martes, 1 de agosto de 2017

JOHN WYCLIFF, UNO DE LOS PRECURSORES DE LA REFORMA

Nuestro personaje de hoy fue uno de los más importantes teólogos de su tiempo. Incluso, hoy en día, se siguen estudiando sus escritos por no haber perdido aún su validez.
John Wyclif nació en la aldea de Hipswell, Yorkshire, alrededor de 1320. Su familia era numerosa, como era lo habitual en esa época, y siempre fue muy católica.
Realmente, no se sabe cuándo fue a estudiar a la Universidad de Oxford, pero sí hay constancia de que estaba allí hacia 1345.
Durante el siglo XIV hubo un grupo importante de teólogos salidos de esa universidad. Quizás, el más importante de todos fue Guillermo de Ockham. Así que no me extraña que este joven se interesara más por la Teología que por otras materias que también se enseñaban en ese prestigioso centro.
En sus tiempos de estudiante en Oxford, fue alumno en el Merton College, para, posteriormente, doctorarse en el Balliol College, alrededor de 1372. Parece ser que este último centro había sido fundado por una familia originaria de su mismo lugar de nacimiento.
A pesar de haber obtenido, a lo largo de su vida, el rectorado de varias parroquias, nunca perdió el contacto con la Universidad de Oxford. Siendo catedrático de Teología en la misma.
Se sabe que en 1374 formó parte de una delegación inglesa que viajó hasta la ciudad de Brujas para reunirse con los enviados papales a fin de solucionar un conflicto entre los dos países, consistente en la reclamación papal del pago de una deuda, que se remontaba a la época de Juan sin tierra.
Parece ser que los demás delegados consideraron que su postura era demasiado radical, así que no le dejaron abrir mucho la boca en la citada reunión.
Como parece que no regresó muy contento, a su vuelta a Inglaterra publicó tres de sus más importantes obras, donde se mostraba partidario de que la Iglesia no se metiera en cuestiones políticas.
Posteriormente, hacia 1378, pasó a formar parte de la corte real. Siendo uno de los protegidos  de Juan de Gante, duque de Lancaster y tutor de Ricardo II.

En aquella época, se estaba dando un fenómeno peculiar, por el que las diferentes monarquías tradicionalmente católicas, trataban de nacionalizar sus respectivas iglesias para que no estuvieran tan influidas por las órdenes del Papa.
Wycliff, apoyándose en su protector de la corte, publicó una serie de libros desde donde torpedeaba el poder de la Iglesia de Roma.
Incluso, se permitió criticar a las cuatro órdenes religiosas más importantes, calificándolas de sectas que hacían daño a la Iglesia.
Parece ser que estaba en contra de todo lo que no apareciera en la Biblia.
Así que se mostraba en contra de las riquezas de los prelados, también de varios de los Sacramentos y hasta del propio clero.
En febrero de 1377 fue citado a declarar ante un tribunal presidido por el obispo de Londres. Parece ser que el interrogatorio finalizó cuando Juan de Gante se interpuso entre ambos bandos.
Este hombre era, precisamente, lo que estaban buscando en el gobierno de Inglaterra. Una de las cosas que decía era que el clero estaba administrando mal sus bienes y, que si el rey no se los quitaba, estaba incumpliendo su deber. Incluso, afirmaba categóricamente que la Iglesia tenía que estar supeditada al poder de cada rey. Visto así, ¡cómo no iban a apoyarle!.
Según parece, varios obispos ingleses escribieron al Papa a fin de que castigara la conducta de este teólogo, porque iba en contra de los intereses de la Iglesia.
Por eso mismo, en mayo de ese mismo año, el Papa, Gregorio XI, promulgó una serie de bulas, donde acusaba a nuestro personaje de hereje.
Incluso, asesoró al Parlamento sobre la legalidad o ilegalidad de una norma del Papa en la que ordenaba que se le enviaran a Roma una serie de bienes de la Iglesia de Inglaterra. Por supuesto, él afirmó que eso era completamente ilegal.
Así que, cuando en 1378, fue citado de nuevo, esta vez por el arzobispo de Canterbury, que entonces todavía era la máxima autoridad de la Iglesia católica de Inglaterra, sólo fue castigado con una pequeña multa. Lógicamente, John, estaba apoyado por la corte real de Inglaterra, que le debía muchos favores, especialmente, la reina.
No contento con ello, se puso a traducir la Biblia del latín al inglés. Algo que, hoy en día, lo veríamos muy lógico. Sin embargo, eso estaba absolutamente prohibido en aquella época. A pesar de que la gente, en su mayoría, no entendiera el latín.
De todas formas, hoy en día, se piensa que no fue sólo una idea suya, sino de varios miembros de la Universidad de Oxford, entre los que se encontraba él.
Aparte de eso, en aquella época existía una clara rivalidad entre Inglaterra y Francia. De hecho, estaban luchando en la Guerra de los Cien Años.
Hasta el mismo idioma francés se hallaba en declive en la corte. Por eso mismo, se pensó que podría ser positivo celebrar la liturgia en inglés, un idioma que lo entendía casi todo el mundo y que serviría como un nexo para unir más al país.
Un sínodo de obispos ingleses condenó sus escritos como heréticos. Hasta consiguió del rey Ricardo II un decreto por el que se podría encarcelar a todos los que predicaran esas ideas.
Sin embargo, nuestro personaje compareció ante el Parlamento. Allí a través de su gran capacidad de oratoria, logró convencer a los diputados y estos revocaron el decreto del monarca contra él y sus seguidores.
Incluso, se permitió escribir al Papa, diciéndole que ningún cristiano debería de prestar culto a los santos ni al Papa de Roma, porque Jesucristo no dijo nunca que se hiciera eso. Además, que deberían de vivir en la pobreza, tal y como vivió Jesucristo.
Afirmaba que la única autoridad verdadera era la palabra de Dios, tal y como venía en la Biblia y no la voluntad del Papa de turno. Así que no me extraña que a este hombre le persiguieran con denuedo hasta después de muerto.
También se postuló en contra de los dos Papas, que habían surgido a causa del llamado Cisma de Occidente.
Incluso, se permitió poner en duda la transustanciación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Jesucristo, que, según el dogma cristiano, se produce durante la Eucaristía. Esto fue ya demasiado y sus críticos consiguieron que fuera expulsado de la corte y de su cátedra en 
Oxford.
En 1380 se empezaron a formar grupos de seguidores suyos, llamados lolardos. Una especie de predicadores, que viajaban por todo el territorio de Inglaterra y que difundieron ampliamente las enseñanzas de nuestro personaje.
No obstante, un año después, sus enemigos consiguieron que le culparan por los
desórdenes que estaban ocurriendo en el país. Esto le costó otra nueva condena de Roma, en 1384.
Ese mismo año, se mostró en contra de una Cruzada, predicada por un obispo inglés, partidario del Papa Urbano VI, contra el otro Papa Clemente VII. Wycliff se mostró totalmente en contra de que se le perdonara a la gente los pecados por participar en una guerra. Así que esa Cruzada fracasó estrepitosamente. Sólo justificaba las guerras si tenían un carácter defensivo.
Murió a finales de 1384, en su parroquia de Lutterworth, adonde se había retirado tras su expulsión de Oxford. Fue enterrado en el patio de la misma y allí reposaron sus restos durante casi cuarenta años.
En 1414, el Concilio de Constanza, que se había reunido a fin de terminar con el Cisma de Occidente, que ya había dado lugar a 3 Papas, condenó sus escritos y también ordenó la exhumación de sus restos y su quema en una hoguera hasta reducirlos a cenizas. Incluso, ordenó la persecución de los lolardos y la ejecución de varios de ellos.
Esto último puede deberse no sólo a que eran seguidores de Wycliff, sino porque también se pusieron de parte de los campesinos en sus luchas por sus reivindicaciones contra los señores feudales. Parece ser que el origen de estas luchas campesinas estaba en la subida constante de los impuestos, a causa de la guerra contra Francia,  y los malos usos, por parte de los señores feudales.
Así que en 1428 se cumplió lo ordenado en ese concilio. Exhumaron su cadáver, lo quemaron y lanzaron sus cenizas a un río cercano.

Se le considera un precursor de los posteriores reformistas, como Martín Lutero. Sobre todo, en lo referente a que los fieles no necesitan intermediarios para hablar con Dios, como los miembros del clero. Sin embargo, Wycliff, va más allá, pues también está en contra de la propiedad privada. Incluso, se opuso a la esclavitud y a la guerra.
En 1388 fue publicada su Biblia en inglés, la cual fue muy difundida por los lolardos. De esa misma manera, sus escritos llegaron a otros lugares y se sabe que influyeron en otros conocidos teólogos, como Jan Hus, del que ya hablé en otro artículo anterior.
Sin embargo, en 1401, el rey Enrique IV promulgó un edicto por el que se prohibieron las biblias traducidas por Wycliff y ordenó la persecución de los lolardos y su condena a muerte en la hoguera.
Incluso, uno de estos lolardos, un noble llamado John Oldcastle, que siempre gozó de la amistad de Enrique V, quiso deponerle, cuando se enteró de que el monarca quería entregarlo a la Justicia para ser ejecutado.
Fue hecho prisionero, pero huyó de la cárcel y vagó, durante unos años, por todo el territorio de Inglaterra y Gales, hasta que, tras varios años, fue capturado y ejecutado.
Algunos dicen que Shakespeare se inspiró en este personaje para crear el mundialmente famoso de Falstaff.
Parece ser que los lolardos siguieron existiendo hasta su fusión con los reformadores capitaneados por Martin Lutero.
Hoy en día, Wycliff, es venerado como uno de los precursores de la Reforma por las iglesias anglicanas de todo el mundo.
A la vista de esto, da la impresión de que fue un personaje utilizado por la corte inglesa para afianzar su poder en su reino y que dejaron de protegerle cuando vieron que sus ideas podrían poner en entredicho las relaciones entre la Monarquía y la Iglesia.
De hecho, los reyes de Inglaterra nunca han querido eliminar a la Iglesia, sino tenerla sometida bajo su mando. Tal y como se puede comprobar hoy en día.


1 comentario:

  1. Hola! Necesito un resumen sobre esta pregunta... y no me permiten sacarla de internet porque las respuestas son googleadas.... ¿Cuáles fueron las corrientes y los movimientos que provocan una ruptura en el pensamiento moderno relacionado a la hegemonía del poder de la Iglesia? Si pueden ayudarme agradeceria!

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