Como en este país cada vez
sabemos menos y, según parece, en las tertulias televisivas se le da la razón
al que da más voces, pues así nos va.
Traigo hoy
este tema al blog, porque acabo de oír decir a una conocida política independentista
muy catalana que nunca un territorio independiente de España ha vuelto a
pertenecer a España. Como veremos en esta entrada, esa afirmación es falsa.
En 1861 la
República Dominicana vivía una situación muy agitada, agravada por una política
muy represiva del presidente Pedro Santana y por las luchas internas del
partido en el poder.
Esta
inestabilidad política hizo que también se diera una inestabilidad económica,
la cual hacía que el país no levantara cabeza.
Presionado por
algunos grupos poderosos nacionales, Santana, tuvo que elegir una potencia que
ejerciera un protectorado sobre el país para salir de esa situación.
Parece ser que
tuvo que elegir entre Francia, USA y España y eligió nuestro país, porque le
pareció que sería mejor aceptado por sus ciudadanos.
Para esta
misión, se nombró a Felipe Alfau para firmar los acuerdos con España, donde por
entonces reinaba Isabel II.
Las bases del
acerado de anexión fueron:
·
No establecimiento de la esclavitud
·
Considerarla como otra provincia española
·
Utilizar el mayor número de dominicanos para el
servicio a la Patria
·
Reconocimiento de todos los actos de la República
Dominicana desde 1844 hasta 1861
·
Amortización de su moneda dominicana.
Enseguida
empezaron las protestas, debidas a organizaciones de carácter nacionalista, las
cuales alegaron que los acuerdos no se estaban cumpliendo. Sus quejas se
argumentaron de la siguiente manera:
·
El control del tabaco por parte de España
·
El cambio de billetes por monedas de poco valor
·
Aranceles a favor de los productos españoles
·
No amortización de la Deuda
·
Imposición parea alojar las tropas
·
Cierre de las logias de la Masonería
·
Matrimonio religioso obligatorio
·
Burocracia española con altos sueldos
·
Impuestos muy elevados a los barcos y mercancías
no españolas.
También hubo
muchas protestas por parte de antiguos territorios hispanos, como Chile, Perú,
etc. Al presidente Santana le dejaron al mando del país con el cargo de capitán
general.
Los
nacionalistas intentaron invadir el país desde Haití, pero no lo consiguieron,
siendo su líder detenido y fusilado.
La anexión no
solucionó el problema económico, pues se intentó arreglar a base de emitir
demasiado papel moneda, pero como la producción no aumentó, el problema se
agravó. Los productores de café, tabaco y cacao fueron los más castigados con
esta crisis.
El temor a la
implantación del monopolio sobre sus productos hizo que los comerciantes
dominicanos estuvieran en contra de la anexión.
A mediados de
agosto de 1863 un grupo de patriotas cruzaron la frontera, iniciando una guerra
que restauraría la soberanía dominicana.
Los combates
se iniciaron en Santiago, donde el general español Buceta se defendió como pudo
de las tropas nacionalistas.
Intentó llegar
a un acuerdo para rendirse, pero le exigieron que entregaran sus armas. Como se
negó, intentaron una retirada hasta Puerto Plata, pero les costó muchas bajas.
En 1876, el
general La Gándara, gobernador español, se encontraba desesperado por los
múltiples ataques que tenían que repeler y porque no le enviaban refuerzos.
Pidió permiso a España para mantener unas conversaciones de paz.
Estas se
iniciaron en el mes de diciembre de 1864 en la Quinta del Carmelo. Parece ser
que llegaron rápidamente a un acuerdo, pues con fecha 03/03/1865 las
autoridades españolas le dieron permiso al general para abandonar la isla.
La salida de
las tropas españolas se realizó a partir del 10/07/1865, con lo que este país
volvió a ser soberano e independiente.
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