investigación del grupo de Escorza fue que los empleados de
Fomento del Trabajo habían abandonado, apresuradamente, su sede, que ahora
había sido ocupada por la CNT-FAI. Así que estos encontraron allí los ficheros
con los nombres y las direcciones de los afiliados al Fomento y a la Lliga y
sólo tuvieron que ir a buscarlos.
Ya sabemos que, cuando se quiere dar un golpe de Estado o un proceso revolucionario, es fundamental controlar las comunicaciones. Por ello, la CNT tomó posesión del edificio de la Telefónica, situado en la Plaza de Cataluña. Así, desde sus centralitas, podían escuchar todas las conversaciones de los personajes barceloneses más importantes.
Es de destacar que Escorza pudo realizar su labor en un contexto en el que, tanto el Gobierno central como el de la Generalitat de Cataluña no sabían qué hacer y fueron otras organizaciones las que tomaron el relevo. Por el ejemplo, el PCE, al crear el Quinto Regimiento de milicias y la CNT al crear este comité.
Parece ser que en la retaguardia
republicana se le tenía más miedo a la Quinta Columna que a las tropas
nacionales, que avanzaban por toda la Península. Por eso mismo, durante varios
meses, se produjeron más muertes en la retaguardia de ambos bandos que en los
frentes de batalla.
A partir de mayo de 1937
ocurrieron una serie de hechos en Barcelona, que dieron lugar a una pequeña
guerra civil dentro del bando republicano.
Parece ser que a la Generalitat no le hizo ninguna gracia que los anarquistas escucharan sus conversaciones telefónicas. Así que se aliaron con el PSOE, el PSUC, o sea, los comunistas catalanes, para echarlos de esos edificios importantes.
También hay que decir que el POUM
se puso del lado de la CNT, ya que los comunistas enviados desde la URSS tenían
órdenes de acabar con todos los afiliados a ese partido, ya que eran
trotskistas y no estalinistas.
Así que el 03/05/1937 el consejero
de orden público de la Generalitat, que ya tenía las competencias de orden
público, envió a unos 200 policías para tomar la sede de la Telefónica en
Barcelona.
Por lo visto, no fueron muy bien recibidos, porque algunos trabajadores anarquistas les dispararon desde los pisos superiores. Así que, Rodríguez Salas, consejero de orden público, pidió refuerzos a la Guardia Civil, que ahora se llamaba Guardia Nacional Republicana.
También se personaron allí Eroles y Asens. Estos convencieron a sus compañeros para que dejaran de disparar y entregaran sus armas.
La cosa no terminó ahí, pues los
miembros de diversas organizaciones comenzaron a construir barricadas en varias
calles de Barcelona y, al anochecer de ese día, se oían disparos por todas
partes.
Al día siguiente, varios
dirigentes anarquistas fueron a las emisoras de radio y lanzaron llamamientos a
cesar los combates y dejar las armas.
No obstante, el 04/05/1937,
siguieron produciéndose varios tiroteos en Barcelona, donde los policías
mataron a algunos anarquistas.
En la tarde del 05/05/1937, el
presidente Largo Caballero y Companys mantuvieron una conversación telefónica
en la que se pusieron de acuerdo para enviar refuerzos a Barcelona.
Por ello, al día siguiente, unos 5.000 efectivos partieron desde Madrid y Valencia hacia Barcelona. La mayoría de ellos eran guardias de asalto.
Durante la madrugada, comenzaron
a llegar estos refuerzos, los cuales consiguieron desarmar a los miembros de
las milicias de la CNT-FAI y del POUM.
Por ello, el 08/05/1937, se da
por concluida esta rebelión, con el resultado de 500 muertos y unos 1.000
heridos de diversa consideración. No sólo se luchó en Barcelona, sino también
en algunas localidades de esa provincia y también de Tarragona.
Al final, el Gobierno central no
se atrevió a tomar medidas contra los anarquistas, por miedo a que estallara
otra sublevación. Sin embargo, esto supuso el cese de los 4 ministros de la
CNT, que había en el gobierno de Largo Caballero.
Por supuesto, no vayamos a pensar
que la CNT-FAI fueron los únicos que tuvieron checas en Barcelona. Concretamente,
el PSUC, empezó instalando una en el Hotel Colón y otra en el Círculo ecuestre.
En tanto que ERC instaló una en el Centro Federal, situado en Paseo de Gracia,
54.
En cuanto a las cifras de represión durante la guerra civil, la mayoría de los autores aceptan la de unos 8.360 asesinados en toda Cataluña. No obstante, también hay algunos que elevan esa cifra hasta los 26.600, aunque estos últimos no distinguen entre muertos en el frente o en la retaguardia.
Sin embargo, en lo que están todos de acuerdo es en que la mayoría de esos crímenes se cometieron entre la segunda mitad de 1936 y mayo de 1937.
El propio García Oliver, que solía
decir de Escorza que era “un tullido de cuerpo y alma”, sin embargo, también
alababa su temible eficacia en el cometido que se le había asignado.
A partir de los sucesos de mayo de 1937 la CNT-FAI perdió todo su protagonismo en las labores represivas, dejándolas al SIM, el cual estaba dominado por los soviéticos de la NKVD, un servicio antecesor del KGB. Estos fueron aún peores que los anarquistas.
No obstante, aunque desaparecieron las infames patrullas de control, Escorza fue fichado por la Generalitat para dirigir la Brigada especial de investigación. Un puesto en el que hacía lo mismo, pero dentro de un organigrama en el que él no era el jefe.
Al terminar la guerra civil tuvo
mejor suerte que otros, ya que consiguió llegar a Francia. No obstante, también
fue recluido en uno de sus infames campos de concentración.
Sin embargo, como su cuñado, Liberto Minué, residía en Francia y tenía allí muchos contactos, se puso al habla con el cónsul de Chile en Toulouse, el cual también era masón y, gracias a sus gestiones, consiguieron sacar a Escorza del campo y meterlo en un barco
rumbo a América.
se dedicó a la labor de crítico literario y teatral, hasta su muerte, ocurrida en 1968. Sólo se sabe que tuvo una hija.
Me llama la atención que se
dedicara a la crítica de arte. Lo digo porque Segundo Serrano Poncela, aquel
que solía firmar las listas de presos, que iban a matar en Paracuellos, también
se dedicó, durante su exilio en Venezuela, a la crítica de arte.
Con la diferencia de que Escorza
siempre fue autodidacta, mientras que Serrano Poncela había acabado las carreras
de Derecho y Filosofía y Letras. Curiosamente, ambos nacieron en el mismo año
de 1912.
TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN
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