Confieso que desconocía
totalmente este tema, pero, al ir a preparar otra entrada, me he encontrado con
esta historia y me gustaría comentarla en el blog.
Parece
ser que los primeros judíos llegaron a Japón en busca de negocio junto con los
primeros viajeros, en el siglo XVI, los cuales procedían principalmente de
Portugal y de Holanda.
En
1853, tras la brutal llegada del famoso comodoro Perry, Japón no tuvo más remedio
que abrir sus fronteras al exterior. Esto hizo que muchos extranjeros se
asentaran en ese país. Entre ellos había muchos judíos.
Se
tiene constancia que la primera emigración judía en masa, unas 50 familias,
llegó a Yokohama en 1861 y fundaron allí la primera sinagoga de Japón.
Posteriormente, la mayor parte de ellos se trasladó a Kobe.
Hacia
1880 había otra comunidad en Nagasaki con unas 100 familias. Allí edificaron la
sinagoga de Beth Israel.
Tras
la guerra ruso-japonesa esta comunidad empezó a decrecer y entregaron sus
libros sagrados a la de Kobe.
En
Kobe se constituyó una gran comunidad formada por prisioneros y emigrados
rusos, que venían huyendo de la guerra y de la revolución de 1905.
También
se agruparon en esa comunidad judíos procedentes de todas las partes del globo.
Los procedentes de Europa solían venir de Alemania.
Formaron
una serie de comunidades a las que dieron los valores constitucionales, que
habían conocido en sus países de procedencia, y le otorgaron una estructura
comunal.
En
los años 30, el Gobierno japonés ideó atraer a los judíos europeos para
asentarlos en los territorios invadidos por su ejército en Manchuria.
Como
la propaganda decía que los judíos eran muy hábiles comerciantes y financieros,
suponían que serían muy beneficiosos para Japón y, además, mejorarían sus
relaciones diplomáticas con USA, por tener contenta a la comunidad judía de ese
país.
El
plan no cumplió las expectativas, porque no consiguieron atraer a una gran
población judía que se quisiera asentar de manera estable en esa zona.
Aunque
Japón fue aliado de Alemania no tuvo la misma política que utilizaban los
alemanes contra los judíos.
Muchos
judíos que quisieron escapar de Polonia, durante la II GM, sólo pudieron
hacerlo a través de la neutral Lituania, antes de ser ocupada.
Allí,
el cónsul japonés a riesgo de perder su trabajo, se dedicó a emitir visados de
entrada en Japón, a través de las Indias Holandesas. De esta forma, se calcula
que salvó unas 10.000 vidas. Muchos de ellos fueron luego invitados a asentarse
en Shangai, ciudad china ocupada por Japón.
Al
final de la II GM, sus aliados nazis intentaron convencer a los japoneses para
que asesinaran a la colonia judía de Shangai, pero se negaron a hacerlo.
Es
llamativo el contraste entre el maltrato dado por los japoneses, en esa época,
a los chinos y el buen trato dado a los judíos.
Tras
la II GM, la mayoría de los judíos allí asentados emigró hacia Canadá, USA y,
sobre todo, a Israel.
Hoy
día quedan muy pocos judíos en Japón. Sólo unos cientos de familias en Tokio y
unas cuantas en Kobe.
También
hay bastantes sinagogas en Japón, pero suelen utilizarlas los miembros judíos
de las bases del Ejército USA. Hay también templos para judíos más ortodoxos.
Aparte de todo
esto, sería interesante hacer referencia a una secta japonesa llamada Makuya.
Es muy extraña, porque entremezcla la doctrina cristiana con la judía. Tiene
sólo unos 60.000 adeptos en Japón, lo cual es muy poco para un país tan
poblado.
Fue fundada en
1948 por Ikuro Teshima, que era un cristiano muy devoto. El nombre de la secta
se refiere al Tabernáculo judío. Intentan volver a la raíces del cristianismo,
relacionado con el pueblo judío.
Su símbolo no
es la cruz, sino el candelabro judío de 7 brazos y sólo adoran a Dios y a
Cristo, prescindiendo de todo lo demás. Su fundador cambió su nombre japonés
por el de Abraham. Otro de sus símbolos es la Estrella de David.
Suelen añadir
a sus nombres otros bíblicos y tienen
fuertes relaciones con Israel, haciendo todos los años una peregrinación a
Tierra Santa.
Durante la
Guerra de los 6 días apoyaron a Israel. También durante la Crisis del 73.
Tienen diferentes ramas en Corea del Sur, USA, Taiwán y Hawai. También
patrocinan algunas comunas de Israel.
Rechazan todo
lo relacionado con iglesias, liturgia y clero. Suelen realizar sus oraciones en
sus casas.
Suelen
vestirse con pañuelos atados alrededor de la cabeza, comno los kamikazes, y
túnicas blancas, aunque pregonan la paz y no la guerra.
Todos los años
desfilan por Jerusalén, comenzando su marcha con el sonido de un gong.
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