Supongo que, al leer el título de
este artículo, muchos de mis lectores se habrán preguntado quién fue este
personaje. No me extraña, porque siempre lo tuvieron escondido y marginado. Sin
embargo, en su momento, fue un personaje clave en la Historia de Francia.
Su familia podríamos decir que
formaba parte de la clase media. Su padre era un comerciante de carbón y su
familia era conservadora y católica.
En 1898 ingresó en la prestigiosa
Academia militar francesa de Saint-Cyr, de donde salió, dos años más tarde,
como segundo teniente.
Comenzó su carrera militar en el
norte de África, siendo destinado a un regimiento de zuavos.
No obstante, en 1907, aprobó su
ingreso en la Escuela Superior de Guerra, consiguiendo, dos años más tarde, ser
nombrado oficial de Estado Mayor.
Hasta 1912 estuvo destinado en
distintas unidades, como oficial de Estado Mayor.
Sin embargo, en 1913, solicitó regresar con los zuavos. La unidad con la que había empezado su carrera militar. Me imagino que sería porque ya se estaban oliendo una próxima guerra.
Así que, cuando empezó el
conflicto, su unidad fue trasladada al frente occidental.
En agosto de 1914 encabezó una de
aquellas cargas a la bayoneta a la antigua usanza, que se hacían antes de que
comenzase la guerra de trincheras, debido a las muchas bajas producidas por las
armas modernas.
Como era de esperar, las eficaces
ametralladoras alemanas barrieron a su unidad y él fue herido de gravedad,
siendo capturado por las tropas alemanas.
Parece ser que lo encerraron en un campo de concentración situado
en Bélgica. Sólo dos meses más tarde, a pesar de sus graves heridas, que le provocaron una pleuresía, consiguió escapar de su encierro y, gracias a la colaboración de la famosa enfermera británica Edith Cavell, a la que también dediqué otro de mis artículos, consiguió llegar a lo que siempre hemos llamado Holanda.No debemos olvidar que Holanda
fue neutral en la I Guerra Mundial y ambos bandos respetaron su neutralidad.
Posteriormente, él y otro oficial
francés, que le había acompañado en su huida, fueron enviados al Reino Unido.
Regresaron a Francia en un crucero, donde coincidieron con Delcassé, ministro
de Asuntos Exteriores de Francia.
Esta huida le valió ser
condecorado como caballero de la Legión de Honor. La máxima condecoración de
Francia.
Una vez recuperado de sus graves
heridas, fue enviado al Estado Mayor del general d’Esperey, que combatía en
Grecia.
Posteriormente, fue trasladado de nuevo al frente occidental, donde combatió en las famosas batallas del Chemin des dames y el fuerte Malmaison.
Al final de la guerra fue
nombrado jefe del Estado Mayor de la División Marroquí del Ejército francés.
Durante la posguerra fue llamado
al Ministerio de la Guerra para colaborar en la modernización del Ejército.
Posteriormente, fue reclamado por
el propio mariscal Lyautey para luchar en África contra las fuerzas rebeldes de
Abd-el-Krim. El mismo que llevaba varios años hostigando al Ejército español.
En 1926, cuando se hallaba al
mando de un regimiento de fusileros argelinos, recibió la rendición de ese
caudillo rifeño. Supongo que prefirió rendirse a los franceses para no ser
ejecutado por los españoles.
Giraud, ya siendo coronel, continuó, durante varios años, destinado en el norte de África, donde tuvo que luchar contra varias sublevaciones.
En 1936, fue ascendido a general
y nombrado gobernador militar de la ciudad de Metz. Una ciudad situada en la
disputada región de Lorena.
En aquel destino fue superior
jerárquico del entonces coronel De Gaulle. Parece ser que sus relaciones nunca
fueron muy buenas, debido a las diferentes ideas de ambos en el uso de los
carros de combate.
En 1939, cuando comenzó el
conflicto bélico, Giraud era el jefe del 7º Ejército y formaba parte del
Consejo Superior de Guerra. Estuvo a favor de declarar la guerra, en caso de
que los alemanes invadieran Polonia. Sin embargo, se opuso a las ideas del general
De Gaulle de utilizar los carros de combate como unidades autónomas. Tal y como
lo hacían los alemanes.
En 1940, Giraud, al frente de su
unidad, consiguió parar el avance de las tropas alemanas, en el interior de
Holanda. Durante la II Guerra Mundial, los alemanes no respetaron la
neutralidad de Holanda.
Sin embargo, el general Gamelin, lo destinó como jefe del 9º Ejército.
Cuando Giraud se trasladó a su nuevo destino, descubrió que esa unidad ya no existía y fue capturado por los alemanes.
Como se trataba de un oficial
francés de alta graduación, fue enviado a una fortaleza cercana a Dresde, donde
solían encerrar a los prisioneros importantes.
Aprovechó su encierro para
escribir, no sólo a su familia, sino también al general Pétain, con el que le
unía una buena amistad. En algunas de esas cartas le dio su opinión acerca de
haber sido derrotados en la guerra.
Se le nota muy animoso en esas
misivas a su familia. Les anima a resistir y a intentar recuperar su patria:
“Una nación vive cuando quiere vivir”.
Así que, con la complicidad de
sus compañeros encarcelados, que, en su mayoría, también eran generales, logra
escapar en abril de 1942. Hay que decir que había aprendido a hablar,
correctamente, alemán y también se había aprendido de memoria los mapas de
aquella zona, con las localidades por dónde tenía que pasar.
De esa forma, consiguió penetrar
en Suiza. Se dejó coger por unos policías suizos, los cuales le facilitaron que
pudiera llegar a la Francia de Vichy.
Por lo visto, a Himmler y Hitler
no les gustó nada la fuga de Giraud y dieron la orden de matarlo, si lo
encontraban por alguna parte. Parece ser que, en varias ocasiones, estuvieron a
punto de capturarlo, pero no lo consiguieron.
La noticia de su escapada fue recibida de diversas maneras en Francia. Por una parte, la Resistencia y la Francia libre celebraron su huida.
Por el otro lado, Pierre Laval,
presidente del Gobierno colaboracionista de Vichy, le presionó para que se
entregara a los alemanes, alegando que estaba haciendo peligrar la devolución
de miles de prisioneros franceses en Alemania.
También dediqué otro de mis
artículos al presidente del Gobierno de Francia, Pierre Laval.
Sin embargo, los alemanes no perdieron el tiempo. Enviaron a un par de emisarios al objeto de presionarlo para que volviera, pero no lo consiguieron. No obstante, parece ser que ya tenían un plan B, pues también habían enviado al famoso Otto Skorzeny, aquel que rescató a Mussolini de su encierro, al mando de dos compañías de las SS, para secuestrarlo y llevarlo de nuevo a Alemania. Afortunadamente, no le dieron la orden y se retiraron. Aún así, arrestaron a todos los miembros de su familia. O sea, a su esposa y a sus 8 hijos. Una de las hijas murió en un campo de concentración nazi y uno de los hijos, que era piloto de caza, murió en combate.
Cuando empezaron los preparativos
para el desembarco aliado en el norte de África, estos buscaron a un general
francés con prestigio al que obedecieran las tropas francesas destinadas en
África. Ya tenían a De Gaulle, pero les resultaba demasiado político. Aparte de
que parecía que muchas unidades francesas, como ocurrió en Senegal, no querían
estar bajo su mando.
Así que buscaron a un general
francés de reconocido prestigio, que sólo fuera un militar sin ambiciones
políticas y pusieron sus miradas en Giraud.
Por otro lado, un grupo de
personas se habían puesto de acuerdo para conseguir que el norte de África se
pasara del bando de Vichy al de los aliados y le ofrecieron el mando de la
operación a Giraud.
Éste propuso a los aliados realizar, a la vez, un desembarco en el norte de África y otro en el sur de Francia, que sería apoyado por los miles de soldados, que habían sido desmovilizados y utilizando armamento, que habían escondido, antes de la rendición.
Sin embargo, este plan fue
rechazado por los aliados y se aprestaron a realizar la Operación Antorcha, o
sea, el desembarco aliado en el norte de África.
Por lo visto, la idea de Giraud
es que se le pusiera al mando de las tropas que desembarcasen en el norte de
África. Su idea era que Francia y sus colonias fueran liberadas por soldados
franceses con el apoyo de los aliados.
Sin embargo, en la reunión que mantuvo en Gibraltar con el general Eisenhower, éste le dejó las cosas muy claras.
El militar USA tendría el mando de todas las fuerzas, mientras que el papel de Giraud sería el de convencer a las tropas francesas para que no opusieran resistencia. Cosa que, como es de suponer, no le gustó nada a nuestro personaje.De todas formas, parece que la
presencia de Giraud en África no fue suficiente para que las tropas francesas
se rindieran a los aliados.
Casualmente, en aquel momento se hallaba allí el almirante Darlan, hombre fuerte del régimen de Vichy y varios generales esperaron sus instrucciones para enfrentarse o rendirse a los aliados.
Increíblemente, el almirante
Darlan, que tenía un gran olfato político, se reunió con Giraud y consiguieron
ponerse de acuerdo. A partir de entonces, el primero tendría el mando político
y sobre la Armada destinada en ese territorio. Mientras que Giraud tendría el
mando supremo de las fuerzas de tierra y aire del norte de África.
Contra todo pronóstico, en la
Nochebuena de 1942, un joven exaltado, asesinó al almirante Darlan. Por ello, ahora
Giraud también asumió las responsabilidades de Darlan.
Por otro lado, como llegó a los
alemanes la noticia de un posible desembarco aliado en el sur de Francia, estos
decidieron invadir la zona no ocupada, gobernada desde Vichy.
Como ya dije, la única idea de
Giraud era que los propios franceses
vencieran a los alemanes y reconquistasen
su país y sus colonias. Sin embargo, dado que era muy conservador, nunca se
opuso a las ideas políticas nacionalistas del mariscal Pétain. Quizás, por eso,
siempre estuvo a favor de admitir en su bando a los antiguos colaboracionistas
de Vichy.
Aunque en algunas fotos se les ve dándose la mano, lo cierto es que no se pusieron de acuerdo sobre la nueva organización política de Francia.
Por otro lado, los pocos cambios
que vieron los aliados en el norte de África, tras la llegada al poder de
Giraud, hizo que se pensaran mejor su apoyo a este general, pues seguían en
vigor muchas normas contra los judíos y contra la libertad de prensa. Parece
ser que eso no unió a los franceses, sino que los dividió.
Por eso, el presidente Roosevelt,
envió a uno de sus hombres de confianza. Concretamente, Jean Monnet, uno de los
futuros fundadores del Mercado Común Europeo. Éste consiguió convencer a Giraud
de que la única forma de obtener el apoyo de los aliados sería abolir las
normas legales de Vichy. Por ejemplo, clausurando los campos de concentración y
dejando en libertad a todos los judíos.
No obstante, en mayo de 1943,
Jean Moulin, jefe de la Resistencia, envió un mensaje al Gobierno británico en
el que afirmaba que todos los movimientos de la Resistencia reconocían como su
líder a De Gaulle y no a Giraud.
Sin embargo, en junio de 1943, se
fundó el Comité Francés para la Liberación Nacional, el cual fue presidido, a
la vez, por De Gaulle y Giraud.
También se fusionaron el Ejército
francés en África con las Fuerzas Francesas Libres para crear el Ejército
francés de liberación, que estaría al mando de Giraud.
Parece ser que la mayoría de las discusiones entre ambos generales se basaban en que De Gaulle quería hacer una purga entre todos los que habían servido a Vichy, mientras que Giraud pretendía unir a todos los franceses.
Sin embargo, poco a poco, De
Gaulle se fue saliendo con la suya y fue sustituyendo a todos los políticos,
que habían colaborado con Vichy. Así, De Gaulle, fue consiguiendo apartar a
Giraud del poder político y dejarle, exclusivamente, el poder militar.
De hecho, De Gaulle, ordenó la
detención de un antiguo ministro de Vichy, que se había pasado al bando de
Giraud. Lo llevaron a juicio, lo condenaron a muerte y lo fusilaron.
A finales de 1942, Giraud y su
Estado Mayor decidieron organizar la invasión de Córcega. Enviaron abundante material
y se pusieron de acuerdo con los grupos de resistencia de mayoría comunista.
Aunque Giraud pensó aplazar esta
operación, ya que no había conseguido reunir el armamento necesario, en
septiembre de 1943, recibió el mensaje de que la sublevación había comenzado.
Así que envió tropas a esa isla, las cuales, junto con los italianos, que se
habían cambiado de bando, consiguieron derrotar y expulsar a los alemanes.
En noviembre de ese año, consiguió
que Giraud firmase que De Gaulle sería el único que podría reorganizar el Consejo.
Acto seguido, De Gaulle pidió que todos los miembros del Consejo dimitieran y
nombró un nuevo Consejo, donde no estaban ni Giraud, ni sus seguidores.
Así que, una vez marginado, pues
ni siquiera le permitieron combatir para recuperar Francia, se fue a vivir a su
residencia de Mazagrán, en Orán.
En la posguerra, le dejaron
regresar a Francia. Por ello, en 1946, se presentó a las elecciones
constituyentes y fue elegido diputado por Mosela. Tuvo una gran participación
en las discusiones para crear la nueva Constitución, aunque quedó muy
decepcionado con el resultado. Por ello, ya no se presentó a las siguientes
elecciones legislativas.
En 1949 fue hospitalizado por
estar gravemente enfermo. Allí fue condecorado por su fuga y sus servicios en
el norte de África. No obstante, él pidió que esas medallas se conservaran en
el Museo de Infantería. Murió en marzo de ese año y su cadáver fue llevado a
los Inválidos.
TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN
DE WWW.GOOGLE.ES
Fascinante historia, de la que sabía cuatro brochazos gordos (aunque esenciales), pero esto ha sido fascinante leerlo.
ResponderEliminar¡Gracias por tu artículo!
De nada. Por si te gusta la Historia, aquí tienes 611 artículos más sobre diferentes temas históricos.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y saludos.
Estupendo artículo. Desconocía los hechos narrados.
ResponderEliminarBueno, siempre se aprende algo nuevo.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y saludos.
Interesante personaje. 9
ResponderEliminarSiempre busco personajes interesantes y que sean poco conocidos.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y saludos.
Muchas gracias por el articulo
ResponderEliminarDe nada. Por si te gusta la Historia, aquí tienes 611 artículos más sobre diferentes temas históricos.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y saludos.