lunes, 4 de septiembre de 2023

LA AVENTURERA VIDA DEL DUQUE DE LOS ABRUZOS

 

Es muy probable que todos hayamos oído hablar del rey Amadeo I de Saboya. Un rey traído desde Italia por el general Prim y que tuvo un efímero reinado.

La verdad es que empezó con muy mal pie, porque, antes de haber llegado a España, fue asesinado este general. Así que lo primero que hizo este monarca, al llegar a Madrid, en diciembre de 1870, fue visitar su capilla ardiente, situada en la Basílica de Atocha, donde se reunió con su viuda. Después fue a las Cortes para realizar el juramento exigido por su cargo. Después, fue proclamado rey de España.

Ya sabemos que los reyes de España nunca se coronan, como en otros países, sino que se proclaman.

No era la primera vez que ocurría una desgracia en la vida de Amadeo, pues el día de su boda, un jefe de estación, fue atropellado y muerto por el mismo tren en donde viajaban de luna de miel.

Amadeo fue el tercer hijo de Víctor Manuel II, primer rey de Italia, y le otorgaron el título de duque de Aosta. Con eso, ya se puede suponer que no fue un monarca del gusto de la Iglesia, porque su padre se empeñó en poner la capital de Italia en Roma y, para ello, invadió los estados Pontificios. Algo que ya comenté en uno de mis últimos artículos.

Antes de venir, Amadeo exigió que su nombramiento fuera votado en
las Cortes. A mediados de noviembre se celebró esa votación, en la que fue elegido por una amplia mayoría.

Tampoco fue muy querido por la aristocracia española. Supongo que sería porque igual temían no ser admitidos en su corte.

Amadeo no llegó acompañado por su esposa, ya que ésta se quedó en Italia, reposando del parto de su segundo hijo.

Así que el rey, que tenía fama de ser muy mujeriego, se lo pasó muy bien y tuvo varias amantes. Una de ellas fue Adela Larra, una de las hijas del famoso poeta Larra, como ya mencioné en otro de mis artículos. Incluso, a pesar de ser una mujer casada, tener ya 3 hijos y 10 años más que el rey.

Posteriormente, vino la reina, la cual cayó mucho mejor a los españoles, por tener un carácter más simpático y hablar español casi sin acento.

En enero de 1873 nació en el Palacio Real de Madrid su tercer hijo. Su nombre era Luigi Amedeo o Luis Amadeo y fue nombrado infante de España. Es al que le voy a dedicar 

este artículo.

Al mes siguiente, Amadeo I, abdicó y toda la familia tuvo que regresar a Italia. No viajaron, como hubiera sido más lógico, hacia la costa levantina, porque no se fiaban de la acogida que podrían tener allí. Así que decidieron irse hacia Portugal, donde reinaba un cuñado de Amadeo. Desde allí, regresaron a Italia.

No obstante, Luis Amadeo, había sido bautizado en la capilla del Palacio Real, siendo sus padrinos los reyes de Portugal y lo llevó a la pila la viuda del general Prim, originaria de México.

Desgraciadamente, su madre murió con sólo 29 años a causa de la temible tuberculosis. Curiosamente, le dejó varia de sus joyas a su sobrina, María Leticia Bonaparte, que, 

unos años más tarde, sería la segunda esposa de Amadeo.

A los 15 años, ingresó como guardiamarina en la Escuela Naval italiana y recorrió el mundo a bordo de un buque escuela.

En 1890, a la muerte de su padre, fue nombrado duque de los Abruzos por su tío, el rey Umberto I de Italia.

Posteriormente, se dedicó al montañismo, empezando por escalar algunos picos de los Alpes y siguiendo por otros en Canadá y USA.

En 1897, adquirió un barco para explorar el Polo Norte. Cartografiaron toda la zona y luego desembarcaron. Aunque no lograron llegar hasta el mismo Polo Norte, se quedaron más cerca que los anteriores exploradores. Supongo que sufrieron muchas penalidades, porque al duque le costó la amputación de dos dedos de una mano a causa del frío.

Entre 1902 y 1904 se embarcó en un crucero de la Armada italiana para dar su tercera vuelta al mundo. Curiosamente, desembarcaron en China poco después de la guerra de los boxers. Esa que se puede ver en la famosa película “55 días en Pekín”, la cual fue rodada en España.

En 1906, se dirigió a Uganda. Allí estuvo escalando una serie de montañas y una de ellas fue bautizada con su nombre. Fue uno de los grandes exploradores de su época.

En 1909, se trasladó al Himalaya. Su objetivo era escalar el famoso K2, que mide 8.611m. desgraciadamente, sólo consiguieron ascender hasta los 6.600m, con lo que establecieron un nuevo récord. Posteriormente, también escalaron otras montañas de esa zona.

En 1911, fue movilizado para participar, como marino, en la guerra greco-turca. Posteriormente, también sería movilizado para participar en la I Guerra Mundial, en calidad de contralmirante jefe de la flota del Adriático.

Por lo visto, propuso utilizar su flota de una manera ofensiva. Sin embargo, el Estado Mayor sólo deseaba que realizase funciones defensivas. Así que, tras el hundimiento de uno de sus barcos, a causa de unas minas colocadas en la bocana de un puerto, fue cesado, argumentando problemas de salud a causa de sus múltiples expediciones alpinas.

Parece ser que nuestro personaje conoció al gran amor de su vida en un baile, celebrado en 1907, en la Embajada de Italia en Washington DC. Se trataba de Katherine Elkins, 

una joven perteneciente a una de las familias más ricas e influyentes en la política de USA.

Durante varios meses, esa relación fue la comidilla de la capital. Sin embargo, se encontraron con la firme oposición de la familia real italiana y, más concretamente, con la de la reina Margarita, esposa de su tío Umberto I y con la del nuevo rey, Víctor Manuel III.

Incluso, algunos personajes de la realeza, como el propio rey de Inglaterra, realizaron gestiones a favor de nuestro personaje, pero no consiguieron que la casa real italiana diera su brazo a torcer.

Me llama la atención que se opusieran a este matrimonio, supuestamente, por ser ella plebeya, y no se opusieron al segundo matrimonio del ex rey Amadeo I, que se casó con una sobrina suya, 22 años menor que él y que, en un principio, estuvo prometida con el hijo mayor de éste. Incluso, de ese matrimonio nació un hijo.

A pesar de que los padres de la joven ofrecieron una gran dote, no hubo manera de convencer a la reina madre, que no estaba dispuesta a que su sobrino se casara con una plebeya. No sé si sería porque su madre se casó, en segundas nupcias con un plebeyo y fue castigada por la casa real.

Incluso, el duque de los Abruzos amenazó con renunciar a pertenecer a la familia real y hasta a la Armada italiana. Así que uno de sus hermanos, al que estaba muy unido, fue a hablar con él para convencerle de que no lo hiciera.

Eso hizo que la relación se terminase y ella se casara con Billy Hitt, otro miembro de una importante familia de Washington DC.

Parece ser que nuestro personaje conoció Somalia en un viaje, como oficial de la Armada, por las costas de ese país y le debió gustar mucho.

Supongo que, por ello, a partir de 1919 se estableció en Somalia, donde fundó un asentamiento agrícola en la que practicó y enseñó a los nativos la agricultura moderna. Por entonces, esa zona era una colonia italiana.

No fue sólo una granja, sino que logró fundar 16 aldeas, donde vivían unos 3.000 somalíes y unos 200 italianos. También se dedicaron a experimentar el cultivo de las plantas propias del lugar.

Incluso, consiguió recaudar fondos para construir casas, carreteras, 

escuelas, represas y hasta una iglesia y una mezquita.

Parece ser que estuvo casado con una joven princesa somalí, llamada Faduma Ali. No tuvieron hijos.

Como no le gustaba la inactividad, en 1928, realizó una exploración en la que descubrió las fuentes del río Uebi Shabelle, uno de los principales de Somalia.

Por lo visto, el asentamiento que fundó fue el más próspero de Somalia y llego a construir una fábrica de conservas alimentarias.

Desgraciadamente, su salud ya no era tan buena y murió el 18/03/1933 en la villa que había fundado en Somalia.

Su última voluntad fue ser enterrado allí mismo. A orillas del río Uebi Shabelle. Les dijo a sus familiares: “Prefiero que alrededor de mi tumba se tejan las fantasías de las mujeres somalíes, antes que las hipocresías de los hombres civilizados”.

Parece ser que en su casa sólo tuvo dos cuadros. Uno de ellos era del rey de Italia y el otro era una foto de Katherine Elkins.

En 1992, se produjo una operación militar internacional, auspiciada por la ONU, cuyo fin fue parar la guerra civil y el hambre en Somalia. Hay que decir que una parte de Somalia fue colonia italiana hasta 1960, cuando se unieron con la otra zona, colonizada por el Reino Unido.

La misión militar italiana pretendió llevarse los restos de nuestro personaje a Italia, sin embargo, la población local les pidió que

no lo hicieran, ya que le tenían mucho respeto a nuestro personaje.

Desgraciadamente, cuando, en 2006, las milicias islamistas llegaron a esa zona, destruyeron la villa que había construido y profanaron su tumba, esparciendo sus restos por los alrededores. Incluso, destruyeron un monolito construido para honrar su memoria.

Italia bautizó con su nombre a un crucero, que luego sería el buque insignia de su Armada. También el Museo Nacional de la montaña, en Turín, está dedicado a nuestro personaje. Hasta le pusieron su nombre a un tipo de lagarto africano.

 

TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN DE WWW.GOOGLE. ES

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