miércoles, 9 de mayo de 2018

CORD MEYER, MARY PINCHOT Y J F KENNEDY


Nuestro personaje de hoy se llamaba Cord Meyer jr. Nació en Nueva York, en 1920 y perteneció a una familia muy acomodada. Su padre, que se llamaba igual que él, fue un hombre que se dedicaba a los negocios inmobiliarios a gran escala y luego también se dedicó a la diplomacia. Parece ser que, en un principio, se enriqueció con el negocio del azúcar procedente de Cuba.

También su madre procedía de una familia acomodada, la cual se había enriquecido con el negocio del carbón.
No obstante, durante la I Guerra Mundial, su padre sirvió como piloto de caza en el frente occidental, mientras que su madre participó como enfermera en varios hospitales militares en Francia.
Por supuesto, nuestro personaje de hoy, junto con su hermano gemelo, Quentin, fueron a los mejores colegios. Incluso, estuvieron un tiempo en un internado en Suiza. Posteriormente, realizaron su formación universitaria en la prestigiosa Universidad de Yale, radicada en New Haven, Connecticut. Incluso, nuestro personaje perteneció a la fraternidad Scroll and Key, una de las más prestigiosas y selectas de ese centro.
En 1942, Cord, terminó sus estudios universitarios, justo a tiempo para alistarse en el Cuerpo de Marines USA. Participó en varias batallas en el Pacífico. Cuando desembarcó en la isla de Guam, fue alcanzado por una granada, que le hizo perder su ojo izquierdo, aunque, en principio, pensaron que estaba muerto. Sin embargo, tras una larga estancia en un hospital, quedó bastante bien, tras la cirugía estética y la colocación de un ojo de cristal.
Fue ascendido a primer teniente y supongo que ahí se terminó su participación en la guerra. En cambio, Quentin, su hermano gemelo murió en el desembarco en la isla de Okinawa.
En abril de 1945, Cord, se casó con la periodista de la agencia UPI, Mary Pinchot, hija de un famoso abogado, llamado Amos Pinchot, un hombre muy influyente, en aquel momento, debido a sus ideas progresistas y ecologistas, que le hicieron enemistarse con el ex presidente Theodore Roosevelt, por sus acusaciones de que se había dejado influenciar demasiado por las empresas, durante su mandato presidencial.
De hecho, se pasó del Partido Republicano al Demócrata y luchó para que las ganancias obtenidas por las empresas, durante la I Guerra Mundial, fueran gravadas con fuertes impuestos a fin de que esa riqueza fuera repartida entre todos los habitantes de esa nación.
Meyer siempre estuvo en contra de una organización llamada “Comité América Primero” (AFC). Igual el nombre de ese comité os suena del lema del presidente Trump. Curiosamente, uno de los miembros más reputados de ese comité era su suegro, Amos Pinchot.

La verdad es que, antes de que USA entrara en la II Guerra Mundial, se puede decir que estos grupos aislacionistas, eran muy potentes, pues tenían más de un millón de miembros y se calcula que influyeron para que el 80% de la población USA estuviera en contra de entrar en ese conflicto.
Sin embargo, al día siguiente del bombardeo de Pearl Harbor, el presidente de la AFC, Hamilton Stuyvesant Fish, se dirigió por radio a todo el país y pidió que todos los miembros de la organización, que estuvieran en edad militar, se alistaran en el Ejército. Esa organización fue disuelta sólo 4 días después de ese infame bombardeo. Él no fue admitido, porque ya tenía 53 años. Llegó a ser el congresista con una vida más longeva, pues murió a los 102 años.
Volviendo a nuestro personaje, en la posguerra, estuvo colaborando en la organización de la reunión que dio lugar a lo que ahora conocemos como ONU, la cual tuvo lugar en 1945, en San Francisco. También Mary estuvo presente en esas reuniones, trabajando para otro periódico.
Desde el principio, Meyer, se dio cuenta de que la ONU no tendría mucho futuro si no pudiera garantizar la paz en el mundo. Habría que haberle otorgado mayores poderes para que estuviera por encima del gobierno de cualquier país del mundo. Incluyendo las grandes potencias. Incluso, se mostró contrario al lanzamiento de las bombas atómicas sobre Japón.
Así que después ingresó en la Unión Federalista Mundial, una organización que estaba a favor de un gobierno mundial para erradicar las guerras. Entre sus miembros, se podían encontrar gente muy famosa, como Einstein, Gandhi o M. Luther King. Precisamente, unos años después, Meyer, fue elegido presidente de esta institución.
En 1951, fue invitado a trabajar para la CIA. Parece ser que se lo propuso el propio Allen Dulles, que llegaría a ser director general de ese organismo. Posteriormente, éste fue cesado por el presidente Kennedy y, más tarde, presidió la famosa Comisión Warren, que investigó el asesinato de ese presidente y dio por buena la teoría de “la bala mágica”.
Parece ser que el puesto que le dieron en la CIA fue el de directivo de un departamento dedicado a influir sobre los medios de comunicación de todo el mundo para que apoyasen la causa de USA. Lo que se llamó el Programa Mockingbird.
Dos años más tarde, Meyer, fue investigado por el FBI a causa de haberle visto alguna vez en compañía de un individuo conocido por su izquierdismo radical. De esa investigación salió absuelto. Parece ser que también acusaron a Mary de haber estado afiliada, unos años antes, al Partido Socialista de USA, que estaba muy infiltrado por agentes comunistas. En esa época, ella había comenzado a recibir sus clases de pintura.
Parece ser que Frank Wisner, el jefe directo de Meyer, dio la orden de que los periódicos que controlaban hicieran una campaña contra el senador McCarthy y ese fue el final de aquel infame senador.
Por lo visto, hacia 1954, Meyer, ya no estaba contento con su trabajo en la CIA y les comentó a algunos amigos que deseaba abandonarla muy pronto. Curiosamente, poco después, su perro fue atropellado de una forma muy sospechosa en una zona cercana a su domicilio, muriendo en el acto. Eso fue algo que le hizo meditar sobre si debería marcharse.
En aquella época, un periodista llamado Ben Bradley, amigo de la pareja, conoció a Antoinette, hermana de Mary, y se casaron. Este periodista luego llegaría a ser muy famoso, porque, cuando fue el director del Washington Post, se publicaron los documentos que dieron lugar al escándalo Watergate. Curiosamente, durante la II Guerra Mundial, había estado en la Inteligencia naval.
También en ese mismo año, Cord y Mary, conocieron a unos nuevos vecinos de ese barrio. Se trataba de un joven senador, llamado John F. Kennedy y su esposa Jackie, de los que se hicieron muy amigos.
A finales de ese año, Meyer, fue ascendido a director de una de las mayores divisiones de la CIA. Eso dio lugar a que viajara continuamente para revisar las instalaciones de la agencia en el extranjero, como Radio Free Europe o Radio Liberty.
No sé si esto influiría negativamente en su matrimonio. Lo cierto es que, en 1956, su hijo mayor fue atropellado, cerca de su casa y murió a las pocas horas. Parece ser que la relación entre los dos cónyuges fue cada vez peor y eso dio lugar a que se divorciaran dos años más tarde.
Pasó a ser director de la División de Organizaciones Internacionales, un departamento que se dedicaba a influir en los medios culturales de los países occidentales para que hicieran propaganda a favor de USA. Incluso, pagaban a muchos intelectuales para que no se afiliaran a organizaciones de la izquierda. Evidentemente, primero se atrajeron a los que habían militado en el PC de cada país y tenían dudas, después de ver las purgas de Stalin. Hasta tenían su propia agencia de noticias.
Parece ser que Meyer llegó a ocupar un cargo de importancia dentro de la CIA. Eso unido a que tenía cierta amistad con el presidente Kennedy, le llevó a reunirse periódicamente con éste. Incluso, según parece, le consultó sobre la posibilidad de cesar a Allen Dulles de su cargo como jefe de la CIA. Luego, todos sabemos que el presidente Kennedy fue asesinado en noviembre de 1963.
Misteriosamente, en octubre de 1964, también fue asesinada Mary Pinchot. Todavía, hoy en día se desconoce quién cometió ese asesinato. Parece ser que fue obra un asesino profesional y que los dos disparos que la mataron se los hicieron a quemarropa.
Según algunos autores, Mary, que llegó a ser una famosa pintora, fue una de las múltiples amantes que tuvo el presidente Kennedy. Curiosamente, tras su muerte, su hermana, Antoinette, recibió una llamada de una colega de Mary, que residía en Japón, la cual le insistió mucho en que fuera a la casa de la difunta para que su diario no cayera en manos no deseadas.

Antoinette y Bradley se presentaron a la mañana siguiente en la casa de su hermana y, a pesar de estar la puerta cerrada, al entrar, se encontraron con que dentro de ella se hallaba otro alto directivo de la CIA, llamado James Angleton, que también estaba buscando el mismo diario.
Parece ser que la esposa de Angleton también era muy amiga de Mary y, cuando oyó por la radio la noticia de que habían encontrado a una mujer asesinada en ese camino, sospechó que pudiera tratarse de Mary, porque sabía que solía pasear diariamente y a esa hora por esa zona, cercana a su casa.

Como un testigo dijo haber oído los gritos de esta mujer, tras haber recibido el primer disparo, y haber visto huir a un hombre negro, la Policía detuvo a un joven llamado Raymond Crump, al cual se le había visto merodeando por el lugar.
Curiosamente, aunque fue enjuiciado a mediados de 1965, el juez ordenó que no se hablara en la vista ni del trabajo realizado por su exmarido, Cord Meyer, ni de la presunta relación de la víctima con el presidente asesinado. Parece ser que el hermano de este juez era íntimo amigo del presidente Johnson.
El mismo Bradley, que compareció en calidad de testigo, omitió decir que fue a casa de la víctima a buscar su diario y que luego se lo dio a Angleton, que también se hallaba allí.
Así que el joven Crump fue absuelto por falta de pruebas y ese asesinato sigue sin resolverse.
El asunto quedó en que, presumiblemente, a esta mujer la habían asesinado por resistirse a ser violada. No obstante, según dicen algunos autores, hasta su propio marido sospechaba que se trataba de una operación clásica de la CIA.
Mientras tanto, parece ser que a Meyer ya no le fue tan bien en su nuevo puesto.
En 1967, hubo una filtración a la prensa, donde alguien explicaba que dentro de la CIA existía ese departamento, que se dedicaba a ganar voluntades por todo el mundo para la causa de USA. Algo que había permanecido hasta entonces en secreto.
Incluso, en 1972, alguien le acusó de haber obstaculizado la publicación de un libro en USA, que trataba sobre la implicación de la CIA en el tráfico de drogas en Asia.
Ese mismo año tuvo lugar el famoso Escándalo Watergate, consistente en el intento de robo de unos documentos en el hotel del mismo nombre, donde se hallaba la sede electoral del Partido Demócrata.
En ese caso, actuó una persona desconocida, al que los periodistas del Washington Post apodaron “Garganta profunda”, el cual se reunía periódicamente con ellos en un aparcamiento subterráneo y les indicaban dónde debían investigar.
Parece ser que algunos autores pensaron que este individuo podría ser Meyer, porque a esas alturas no estaba conforme con el Gobierno y porque había sido cuñado del director de ese periódico.
El nuevo director de la CIA quiso hacer un poco de limpieza en la agencia, con la excusa de que allí llevaban mucho tiempo realizándose tareas que vulneraban su estatuto. Así que eliminó muchos puestos de trabajo y a Meyer lo envió a Londres, como director de la oficina de la CIA en ese país.
Así que Meyer continuó en esa agencia hasta 1977, año en que se jubiló, y luego se dedicó a escribir artículos en la prensa y libros sobre sus experiencias en la CIA. Murió en marzo de 2001.
Como sorpresa final, voy a comentar el caso de Howard Hunt, que era un especialista en operaciones encubiertas de la CIA y fue uno de los detenidos por el Caso Watergate y, por ello, pasó unos meses en la cárcel, hasta que lo indultó el presidente Ford.
Parece ser que, en sus últimos días, habló con sus hijos sobre muchos temas y estos grabaron esas conversaciones. En una de ellas, comenta que, aunque él había declarado ante una comisión de investigación que no estuvo involucrado en el asesinato de Kennedy, parece ser que sí lo estuvo.
Presuntamente, según sus declaraciones, el nombre clave de esa operación fue “The big event” y fue ordenada por el entonces vicepresidente Lyndon B. Johnson. Siguiendo su narración, el encargo de organizarla se lo dieron a Cord Meyer, el cual, junto con otros personajes de la CIA, reclutaron a varias personas. Algunas pertenecientes a la CIA y otras a la Mafia. Hunt, que también fue un famoso escritor de obras históricas y novelas, murió en 2007.
Ciertamente, en este magnicidio hay varias relaciones muy curiosas. Por una parte, tenemos a George de Mohrenschildt, un geólogo ruso, que era una personalidad muy importante entre la comunidad de exiliados rusos residentes en Dallas. Casualmente, por entonces, estaba casado con Jeanne LeGon, que había sido socia de Abraham Zapruder, el que grabó el famoso vídeo, donde se ve claramente ese asesinato.

Por otro lado, parece ser que Mohrenschildt conocía desde hacía unos 25 años a la familia de Jackie y era íntimo amigo de una de sus tías.
Precisamente, este personaje fue el que acogió a Lee Harvey Oswald y su mujer, Marina, que era rusa, a su vuelta de la antigua URSS. Tampoco olvidemos que Marina era sobrina de un general del KGB, en cuya casa se crió. Así que no parecía la más indicada para contactar con exiliados anticomunistas rusos.
Otra curiosidad fue que, en 1972, la esposa de Hunt, Dorothy Hunt, que también había sido agente de la CIA, estaba amenazando con contar todo lo que sabía sobre el tema del Watergate. Incluso, parece ser que, durante una reunión en la Casa Blanca, algunos asesores del presidente Nixon habían propuesto darle una cantidad de 250.000$ USA, para comprar su silencio.
Lo cierto es que, a primeros de diciembre de ese mismo año, Dorothy, se reunió con una periodista, llamada Michelle Clark y George Collins, un congresista demócrata por Illinois.
Los tres juntos tomaron el vuelo 553 de United Airlines, que hacía la ruta entre Washington y Chicago. Desgraciadamente, ese vuelo se estrelló en las cercanías del aeropuerto Midway de esa última ciudad, pereciendo todos los pasajeros, la tripulación y dos personas que habitaban la casa contra la que impactó esa aeronave.
Parece ser que, como suele ocurrir en muchos de estos casos, le echaron la culpa de este accidente a la tripulación.
Sin embargo, nunca se pudo explicar por qué Dorothy llevaba en su bolso la cantidad de 10.000$ USA, una suma elevada en aquella época, ni tampoco por qué había suscrito un seguro de vida a nombre de su esposo por la tampoco despreciable cantidad de 250.000$ USA.
También se discute cómo es posible que, antes de que se produjese ese accidente, ya había una docena de agentes del FBI en esa zona y al poco rato ya dijeron que estaban allí porque sospechaban que se trataba de un sabotaje.
Al mismo tiempo, es muy curioso que, al día siguiente de producirse ese accidente, el presidente cesó al director de la oficina que se dedica a investigar estos sucesos y colocó en ese puesto a uno de sus asesores personales de máxima confianza.
Espero que os haya gustado, aunque me haya quedado un poco extenso.

2 comentarios:

  1. La verdad es que entran escalofríos al pensar que pudo haber relación, aunque sea remota, entre Lee Harvey Oswald y Jackie Kennedy, pero la vida está llena de casualidades. En cuanto al resto del artículo, me ha dejado en tensión, aunque no creo que el vecino de al lado sea espía. ¡Y enhorabuena por tus 73 seguidores!

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    1. A veces, las casualidades no son tales, porque no creo que sea tan fácil acceder a la gente de la alta sociedad y menos a principios del siglo XX, cuando eran mayores las diferencias sociales. Supongo que alguna razón habría para que se entrecruzaron sus vidas.
      Lo del vecino de al lado nunca se sabe. A veces, te puedes llevar muchas sorpresas. Tengo entendido que esas agencias fichan cierto tipo de gente que no destaque por nada, para que nadie se fije en ellos.
      Muchas gracias por tu comentario y saludos.

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