martes, 24 de diciembre de 2019

ESQUILO, EL CÉLEBRE DRAMATURGO GRIEGO


Hoy voy a escribir sobre un autor dramático de la antigua Grecia llamado Esquilo. Nació alrededor del 525 a. de C. en la famosa ciudad de Eleusis, situada a unos 20 km de Atenas.
Se cree que su padre, Euphorion, fue una persona perteneciente a la antigua nobleza, por lo que, seguramente, su posición económica sería bastante desahogada.
Esquilo solía decir que un día se le había aparecido el dios Dionisos y le había encargado que escribiera una tragedia. Algo que era bastante novedoso en esa época. Así que escribió su primera obra en el 499 a. de C.
Es preciso decir que el teatro es un invento griego. Se suele atribuir este invento a un autor muy poco conocido, llamado Tespis, el cual vivió en la Atenas del siglo VI a. de C., bajo la tiranía de Pisístrato, el cual, le apoyó para el estreno de sus obras.
Por lo visto, la primera representación de una tragedia tuvo lugar en el 534 a. de C., durante el festival de las Grandes Dionisias, que solía celebrarse en el mes de marzo.
Aristóteles atribuyó a Tespis la inserción de partes habladas en obras para los coros, cuyas representaciones musicales ya se venían realizando con anterioridad a esa fecha. En cambio, la primera representación de una comedia data de una fecha más reciente, el 485 a. de C.
Por lo visto, Pisístrato, hizo todo lo posible por limar las diferencias entre la antigua nobleza y el pueblo. A los primeros, los utilizó como colaboradores suyos en las tareas de gobierno. Mientras que para los segundos fomentó el uso del teatro, como una especie de lugar de encuentro y cohesión nacional, ya que en las tragedias se apelaba a las hazañas de los grandes personajes griegos.
En el 490, Esquilo y su hermano, fueron reclutados para defender Atenas contra el Ejército de Darío de Persia, al que vencieron en la conocida batalla de Maratón. De donde toma su nombre esa prueba atlética, consistente en correr 42 km, que fue la distancia que corrió un mensajero hasta llegar a Atenas, para anunciar esa victoria sobre aquel poderoso enemigo. Desgraciadamente, su hermano murió en ese combate.
En el 480, volvió a ser reclutado, esta vez junto a su hermano menor, para luchar contra las tropas persas de Jerjes I en la batalla de Salamina. Posteriormente, también luchó en la batalla de Platea contra las mismas tropas invasoras.
Nuestro personaje fue iniciado en los famosos Cultos Eleusinos, que se celebraban en su ciudad natal. Eran unos cultos secretos en honor a las diosas Démeter y su hija Perséfone.
Como ya he dicho, se trataba de unos ritos iniciáticos secretos y se castigaba muy duramente al que revelara los mismos. No obstante, parece ser que a Esquilo le acusaron de revelar alguno de ellos en sus obras dramáticas y, por ello, fue juzgado. Afortunadamente, los jueces entendieron que no existían unas pruebas muy claras y lo absolvieron. Por lo visto, su defensa se basó en que nunca había sido iniciado en esos ritos, por lo que no le podían haber prohibido que los divulgase.
Antes de la época de Esquilo ya habían sido representadas comedias en otros puntos del planeta, como la India o China. Sin embargo, se puede decir que la tragedia 
nació en Grecia y los siguientes dramaturgos se basaron en esas obras griegas.
Sus temas suelen ser el dolor y la muerte de la persona que siente la presión de las graves decisiones que ha de tomar, cuando está en juego el destino de su pueblo. Los autores buscan la representación del dolor y la muerte, porque el poeta y el pueblo admiran al héroe que ha caído.
Esos héroes griegos luchan y vencen o son vencidos, pero todas esas obras tienen un tema principal, que es el poder. Aparte de otros como la justicia, la venganza, etc.
Por lo visto, en esos certámenes, que empezaron siendo sólo unos festivales locales dedicados a ciertos dioses, los autores, presentaban tres tragedias y un drama satírico. Por eso, Esquilo, solía escribir trilogías, las cuales eran lo más parecido a una serie por capítulos.
De entre las obras de Esquilo, que se calcula que escribió unas 80, sólo nos ha llegado la trilogía completa de Orestiada. En cambio, en la expedición de los 7 jefes contra Tebas, sólo tenemos la tercera parte. De las Suplicantes, sólo queda la primera parte. En la invasión persa de Grecia sólo conservamos también la primera parte. En la lucha entre Zeus y Prometeo, sólo tenemos también la primera.
Por lo visto, debían de ser sus mejores obras, pues fueron copiadas durante las épocas helenística y romana y por eso nos han llegado a nosotros.
El único ejemplo completo de trilogía que nos ha llegado es la Orestiada, aunque se sabe que hubo más obras de ese tipo, pero no nos han llegado. La Orestiada está compuesta por tres obras: Agamenón, las Coéforas y las Euménides.
Esta obra fue estrenada en el 458 a. de C. Narra el regreso victorioso de Agamenón, jefe de las fuerzas griegas, a Micenas, tras la famosa guerra de Troya. El asesinato de éste y su amante, Casandra, a manos de su esposa, Clitemnestra, y de su amante, Egisto. No olvidemos que la guerra de Troya duró 10 años. Algunos dicen que lo mató, porque Agamenón llevó a la hija de ambos, Ifigenia, para ser sacrificada a fin de que los dioses les apoyaran en el asedio de Troya. Parece ser que no fue sacrificada, sino que fue sustituida por un animal.
Orestes, uno de los hijos de Agamenon, que no se hallaba en Micenas, recibió del Oráculo de Delfos el mandato de matar a Clitemnestra y a Egisto. Así que fue a Micenas y allí asesinó a los dos.
Más tarde, fue juzgado por los 12 jueces del tribunal llamado Areópago. 
En la obra se dice que Atenea fue la que condujo hasta allí a Orestes. Como, a la hora de la sentencia, hubo un empate, Atenea lo deshizo al declararle inocente, pues había obrado siguiendo las instrucciones del oráculo de Delfos, dedicado a Apolo.
En el 472 a. de C., estrenó la tragedia Los persas, donde quería narrar el efecto que tuvo la derrota de la batalla de Salamina en la corte de Persia.
Es la única obra de la antigua Grecia, donde se narra un suceso contemporáneo, pues la mayoría de ellas sólo mencionan sucesos mitológicos a muy anteriores a la época en que fueron escritas.
Hay quien ve en las obras de Esquilo un desprecio por la tiranía, pues él nació cuando gobernaba el tirano Pisístrato, aunque también hay que decir que tanto este gobernante, como sus hijos y sucesores, Hiparco e Hipias, fueron mecenas de todas las artes.
Sin embargo, en sus obras se puede traslucir su desprecio por los personajes que no respetan las leyes, como Jerjes, Hierón, Agamenón, etc.
Parece ser que la tragedia fue fomentada por el Estado, como una especie de acto de reafirmación ciudadana. De hecho, se sabe que el estreno de la obra Los Persas, en el 472 a. de C., fue financiado por el famoso Pericles, antes de llegar a gobernar en Atenas.
Es posible que el antecedente de esto fueron las guerras contra los persas. Iniciadas porque los griegos peninsulares e insulares habían apoyado a los otros griegos, que vivían en Anatolia, y estaban siendo sojuzgados por los persas. Por ejemplo, en esa obra, se dice que los dioses habían apoyado a los griegos, porque obraron con Justicia contra la invasión persa.
Hay que tener en cuenta que Esquilo vivió la mayor parte de su vida durante la segunda democracia ateniense, fundada por Clístenes, que intentaba ser lo más igualitaria posible. Incluso, pensaban extender esa democracia a toda Grecia. Aunque también es verdad que era partidario de una democracia conservadora, “sin anarquía, ni tiranía” tal y como la definía en una de sus obras.
Según algunos, el mismo Esquilo, avisaba a los gobernantes atenienses del peligro de buscarse enemistades entre las diversas ciudades griegas, al intentar centralizar  el gobierno de todas ellas en Atenas. De hecho, exigieron a las ciudades aliadas que depositaran sus tesoros en esa ciudad.
Realmente, los que estaban más interesados en esta expansión eran los que vivían del mar. En cambio, la nobleza tradicional, nunca apoyó esa política.
El tema central de la Orestea u Orestiada es la reforma del Areópago, un tribunal cuya función era la de velar por el cumplimiento de todas las leyes y que, tras una reforma, quedó en un simple tribunal que sólo conociera causas criminales. Precisamente, por ello, fue el que juzgó a Orestes.
Según algunos autores, por eso mismo, se ve a Esquilo, al final de su vida, muy preocupado por el rumbo que va tomando Atenas, pues piensa que va perdiendo su democracia en su afán por llegar a ser un Estado imperalista. Quizás, aún recordaba que, a raíz de la invasión persa, la propia acrópolis quedó en ruinas y tardaron muchos años en reconstruirla.
Otros expertos afirman que uno de los temas centrales de Esquilo es el elogio de la defensa de lo que es sagrado para el pueblo, como su libertad, pero no de las guerras de invasión a las que califica como de inútiles.
El poeta trágico es visto como una especie de mente que guía al pueblo y, en su caso, le lleva a pensar en la justicia o en el perdón. Seguramente, eso es lo que buscaban los gobernantes de Atenas al apoyar las representaciones teatrales. Sobre todo, las tragedias, porque sólo hablaban de personajes mitológicos, por el contrario, en las tragedias, se solían meter con los políticos.
Empezaron representándose en las fiestas Dionisias, que se celebraban en marzo, y luego también en las Leneas, celebradas en el mes de enero.
De esa manera, unos antiguos miembros del coro, se transformaron en actores. Sólo había uno en las obras de Tespis, mientras que ya hubo dos en las de Esquilo. Dado que utilizaban máscaras, así podían representar diferentes personajes.
De hecho, en Roma, a estas máscaras las llamaban “personas”. Esa palabra deriva del nombre griego “prósopon”. Estas máscaras tenían diferentes gestos, pero todas estaban
ideadas para que amplificasen la voz del actor a fin de que todos los espectadores pudieran escucharla.
Parece ser que las tragedias de Esquilo se estrenaron en un teatro situado al pie de la Acrópolis, consagrado al dios Dionisos y en las fiestas en honor a ese dios, al que los romanos llamaron Baco.
A Esquilo se le considera el padre de la tragedia. Hizo muchas innovaciones en ella. Como insertar un segundo actor, modificar el papel del coro. También sus temas y la buena utilización del lenguaje hacen que muchas de sus obras se consideren obras maestras.
En sus obras se alternan los cantos corales con los diálogos de los actores, que pertenecen al coro. Esos dos actores representan tanto personajes masculinos como femeninos. Para ello, sólo tienen que cambiarse la máscara. Todo ello, en una combinación de ideas, religión y espectáculo, que hacían las delicias de los atenienses.
Dice el viejo refrán que “nadie es profeta en su tierra”. Sin embargo, parece ser que Esquilo fue muy apreciado en la suya, pues recibió muchos premios.
En el 472 a. de C. fue a Sicilia, donde el tirano Hierón le encargó que representara su obra Los persas.
Siguió siendo muy querido, pues, incluso, recibió muchos homenajes tras su muerte. Es más, el gobierno de Atenas, ordenó que pagaran los coros a todo aquel que quisiera representar obras de Esquilo.
Ya sabemos que no hay nada mejor que la muerte para que hablen muy bien de uno. Como aquel viejo chiste en que un subalterno le decía a un torero que le gustaría verlo muerto. El torero le preguntó por qué decía eso y el otro le respondió que le haría ilusión, porque así lo vería salir alguna vez a hombros.
Sin embargo, lo que siempre me ha parecido más llamativo de Esquilo es la causa de su muerte. Parece ser que algún oráculo le había vaticinado que moriría, porque se le caería una 
casa encima. Supongo que quedaría horrorizado por este augurio, así que se marchó al campo. A un lugar poco habitado.
Alrededor del 455 a. de C., se hallaba de nuevo en Sicilia, concretamente, en la ciudad de Gela, al sur de esa isla.
Por lo visto, un día, cuando se hallaba solo, paseando por el campo, algo le cayó en la cabeza y eso le produjo la muerte.
Parece ser que se trataba de una tortuga, que había sido lanzada desde el aire por un quebrantahuesos.
Algunos dicen que el ave confundió la calva del escritor con una roca, donde podría estrellar el caparazón de la tortuga, para que se abriera y así poder comerse a ese animal.
Lo cierto es que murió a causa de la caída de una “casa”. La de la tortuga. Tal y como le vaticinó aquel augurio. Lo que no sabemos es cómo quedó la tortuga.
No obstante, hay varios autores que niegan esta versión, porque les parece inverosímil. Sin embargo, yo digo como dicen los italianos: “se non è vero, e ben trovato”. O sea, aunque no sea verdad, está bien contado. Yo no sé si será verdad lo de la causa de su muerte, pero es lo que se suele contar de este personaje.

Espero que os haya gustado este artículo y os deseo a todos ¡¡UNA FELIZ NAVIDAD!!

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