domingo, 19 de diciembre de 2021

EL PLAN MORGENTHAU

 

Hoy voy a hablar de un plan, que me atrevería a calificar como diabólico, ideado por un político USA contra Alemania. Empezaremos por ver quién fue el tipo al que se le ocurrió este disparate.

Su nombre fue Henry Morgenthau jr. Nació en Nueva York, en 1891. En el seno de una rica familia de un empresario inmobiliario judío de origen alemán.

Estudió Arquitectura y Agricultura en la famosa Universidad de Cornell. Una de las más prestigiosas de USA.

Curiosamente, compró unan granja para explotación frutícola y tuvo como vecinos al futuro presidente Franklin D. Roosevelt y su esposa. Así que ahí fue cuando comenzaron a ser amigos.

Me parece que, si hubieran sido españoles no se hubieran hecho amigos, porque los españoles no suelen ser muy amigos de sus vecinos. Más bien, es al contrario.

Así que, en 1929, cuando Roosevelt fue elegido gobernador de Nueva York, fichó a nuestro personaje como presidente del Comité Asesor Agrícola de ese Estado.

En 1933, Roosevelt ganó las elecciones para presidente de los USA. Esta vez, se llevó a su amigo a presidir la Junta Federal de Agricultura. Un organismo que controlaba los precios agrícolas.

Posteriormente, en 1934, cuando el secretario del Tesoro dimitió, debido a problemas de salud, Roosevelt se acordó de nuestro personaje para adjudicarle ese importante Ministerio.

Como el país intentaba salir de la dura Crisis de 1929, el Gobierno mantuvo muy bajas las tasas de interés a fin de reactivar la economía. También, como ya veían en el horizonte la posibilidad de una nueva guerra, empezaron a rearmarse.

Parece ser que, como buen lacayo, obedeció a su presidente para encontrar algún resquicio en el pago de los impuestos de W. R. Hearst (el protagonista de Ciudadano Keane), ya que le habían llegado informes de que este empresario se proponía criticar e intentar destruir las reformas llevadas a cabo por el presidente.

También se dedicó a investigar la corrupción y el crimen organizado. Para ello, aprovechó las 5 agencias de investigación que había en el Tesoro. Evidentemente, eso no le gustó absolutamente nada al FBI.

Durante varios años, Roosevelt y Morgenthau, discutieron sobre temas presupuestarios. El primero quería, como fuera, aumentar el presupuesto, mientras que el segundo siempre fue partidario de no endeudarse demasiado.

Algunos le culpan de una nueva recesión, que tuvo lugar en 1937, por querer recortar excesivamente el gasto público.  

Él creía firmemente que el aumento del gasto no había hecho recuperar la economía, sino que había generado un mayor número de parados. Al aumentar también los impuestos. Sin embargo, también fue partidario de aumentar los impuestos a las grandes fortunas.

En 1943, apoyó los acuerdos tomados por el Congreso Judío Mundial, relativos a la evacuación de los judíos de Alemania y otros países. Por ello, el Gobierno USA creó la Junta de Refugiados de guerra, que también apoyó las iniciativas del famoso Raoul Wallenberg y, de esa manera, se calcula que consiguieron salvar la vida de unos 200.000 judíos.

Evidentemente, Morgenthau, también propuso que mataran a todos los nazis criminales de guerra que fueran capturados. Posteriormente, parece ser que se lo pensó más y ya fue partidario de hacerles un juicio previo, antes de ahorcarlos.

En 1944, propuso el Plan Morgenthau, al que me voy a referir, posteriormente, en este artículo. De momento, voy a terminar con su biografía para que tengamos una idea mejor de este personaje.

Ese mismo año, tuvo lugar la famosa Conferencia de Bretton Woods, donde se decidió el nuevo sistema de intercambio comercial entre países. También decidieron fundar el Fondo Monetario Internacional y el actual Banco Mundial.  

En 1945, comenzó a dejar de brillar su estrella. Tras el fallecimiento, en plena II Guerra Mundial, de su amigo, el presidente Franklin Delano Roosevelt, Harry S. Truman, que era su vicepresidente, pasó a ser el nuevo presidente de USA.

Parece que a éste no le debía caer nada bien, porque le obligó a renunciar. Así que pasó el resto de su vida ayudando a organizaciones judías y también como asesor financiero del nuevo Estado de Israel.

Falleció en 1967 en un pequeño pueblo del Estado de Nueva York.

Volviendo al tema de este artículo, en 1944, Morgenthau, presentó un informe denominado “Programa de post-entrega sugerido para Alemania”.

A grandes rasgos, lo que sugería era eliminar casi todas las fábricas de Alemania. Sobre todo, las que pudieran tener un aprovechamiento bélico y hacer de ese país un Estado agropecuario. Más o menos, hacerle regresar al siglo XVIII.

Como es lógico, un plan tan descabellado para Alemania le hizo granjearse muchas enemistades, no sólo entre los alemanes, sino también entre sus propios conciudadanos.

No hay que olvidar que en USA hay muchos ciudadanos, cuyos ancestros eran alemanes.

Por otro lado, también es preciso decir que la primera intención de los militares USA fue lanzar la primera bomba atómica sobre Alemania y no sobre Japón. Sin embargo, no lo llegaron a hacer, porque Alemania se rindió antes de que la tuvieran preparada.

Dado que este plan se presentó antes del final de la II Guerra Mundial, el Gobierno alemán tuvo conocimiento de ello, y lo publicó en la prensa.

Eso le sirvió al ministro nazi Goebbels para azuzar al pueblo alemán con el objetivo organizar una resistencia mucho mayor contra los Aliados. Una de sus frases fue: “El judío Morgenthau quiere convertir Alemania en una parcela gigante de patatas”. Otra de ellas fue: “¡Roosevelt y Churchill están de acuerdo con el plan de asesinato judío!”

Incluso, el propio Herbert Hoover, fundador del FBI, se la tenía guardada desde que le quitó el protagonismo, cuando Morgenthau utilizó las agencias del Tesoro para investigar el crimen organizado, sin contar con su agencia federal. Así que afirmó que ese plan llevaría a Alemania a la miseria y podría provocar una hambruna que mataría a unos 25.000.000 de alemanes.

Supongo que esa afirmación le haría meditar mucho a Roosevelt. Evidentemente, no pudo saltar del susto, porque el pobre hombre llevaba muchos años en una silla de ruedas.

El informe en cuestión desarrollaba varias áreas de trabajo. Una de ellas era la desmilitarización completa de Alemania. No sólo de su Ejército, Armada y Aviación, sino también la destrucción de todo su arsenal militar y de las industrias relacionadas con ese tema. Lo que ahora se denomina tecnología de doble uso.

Otra de las propuestas era la partición de Alemania, cediendo Silesia y Prusia Oriental a Polonia. El Sarre y sus zonas anexas a Francia. El resto se dividiría en dos países. Uno al sur, que lo formarían Baviera, Baden-Württemberg y otros Estados menos relevantes. El otro estaría al norte y lo formarían Prusia, Sajonia y otros Estados de menor importancia.

En el área del Ruhr serían desmanteladas o destruidas todas las fábricas y se convertiría en una zona bajo administración internacional de la ONU.

Curiosamente, esta vez, los vencedores no pretendían pedir indemnizaciones en ese informe. Por el contrario, las naciones que hubieran salido muy perjudicadas en ese conflicto, serían compensadas con el traspaso de toda esa maquinaria desmantelada en Alemania. Incluso, les compensarían cobrando patentes alemanas y también con la confiscación de activos alemanes en el extranjero.

A partir de la segunda conferencia de Quebec, Churchill y Roosevelt, acordaron que Alemania pasara a ser un país agropecuario, pero ya no decidieron dividirlo.

Por el contrario, los planes del Departamento de Estado USA consistían en hacer que Alemania se recuperase cuanto antes a fin de pagar indemnizaciones de guerra. Ante ello, Morgenthau, argumentó que era una invitación para que se rearmara y organizase pronto su revancha.

Así que nuestro personaje siguió presionando a fin de intentar conseguir que su propuesta fuera la aceptada por el presidente.

Uno de sus logros fue conseguir que se crease una comisión, formada por los secretarios del Tesoro, Estado y Guerra, con el fin de acordar cómo iba a ser el futuro de Alemania.

Paradójicamente, las mayores objeciones para el Plan Morgenthau vinieron de los empresarios USA. Es preciso decir que estos habían hecho fuertes inversiones en Alemania, desde antes de la llegada al poder de los nazis.

Como la compra de Opel por General Motors, realizada en 1928. Así que estos estaban muy interesados en que, cuanto antes, volviera a ponerse en marcha la industria alemana.

Así que la comisión no pudo lograr ningún acuerdo, ya que Morgenthau, secretario del Tesoro, y Corder Hull, secretario de Estado, tenían intereses contrapuestos.

Este último argumentó que, como ya he dicho, el Plan Morgenthau, aumentaría la resistencia de los alemanes contra las tropas aliadas y eso costaría muchas bajas. Esas duras discusiones llevaron a Hull a dimitir por razones de salud.

Parece ser que esa dimisión fue la que aprovechó Roosevelt para invitar a Morgenthau a la Conferencia de Quebec a fin de presentar su proyecto ante los grandes líderes mundiales.

Por lo visto, en principio, Churchill no fue partidario de castigar de esa manera tan dura a Alemania. Sin embargo, la cosa cambió cuando dejaron esa discusión a los ayudantes de ambos. O sea, Morgenthau y lord Cherwell. Este último odiaba a los alemanes mucho más de lo que lo hacía el primero.

Así que los consejos de lord Cherwell a Churchill y la necesidad del Reino Unido de obtener pronto unos préstamos procedentes de USA, hicieron cambiar de opinión al premier británico. No obstante, el Gobierno USA, le presionó al británico para que firmara el acuerdo sobre el Plan Morgenthau, antes de recibir esos préstamos.

Parece ser que Anthony Eden, ministro británico de Asuntos Exteriores, fue el primero que se opuso a ese plan y se movió mucho en el Parlamento para que no fuera aprobado.

Más tarde, Corder Hull, hizo otras declaraciones en las que dijo que esas explotaciones agropecuarias en Alemania sólo servirían para dar de comer al 60% de los alemanes. Lo cual llevaría a que el 40% restante se murieran de hambre. Más o menos, lo mismo que había dicho Hoover.

El famoso general Marshall le dijo a Morgenthau que sus tropas habían notado que los alemanes combatían más ferozmente, desde que se había publicado el contenido de su plan. Incluso, el yerno del presidente Roosevelt, que era el teniente coronel Boettiger, le dijo que el efecto de la publicación de su plan es como si les hubieran dado 30 nuevas divisiones a los alemanes.

Incluso, uno de los jefes de la OSS, el antecesor de la CIA, le comunicó a su Gobierno que, incluso, muchos destacados miembros de la oposición al nazismo, están luchando ahora contra las tropas aliadas, después de conocer las intenciones que tenían los Aliados para el futuro de Alemania.

El propio secretario de Guerra, Stimson, se mostró muy afectado por las posibles consecuencias que podría traer ese plan y le dijo al presidente que no lo había meditado bien antes de firmarlo.

No obstante, en mayo de 1945 el nuevo presidente Truman, firmó una directiva, la denominada JCS 1067, por la que sus fuerzas armadas de ocupación no tomarían ninguna iniciativa para reactivar la economía alemana. Incluso, enviaron a varios funcionarios del Departamento del Tesoro a fin de controlar, con ayuda de los militares, que la economía alemana no se estaba desarrollando por encima de lo ordenado por el Gobierno USA.

En agosto de 1945, la Conferencia de Potsdam acordó que el nivel de vida de los alemanes nunca podría superar el nivel medio de los países a los que hubieran invadido. Por lo visto, esa fue una exigencia de Francia. Esos que fueron invadidos, porque apenas opusieron resistencia.

En 1946, el Consejo de Control Aliado, puso un límite a la producción de acero en Alemania, que se cifraba en el 25% de la misma, en los años anteriores a la II Guerra Mundial.

No obstante, todos esos planes fracasaron, porque Alemania había sido, durante muchos años, el principal proveedor de productos industriales al resto de Europa.

Por otro lado, el resto de los Aliados, miraban de reojo a la URSS y, sobre todo, cuando comenzó la Guerra Fría. Por ello, cambiaron su política para prevenir que los alemanes cayeron en manos de los comunistas.

Como dijo el general Clay, jefe de las tropas de ocupación en Alemania: “No hay elección entre ser un comunista con 1.500 calorías al día o un creyente en la democracia, sólo con 1.000”. Posteriormente, este general se haría famoso por ordenar el Puente Aéreo sobre Berlín.

Lewis Douglas, uno de los asesores del general Clay, dijo: “Esta cosa fue montada por economistas idiotas. No tiene sentido prohibir a los trabajadores más calificados de Europa, producir tanto como puedan en un continente que está escaso de todo”.

Así que el Plan Marshall, aprobado en 1948, fue ampliado para que también favoreciera la recuperación de Alemania, que siempre había sido el motor económico de Europa.

Parece ser que no todos los funcionarios del Gobierno USA estuvieron de acuerdo en ayudar a Alemania. Antes de regresar a su país, los funcionarios del Tesoro, impusieron una serie de normas para limitar las operaciones entre Bancos alemanes. Así que, hasta finales de 1948, no se pudo empezar a recuperar la economía alemana.

Por lo visto, el propio Eisenhower, fue uno de los que cambió rápidamente de chaqueta, porque se cree que fue uno de los que les dieron una serie de ideas a Morgenthau, sobre cómo habría que tratar a los alemanes en la posguerra. Sin embargo, luego fue un ferviente partidario del plan de su jefe: el general Marshall.

No obstante, unos 4 millones de prisioneros de guerra alemanes fueron destinados a trabajos forzados en países aliados. Obviamente, la mayoría, unos 3 millones, fueron a la antigua URSS.

Incluso, las autoridades aliadas, obligaron a talar una gran cantidad de árboles de los bosques de Alemania a fin de que luego, la repoblación forestal, les diera mucho trabajo a los alemanes y no se dedicasen a la industria.

Aparte de ello, como es bien sabido, los aliados se llevaron, de grado o por fuerza, a miles de científicos alemanes para que trabajasen en sus países.

A partir de 1950, le permitieron a Alemania reconstruir algunas instalaciones, como astilleros a fin de poder disponer de una marina mercante para exportar sus productos.

De hecho, poco antes, el canciller Adenauer, había pedido que cesaran esas medidas contra Alemania, porque eran contradictorias. Mientras que unas daban ayudas al desarrollo, en cambio, otras seguían destruyendo o desmantelando instalaciones industriales.

Para finalizar, hay algunos que opinan que en el Plan Morgenthau tuvo mucha influencia un consejero de nuestro personaje, llamado Harry Dexter White, al que luego se ha acusado de que podría ser un espía soviético. O sea, que podría haber sido una idea diseñada en Moscú para intentar que los alemanes se rebelasen contra las fuerzas USA de ocupación y le dejasen toda Alemania a la URSS. Nunca lo sabremos, porque, en 1948, White fue llamado a declarar ante el Comité de Actividades Antiamericanas. A la salida, le dio un infarto, que le provocó, dos días después, la muerte.

 

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2 comentarios:

  1. ¡Hola! Recien descubrí tu blog, por recomendación de un querido amigo, quien sabe lo mucho que me gustan los temas históricos y me paso el enlace de este articulo, y debo decir que estoy gratamente sorprendido. Tu forma de hablar y narrar los hechos no es tediosa (como suele pasar, al hablar de estos temas), ni mucho menos. Más bien, es didáctica y fluida. Y se nota tu esfuerzo.
    Más que todo, me encanta la Edad Moderna, sin quitar por ello merito a las Edades Antigua, Media y Contemporánea. Y revisando los títulos de tus otros artículos, hubo muchos, por no decir todos, que me llamaron la atención.
    Asi que, empezare a leer varios de ellos.

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