sábado, 15 de julio de 2023

LA METAMORFOSIS DEL ALMIRANTE CANARIS

 

Hoy voy a narrar la vida de un personaje, que siempre ha sido muy controvertido y que tuvo una extraña evolución ideológica a lo largo de su vida.

Wilhelm Canaris nació en 1887, en una localidad cercana a Dortmund (Alemania). Nació en el seno de una familia acomodada, pues su padre era un ingeniero y directivo de una empresa dedicada al sector del acero. Wilhelm fue el menor de 4 hermanos.

Parece ser que su familia era originaria de Italia, la cual había emigrado en el siglo XVII a lo que hoy es Alemania. Entonces se llamaba Sacro Imperio Romano-Germánico.

No obstante, él siempre presumió de ser familiar del marino griego Konstantinos Kanaris. Un héroe de la independencia de su país, aunque no hay ninguna prueba de que fuera familiar suyo.

Por lo visto, nuestro personaje, siempre tuvo que sufrir las bromas de sus compañeros de estudios a causa de su apellido y de su baja estatura, pues sólo medía 1,60m.

Parece ser que Wilhelm tuvo, desde muy temprano, vocación por ser militar. Su padre, que también era oficial de complemento de Caballería, se empeñó en que ingresase en esa arma, sin embargo, a él le atraía más la Armada. Incluso, su padre le compró un caballo para que fuera practicando y llegó a ser un buen jinete.

No sé si tendría algo que ver que su padre muriera de un derrame cerebral en 1904, lo cierto es que Wilhelm solicitó, en ese mismo año, su ingreso en la Escuela Naval de Kiel.

Así empezó sus estudios como guardiamarina, navegando en diversos buques. Otra de sus aficiones fue el aprendizaje de los idiomas. Muy pronto, llegó a hablar muy bien español e inglés y a un menor nivel, francés y ruso.

En 1908, participó en un bloqueo realizado por barcos de varios países sobre la costa de Venezuela. Gracias a sus conocimientos de español, la flota consiguió llegar a un acuerdo con los gobernantes de ese país e, incluso, fue condecorado por estos.

Posteriormente, fue destinado a naves de varios tipos con las que estuvo navegando por el Mediterráneo. También participó en la evacuación de ciudadanos alemanes, que huían de la guerra civil en México.

El comienzo de la I Guerra Mundial le pilló a bordo del crucero SMS Dresden, que estaba atracado en un puerto de Haití. Allí recibieron la orden de atacar a los barcos mercantes británicos y franceses.

En noviembre de 1914 participó en la famosa batalla de Coronel, librada contra una flota de la Armada británica. Ésta se saldó con una victoria alemana y Canaris recibió la Cruz de Hierro.

Parece ser que esa victoria les animó a atacar una base naval británica en las Malvinas. Sin embargo, encontraron más naves enemigas de las previstas y toda la flota alemana fue hundida, salvo el Dresden, donde navegaba Canaris.

Durante un tiempo, consiguieron esconder el barco en una zona al sur de Chile, sin embargo, fueron descubiertos por los británicos y tuvieron que rendirse a las autoridades chilenas.

Fueron internados en un campo de concentración, situado en el centro de Chile. Al estar muy mal vigilado, no le fue difícil escapar de allí y, con la ayuda de ciudadanos chilenos de origen alemán, consiguió cruzar los Andes y entrar en Argentina.

Posteriormente, con un nombre falso, se embarcó en un carguero holandés, haciéndose pasar por un comerciante argentino. Desembarcó en Ámsterdam, yendo después a Hamburgo para luego ponerse a disposición del Almirantazgo alemán.

Allí fue recibido efusivamente como un auténtico héroe y eso le valió su primer ascenso en la Armada.

A finales de 1915 fue destinado a España con la misión de vigilar los movimientos de las naves enemigas en el Estrecho de Gibraltar y crear una red de aprovisionamiento de los submarinos alemanes, cuando atracasen cerca de los puertos españoles.

En septiembre de 1916 fue recogido por un submarino alemán en Cartagena y llevado a Alemania. Allí hizo un curso de submarinos y, pocos meses después, le vemos al mando de diversos submarinos por el Mediterráneo.

El final de la guerra le pilló navegando por aguas del Estrecho de Gibraltar. Así que tuvieron que regresar a su base en Kiel.

A partir de aquí, no está muy clara su actividad en los años posteriores. Parece ser que luchó en Berlín dentro de los llamados Freikorps, que mantuvieron una especie de guerra civil contra los espartaquistas, que eran unos radicales de izquierdas.

Según parece, su unidad estuvo implicada en los asesinatos de Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht, aunque no existe constancia de que él participase en ese hecho.

En 1920 volvió a la Armada y se convirtió en oficial de Estado Mayor en una base del Mar Báltico. Allí se dedicó a comprar en el mercado negro el material necesario para ir reequipando a la Armada.

En 1923, fue destinado al crucero Berlín, donde conoció al que luego sería famoso, Reinhard Heydrich. Éste comenzó en la Armada, pero luego fue expulsado de ella, tras un consejo de guerra, por no haber respetado una promesa de matrimonio, que le había hecho a la hija de un general del Ejército alemán.

En 1924, fue enviado a Japón para informarse de los planes de construcción de submarinos, que estaban llevando a cabo los japoneses.

Incluso, participó en las conversaciones para que los astilleros españoles construyeran unos submarinos para la Armada alemana.

En 1930 fue nombrado jefe del Estado Mayor de la flota del Mar del Norte, aunque pronto buscó volver a navegar, porque no le gustaba mucho el trabajo de oficina.

Hacia 1932 ya se le ve atraído por la figura de Adolf Hitler y parece un convencido nacionalsocialista.

Su gran experiencia en labores de espionaje y su amistad con algunos mandos militares hicieron que, en 1935, le nombrasen jefe de la Abwehr, el servicio militar alemán de espionaje y contraespionaje.

Parece ser que, aunque tenía una cierta amistad con Heydrich, siempre tuvo roces con éste, pues los nazis eran partidarios de unir el SD con la Abwehr y crear un único servicio de Inteligencia, bajo el mando de las SS. Algo que no gustaba nada a los militares.

El 25/07/1936, tras haber presenciado una de las óperas de Wagner en el famoso Festival de Bayreuth, le avisaron de que Hitler quería verle. Parece ser que le había visitado una comisión, llegada de España, en la que le pedían ayuda militar para el bando nacional, en la guerra civil.

Los que dieron el fracasado golpe del 18/07/1936 nunca pensaron provocar una guerra civil y no tenían armamento, ni munición suficiente para mantener un conflicto de ese calibre. También le pidieron que les ayudara a transportar, por vía aérea, el Ejército de África hasta la Península.

Por lo visto, Hitler no tenía muchas ganas de ayudarles, sin embargo, Canaris le convenció para que lo hiciera. Le dijo que conocía a Franco, que pagaría muy bien esa ayuda y que además podrían explotar las minas de wolframio, que hay en España, y que eran muy importantes para reforzar el blindaje de los carros de combate fabricados en Alemania. Aparte de tener la oportunidad de probar sus aviones en combates reales.

A partir de 1937, Canaris se dio cuenta de que Hitler sólo buscaba meter a Alemania en otra guerra. Una especie de revancha por la derrota en la I Guerra Mundial. Así que se dedicó a obstaculizar los planes de Hitler, pero fue un trabajo muy delicado, donde tuvo que ir dando una de cal y otra de arena. De hecho, cuando uno de sus amigos le preguntó por qué no dimitía, él respondió: “Vendrá Heydrich y todo estará perdido. Así que debo sacrificarme”.

Al comienzo de la II Guerra Mundial, Canaris cosechó muchos éxitos por la gran cantidad de informantes que tenía su servicio. Además, se le dio la responsabilidad de la cooperación entre Alemania y Japón.

No obstante, varios autores creen que fue uno de los que 

convenció a Franco para que no interviniese en la II Guerra Mundial. Diciéndole que Alemania no podría ganar la guerra.

Tampoco le gustó nada el escándalo de los generales Blomberg y Fritsch por el que acusaron, falsamente, a ambos de ser homosexuales y de estar, uno de ellos, casado con una prostituta. Fue un asunto prefabricado por la Gestapo con el único fin de echar a los jefes del Ejército y colocar, en su lugar, a otros más afines a los nazis. A partir de aquí, renovaron el generalato del Ejército alemán. Ya dediqué otro de mis artículos a este tema.

Parece ser que, en el período entre la ocupación de Checoslovaquia y la invasión de Polonia, participó en un complot para derrocar a Hitler a fin de que no llevara a Alemania a otra guerra. Sin embargo, los preparativos no contaron con el apoyo de muchos generales.

Tampoco está muy claro si él informó a los británicos o lo hizo su segundo, el general Oster, sobre la prevista invasión de Polonia.

Por otro lado, su papel fue muy importante, pues, antes de la invasión, introdujo miles de agentes, que protegieron puentes y otras zonas estratégicas, hasta la llegada del Ejército alemán.

No obstante, se mostró en contra de los asesinatos que estaban llevando a cabo fuerzas del Ejército y de las SS en territorio polaco y las documentó con tanta precisión, que pudieron ser utilizadas por los fiscales en los juicios de Nuremberg.

Siempre tuvo muy claro que esa dura represión les iba a hacer

perder la guerra. Parece ser que le dijo a uno de sus amigos: “La guerra está perdida, sin importar cuantas victorias obtengamos, pero está perdida”.

Parece ser que también utilizó al Vaticano para, a través de ellos, hacer llegar sus informes a la Embajada Británica en Roma.

También siguió denunciando las matanzas indiscriminadas, que estaban realizando las tropas alemanas en los territorios conquistados en la antigua URSS.

Por lo visto, también contactó con algunos diplomáticos USA en Turquía. Incluso se reunió con algunos de ellos en una ciudad española para dar a conocer la resistencia alemana contra Hitler. Sin embargo, el

Gobierno USA, prohibió que se realizaran más contactos de ese tipo.

En febrero de 1944, Canaris fue cesado de su puesto como jefe de la Abwehr, ya que algunos generales le acusaban de no haber estado al tanto de algunos movimientos de los Aliados. Aunque le condecoraron, fue puesto bajo una especie de arresto domiciliario.

Al mismo tiempo, las SS aprovecharon la jugada para convencer a Hitler de que unificase los servicios de Inteligencia bajo el mando único de Himmler. Cosa que hizo.

Unos meses después, fue nombrado director de una oficina dedicada a la guerra económica, aunque apenas tenía competencias. Así que allí estuvo viviendo con su mujer y sus dos hijas en un lugar cercano a Postdam.

No está muy claro si Canaris participó de alguna manera en el famoso intento de golpe del coronel von Stauffenberg. Según parece, nunca se llevaron muy bien.

No obstante, unos días después, un alto mando de la Inteligencia alemana fue a arrestarlo y se lo llevaron detenido a Berlín. Allí fue sometido a maltrato y a duros interrogatorios.

En febrero de 1945, fue enviado al campo de concentración de Flossenburg, en Baviera. Parece ser que alguien había descubierto un diario de Canaris, donde se podían observar las conspiraciones en las que estuvo metido antes de esa.

Así que allí les sometieron, a él y a otros, a un simulacro de juicio en el que les condenaron a muerte. Tal y como les había ordenado, a los miembros del tribunal, el propio Hitler.

Llegada la hora de la ejecución, fueron obligados a 

desnudarse para ser colgados de unas cuerdas de violín y de unos ganchos de un matadero. Posteriormente, sus cuerpos fueron incinerados y sus cenizas esparcidas por el campo.

En resumen, actualmente, su comportamiento sigue siendo muy controvertido, pues muchos de sus compatriotas siguen pensando que fue una especie de traidor.

Sin embargo, yo creo que se trataba de un militar de la vieja escuela. O sea, un hombre muy conservador, que amaba a su patria y no le gustaba lo que estaban haciendo los nazis con Alemania.

Criticaba las matanzas, que estaban realizando tanto las SS como el Ejército, porque iban en contra del honor del Ejército alemán y sabía que los Aliados no se las iban a perdonar.

Igualmente, protegió a los judíos y se sabe que salvó a muchos de morir en los infames campos nazis.

También estuvo en contra de la política de eliminar a los deficientes. Incluso, su hija mayor era una de esas personas deficientes y podía haber sido exterminada por los médicos nazis.

Al final de la guerra, su mujer y sus hijas tuvieron que exiliarse, porque la gente les trataba mal y se vinieron a vivir a España. Franco le otorgó una pensión equivalente al sueldo de su marido.

 


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