
Fanny Kaplan, cuyo nombre real no
está muy claro, pues los autores ofrecen diferentes versiones del mismo, nació
en 1890 en un pequeño pueblo que, actualmente, pertenecea Ucrania. Según la
mayoría de los autores, su nombre real era Feiga Chaimovna Roytblat.
Nació en el seno de una familia
judía, compuesta por el matrimonio y 7 hijos. Su padre era maestro en una
escuela de Primaria.
Desde muy joven, se unió al
movimiento anarquista. Participando en la fallida revolución de 1905.
Al año siguiente, parece ser que,
mientras se hallaba en un hotel preparando un artefacto explosivo, para cometer
un atentado, éste explotó y la dejó medio ciega. En un principio, la condenaron
a muerte, pero, al ser menor de edad, le conmutaron la pena por la de trabajos
forzados.

Fue liberada en 1917, tras el
triunfo de la famosa Revolución Rusa, que había derrocado al zar Nicolás II.
Parece ser que, durante su estancia
carcelaria, se hizo amiga de otra presa, llamada María Spiridonova, una de las
líderes del Partido Socialista Revolucionario de Izquierda (PSR). Así que se afilió
a ese partido y dejó el anarquismo. En cambio, algunos autores dicen que sólo simpatizó
con ese partido, pero nunca llegó a afiliarse al mismo.
Curiosamente, el PSR había
luchado junto a los bolcheviques en la Revolución Rusa.
Sin embargo, sus
relaciones se deterioraron al ver que el Gobierno de Lenin estaba incumpliendo todo
lo que había prometido anteriormente. Lo cual generó un gran descontento entre
la población. De esa manera comenzaron las luchas entre los miembros de ambos
partidos.
A pesar de ello, siguió sufriendo
unos dolores de cabeza crónicos. Curiosamente, parece ser que allí fue tratada
por un médico llamado Dimitri Ulianov. El hermano menor de Lenin.

Es posible
que ella congeniara con ellos, porque estaba muy desilusionada con la política
del gobierno bolchevique.
Lo cierto es que el 30 de agosto
de 1918, Lenin, había ido de visita a la fábrica Michelson, dedicada a la
electromecánica y situada en Moscú.
Casualmente, el día anterior,
Leonid Kannegisser, un joven y antiguo militar del

Además, el mencionado Savinkov,
ya se hallaba organizando un atentado contra Uritsky. Así que no sabemos si
éste se le adelantó o lo dejaron hacer.
Parece ser que Kannegisser asesinó a
Uritsky no por un motivo político, sino porque ese militar era homosexual y la
cheka había ejecutado, unos meses antes, a su amante, que también era otro
oficial zarista.
Posteriormente, Kannegisser, fue
detenido, interrogado y torturado. En todo momento, declaró que había actuado
solo y por el motivo indicado. Así que unos días después fue ejecutado.
Curiosamente, la pena de muerte,
que había sido abolida por los bolcheviques en todo el territorio de la URSS,
fue reinstaurada en junio de ese mismo año, tras los asesinatos de algunos
dirigentes bolcheviques locales.
Volviendo a nuestro tema de hoy,
parece ser que algunos amigos le habían aconsejado a Lenin que, de momento, no
fuera a dar mítines hasta que se apaciguara un poco el ambiente.
Sin embargo, Yakov Sverdlov, otro
de los más importantes dirigentes bolcheviques, le espetó la siguiente frase:
“los bolcheviques no pueden temer al enemigo y que el pueblo no entendería que
los comunistas mostraran debilidad”. Un comportamiento muy sospechoso.
Precisamente, este tipo fue el
que, el mes anterior, había dado la orden para que asesinaran a toda la familia
imperial rusa en Ekaterimburgo.
A la salida de la misma, una
joven le gritó y, cuando Lenin volvió la cabeza hacia ella, ésta le disparó
tres veces. Uno de los disparos sólo le atravesó el abrigo. Sin embargo, los
otros dos le impactaron en un hombro y en un pulmón.
Concretamente, una de las balas
le atravesó el cuello, introduciéndose en el pulmón izquierdo y alojándose
cerca de la clavícula. La otra quedó en el hombro izquierdo.
Sin embargo, cuando los médicos acudieron a verlo, vieron
claramente que la extracción de esas balas sólo sería posible si el enfermo ingresaba
en un hospital y pasaba por un quirófano.
Lo cierto es que casi nadie la
vio a Kaplan. No obstante, fue detenida y procesada, porque ella misma se autoinculpó en los
interrogatorios. Aparte de que ya estaba fichada como una peligrosa anarquista.
Piotr Guil, el chófer de Lenin,
que decía haber sido testigo del suceso, fue interrogado en varias ocasiones y
en cada una dio una versión diferente. Incluso, el revólver con el que se
cometió el atentado no fue encontrado hasta varios días después. Cuando ya se
había ejecutado la sentencia.

Incluso, algunos autores
afirman que los agujeros que mostraba el abrigo, a consecuencia de los
disparos recibidos, no coincidían con la posición de las heridas en el cuerpo
de Lenin. También algo muy extraño.
Según los historiadores
soviéticos, la tercera bala no dio en el cuerpo de Lenin, sino en el de una
mujer, llamada Popova, que estaba discutiendo en ese momento con el líder bolchevique.

Parece ser que sufrió dos ataques
cerebrales en 1922 y otro en 1923. Ya no se recuperó de ese último, que fue el
que, al año siguiente, le llevó a la tumba.

Tampoco Sverdlov pudo sacar
demasiado beneficio del atentado sufrido por Lenin, porque fue uno de los
millones de afectados por la famosa “Gripe española” y murió de repente en
1919. Incluso, algunos autores creen que pudo estar involucrado en ese
atentado, pero no hay pruebas que lo demuestren.
Lo cierto es que se achacó su
muerte a la infame gripe, pero también es verdad que media hora antes había
estado conversando con Lenin, en el interior del Kremlin.
Precisamente, supongo que en “agradecimiento”
por haber eliminado a los zares, la ciudad de Ekaterimburgo pasó a llamarse
Sverdlovsk.
En 1991, volvió a recuperar su antiguo nombre. En cambio, su
provincia sigue manteniendo el nombre de este bolchevique.
Como ya dije anteriormente, hasta
esa fecha, el Gobierno de la URSS había abolido la pena de muerte.
Así que la
reinstauraron y a partir de entonces dio comienzo el primero episodio del
infame Terror rojo, el cual fue defendido por Trotsky como “un instrumento
utilizado en contra de la clase condenada a la muerte y que no quiere morir”.
No debemos confundirlo con las
grandes purgas de Stalin, donde se multiplicaron exponencialmente las matanzas
y la represión sufrida por los ciudadanos rusos.
Curiosamente, en 1887, Alexander
Ulianov, el hermano mayor de Lenin, fue ejecutado, junto con otros cómplices,
por haber atentado contra el zar Alejandro III. Aunque hubieran fallado en el
intento.
Lo cierto es que fue una orden un
tanto extraña, pues Fanny se hallaba detenida en la infame Lubyanka, sede
central de la Checa y luego de la KGB. Lugar donde solían ejecutar a los
condenados.
Siguiendo el procedimiento
habitual, le dispararon con una pistola en la nuca. Luego introdujeron su
cadáver dentro de un bidón metálico, al cual le llenaron de gasolina y luego le
prendieron fuego. Ni siquiera se molestaron en llevar a un médico al lugar de
la ejecución, para comprobar que había muerto.
La verdad es que da la impresión
de que pretendían borrar todo tipo de pruebas.
Parece ser que en 1922 tuvo lugar
un juicio contra varios miembros del PSR. Aunque se ha censurado ese juicio
hasta hace pocos años, se pudo ver que el organizador de este atentado había
sido Grigori I. Semionov, el cual no participó en el mismo.

En
ese juicio sólo fueron acusados de otros delitos y condenados a penas de cárcel.
Sin embargo, todos fueron fusilados en 1937, a causa de las infames purgas de
Stalin.
Otra de las versiones dice que, al
salir de la cárcel Kaplan, había intentado reunirse con su anterior pareja,
Viktor Garski, del cual estaba muy enamorada y con el que estaba preparando
aquella bomba que le estalló en la cara.
Por ello fue detenida y pasó varios años
en la cárcel. Sin embargo, él había conseguido escapar y ahora tenía otra
pareja.
Así que dicen que a ella la
citaron en ese lugar, sin saber lo que iba a pasar. De hecho, cuando en los
interrogatorios le preguntaron: “Si Vd. no disparó ¿por qué acudió al lugar del
atentado?”. Ella respondió: ¿Y qué falta le hace saber eso?”.
Casualmente, parece ser que Kaplan
fue interrogada por Yakov M. Jurowski, el jefe del pelotón que fusiló a la
familia imperial rusa, y por el mismo Sverdlov. Como veréis, todo resulta muy
sospechoso.
Muy bueno.completo y abarca muchos aspectos desconocidos del suceso
ResponderEliminarMe alegro mucho que le haya gustado. Le invito a leer el resto de los artículos. Seguro que más de uno le va a interesar.
EliminarMuchas gracias por su comentario y saludos.
Puesto que se conserva un proyectil, parece ser que de 7,65 es interesante comprobar si corresponde a una automática Browning 1.900 ó a un revólver Nagant..
ResponderEliminarEs posible alimentar la recámara de la "mataduques" e introducir luego el cargador (6 tiros más).
ResponderEliminarQueda montada: hay que confiar en el seguro del arma.
Por lo que he leído, posteriormente, todo fue uno de los muchos complots entre los jerarcas soviéticos. Kaplan sólo era una mujer que estaba, prácticamente, ciega y así es muy difícil acertar a alguien. Sin embargo, tenía unos antecedentes penales, los cuales harían que la Policía mirara, inmediatamente, hacia ella y no hacia los demás.
EliminarTambién aprovecharon esa situación para tener una buena excusa para iniciar una de sus sangrientas purgas.
Yo creo que no hay que fiarse tanto de lo que dicen tener los rusos. Recuerdo que, hasta no hace mucho, presumían de tener un trozo de cráneo de Hitler con un agujero producido por un disparo. Sin embargo, luego se ha demostrado que ese cráneo perteneció a una mujer de unos 40 años. O sea, que tampoco pudo ser de la esposa de Hitler.
Muchas gracias por tu comentario y saludos.