ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

domingo, 23 de junio de 2013

EL DISCUTIDO BOMBARDEO DE COVENTRY



Coventry es una ciudad del centro de Inglaterra, situada a unos 150 km de Londres, que tiene actualmente una población superior a los 300.000 habitantes.
            Siempre ha sido una ciudad muy industrial. Actualmente, entre otras cosas, se fabrican aquí los conocidos taxis negros que circulan por Londres. Incluso, la casa Jaguar, dedicada a los automóviles de lujo, tiene aquí su sede.
            También tiene 2 universidades y, además, cuenta con el equipo del Coventry de la Premier league inglesa de fútbol.
            Durante la II Guerra Mundial fue una de las ciudades que sufrió más bombardeos a causa de tener bastantes fábricas. En un principio, no fueron excesivamente preocupantes. Poco a poco se fueron incrementando, hasta llegar al 14/11/1940, donde unos 500 bombarderos alemanes dejaron caer sus bombas sobre esta ciudad, dejándola prácticamente destruida. Se empezó a usar el término “coventrizar” para hablar de estos bombardeos a gran escala.
            También bombardearon de esta forma otras ciudades como Bristol, Liverpool, Plymouth, etc.
            En la época de la II GM, Coventry, era una ciudad netamente industrial con una población aproximada de unos 180.000 habitantes.
            Lógicamente, tras el inicio de la guerra, muchas de esas fábricas se utilizaron para producir armamento o vehículos para la misma. Así se producían blindados, aviones, accesorios para los mismos y material para los soldados del frente.
            El 25/06/1940 llegó el primer bombardeo sobre la ciudad, que fue bastante leve, aunque murieron 16 personas. En esta época, se procuraba atacar exclusivamente centros militares o estratégicos.
            El 24/08/1940 Londres fue bombardeado, aunque los alemanes dijeron que fue por un error. Lo cierto es que Churchill no aceptó las disculpas y tomó venganza bombardeando Berlín. Así, la presión subió y empezó la guerra total.
            Entre los días 07/09/1940 y 16/05/1941 las ciudades británicas fueron bombardeados sin compasión por los alemanes, simplemente, para amedrentar a sus habitantes.
            En octubre de 1940 la aviación alemana realizó pequeños bombardeos sobre la ciudad, mientras que la RAF se vengó bombardeando Múnich, lo cual provocó miles de muertos.
            Este incremento de la violencia hizo que el Estado mayor alemán quisiera dar un golpe muy sonado y se fijó en la “indefensa” Coventry.
            Para ello, reunieron nada menos que 449 aviones, que arrojaron 150.000 bombas incendiarias, 1.400 bombas con 503 Tm de explosivo de alta potencia y 130 minas marinas. Desconozco por qué lanzaron las minas marinas, pues Coventry estaba en el centro del país. Supongo que no tendrían otra cosa más gorda para lanzarles.
            Al anochecer del 14/11/1940 todos los aviones despegaron desde sus bases en Francia. Para guiarse, utilizaron un sistema parecido al que se usa todavía en las operaciones de aterrizaje sin visibilidad. Se emite un haz de radio con puntos a un lado de los aviones y otro con rayas al otro lado. Donde se entrecrucen y se oigan las dos señales, simplemente, es donde hay que dejar caer las bombas, sin preocuparse de los objetivos.
            A las 19.00 la sirenas dieron el aviso a la población civil para que les diera tiempo a llegar hasta los refugios.
            A las 19.20 comenzaron a disparar las baterías antiaéreas. El cielo se llenó de luces entre las balas trazadoras, los focos y las bengalas que lanzaban la primera oleada de aviones alemanes. Luego vinieron los de la segunda oleada, los cuales arrasaron con sus bombas incendiarias, que sirvieron de referencia lumínica a los de la tercera oleada.
            El bombardeo duró hasta las 2 de la madrugada y a causa de él murieron 550 personas y también hubo miles de heridos a causa del bombardeo y de los incendios.
            En cuanto a los daños materiales, fueron destrozadas todas las fábricas, más de 4.000 casas, edificios públicos y la hermosa catedral gótica, que nunca fue reconstruida. Quedó para siempre como símbolo de la destrucción de la guerra. Al intentar apagar el incendio de la catedral, murieron 26 bomberos, pu
es se les cayó el techo encima.
            Durante el resto de la guerra hubo más bombardeos, pero ya de pequeña escala. En total, se produjeron 1.236 muertos.
            Hasta aquí, por lo que se ve todo es normal. He contado la historia de una ciudad británica castigada por la guerra, como tantas otras. El problema es que en su momento salió a la luz una noticia que venía a decir que el Gobierno británico sabía con antelación que esa ciudad iba a sufrir ese enorme bombardeo y no avisó a la población, ni se molestó en evacuarla.
            La razón podría estar en que los aliados tenían un “arma secreta”, que les daría mucha ventaja durante toda la guerra: la máquina Enigma, y no querían que los alemanes supieran que habían descifrado su sistema de claves.
            Por cierto, hoy en día, los británicos se vanaglorian de haber descubierto el sistema de cifrado alemán, pero no es cierto. La realidad es que los descubridores fueron unos matemáticos polacos, que, tras la invasión de su país, llevaron su invento a Francia y luego al Reino Unido, donde le sacaron el máximo provecho. Incluso, los polacos, habían realizado una imitación casi perfecta de la máquina Enigma.
            El Gobierno británico argumentó que sí
era cierto que habían interceptado una serie de mensajes, donde los alemanes se referían a ese ataque,
pero no indicaban claramente qué ciudad iban a bombardear.
            También se ha dicho que, cuando se enteraron de qué ciudad era, ya no hubo tiempo para evacuarla.
            Otros sospechan que sabían algo, cuando unos días antes reforzaron las defensas antiaéreas de Coventry. Por otra parte, se dice que se reforzaron, porque se presentaron muchas quejas  a primeros de mes  por estar mal defendida.
            Según parece, unos días antes atraparon a un piloto alemán, el cual les dijo que en esos días había llegado la orden de bombardear la zona industrial de Inglaterra, pero, según dicen, no concretó que fuera  sobre Coventry.

martes, 18 de junio de 2013

LA ODISEA DEL TRASATLÁNTICO SAINT LOUIS



Es totalmente cierto que los judíos han sido un pueblo perseguido durante la mayor parte de la Historia Universal. Eso lo sabe todo el mundo.
            También es cierto que los nazis alemanes cometieron con ellos los más atroces crímenes, desde antes de la II Guerra Mundial.
            Pero, como ya es sabido que a mí me gusta contar las historias desde todos los puntos de vista, hoy voy a narrar la peripecia de un barco alemán llamado Saint Louis.
            Este barco cubría habitualmente la ruta entre Hamburgo, Halifax (Escocia), Nueva Escocia (Canadá) y Nueva York. Incluso, hacía escalas en algunos puertos de las Antillas.
            El 13 de mayo de 1939 este buque zarpó desde Hamburgo hacia Cuba. Su pasaje lo componían 937 personas de las que 930 eran judíos, que buscaban un refugio, huyendo de los nazis.
            La idea de la mayoría de ellos era quedarse durante un tiempo en Cuba, para, posteriormente, ir pasando a los EEUU, beneficiándose del sistema de cuotas por países, que estaba vigente en ese momento.
            Incluso, según parece, habían presionado al capitán para que el barco fuera más deprisa, pues se había conocido que le precedían otros dos barcos, también cargados de refugiados y con el mismo destino.
            Al llegar a Cuba tuvieron problemas, pues su Gobierno no les permitió desembarcar ni como turistas, ni como refugiados.
            Tras arduas negociaciones, llevadas por Lawrence Berenson, por la parte judía, el Gobierno aceptó que desembarcaran si pagaban 500$ USA por cabeza. El problema es que la mayoría de la gente no disponía de esa elevada cantidad. Todo esto jaleo hizo que los pasajeros se pusieran nerviosos y provocaran un motín y numerosos intentos de suicidio. Sólo unos pocos pudieron desembarcar en la isla.
            Parece ser que sólo desembarcaron 28 pasajeros, siendo 6 de ellos no judíos y 22 con documentos de entrada en regla.
            Como el Gobierno cubano no había diferenciado claramente entre turistas y refugiados, pues sólo a los segundos se les pedía esa cantidad, algunos como el propio Director de Emigración, se dedicaban a vender permisos de entrada. Dado el gran volumen de refugiados de ese momento, se dice que Manuel Benítez, el citado Director, llegó a embolsarse con esta práctica 1.000.000$ USA. Por eso le obligaron a dimitir.
            El problema es que los judíos ya habían comprado las visas en Alemania, sin embargo, durante el trayecto del barco, el Gobierno cubano las había anulado, en un intento de luchar contra ese comercio ilegal. Por eso se les negó la entrada en Cuba a pesar de tener visas.
            Algunos autores mantienen que la verdadera razón se debió a presiones del Gobierno de EEUU para no tener tan cerca de su territorio esa gran cantidad de futuros inmigrantes.
            También se dice que los medios ultraderechistas cubanos presionaron a su Gobierno para que no admitiera a más refugiados en su país. Por lo que se ve, el país se estaba llenando de refugiados judíos y la población no les tenía ningún aprecio, pues solían ser gente muy preparada y se quedaban con los mejores trabajos. Además, no olvidemos que Cuba estaba soportando una fuerte crisis.
            Así, los rumores de la llegada de este barco a Cuba, provocaron una gran manifestación de carácter xenófobo por las calles de La Habana.
            Aparte de eso, no olvidemos que en la isla habitaban muchos seguidores del fascismo y el mismo Franco tenía allí muchos seguidores. Incluso tenían una Falange exterior, que vino a luchar a nuestra Guerra Civil.
            En busca de una salida a la situación, el barco enfiló hacia Florida, para intentar que el Gobierno de EEUU dejara al menos entrar a unos cuantos. No obstante, según parece, las presiones al presidente Roossevelt pudieron más, pues las elecciones estaban cercanas, y no les otorgaron ningún permiso.
            La Inmigración en EEUU estaba regulada por una Ley de 1924. En 1939, la cuota de inmigrantes germano-austriacos estaba limitada a sólo 27.370 individuos. Por tanto, había una lista de espera de varios años para entrar en USA, salvo que el presidente hubiera querido emitir un decreto con carácter excepcional, cosa que no hizo.
            A causa de la Gran Depresión, la inmensa mayoría de los USA estaba en contra de admitir más inmigrantes, pues ya existía una gran cantidad de parados dentro de sus fronteras. Así allí también se dio algo de antisemitismo y mucho aislacionismo.
            Por eso mismo, el proyecto de la Ley Wagner-Rogers, que pretendía admitir unos 20.000 niños judíos al margen de las cuotas fue rechazado y el mismo presidente Roossevelt no quiso pronunciarse al respecto.
            Ya el 5 de junio de ese año se hizo un nuevo intento con el Gobierno de Canadá, pero también rehusaron admitirlos
            La situación cada vez se ponía peor, porque nadie los quería admitir y las reservas de alimentos estaban empezando a escasear. Con esta situación, lo más lógico es que se esperara un motín inminente.
            Por ello, el capitán Gustav Schroeder, tomó la decisión de volver a Europa. Entre tanto, el comité judío americano negoció con Bélgica, Reino Unido, Francia y Holanda, los cuales aceptaron repartirse a los pasajeros. Así, al llegar al puerto de Amberes, el 6 de junio, éstos fueron repartidos entre los países citados.
            Desgraciadamente, al poco tiempo se inició la II Guerra Mundial y, con ella, el famoso Holocausto.
            Según parece, de los 930 pasajeros judíos que iban en ese barco, sólo 240 pudieron sobrevivir al Holocausto.
            Como ejemplos, podemos poner dos de estas familias. Los Seligmann eran una familia compuesta por el matrimonio y una sola hija y procedían de una localidad cercana a Hannover. Tras desembarcar en Amberes, se quedaron a vivir en Bruselas hasta que le tocara el turno para emigrar a USA. No tenían permiso de trabajo, así que dependieron en todo momento de las ayudas que les enviaban otros miembros de su familia.
            Tras la invasión de Bélgica, los nazis atraparon al padre y lo enviaron a un campo, Les Milles, en el sur de Francia. Su mujer y su hija fueron en su búsqueda y no tardaron en ser capturadas por los gendarmes franceses y enviadas al famoso y despiadado campo de Gurs.
            A través de la Cruz Roja consiguieron saber dónde estaba cada uno, pero no pudieron reunirse.
            Las mujeres fueron enviadas a un campo cercano a Marsella, donde los franceses les permitieron solicitar visados de entrada en USA.
            En noviembre de 1941 la familia pudo por fin reunirse, dejando Francia, atravesando España y Portugal y llegando al puerto de Lisboa. Desde allí tomaron un barco hacia Nueva York, adonde llegaron el 3 de diciembre de 1941. Tenían otra hija que había conseguido llegar desde Holanda y les esperaba allí, asentándose todos en Washington DC.
            Sin embargo, en el caso de la familia Hermans, sus miembros no tuvieron tanta suerte.
            Julius era un comerciante textil, que ya había pasado antes de la guerra por Dachau. En cuanto fue liberado consiguió un pasaje en el Saint Louis, pero no pudo hacer reservas también para su mujer y su hija.
            Cuando regresaron a Amberes se dirigió a Francia a fin de intentar que se reuniera allí toda la familia.
            Empezó mal, porque la gendarmería francesa lo consideró extranjero enemigo y lo mandaron a un campo. En 1940 pudo salir en libertad, pero fue encarcelado de nuevo, tras la invasión alemana.
            Lo tuvieron dando vueltas por varios campos, entre ellos, el citado Gurs, así que no pudo conseguir el visado en el consulado de USA en Marsella, como había hecho la otra familia anterior.
            En 1942, los franceses lo enviaron a un campo de tránsito y enseguida, los alemanes, lo llevaron al conocido campo de Auschwitz, en Polonia, donde murió.
            A finales de 1941, los nazis enviaron a su mujer y a su hija a un ghetto en Riga. Desde entonces, no se ha sabido más de ellas.
            Una vez más, se está comprobando que los aliados colaboraron de forma pasiva con los nazis en su labor de exterminar a la población judía.
            Los pormenores de este viaje están narrados en la novela “El viaje de los malditos”, de Gordon Thomas y Max Morgan-Witts.

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sábado, 15 de junio de 2013

LA ERUPCIÓN DEL VOLCÁN TOBA



Afortunadamente, España no es un país que destaque por sus erupciones volcánicas y, cuando vemos alguna por la televisión, siempre suelen referirse a países lejanos.
            A mí siempre me ha asombrado que la gente viva cerca de un volcán, como
si fuera la cosa más natural del mundo. Debe ser porque uno se acostumbra a todo. Por la misma razón, también nos puede sorprender que haya gente que viva cerca del Polo Norte o de un desierto, pero como decía aquel famoso torero “hay gente pa tó”.
            Hoy voy a abandonar mi línea habitual y voy a escribir una entrada sobre una célebre erupción, que, aunque parezca mentira, cambió la Historia de este planeta.
            Me voy a referir a la erupción de un volcán llamado Toba. Estaba situado al este de la alargada isla de Sumatra, en lo que hoy en día es Indonesia, en Asia.
            No se sabe mucho de él, pero lo que sí es cierto es que entró en erupción hace entre 70.000-75.000 años. Fue tan violenta que esparció su material en un área de unos 3.000 km2, cargándose todo lo que se le puso por delante.
            Parece ser que toda esta “fiesta” duró 2 semanas, pero influyó para cambiar completamente el clima del planeta durante años.
            Incluso, algunos expertos opinan que, durante esa época, estuvo en peligro la existencia de la especie humana. Algunos opinan, incluso, que sólo quedarían en la Tierra
unas 600 hembras en edad de procrear.
            Evidentemente, en el caso de los animales ocurrió igual, porque, aunque algunos pudieran aguantar esas temperaturas, necesitarían una serie de vegetales, que también desaparecieron y otro tanto les ocurriría a los carnívoros.
            Esto ocurrió, porque la citada explosión, al lanzar a la atmósfera una cantidad estimada en 3.000 km3 de lava, roca y cenizas, provocó una caída inmediata de las temperaturas medias en unos 3-4ºC. Iniciando un invierno volcánico a nivel planetario que duró varios años. Parece ser que la energía liberada fue la equivalente a unas 7.000 bombas atómicas como la lanzada sobre Hiroshima.
            Dicen que en las regiones templadas, donde se encuentra Europa, la media de la  temperatura cayó alrededor de unos 15ºC, lo que puso en peligro nuestra especie e, incluso, algunos dicen que llevaría a la extinción a otras especies de Homo, que había en esa época.
            Una de las evidencias claras es que todos los humanos actuales, a pesar de parecer muy diferentes, proceden de un grupo muy reducido de antecesores. Hay una teoría que dice que la población se redujo desde unos 100.000 seres humanos hasta unos 2.000 aproximadamente.
            Los teóricos de esta cuestión afirman que, tras los contundentes efectos de este acontecimiento, la población volvió a emigrar desde África y se expandió por Oriente Medio, Europa, Indochina y Australia.
            Estas migraciones crearon los primeros centros de población y la adaptación a los diferentes medios hizo que la gente tuviera un aspecto diferente, como sucede hoy.
            Hoy día no es posible ver este volcán, pues, como su explosión fue tan violenta, su chimenea se hundió y ahora tiene forma de lago. No es nada pequeño, pues mide unos 100 km de largo por 30 km de ancho.
            Se cree que la profundidad media es de 500 metros, pero en algunos lugares llega hasta los 800 metros.
            Dentro del lago existe una isla, que antes fue península llamada Samosir, la cual también posee dos lagos en su interior.
            Se considera la caldera cuaternaria más grande de la Tierra. Mide 2.808 km2 y se dice que es “la hermana mayor de Yellowstone”, donde está el conocido parque nacional de EEUU.
            Seguramente, también influyó en esta erupción que Toba está en la zona de Fractura de Sumatra. Allí, según dicen los expertos, los volcanes se han creado a causa de que la placa del Océano Índico se va colocando debajo de la Placa Euroasiática.
Últimamente, se han realizado unos estudios en la zona del lago Malawi, donde han indicado que, tras estudiar muestras del fondo de este lago de África Oriental,
no han encontrado tanta cantidad de residuos de ese volcán como se podría esperar. Es posible que los efectos en esa zona no hubieran sido tan fuertes y, por ello, salieron de allí los humanos que colonizaron el mundo.

domingo, 9 de junio de 2013

EL PLAN MADAGASCAR Y OTROS MÁS

Era uno de esos múltiples planes que tenían los nazis para eliminar a los judíos de Europa. Realmente, para ellos era como una obsesión.
Se formaron varias comisiones de estudio y se pensó que habría que exigir a Francia, que era la potencia que administraba esa isla, que se le cediera a Alemania. No creo que los franceses aceptaran la propuesta, pues todos sabemos cómo son nuestros vecinos. En otra entrada posterior, me referiré a la resistencia que opusieron las fuerzas de Vichy, que estaban allí radicadas, al ataque de los británicos para conquistar esa enorme isla.
Se cree que la SS comenzó a trabajar en este plan en junio de 1940. No olvidemos que Francia capituló ante Alemania el 25/06/1940.
Los alemanes pensaban que todos los países de Europa deseaban deshacerse de sus judíos. Eso era verdad en muchos de ellos, pero casi ninguno lo manifestaba oficialmente.
Así que ellos pensaron quedarse con la isla y enviar allí a todos los judíos que se les pusieran por delante. Por supuesto, antes tendrían que indemnizar y buscar acomodo a los 25.000 franceses que residían en ese momento allí.
Como esta gente es muy amiga de tenerlo todo calculado, pues pensaban pagar los gastos del viaje de los judíos con el producto de la expropiación forzosa de sus bienes.
También se decía que la colonia estaría gobernada por los alemanes y allí los judíos se dedicarían exclusivamente a la agricultura.
Como se cita a Eichman como uno de los autores de este plan, no me extrañaría que pretendieran instalar en la isla los campos de concentración que montaron más tarde en Europa y pensaran eliminar tranquilamente a los judíos, sin tener que estar pendientes de curiosos. Además, no hace falta decir que es muy difícil escapar de una isla.
En 1941, tras la invasión de la URSS, es posible que cambiaran de opinión por un problema de costes o por obtener aún mayores beneficios, al no tener que pagar tantos gastos de transporte. Así que decidieron instalar un montón de campos de exterminio en los inmensos y desolados campos de la antigua URSS.
Parece ser que, antes de este cambio de opinión, se hizo una deportación de unos 6.500 judíos a un campo de concentración en el sur de Francia, pero no se les llevó a ninguna parte.
En relación con estos planes para reasentar a la población judía, también me gustaría hablar del Programa para la Uganda Británica. Parece ser que en 1903, el Gobierno del Reino Unido le ofreció al líder sionista Theodor Herzl la cesión a los judíos de un territorio propiedad del Imperio Británico, para que se instalasen allí los que en ese momento estaban siendo duramente perseguidos por el Imperio Ruso. No olvidemos, como ya dije en otra entrada anterior, que existía en ese momento una especie de “Guerra Fría” entre los rusos y los británicos.
En 1903 se reunió el Congreso sionista en Basilea y se discutió mucho este ofrecimiento. Tras una fuerte oposición, fue aprobada.
Al año siguiente, una comisión de 3 representantes sionistas visitó ese territorio y no les gustó mucho, pues vieron en él muchos animales salvajes y peligrosos, junto con tribus masáis, que no parecían muy amistosas.
Así que los delegados presentaron su informe en el congreso de 1905 y la propuesta británica fue rechazada muy cortésmente. No obstante, algunos judíos no estuvieron de acuerdo con esa decisión y aceptaron el ofrecimiento, mudándose a esa zona, que hoy en día pertenece a Kenia y muchos siguen viviendo allí.
No obstante, durante la II GM, Churchill volvió a hacer la misma proposición a los judíos, pero ya no estaban interesados, pues su obsesión era volver a la antigua tierra de Israel, entonces llamada Palestina y poblada casi exclusivamente por árabes.
En los años 20 a Lenin se le ocurrió dar un territorio a cada minoría étnica del país, donde gozaran de cierta autonomía.
Por supuesto,  también pensaron en los judíos y los mandaron tan lejos que casi los meten dentro del Pacífico. Fueron a parar a un territorio cercano a la frontera con China y llamado Birobidjan, también muy próximo al conocido puerto de Vladivostok, en la zona oriental de Siberia.
Allí fueron a parar algo menos de 20.000 judíos y consiguieron prosperar, porque esta gente es digna de admiración. Lo que pasa es que luego llegó Stalin con sus locuras y, en los años 30, fue asesinando a todos los judíos que le dio la gana. Ahí sí que no se iba a enterar casi nadie. Por tanto, la mayoría de ellos se fue de allí y hoy en día quedan muy poquitos para contarlo.
En otra entrada también comenté que en los años 30, los japoneses propusieron a los judíos establecerse en las zonas de China que iban conquistando.


EL CARNICERO HARRIS

            A pesar de que haya mucha gente que piense lo contrario, las guerras se rigen también por unas normas. Por eso, los que combaten se llaman ejércitos regulares. Cuando éstas se transgreden, los militares se convierten en unos simples asesinos a sueldo y no son dignos de llevar este nombre y ni siquiera son apreciados por sus mandos. A lo mejor, por eso, la reina Isabel I de Inglaterra dijo alguna vez de sus tropas: “son ladrones a los que habría que ahorcar”. Es curioso que dijera esto una persona que tendría que estar muy agradecida a que en ciert
o momento defendieran su reino, y su corona, de las tropas de la llamada posteriormente “Armada Invencible”, de Felipe II de España. Por cierto, no olvidemos que nuestro rey estuvo casado anteriormente con su antecesora y podría tener cierto derecho a la corona inglesa.
            Es curioso que también se haya oído a algunos generales británicos hablar mal de sus soldados, como Wellington. No me extraña, porque, tras el sangriento ataque a Badajoz del 06/04/1812, no tuvo más remedio que ahorcar a unos cuantos de éstos para intentar que dejaran de saquear, violar y matar a la población. Dicho de otra manera, hicieron bastante más daño a la población civil estos “salvadores” que los ocupantes franceses.
            Bueno, todo este rollo viene a cuento, porque hoy voy a hablar de otro militar británico al que sus compañeros le pusieron como apodo el título que le he puesto a esta entrada. Se trata del mariscal del Aire Arthur Travers Harris.
            Nació en una familia noble y re
cibió una buena educación, pero, dado que no era nada estudioso, pues en su familia le dieron a elegir entre ir a trabajar como funcionario en las colonias o servir en el Ejército, que era más o menos lo mismo.
            Durante la I GM estuvo en el primer regimiento de Rhodesia, hoy Zimbabue, combatiendo en la cercana Namibia a los alemanes. No olvidemos que antes de la guerra Namibia era una colonia alemana.
            Como no tuvo bastante, se trasladó en 1915 al frente europeo, hizo un curso de piloto y estuvo luchando como tal en Francia hasta 1917.
            Al terminar la guerra logró el grado de comandante de la RAF y fue destinado posteriormente a zonas de Mesopotamia.
            En los años 20 estuvo haciendo diversos cursos en academias militares, ocupando en los años 30 el cargo de Director adjunto de Planificación de la RAF y ascendiendo a comodoro. En esa época se especializó en tareas de bombardeo.
            Justo antes de la II GM hizo varios cursos en USA y fue ascendido a vice mariscal del Aire, a cargo de un grupo de bombardeo.
            En 1941 asciende ya a la máxima categoría de la RAF, mariscal del Aire, y en 1942 es nombrado comandante supremo del Mando de Bombardeo.
            Aquí logró un papel protagonista en la II GM, pues llegó a revolucionar la forma de bombardeo que habían estado realizando los británicos hasta esa fecha. Llegó a un acuerdo con los USA para utilizar sus aparatos exclusivamente de noche y así poder afrontar las grandes pérdidas de aparatos y, sobre todo, de tripulaciones que les estaba ocasion
ando la eficaz defensa anti-aérea alemana.
            También utilizó bombas de fósforo para aumentar la efectividad de sus bombardeos indiscriminados. Esto fue lo que llevó a multiplicar la mortandad entre la población civil alemana.
            Se dice que este ensañamiento con la población civil venía dado de la aplicación de la Doctrina Douhet, por la que un bando, utilizando masivamente los bombardeos aéreos,  podía mermar la capacidad de combate del enemigo y, sobre todo, hacer que la población civil presionara a su Gobierno para acabar la guerra. Como se sabe, en Alemania ocurrió el efecto contrario.
            Se dio prioridad a los bombardeos sobre objetivos militares, pero no les importó que estuvieran rodeados de viviendas.
            En la posguerra se pudo comprobar que este tipo de ataques lo único que produjo fue una gran cantidad de víctimas entre la población civil, pero muy escasos resultados entre los objetivos militares o industriales, que estaban muy bien protegidos.
            Hoy día todavía se discute si estos bombardeos masivos de los aliados sirvieron para algo. En esa época, previa al Desembarco
de Normandía, el único frente que estaba activo era el de la antigua URSS. Por ello, Stalin, no hacía más que presionar a sus aliados para que atacaran cuanto antes y abrieran otro frente en Occidente a fin de aligerar el suyo.
Sus socios occidentales argumentaron que estos ataques a la retaguardia alemana provocaron que el enemigo tuviera que utilizar más fuerzas en labores defensivas y no pudiera enviar más unidades a combatir en territorio soviético. También, según decían, al destruir las fábricas de armamento, los suministros no pudieron ser entregados a tiempo en el frente y muchas unidades alemanas se encontraron con que no tenían ni siquiera ropa para combatir el invierno ruso. Además, buscaban que las columnas de los alemanes refugiados entorpecieran el paso de los r
efuerzos a los frentes.
            Aparte de que, tras varios fracasos, los aliados necesitaban dominar el espacio aéreo como fuera, antes de mandar sus efectivos a otra derrota como las anteriores.
            Entre 1942 y 1945 tuvieron lugar las llamadas “misiones de los mil bombarderos”, las cuales tuvieron lugar sobre los territorios de Alemania, Francia y Noruega. Los bombarderos americanos atacaban de día y los británicos lo hacían de noche.
            Así se calcula que murie
ron innecesariamente unas 800.000 personas civiles, absolutamente inocentes y en zonas muy alejadas de los frentes de combate.
            También es preciso recordar que se destruyeron ciudades monumentales, como Dresde, Hamburgo, Colonia, etc. Cuando se le preguntó sobre esto, simplemente dijo: “ninguna ciudad alemana vale los huesos de un soldado británico”.
            No obstante, parece que los alemanes se defendieron bastante bien, pues abatieron a un 60% de las tripulaciones y a unos 12.000 bombarderos de la RAF. Algunos dicen que le apodaban “El carnicero” por enviar a las tripulaciones a la muerte, más que por matar civiles enemigos.
Esto fue muy duro para los británicos, pues siempre tuvieron problemas para encontrar tripulaciones para sus aviones. Además, se tardaba más en formar a un piloto que en c
onstruir un avión. Seguramente, por ello, se admitió en la RAF a muchos pilotos no británicos para realizar estas misiones.
            Se dice que el mismo Churchill
le llamó en alguna ocasión la atención sobre las consecuencias que estaban teniendo estos bombardeos sobre la población civil de ambos bandos, pero él nunca tuvo el más mínimo remordimiento sobre los efectos de su labor. Posiblemente, porque, como se ha visto en varios documentales, al ser el Reino Unido una democracia, la gente ponía a parir a Churchill, cuando visitaba las zonas bombardeadas y a Hitler nadie le decía nada.
            Algunos de sus contemporáneos llegaron a afirmar que podrían tratarse de crímenes de guerra, por no estar justificados. No obstante, él afirmó, que había recibido órdenes de realizarlos. No es posible saber si es cierto o no.
            Para él, era la única forma de terminar la guerra pronto y, como no acababa de conseguirlo, pues cada vez multiplicaba más sus ataques, buscando nuevos objetivos, sin importarle que viviera gente al lado de ellos.
            Algunos dicen que la teoría de la guerra total, dentro del Reino Unido, la había elaborado Lord Cherwell, un físico asesor del departamento de Guerra. Por cierto, la familia de este personaje, Frederick Lindemann, eran judíos de origen alemán
            Parece ser que dentro del bando aliado, los USA tenían como prioridad acabar con la fuerza aérea alemana, para poder realizar un desembarco posterior sin contratiempos. Así utilizaron una forma de bombardeo con mayor precisión.
Sin embargo, Harris no pensaba igual y, según decía, si no había conseguido aún sus objetivos era porque no se había bombardeado lo suficiente.
            En un escrito enviado en 1943 a sir Charles Portal, jefe del Estado Mayor de la RAF confesaba que su “objetivo es la destrucción de las ciudades alemanas, la muerte de los trabajadores alemanes y la desarticulación de la vida social civilizada en toda Alemania”. Además, indica claramente que”en ningún caso son efectos colaterales de los intentos de destruir fábricas”. O sea, que él claramente se estaba afanando en matar gente por el mero capricho de hacerlo.
            Además, de manera inexplicable, en los últimos meses de la guerra, con Alemania prácticamente vencida, se bombardeó su territorio con más saña que los años anteriores.
            También se le acusó de presionar para seguir con sus planes, cuando en un determinado momento, el Reino Unido, necesitaba esos aviones para luchar contra los submarinos que estaban diezmando su flota y condenando al hambre a la población de las islas.
            Algunos autores afirman que, como la Luftwaffe dejó de bombardear las bases militares para hacerlo sobre Londres, ese respir
o le sirvió a la RAF para reorganizarse y poder volver a presentar cara a los alemanes.
            La publicación del Plan Morgenthau, donde los aliados parece ser que pretendían dejar Alemania, en la posguerra, convertido en un país donde sólo se practicara la Agricultura y se prohibiera realizar cualquier actividad industrial, para evitar un nuevo rearme, hizo que el propio Goebbels llamara a una mayor resistencia de la población, afirmando que los alemanes no podían esperar nada bueno de los aliados. Afortunadamente, este plan nunca se puso en marcha.
            También es cierto que los miembros de muchas tripulaciones británicas opinaban que no era malo asesinar impunemente a los civiles alemanes, porque así se opondrían menos alemanes al avance de las tropas terrestres.
            Tras la guerra, nuestro personaje se retiró a una de sus propiedades en Sudáfrica, se dice que fue por indicación del Gobierno británico, y en 1953, tras muchas discusiones, fue nombrado sir y aceptado como miembro de la Orden del Baño, una de las más importantes del Reino Unido. Dicen que no llegó a lord, porque él mismo renunció a ello, debido a que el Gobierno se negó a condecorar a muchos de sus hombres por los bombardeos sobre Alemania.
            No olvidemos que estas fechas no son casuales. Tras la guerra, Churchill perdió las elecciones y el nuevo Gobierno laborista no veía que tuviera ninguna deuda con él. Sin embargo, en 1953, Churchill llegó de nuevo al Gobierno y, quizás, por eso, fue condecorado en ese momento, pues siempre había sido el valedor del mariscal.
            Hay una anécdota, que no sé si será cierta. Parece ser que este individuo, en los años 70, fue parado por la policía de Tráfico, por conducir a gran velocidad. El agente le dijo: “¿quiere Vd. matar a alguien?” y él le contestó: “es lo que mejor hago y por lo que me pagan”.

            En fin, a mí siempre me ha parecido atrayente la idea de que, una vez acabada una guerra, los culpables de la misma o lo que han incumplido sus normas, pasen por los tribunales. Lo que me ha parecido siempre mal es que, tras la II GM, sólo ocuparan esos banquillos los representantes de un bando. Ciertamente, este personaje debería de haber estado sentado en uno de esos banquillos y haber sido juzgado por sus hechos.