miércoles, 24 de mayo de 2023

LA VIDA SECRETA DE VIRGINIA HALL

 

Hoy voy a dedicar este artículo a la vida de una mujer a la que se le debe mucho, pero que apenas se conoce lo que hizo durante la II Guerra Mundial.

Virginia Hall nació en 1906, en Baltimore (Maryland, USA). Pa

rece ser que nació en el seno de una familia adinerada, pues su padre era banquero y sólo tuvo un hermano menor que ella.

Estudió en su ciudad y, posteriormente, en el Radcliffe College, que era como un anexo para mujeres estudiantes de la Universidad de Harvard, ya que, en aquella época, no se admitían mujeres para estudiar en esa Universidad. Allí estudió Economía y varios idiomas modernos. Algo que le fue muy práctico a lo largo de su vida. También estudió en varios países europeos para completar su formación.

En 1931 consiguió un trabajo como secretaria en la Embajada USA en Polonia. Posteriormente, fue trasladada al consulado USA en Izmir (Turquía).

En 1933, sufrió un accidente de caza. Parece ser que se le disparó la escopeta y le destrozó el pie izquierdo. Los médicos no pudieron curar esa herida y tuvieron que amputarle la pierna izquierda por debajo de la rodilla. Eso dio lugar a que tuviera que andar con una pierna de madera.

Más adelante, siguió trabajando como secretaria en los consulados de Venecia y en Tallin (Estonia).

No pudo realizar su sueño de convertirse en diplomática, pues, en aquella

época, no solían contratar mujeres para esos puestos. También argumentaron que no podría ejercer adecuadamente a causa de su minusvalía.

Curiosamente, en aquella época, el presidente USA, Franklin D. Roosevelt, sólo podía desplazarse en una silla de ruedas.

Supongo que esa negativa de sus jefes la frustró tanto que, en 1939, renunció a su puesto de trabajo.

En 1940, la vemos conduciendo ambulancias en la Francia, que estaba siendo invadida por las tropas alemanas. Allí conoció a un agente de la Inteligencia británica, el cual la puso en contacto con uno de sus jefes. Tras haber hablado con él, fue admitida en el famoso SOE (Servicio de operaciones especiales).

Después de un duro entrenamiento en el Reino Unido, fue una de las primeras mujeres enviadas por el SOE a Francia. Por lo visto, siempre fue una gran experta en la utilización de disfraces y maquillaje.

En un principio, se estableció en Lyon, ciudad desde la que organizó una red, que se dedicaba a facilitar la huida de judíos y pilotos aliados derribados. También mantuvo contactos con casas de prostitutas, que procuraban sonsacar información a los oficiales alemanes, para que ella informara a Londres.

Estuvo realizando esas actividades bajo la cobertura de ser una corresponsal del periódico USA New York Post. Podía residir allí, porque su país no había entrado todavía en la II Guerra Mundial.

Uno de sus mayores éxitos fue conseguir que huyeran unas decenas de agentes británicos, que habían sido capturados por las autoridades francesas de Vichy. Operación realizada en julio de 1942.

Evidentemente, esto no hizo ninguna gracia a los alemanes. Por ello, enviaron una gran cantidad de agentes a Francia y, especialmente, a Lyon.

Al principio, tuvo mucha suerte y consiguió zafarse de todos los que la perseguían. Sin embargo, un día contactó con ella un sacerdote católico, llamado Robert Alesch, natural de Luxemburgo. Parece ser que en Londres se fiaban de él, pero ella no lo tenía muy claro.

Estas sospechas se confirmaron, cuando Alesch dijo venir en nombre de la red Gloria. Sin embargo, ella se había enterado de que esa red ya había sido eliminada por los alemanes. Desgraciadamente, Alesch tuvo tiempo de conocer la lista de los contactos de Hall.

A principios de noviembre, el consulado USA en Lyon la avisó de que los Aliados iban a desembarcar en el norte de África. Pocos días después, las tropas alemanas también invadieron el territorio de la Francia libre de Vichy.

Así que no le quedó más remedio que huir, desesperadamente, hacia la frontera con España. Allí fue detenida por la Guardia Civil, por haber violado la frontera y llevada al campo de concentración de Miranda de Ebro. Otras fuentes dicen que estuvo encarcelada en la prisión de Figueras. No obstante, fue liberada, pocas semanas más tarde, gracias a la intervención del Consulado USA en Barcelona.

Por lo visto, uno de sus compañeros presos, consiguió enviar una carta en la que avisaba del encarcelamiento de nuestro personaje al mencionado consulado.

Durante unos meses, trabajó en Madrid para el Gobierno británico y luego se trasladó a Londres, donde fue condecorada con la Orden del Imperio Británico.

Posteriormente, el SOE no creyó oportuno que volviera a Francia, porque los alemanes habían puesto precio a su cabeza. Precisamente, el jefe de la Gestapo en Lyon era el infame Klaus Barbie.

Así que se le ocurrió dirigirse a la OSS, antecesora de la CIA, y allí la contrataron como agente para realizar servicios especiales.

Se la asignó dentro de un equipo, cuya misión era armar y entrenar a los maquis, que hacían la guerra por su cuenta contra los alemanes. Regresó a Francia en marzo de 1944 a tiempo de poder organizar a estos grupos para realizar sabotajes y facilitar de esa manera el famoso desembarco de Normandía, que se produciría en junio del mismo año.

Esta vez, se disfrazó como una anciana campesina, que se dedicaba a fabricar queso. Incluso, se lo vendía a los alemanes a fin de poder escuchar sus conversaciones. Además, hizo un gran esfuerzo para aprender a andar sin cojear.

También buscaron zonas seguras para lanzamiento de paracaidistas y escondites

para pilotos derribados y agentes en peligro.

Supongo que los muchos éxitos, que tuvieron sus grupos de maquis, realizando todo tipo de sabotajes contra los alemanes, fue lo que hizo que volvieran a contar con ella.

Esta vez, la enviaron al sur de Francia, a fin de preparar el desembarco aliado, que se produciría en agosto del mismo año.

Cuando ellos ya habían limpiado la zona de soldados alemanes, el alto mando de los Aliados, envió a los comandos de la llamada Operación Jedburgh. Se trataba de un numeroso grupo de comandos, procedentes de varios países del bando aliado. Su función era servir de enlace entre el alto mando y los grupos de maquis a fin de que fueran más eficaces en su lucha contra los alemanes.

Posteriormente, fue trasladada a Austria para hacer la misma labor

que había hecho en Francia, en su lucha contra los alemanes. Sin embargo, esta operación se canceló por la firma de la rendición alemana.

Durante la posguerra, regresó a Lyon y allí contactó con las personas que le habían ayudado en su misión, como en el caso de Germaine Tillion. Consiguió que el Gobierno británico les diera una pensión. Sin embargo, muchos de ellos, habían sido capturados y asesinados por los alemanes.

Por otro lado, el sacerdote Robert Alesch, cuyas denuncias habían ocasionado el encarcelamiento y el fusilamiento de muchos de ellos, fue capturado en Bélgica y luego extraditado a Francia. Allí fue juzgado, condenado a muerte y ejecutado.

En 1947 se unió a la recién fundada CIA. Sin embargo, sólo le permitieron realizar labores de oficina y, al año siguiente, dejó ese trabajo.

Sin embargo, en 1950, con la llegada de la Guerra Fría, fue de nuevo contratada y enviada a Francia para organizar grupos secretos de resistencia, ante una posible invasión de la URSS.

Estuvo en ello hasta 1966, cuando se jubiló por haber cumplido 60 años.

Previamente, en 1957, se casó con otro agente de la CIA, que había conocido, durante su segundo destino en Francia.

Así que, al llegar la edad de la jubilación, compraron una granja en una localidad de Maryland y allí residieron hasta la muerte de ambos. Ella murió en 1982 y él 5 años después.

Fue condecorada en varias ocasiones por USA, Reino Unido y Francia.

Siempre se negó a escribir sus memorias. Por eso, no se conocen os detalles acerca de sus misiones en Francia.


No obstante, su nombre fue incluido dentro del Salón de la fama del Cuerpo de Inteligencia militar de USA.

De hecho, fue considerada por muchos como la mejor agente aliada de la II Guerra Mundial, aunque en la CIA nunca quisieron ofrecerle puestos importantes por el hecho de ser mujer.

Incluso, el propio Klaus Barbie siempre la consideró la agente más peligrosa de todas y estuvo obsesionado con su captura.

También lleva su nombre una instalación de entrenamiento de la CIA y fue incluida dentro del Salón de la fama de las mujeres de Maryland, el Estado donde nació. El Museo Internacional del Espionaje también le ha dedicado una exposición permanente.

Incluso, en 2006, con motivo del centenario de su nacimiento, le rindieron homenaje los embajadores de Francia y el Reino Unido en USA y se inauguró en la Embajada francesa un cuadro, donde se la ve enviando mensajes por radio.

 

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2 comentarios:

  1. Me ha parecido un excelente artículo, estimado amigo, Juan
    Ignacio.
    .🇪🇸⚓️🇪🇸

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