sábado, 22 de diciembre de 2012

LOS JUDÍOS EN JAPÓN.


Confieso que desconocía totalmente este tema, pero, al ir a preparar otra entrada, me he encontrado con esta historia y me gustaría comentarla en el blog.

            Parece ser que los primeros judíos llegaron a Japón en busca de negocio junto con los primeros viajeros, en el siglo XVI, los cuales procedían principalmente de Portugal y de Holanda.

            En 1853, tras la brutal llegada del famoso comodoro Perry, Japón no tuvo más remedio que abrir sus fronteras al exterior. Esto hizo que muchos extranjeros se asentaran en ese país. Entre ellos había muchos judíos.

            Se tiene constancia que la primera emigración judía en masa, unas 50 familias, llegó a Yokohama en 1861 y fundaron allí la primera sinagoga de Japón. Posteriormente, la mayor parte de ellos se trasladó a Kobe.

            Hacia 1880 había otra comunidad en Nagasaki con unas 100 familias. Allí edificaron la sinagoga de Beth Israel.

            Tras la guerra ruso-japonesa esta comunidad empezó a decrecer y entregaron sus libros sagrados a la de Kobe.

            En Kobe se constituyó una gran comunidad formada por prisioneros y emigrados rusos, que venían huyendo de la guerra y de la revolución de 1905.

            También se agruparon en esa comunidad judíos procedentes de todas las partes del globo. Los procedentes de Europa solían venir de Alemania.

            Formaron una serie de comunidades a las que dieron los valores constitucionales, que habían conocido en sus países de procedencia, y le otorgaron una estructura comunal.

            En los años 30, el Gobierno japonés ideó atraer a los judíos europeos para asentarlos en los territorios invadidos por su ejército en Manchuria.

            Como la propaganda decía que los judíos eran muy hábiles comerciantes y financieros, suponían que serían muy beneficiosos para Japón y, además, mejorarían sus relaciones diplomáticas con USA, por tener contenta a la comunidad judía de ese país.

            El plan no cumplió las expectativas, porque no consiguieron atraer a una gran población judía que se quisiera asentar de manera estable en esa zona.

            Aunque Japón fue aliado de Alemania no tuvo la misma política que utilizaban los alemanes contra los judíos.

            Muchos judíos que quisieron escapar de Polonia, durante la II GM, sólo pudieron hacerlo a través de la neutral Lituania, antes de ser ocupada.

            Allí, el cónsul japonés a riesgo de perder su trabajo, se dedicó a emitir visados de entrada en Japón, a través de las Indias Holandesas. De esta forma, se calcula que salvó unas 10.000 vidas. Muchos de ellos fueron luego invitados a asentarse en Shangai, ciudad china ocupada por Japón.

            Al final de la II GM, sus aliados nazis intentaron convencer a los japoneses para que asesinaran a la colonia judía de Shangai, pero se negaron a hacerlo.

            Es llamativo el contraste entre el maltrato dado por los japoneses, en esa época, a los chinos y el buen trato dado a los judíos.

            Tras la II GM, la mayoría de los judíos allí asentados emigró hacia Canadá, USA y, sobre todo, a Israel.

            Hoy día quedan muy pocos judíos en Japón. Sólo unos cientos de familias en Tokio y unas cuantas en Kobe.

            También hay bastantes sinagogas en Japón, pero suelen utilizarlas los miembros judíos de las bases del Ejército USA. Hay también templos para judíos más ortodoxos.

Aparte de todo esto, sería interesante hacer referencia a una secta japonesa llamada Makuya. Es muy extraña, porque entremezcla la doctrina cristiana con la judía. Tiene sólo unos 60.000 adeptos en Japón, lo cual es muy poco para un país tan poblado.

Fue fundada en 1948 por Ikuro Teshima, que era un cristiano muy devoto. El nombre de la secta se refiere al Tabernáculo judío. Intentan volver a la raíces del cristianismo, relacionado con el pueblo judío.

Su símbolo no es la cruz, sino el candelabro judío de 7 brazos y sólo adoran a Dios y a Cristo, prescindiendo de todo lo demás. Su fundador cambió su nombre japonés por el de Abraham. Otro de sus símbolos es la Estrella de David.

Suelen añadir a sus nombres  otros bíblicos y tienen fuertes relaciones con Israel, haciendo todos los años una peregrinación a Tierra Santa.

Durante la Guerra de los 6 días apoyaron a Israel. También durante la Crisis del 73. Tienen diferentes ramas en Corea del Sur, USA, Taiwán y Hawai. También patrocinan algunas comunas de Israel.

Rechazan todo lo relacionado con iglesias, liturgia y clero. Suelen realizar sus oraciones en sus casas.

Suelen vestirse con pañuelos atados alrededor de la cabeza, comno los kamikazes, y túnicas blancas, aunque pregonan la paz y no la guerra.

Todos los años desfilan por Jerusalén, comenzando su marcha  con el sonido de un gong.


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