jueves, 19 de noviembre de 2020

EL INGENIERO ALEMÁN FRITZ TODT

 

Hoy voy a hablar de la vida de un curioso personaje. Se trataba de un ingeniero que cometió la torpeza de decirle la verdad a un político. Ya sabemos que eso no les gusta nada a esa gente y mucho menos a los dictadores.

No obstante, cuando un político es inteligente, lo que suele hacer es rodearse de personas más inteligentes que él. Buenos especialistas en cada materia que le puedan resolver los problemas que se le presenten. Aunque luego sea él el que se cuelgue las medallas.

Por ejemplo, en España, durante los reinados de Carlos II y Fernando VI, que fueron unos monarcas con claros problemas físicos y mentales, sus familiares, supieron buscarles unos ministros honrados y eficaces, que supieron conducir al país por la vía del progreso.

De hecho, una de las características del reinado de Fernando VI es que España no se metió en ninguna guerra. Algo de lo que no podría presumir casi ningún monarca de la Historia de España.

Sin embargo, la tendencia actual es que los políticos sean bastante mediocres y, para que no se note mucho, se rodean de otros aún más torpes que ellos y que les rían las gracias.

Así que me da la impresión de que, por eso mismo, muchos países están llevando tan mal el tema de esta pandemia de COVID 19, porque en sus respectivos gobiernos nadie ha tomado las medidas adecuadas, ya que no tienen expertos y tampoco se han molestado en consultar a los que saben de esta materia.

Después de esta pequeña introducción, voy a pasar a presentar a nuestro personaje de hoy. Se llamaba Fritz Todt. Un apellido curioso, porque recuerda a las palabras alemanas tot (muerto) y tod (muerte).

Nació en 1891 en la localidad alemana de Pforzheim, en el Estado de Baden-Württemberg, donde su padre tenía una de las muchas fábricas de orfebrería que había en esa ciudad.

Curiosamente, también fue el lugar de nacimiento del padre de la famosa pintora Frida Kahlo. Esposa del también pintor Diego Rivera. Ambos mexicanos.

Volviendo a nuestro personaje, estudió en su ciudad de origen y luego se matriculó en la Universidad Técnica de Munich para estudiar Ingeniería Civil.

La I Guerra Mundial provocó un parón en sus estudios. Luchó primero en Infantería y luego como observador en Aviación. En uno de esos combates aéreos fue herido de gravedad. No obstante, tardó poco en recuperarse y fue condecorado con la Cruz de Hierro.

Tras la guerra, se mudó a Karlsruhe, en cuya Universidad obtuvo, en 1920, la licenciatura como ingeniero civil.

Empezó a trabajar diseñando centrales eléctricas para luego construir carreteras en diversas zonas de Alemania.

En 1922, se afilió al Partido Nazi, pasando luego a las temibles SA. Supongo que lo haría, como tantos miles de alemanes, para intentar salir de la miseria que les aquejaba en esos años. De lo contrario, no se entiende que los alemanes votaran mayoritariamente a nazis y comunistas, en el país más culto de Europa

Por aquel entonces, publicó un estudio sobre cómo dar trabajo a 1.000.000 de personas a base de construir obras públicas de todo tipo.

En 1933, cuando Hitler llegó al poder, lógicamente, fue nombrado inspector general de carreteras y diseñó las primeras autopistas de Alemania.

Parece ser que nunca tuvo ambiciones políticas y eso fue lo que le salvó de las sucesivas purgas que se hacían entre los líderes de su partido.

Por lo visto, recibió diversos premios, como reconocimiento por sus numerosos y avanzados diseños. Uno de ellos fue una especie de Premio Nobel alemán, ya que, desde 1936, Hitler prohibió que los alemanes aceptaran esos famosos premios que se otorgan, anualmente, en Suecia y Noruega.

En 1938 creó la Organización Todt, llamada así en su nombre, y que se dedicó a realizar construcciones civiles y militares por toda Alemania y, posteriormente, por las zonas que iban conquistando los alemanes, como el Muro del Atlántico.

Se trataba de una organización donde trabajaban tanto obreros libres como presos forzados, procedentes tanto de las cárceles como de los campos de concentración. Se cree que esa organización llegó a utilizar a unos 800.000 presos forzados.

Por otro lado, creó un fondo de becas para muchachos pobres con buenas notas escolares, a fin de que pudieran llegar a ser los ingenieros que necesitase su país en el futuro.

En marzo de 1940 fue nombrado ministro de Armamento y Municiones. Está muy claro que, por entonces, era un hombre que tenía la plena confianza de Hitler. Incluso, le nombró general de la Luftwaffe, la fuerza aérea alemana.

Tras la invasión de la URSS, le encargaron la reconstrucción del sistema ferroviario de ese territorio, destrozado por la guerra. Lo cual no fue nada fácil, pues las vías no tenían el ancho homologado en casi toda Europa y pretendían que tuviera el mismo que en Alemania.

Supongo que les interesaría que tuvieran el mismo ancho de vía para así facilitar el transporte de tropas alemanas dentro de la URSS.

A la vez, le encargaron la construcción de fábricas subterráneas, donde poder construir aviones y cohetes, sin que fueran destruidas por los intensos y continuos bombardeos de los Aliados.

Sin embargo, en diciembre de 1941, hubo una reunión entre Hitler y los miembros del Estado Mayor alemán, a la cual asistió Todt. En ella, se dijo que los informes sobre las duras condiciones que estaban sufriendo las tropas alemanas en la URSS, debidas al intenso frío, habían parado el avance hacia Moscú.

No sé si alguien le echaría la culpa de esto a Todt, pues se dijo que no les habían llegado a tiempo los suministros necesarios para que esas tropas pudieran luchar en esas duras condiciones climáticas.

También es verdad que el propio Göring había prometido que la Luftwaffe, de la cual era el máximo responsable, iba a abastecer sin problemas a las tropas alemanas en la URSS y no lo consiguió.

Parece ser que Todt realizó una gira para comprobar el estado de las tropas y la recepción de los suministros por las mismas.

En febrero de 1942, Todt, se reunió con Hitler en su famoso cuartel general cercano a Rastenburg, una localidad que ha pasado a ser de Polonia.

Por lo visto, mantuvieron una fuerte discusión en la que Todt llegó a decirle que, si no se mejoraba la recepción de los suministros a esas tropas, lo mejor sería retirarse del territorio de la URSS, porque, seguramente, perderían la guerra.

Como ya dije al principio, a los gobernantes no les suele gustar que les digan las verdades a la cara y mucho menos a un tipo tan megalómano como Hitler.

Supongo que su gran efectividad pondría en entredicho la labor de Göring o Martin Borman, un par de los tradicionales pelotas, por no decir algo peor, muy próximos a Hitler.

Me recuerdan a los que en el flamenco llaman los “agradaores”. Esos que suelen sentarse a tocar las palmas, a los lados del cantaor de turno y le jalean diciendo que tiene mucha “grasia”.

Parece ser que, es mismo día, Todt había coincidido con Albert Speer en el cuartel general de Hitler y el primero se había prestado para llevar, en su avión, al segundo, durante el viaje de regreso a Berlín.

Sospechosamente, el propio Hitler se negó a ello y le dijo a Todt que tenía que hablar largo y tendido con Speer. Así que sería mejor que se fuera solo, antes de que se le hiciera tarde.

Poco después, Todt se montó en el avión que le habían asignado, concretamente, un Heinkel 111. Curiosamente, él solía desplazarse en otra aeronave, sin embargo, ese día se le había asignado una misión en el frente.

Según los testigos presenciales, el aparato despegó con normalidad, pero, muy pronto, vieron que se daba la vuelta. Incluso, notaron que algo no iba bien, porque el piloto intentaba aterrizar con viento de cola.

Lo normal es hacerlo con viento de frente a fin de que vaya frenando la velocidad de aterrizaje de la aeronave y no haya peligro de salirse de la pista.

Parece ser que se apreciaba una especie de llamarada azul en la cabina. Por lo visto, el piloto intentó un aterrizaje de emergencia, pero el avión explotó antes de tomar tierra. Muriendo en el acto todos sus ocupantes.

Los equipos de socorro apenas pudieron hacer nada, pues la aeronave se incendió, ya que llevaba el depósito lleno y tardaron bastante en poder apagar las llamas.

Ciertamente, yo no sé si se trató de un sabotaje. No obstante, ya mostré, en mi anterior artículo, que hubo muchas muertes de este tipo durante el III Reich. Al igual que ocurrió durante la guerra civil española.


Lo único que puedo decir es que Hitler, como si lo tuviera decidido desde hacía mucho tiempo, nombró, inmediatamente, como sucesor de Todt al famoso Albert Speer.

Esta vez, se trataba de un arquitecto de una familia muy acomodada y con unos modales aristocráticos, que darían un mayor lustre al Partido Nazi. A muchos les pareció la cara amable de ese partido.

De hecho, por razones que se desconocen, se salvó de la horca, durante los famosos Juicios de Nuremberg. Aunque luego se demostró que era tan culpable como los que fueron ejecutados. Eso sí, fue condenado a 20 años de prisión. Condena que cumplió por completo.

 

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