domingo, 18 de noviembre de 2012

LA OPERACIÓN GREIF


A finales de 1944 Alemania se encuentra a la defensiva a causa del incremento de tropas aliadas en Europa, tras el famoso Desembarco de Normandía.

            A estas alturas, toda la ventaja es para los aliados y los alemanes luchan a la defensiva. En medio de este desbarajuste, Hitler y su Estado Mayor planean su última gran contraofensiva. Se trata de la que conocemos como la Batalla de las Ardenas, donde cruzando este espeso bosque, que se encuentra entre Bélgica y Luxemburgo, pretendía reconquistar el puerto de Amberes y disminuir la presión del frente occidental. Así tendrían tiempo para estabilizar el frente oriental y llegar a un armisticio con las potencias aliadas anglosajonas.

            A finales de octubre de 1944, Hitler convocó al famoso coronel Skorzeny, experto en la guerra de comandos, a su cuartel general. Allí le explicó los pormenores de esta operación y le encargó a él una labor propia de su especialidad.

            Skorzeny se había hecho muy popular a causa del rescate de Mussolini y por el secuestro del hijo del dirigente húngaro Horthy.

            Era lo que se llama hoy en día una operación de bandera falsa. Consistía en disfrazar a un grupo de soldados alemanes con uniformes USA. Estos tendrían que saber hablar inglés perfectamente y moverse como ellos para así crear el caos dentro de las tropas aliadas.

            Skorzeny contó para esta labor con 80 soldados, que hablaban inglés con fluidez, así como 16 jeeps y 60 carros de combate que los camuflaron como si fueran USA. Los preparativos duraron varias semanas, hasta mediados de diciembre de ese año.

            El 16/12/1944 unos 2.000 cañones alemanes comenzaron a disparar contra este frente, que llevaba mucho tiempo inoperativo. Eso hizo que sorprendieran a los soldados USA y avanzaran muy rápidamente, aunque tuvieron más bajas de las calculadas.

            También la niebla, que habían pronosticado por esa zona los especialistas alemanes, hizo que fuera imposible para los aliados utilizar sus bombarderos.

            Mientras tanto, las unidades de comandos camuflados consiguieron algunos de sus objetivos y desviaron a muchas unidades de sus objetivos a base de vestirse como policías militares regulando el tráfico y cambiar la orientación de las señales. También aseguraron puentes, para el paso de sus tropas y volaron arsenales.

La confusión fue total hasta que los aliados empezaron a pensar en la posibilidad de que unos comandos alemanes estuvieran provocando ese caos. De todas formas, fue muy complicado dar con ellos. Se hicieron montones de interrogatorios con preguntas sobre USA y llegaron a detener a soldados USA, a causa de sus apellidos alemanes e, incluso, en una ocasión al mismísimo general Bradley.

            Los alemanes disfrazados fueron capturados poco a poco y fusilados, acusados de espionaje por llevar uniformes distintos a los suyos.

            Para poder distinguirse entre ellos solían llevar desabrochado un botón o se daban 2 golpes en el casco o llevaban pañuelos de colores.

            Hubo un caso curioso. Uno de estos comandos quiso desertar y fue a entregarse a un vigía USA. Para su sorpresa se trataba de otro comando infiltrado.

            Aparte de eso, como varios de estos soldados habían declarado en los interrogatorios que, según se comentaba, el  verdadero objetivo de la misión era el asalto al cuartel general aliado y el asesinato del general Einsehower. Eso llenó de preocupación al Estado Mayor aliado y dio lugar a la multiplicación de las medidas de seguridad, lo que provocó que muchas operaciones se pararan. Incluso, se dice que el general Einsehower se encerró durante 2 semanas bien protegido en el Cuartel General de París como medida de seguridad, porque se había difundido el rumor de que habían visto a Skorzeny en París.

            Incluso, se propagó el rumor falso de que los alemanes habían conquistado Malmedy, lo cual hizo que los aliados bombardearan esta ciudad, matando a muchas de sus propias tropas.

            También se dice que muchos de estos fusilamientos se debieron a una venganza aliada por haber fusilado las Waffen SS a 150 prisioneros aliados, durante el transcurso de la misma ofensiva.

            Skorzeny siempre se quejó en sus memorias del poco tiempo para preparar la operación y de los escasos medios para la misma. Los pocos vehículos que le dieron se averiaron enseguida y los comandos tuvieron que improvisar siempre. Hitler no le dejó a él intervenir personalmente en la operación.

            Tras al guerra, Skorzeny fue acusado de criminal de guerra, por luchar con uniformes aliados. En su juicio, fue absuelto gracias al testimonio de otros jefes de comandos  aliados que habían hecho lo mismo que ellos.

 

2 comentarios:

  1. Hola encontré tu blog y no quiero dejar pasar la ocasión para felicitarte y animarte a seguirlo actualizando ¡me gustó mucho!

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  2. No sabes la alegría que me das, porque, aunque hay mucha gente que visita el blog, recibo muy pocos comentarios. Además, ando últimamente un poco bajo de moral. Muchas gracias y saludos.

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