Es muy posible que a muchos no
les suene este nombre de nada. Reconozco que yo tampoco lo conocía, hasta que,
el año pasado, leí un artículo sobre él.
Antes de nada, me gustaría refrescaros
la memoria. La dinastía Bernadotte procede del mariscal napoleónico Jean
Baptiste Bernadotte. Un militar francés nacido en Pau.
Hizo toda su carrera durante la
Revolución Francesa y las guerras napoleónicas. Por lo visto, al principio,
tuvo una buena relación con Napoleón, aunque se fue enturbiando con el paso del
tiempo.
Casó con Desirée Clary, antigua
novia de Napoleón y hermana de la esposa del rey de España José I Bonaparte.
No sólo triunfó en varias batallas, sino que también tuvo algunos cargos en el Gobierno y como diplomático.
Por ello, el rey Carlos XIII de
Suecia, que era un anciano y no tenía descendencia, mandó un emisario para
proponerle que aceptase la corona de su país. Dicen que ello fue debido, aparte
de que tenía un buen concepto de Bernadotte, a las presiones de los altos
mandos militares suecos, que necesitaban un militar al frente del país para
hacer frente a las continuas amenazas de los rusos.
Así que, en 1810 aceptó ser el
heredero al trono de Suecia y se dedicó a revisar las relaciones exteriores de
ese país. Aliándose con el Reino Unido y Prusia, tradicionales enemigos de
Napoleón.
En 1818, a la muerte del rey
Carlos XIII, pasó a ser el rey de Suecia y Noruega, con el nombre de Carlos
Juan XIV, reinando hasta 1844 y fundando la dinastía Bernadotte, que es la que
sigue reinando en ese país.
Volviendo a nuestro personaje de hoy, en 1915, ingresó en la Real Academia Militar, obteniendo, en 1918, su despacho como oficial de Caballería, siendo destinado en la Guardia Real. También fue nombrado conde Wisborg.
En 1928 se casó con la ciudadana
USA Estelle Romaine Manville, hija de un industrial de ese país. Ese matrimonio
tuvo 4 hijos, pero dos de ellos murieron durante la infancia.
Como suele ocurrir con los miembros
de las casas reales, representó a su país en distintas exposiciones
internacionales y también fue nombrado director de los Boys Scouts suecos. También
fue nombrado vicepresidente y luego presidente de la Cruz Roja de Suecia.
Cuando estalló la II Guerra
Mundial, formó a los boys scouts para poder ayudar al personal sanitario, en
caso de necesidad.
También consiguió la liberación de muchos miles de prisioneros en manos de los alemanes, los cuales fueron transportados por las 250 personas a su cargo hacia Suecia en unos camiones blancos de la Cruz Roja.
Incluso, casi al final de la guerra, participó en varias reuniones con Himmler, donde consiguió la liberación de más prisioneros de los que había solicitado.El mismo Himmler le entregó a Folke
una propuesta de paz, para que la entregase a los gobiernos de USA y del Reino
Unido, sin el conocimiento de Hitler. En ese documento, aceptaban rendirse ante
los aliados occidentales, pero no ante la URSS. Evidentemente, no fue aceptada.
Era una misión no exenta de riesgos,
pues estaban en plena guerra y eran constantes los bombardeos aéreos de los
aliados. No obstante, la misión fue todo un éxito y continuó en los meses
posteriores al final de la guerra en Europa.
En 1945, el propio Congreso
Mundial Judío le agradeció sus desvelos para liberar a varios miles de judíos de
los campos nazis. Incluso uno de aquellos autobuses blancos se halla expuesto
en el monumento conmemorativo del Holocausto en Jerusalén.
Parece ser que el médico Félix Kersten también se atribuyó ese mérito en el rescate de los prisioneros de los campos nazis. Todavía se discute sobre ello.
En 1948, fue nombrado por la ONU
primer mediador en Palestina. Ya sabemos que la declaración del nuevo Estado de
Israel, producida el 14/05/1948, dio lugar a que le atacasen varios países
musulmanes.
Lógicamente, se trataba de una misión
muy difícil, pues debía de contentar a los musulmanes, tener en cuenta las
aspiraciones de los israelíes, sin olvidar la política del Reino Unido y de USA.
Parece ser que eso dio lugar a que ciertos grupos judíos lo vieran como un simple enviado del Reino Unido, antigua potencia colonial de ese territorio y temían que el Gobierno de Israel aceptase el reparto del territorio, que figuraba en el plan de paz propuesto por Folke.
Desgraciadamente, el 17/09/1948, un
comando del grupo terrorista Lehi, formado por cuatro hombres con uniformes del
Ejército israelí, se montaron en un vehículo todoterreno militar y montaron una
especie de control en una calle de un barrio de Jerusalén.
Folke y sus acompañantes habían
estado de visita en Ramala para luego reunirse con el gobernador militar
israelí de Jerusalén.
Al llegar la caravana de coches
de la ONU, encabezada por un vehículo militar israelí, los pararon y
preguntaron dónde estaba Folke. Al llegar a su vehículo, lo ametrallaron, junto
a André Serot, un coronel francés, jefe de las tropas de observación de la ONU,
que iba situado a su izquierda en el asiento trasero del coche.
A pesar de haber destrozado los coches con esas ráfagas, lograron llegar a un hospital cercano, pero allí no pudieron hacer nada ni por Folke, ni por el coronel francés.
Parece ser que los asesinos se
escondieron en un barrio, donde vivían algunos amigos suyos, y luego huyeron a Tel
Aviv, escondidos en un camión cargado de fruta.
Las posteriores investigaciones
policiales se cerraron sin aclarar quiénes habían participado en ese atentado. No
obstante, ese grupo terrorista fue desarticulado por el Gobierno israelí. Tras haber
sido sus líderes condenados por la Justicia, fueron indultados por el
presidente de Israel, David Ben Gurión.
En 1971 prescribió el plazo para
investigar ese atentado. A partir de entonces, se empezaron a conocer algunos
detalles del mismo.
Parece ser que el atentado había sido aprobado por los tres líderes de esa organización. Uno de ellos fue el futuro primer ministro de Israel, Isaac Shamir.
La operación había sido planeada
por Yehoshua Setler y el que efectuó esos disparos, que mataron a Folke y al
coronel Serot, fue Yehoshua Cohen, que luego se convirtió en guardaespaldas de
Ben Gurión.
Otros dos miembros de esa organización,
llamados Zettler y Makover confesaron, ya en 1988, haber participado en ese
atentado, pero el único que disparó fue Cohen.
Los restos mortales del conde Folke
Bernadotte fueron trasladados al puerto de Haiffa, desde donde viajaron a
Suecia.
El 26 de septiembre se celebró su
entierro y un funeral de Estado, al que asistieron muchas personalidades
internacionales y miembros de los boys scouts. Fue enterrado en un mausoleo
junto a su padre.
Lógicamente, este atentado fue condenado
oficialmente por todos los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.
Durante muchos años, este asesinato enturbió las relaciones entre Suecia e Israel. De hecho, el Gobierno sueco, intentó retrasar la incorporación de Israel a la ONU, pues pensaba que ese atentado había sido llevado a cabo por agentes de ese gobierno.
Parece ser que esa tirantez entre
los dos países terminó en 1995, cuando se reunieron el viceprimer ministro sueco
y el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Simón Peres, al termino de la cual
publicaron un documento donde condenaron el terrorismo, lamentaron su asesinato
y agradecieron el papel de Folke en el rescate de miles de prisioneros judíos
de los campos de concentración nazis.
Curiosamente, tras la muerte de
Folke, fue sustituido por su ayudante, el diplomático USA Ralph Bunche. Éste consiguió
que se aprobase el plan propuesto por Folke y ello dio lugar a que, en 1950, le
galardonasen con el Premio Nobel de la Paz. La primera persona no blanca a la que se concedía este premio.
También el conde Folke Bernadotte fue galardonado, póstumamente, con una medalla Dag Hammarskjold, otorgada por la ONU, en memoria de este secretario general de ese organismo, que también fue asesinado y al que ya dediqué otro de mis artículos.
Su esposa, Estelle, continuó con
la labor de su marido. Participó en labores de la Cruz Roja Internacional, fue
presidenta de los boys scouts de Suecia y apoyó a UNICEF.
También creó una fundación, que
construyó centros para la acogida de ancianos y personas con discapacidades.
Por lo que respecta a Folke, han
dado su nombre a varias calles y plazas en Austria, Alemania y los países
escandinavos. También han erigido monumentos en su honor en varias ciudades
suecas.
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