Todos sabemos que a los USA les
gusta mostrarse como un país que ha liberado al mundo y que ha llevado la
democracia a todos los rincones del Universo. Eso no es del todo cierto. Así que
ahora vamos a ver algunas cosas que han ocultado, porque ya sabemos que los
anglosajones suelen tener una memoria muy selectiva.
En 1896, los movimientos
independentistas filipinos fundaron lo que llamaron la República de Kakarong,
porque fue creada en esa ciudad de la isla de Luzón.
Al año siguiente, los independentistas
filipinos quisieron repetir la jugada, creando la llamada República de
Biak-na-Bató y ocurrió lo mismo. Así que, a final de 1897, el teniente general
Primo de Rivera, tío del que luego fuera dictador y padre de José Antonio,
llegó a un acuerdo con los revolucionarios por el que enviarían a sus jefes a
residir en Hong Kong y darían una autonomía a Filipinas, similar a las que ya
se habían concedido a Cuba y a Puerto Rico.
Lógicamente, esto no hizo mucha
gracia en USA, porque muchos de sus empresarios habían visto que ese
archipiélago tenía mucho potencial y pretendían apropiárselo. De hecho, algunos
de ellos dijeron: “Su comercio será nuestro en el futuro”.
Por ello, buscaron la excusa de
la explosión del acorazado Maine para iniciar una guerra contra España y poder
quedarse con los restos que aún quedaban del antiguo imperio español.
A finales de mayo de ese año,
regresó Emilio Aguinaldo de su exilio y, a mediados de junio, proclamó la
independencia de Filipinas, estableciendo un régimen dictatorial.
Supongo que luego los USA le
harían cambiar de opinión, porque se avino a convocar elecciones generales.
Éstas fueron realizadas en el verano de ese mismo año y Aguinaldo fue
proclamado primer presidente de Filipinas.
Sin embargo, esto no debió de ser
del agrado del Gobierno USA, porque empezó una guerra entre estos y los filipinos.
No olvidemos que ya habían sido
evacuadas las tropas españolas de ese archipiélago, salvo los llamados “Últimos
de Filipinas” a los que nadie había avisado de que la guerra había terminado.
Por tanto, esas tropas coloniales
pasaron a ser sustituidas por las tropas USA, que, como veremos, no se portaron
tan bien como esperaban los isleños.
A principios de febrero de 1899,
un soldado USA disparó contra otro soldado filipino, que estaba cruzando un
puente. Ese fue el comienzo de lo que en USA se denominó la insurrección
filipina.
Las tropas USA estaban al mando
de un general llamado Jacob Smith. Un militar, que había luchado en la guerra
civil USA, donde fue herido en varias ocasiones. En una de ellas fue en la
famosa batalla de Shiloh. Al final de ese conflicto estuvo al mando de una
oficina de reclutamiento.
Parece ser que tampoco fue un héroe
de guerra, pues se le acusó de haberse quedado con el dinero destinado a los
reclutas. También fue sometido a varios consejos de guerra a causa de peleas
por deudas de juego.
Supongo que, como no quiso
jubilarse, lo enviaron a un sitio alejado del territorio USA y donde los
problemas que solía dar no aparecieran en los artículos de la prensa de la
época.
Es de suponer que, como en
Filipinas siempre ha habido muchos musulmanes, los frailes españoles no
estarían muy bien vistos.
Parece ser que la disputa fue a
más, porque intervinieron el general Smith y sus tropas. Estos tuvieron que enfrentarse
a unas tropas filipinas, que habían sido destinadas a esa zona por el
presidente Aguinaldo.
Por ello, el general Chaffee, gobernador
militar de Filipinas, ordenó al general Smith la pacificación de las islas y
éste se lo tomó al pie de la letra. De hecho, le dijo a un periodista que se
había inspirado en las guerras contra los indios.
Las órdenes que dio a sus tropas fueron
aplastar a sangre y fuego la rebelión filipina. Entre las muchas “ocurrencias”
de Smith estuvieron la de no hacer prisioneros, quemar todas las aldeas y campos
por los que pasaran sus tropas e, incluso, fusilar a todos los filipinos de
esas aldeas, mayores de 10 años y violar a las mujeres.
mataron al ganado, como los famosos carabaos. Ello dio lugar a que muchos filipinos murieran de hambre y de sed, porque también les cortaron el agua.
Curiosamente, en USA siempre han
criticado la estrategia del general español Weyler en Cuba, que hizo que muchos
lugareños pasaran hambre. Sin embargo, no recuerdan la hambruna que provocaron
en Filipinas.
Nunca se ha sabido la cifra de
muertes provocadas mediante fusilamiento en Filipinas por el Ejército USA. El abanico
de cifras va desde los 2.500 muertos hasta los 50.000. Muchos de ellos eran niños.
Por ejemplo, en varias localidades
situadas al sur de Manila, en 1896, vivían 40.000 habitantes. Sin embargo, en
1900, sólo había 11.500.
Sin embargo, en marzo de 1902, durante
el consejo de guerra celebrado contra el mayor Littleton Waller, que estaba a
las órdenes del general Smith, se descubrió todo este asunto.
Contra todo pronóstico, en mayo
de 1902, Smith fue sometido a otro consejo de guerra, pero no por sus múltiples
crímenes, sino por su conducta contraria a la disciplina militar. Aunque fue
declarado culpable, sólo fue amonestado y luego el Gobierno USA ordenó su
retiro forzoso.
A partir de entonces vivió
discretamente y, cuando USA entró el la I Guerra Mundial, ofreció sus
servicios, pero no fue aceptado para no dañar la imagen, que pretendía dar en
Europa el Ejército USA.
Murió en 1918 y fue enterrado en
el famoso Cementerio de Arlington, que se supone que está dedicado a los héroes
de guerra.
Evidentemente, todo esto no tuvo mucho eco en la prensa USA. Por entonces dominada por los famosos Hearst y Pulitzer. Sin embargo, el célebre escritor Mark Twain escribió que los soldados USA en Filipinas deberían de cambiar su bandera por la que suelen llevar los piratas.
Por otra parte, las autoridades
USA pusieron un especial empeño en desterrar el idioma español de ese
archipiélago e implantar el inglés.
No obstante, nunca se les ocurrió
incorporar a Filipinas como un nuevo Estado de USA, sino que lo veían como a
una especie de colonia, sin ningún derecho para sus habitantes.
Curiosamente, aunque se decía que
el uso del español no estaba muy extendido en Filipinas, todas las proclamas de
los líderes independentistas fueron realizadas sólo en español.
En marzo de 1901, las tropas USA
capturaron al presidente Emilio Aguinaldo y decretaron su arresto domiciliario,
porque juró lealtad a USA.
Por ello, Macario Sacay asumió la
presidencia, sustituyendo a Aguinaldo. Sacay fue engañado y capturado por las
tropas USA. Desgraciadamente, fue ahorcado.
En cuanto a las cifras de esta
guerra, los expertos dicen que murieron unos 20.000 soldados filipinos y unos
4.200 soldados USA.
Sin embargo, en cuanto a la población civil, se calcula que murieron alrededor de 1.000.000 de personas de un total de 9.000.000 de habitantes, que había cuando empezó la guerra.
Filipinas acabó siendo una
colonia USA, donde estuvieron destinados algunos famosos militares como los
generales MacArthur o Eisenhower. Sólo conseguiría su independencia en 1946.
Curiosamente, tras la muerte de
Alfonso XIII, ocurrida en 1941, se celebraron unos funerales por él en la
catedral de Manila. Para sorpresa de muchos, uno de los asistentes fue Emilio
Aguinaldo.
Cuando le preguntaron qué hacía
allí, respondió que estaba arrepentido de haberse sublevado contra España “porque
bajo España siempre fuimos ciudadanos españoles, mientras que ahora, bajo los
USA, somos tan solo un Mercado de consumidores de sus exportaciones, cuando no
parias, porque nunca nos han hecho ciudadanos de ningún Estado de USA”. “Los
españoles me abrieron paso y me trataron como a su hermano”.
Esa siempre fue la gran diferencia
entre el Imperio español y los de otros países europeos y USA.
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