La verdad es que, cuando pensamos
en este archipiélago, que actualmente pertenece a los USA, a nadie se le
pasaría por la cabeza que, anteriormente, fue un reino, con un monarca
constitucional, por el estilo a los que había en la Europa del siglo XIX.
Hawai, en el XIX, fue una pieza apetecida por varios imperios
coloniales. Incluso, por otros, como los USA, que carecían de ese imperio, pero
que estaban, por entonces, fabricándose uno a su medida.
Este archipiélago está en una
situación muy estratégica, pues se halla casi a medio camino entre la costa occidental
de América y la oriental de Asia.
En un océano, como el Pacífico,
donde no hay mucha tierra firme, donde poder hacer una escala en esos viajes,
venía muy bien encontrar esas islas para avituallarse y, si están en tu poder,
pues mejor.
Aparte de las apetencias de los
USA, también los alemanes estaban creándose su propio imperio colonial. Habían
conseguido ya colonias en África y Asia. En Oceanía consiguieron las islas
Carolinas, Marianas y Palaos, tras haberlas comprado a España en 1898.
Parece ser que los primeros
habitantes de Hawai procedían de las Islas Marquesas, aunque luego llegaron
otras tribus, venidas de otras islas, en sucesivas oleadas. Realmente, no se conoce
el motivo de esa colonización. Es posible que fuera a causa del exceso de
población en las islas de origen.
La organización de estos primeros
hawaianos se basó en un sistema de castas, protegido por una gran cantidad de
tabúes en el ámbito religioso y en el social. Es lo que se llamó el “sistema
kapu”, que perduró durante varios siglos.
Al frente de cada distrito se
colocó un jefe, el cual debía velar por los suministros para la población y
porque no se infringiera ninguno de los clásicos tabúes. A veces, también realizaban
guerras contra otros jefes de distrito, para intentar tener mayor influencia.
Hay todavía discusiones sobre si llegaron
antes a estas islas los españoles, en el siglo XVI, o los ingleses del famoso capitán Cook, en el
XVIII, el cual la llamó islas Sandwich, en honor al conde de este título, que
era, por entonces, el jefe del Almirantazgo británico.
Por cierto, las relaciones entre
los marinos británicos y los apacibles indígenas no debieron de ser muy buenas.
Así que, durante una escaramuza, los guerreros hawaianos mataron al capitán
Cook.
Es posible que fueran los
españoles los primeros occidentales que llegaran a estas islas, aunque no hay
muchos datos sobre ello. La razón es que, en esa época era costumbre, tanto en
España como en Portugal, guardar en
secreto las noticias sobre los nuevos territorios descubiertos, para no dar
pistas a la competencia.
De todas formas, España, se especializó
en buscar territorios donde pudieran encontrar metales preciosos y en Hawai
nunca los hubo. Así que esos territorios carecían de importancia para nuestro
país, porque, además, pillaban excesivamente lejos de nuestras costas.
Las islas siempre estuvieron
divididas entre clanes rivales, los cuales eran bastante belicosos, hasta que
el rey Kamehameha I, consiguió en 1810, y después de varias guerras, unificar todo
el archipiélago. Hoy en día sigue siendo muy querido entre los hawaianos.
Hacia 1820 empezaron a llegar
misioneros, concretamente, protestantes USA, procedentes de Nueva Inglaterra,
los cuales trajeron el cultivo de la caña de azúcar. También fueron usados los
puertos de estas islas para la caza de
la ballena.
Según la tradición, la primera
persona bautizada en Hawai por estos misioneros, fue la esposa del rey,
Keopuolani, la cual tomó el nombre de Harriet, en honor a la esposa del
misionero.
En 1816, el rey, creó la bandera de Hawai, con la bandera
británica en el lado superior izquierdo y con ocho barras, que representaban a
las principales islas de ese archipiélago. Es normal que se acordara de los británicos
a la hora de configurar su bandera, pues le habían ayudado con armamento y
barcos para poder vencer al resto de los caciques de las demás islas.
Lo primero que hizo fue unificar
las normas legales en todas las islas y fomentar el comercio con Europa y con
USA. Tampoco permitió que los extranjeros poseyeran tierras allí.
Posiblemente, con esto, consiguió que Hawai
siguiera siendo independiente durante más tiempo que el resto de las islas de
su entorno. De hecho, fue independiente hasta la anexión de USA, en 1898. En su
tiempo, fue llamado nada menos que el “Napoleón del Pacífico”.
Una de sus normas más conocidas
es la llamada “ley del remo astillado”, por la que se decretó que no había que
molestar a los civiles en tiempo de guerra. Algo que luego pasó a formar parte
del Derecho Internacional.
Nunca se quiso convertir al
cristianismo y respetó siempre los dioses y las tradiciones locales, aunque
acabó con los sacrificios humanos.
A su muerte, en 1819, fue
enterrado en secreto y nunca se ha hallado su tumba. No obstante, en el
Capitolio de Washington existe una estatua suya, representando al Estado de
Hawai. Precisamente, en su capital, Honolulu, fue donde nació el presidente
Obama, en 1961.
Uno de sus principales consejeros
fue el jerezano Francisco de Paula Marín
Grassi, el cual, gracias a sus conocimientos botánicos, ejerció en las islas
como médico y como agricultor.
Probó en las islas multitud de
cultivos, incluyendo las viñas, frutas y hortalizas. De hecho, fue el primero
que plantó las famosas piñas de Hawai, pues antes no se habían cultivado nunca en esas islas.
También puso un negocio de
suministro de todo tipo de artículos para los pescadores que recalaban por
allí. Sobre todo, para los balleneros.
Fue nombrado capitán de la Armada
hawaiana y escribió un diario, donde se puede ver claramente el tipo de vida
que existía, por entonces, en esas islas.
Existe todavía en el centro de la
capital, Honolulu, una calle dedicada a este español, llamada Marin Street,
situada cerca de la zona donde solían atracar los barcos extranjeros que
llegaban a estas costas.
Como ya he dicho antes, este
archipiélago, situado en la zona centro norte del Pacífico, siempre fue un
terreno muy apetecido por algunas potencias. Incluso, los rusos, le echaron el ojo para
reforzar su antiguo dominio sobre Alaska, pero el zar no estaba por la
labor, pues Rusia ya tenía suficiente territorio en Siberia y no querría más
problemas. Además, seguro que ya estaban pensando en deshacerse de Alaska.
El primer país que reconoció al
nuevo Estado de Hawai fue lo que entonces se llamaban las Provincias Unidas del
Río de la Plata, o sea, la actual Argentina.
En 1819, murió el rey,
ascendiendo al trono su hijo, Kamehameha II. La primera medida que tomó el
nuevo monarca fue la abolición del tradicional kapu, lo cual provocó una
sublevación de las fuerzas más conservadoras, pero fueron vencidas en poco
tiempo. En realidad, quien gobernó como primera ministra y tomó esas medidas
liberalizadoras, fue la esposa favorita de Kamehameha I, Ka’ahumanu.
A partir de 1820 llegaron nuevos
misioneros protestantes, los cuales obtuvieron el permiso del rey para realizar
su trabajo con comodidad y hasta lograron convertir
a toda la familia real.
Luego, el resto de los hawaianos se fueron convirtiendo poco a poco.
Parece ser que los misioneros
protestantes lograron convencer a la primera ministra de la no conveniencia de
que hubiera misioneros católicos en el archipiélago. Así que, en 1827, expulsó
a éstos de las islas y en 1830 prohibió la enseñanza católica.
También fue ella la que firmó el
primer tratado comercial con los USA, dando amplias ventajas a los ciudadanos
americanos.
La primera ministra estuvo en el
cargo hasta su muerte, sucedida en 1832. Sus restos fueron enterrados primero
en la iglesia de Kawaiaha’o, conocida, por entonces, como la abadía de
Westminster de Hawai. Posteriormente, fueron trasladados al Mausoleo Real.
El reinado de este segundo
monarca fue de corta duración. En noviembre de 1823 viajaron él y su esposa a
Londres, con objeto de firmar un tratado con el Reino Unido.
No tuvieron ocasión de conocer al
rey británico, pues, durante la travesía se contagiaron del sarampión, enfermedad
desconocida en las islas. Por ello, el rey falleció en julio de 1824,
sucediéndole su hermano en el cargo.
Kamehameha III subió al trono,
en 1825, con sólo 11 años. Así que estuvo bajo la regencia de la primera
ministra Ka’ahumanu, hasta su muerte.
Fue sustituida por una
hermanastra del rey, llamada Elizabeth Kinau, aunque se la conoció con el
nombre de Ka’ahumanu II. La nueva presidenta estuvo en el cargo hasta 1839, año
de su muerte.
Cuando el nuevo rey tomó posesión
efectiva del trono, sólo le quedaban ya unos 150.000 súbditos, más o menos, la
mitad de los que había cuando llegó el capitán Cook a estas islas. Esto se
debió a una serie continua de epidemias, que diezmaron a los isleños.
En 1839, Francia amenazó con
atacarles si no dejaban regresar a los misioneros católicos. Así que les
permitieron volver y se legalizó la Iglesia Católica.
También se publicó el primer
Código de Derecho y, al año siguiente, se promulgó la primera constitución de
Hawai. Trasladando, además, la capital a Honolulu.
En 1843, el capitán británico
Paulet invadió las islas y las conquistó.
El rey mandó un informe a Londres,
protestando por este hecho y, en unos 5 meses, los británicos se volvieron
atrás y le devolvieron la independencia a este reino.
En 1848 se hizo una
redistribución de las tierras y se permitió, por vez primera, que los
extranjeros pudieran tener propiedades en las islas.
En 1852, el rey promulgó una nueva
constitución con carácter más liberal que la anterior. También, ese mismo año,
escribió unas cartas de presentación, escritas en hawaiano, para que las
pudieran usar un grupo de misioneros que partieron de su archipiélago, con
objeto de establecer nuevas misiones en otras islas de la Micronesia.
En 1854, falleció este monarca,
siendo sustituido por un sobrino suyo al que había adoptado, y que tomó por
nombre el de Kamehameha IV. Tomó esta decisión, porque sus hijos legítimos
habían fallecido todos durante la infancia y no pudieron sucederle.
Kamehameha IV fue hijo de la
primera ministra Ka’ahumanu II y nieto del primer rey de la dinastía.
Fue educado por los misioneros
protestantes, los cuales influyeron para que, tras acabar sus estudios, iniciaran
él y su hermano, un viaje por el mundo, al objeto de conocer otras tierras y
poder copiar lo bueno que encontraran en ellas.
Así, a partir de 1849,
recorrieron San Francisco (California), Panamá, Jamaica, Nueva York y Washington.
Luego, visitaron también Europa, entrevistándose con personajes importantes,
como Napoleón III o el Príncipe de Gales. Posteriormente, volvieron a Hawai, atravesando los USA.
A su vuelta, fue nombrado
ministro de Hawai, para que conociera mejor la administración del reino. En
1855, subió al trono con sólo 20 años de edad.
Nada más llegar al trono, se casó
con una hawaiana que, al ser bautizada, había tomado el nombre de Emma Rooke.
Desgraciadamente, tuvieron un único hijo, llamado Albert, el cual fue
amadrinado por la reina Victoria, pero murió con solo 4 años.
Durante el reinado de este nuevo
monarca, los ciudadanos USA, se fueron multiplicando en estas islas. Así que su
lucha fue intentar contrarrestar la influencia de ese país a base de firmar alianzas
comerciales con las potencias europeas de la época.
La pareja real propuso al
Gobierno, como uno de los objetivos prioritarios de su reinado, la construcción
de hospitales, para luchar contra las
enfermedades
que estaban diezmando la población, como la gripe, la viruela o la
lepra, y la organización de hogares para dar acogida a los ancianos.
Como el Parlamento, amparándose
en la nueva constitución, que restaba mucho poder al rey, se negó en rotundo a
aprobar los fondos necesarios para lograr esos objetivos, el monarca pidió a
los comerciantes y empresarios locales que financiaran ellos el proyecto. El
éxito fue enorme y con esos fondos se construyó el Queen’s Hospital y también
un centro para el tratamiento de la lepra en la isla de Maui.
Tampoco duró mucho el rey, pues
falleció en 1863, con sólo 29 años, a causa del asma crónica, que padecía desde
hacía varios años. Tanto a él como a su esposa, se les recuerda con un día de
fiesta en el calendario litúrgico de la Iglesia Episcopal de USA.
En 1864 llegó al poder su
hermano, que reinó con el nombre de Kamehameha V. Nada más llegar, solicitó una
asamblea constituyente, donde se estudiara la creación de una nueva
constitución, que otorgara algo más de poder al monarca.
Una de las obsesiones del nuevo rey
era rebajar el poder que tenían los americanos en el archipiélago. Para ello,
toma una serie de medidas y la más contundente es nombrar al francés
Charles-Victor Crosnier de Varigny como ministro de Economía y, luego, de
Asuntos Exteriores. Esto motiva que en Washington le acusen de estar realizando
una política anti-norteamericana.
El incremento de la llegada de
extranjeros hizo que comenzaran a
construirse hoteles, para dar servicio a este
primitivo turismo. Entre los visitantes más ilustres estuvieron el célebre
escritor Mark Twain, en 1866, y el segundo hijo de la Reina Victoria, en 1869.
A este monarca se le recuerda por
su afición por los proyectos inmobiliarios. Mandó construir un nuevo edificio
para los ministerios, un nuevo palacio, una cárcel, el mausoleo real, etc. Todo
ello provocó que el país quedara muy endeudado.
Falleció en 1872, sin tener
herederos legítimos y sin haber nombrado un sucesor al trono. Fue el último rey
de la dinastía Kamehameha.
Según la constitución de Hawai,
la Asamblea Legislativa tendría que decidir sobre el sucesor al trono. Después
de muchas discusiones, optaron por organizar unas elecciones a las cuales se
presentó, incluso, la esposa de Kamehameha IV. El vencedor de las mismas fue un
primo del monarca fallecido, llamado William Charles Lunalilo.
El nuevo monarca fue el creador
del himno nacional de su país, que era una especie de adaptación del inglés a
su idioma. Siempre fue un rey muy popular entre los hawaianos.
Entre los deseos del nuevo rey estuvo
el de democratizar más su país,
modificando la constitución aprobada por su predecesor, que tendía más hacia el
absolutismo.
Otro de los grandes problemas fue
la depresión económica, causada por el
hundimiento de la industria de la ballena. Se pensó en firmar un nuevo tratado
on USA, para que pudiera entrar el azúcar hawaiano libre de aranceles en USA,
pero no se pusieron de acuerdo.
También hubo un motín en las
Fuerzas Armadas, el cual tuvo que sofocar el monarca, hablando con los
amotinados. Tras este episodio, disolvió el Ejército y el país estuvo sin
soldados hasta la llegada del siguiente rey.
Desgraciadamente, el reinado de
Lunalilo, duró poco más der un año, pues falleció a causa de una tuberculosis. Tampoco
nombró a su sucesor, por lo que el Parlamento hubo de nombrar a David Kalakaua,
que había quedado en segundo puesto en las anteriores elecciones.
Esta vez, el nuevo monarca, nombró
a su sucesor a los pocos días de ser entronizado. El nombramiento recayó en su
hermano, el príncipe William Pitt Leleiohoku II.
En 1875, el nuevo rey, quiso dar
un paso para luchar contra la depresión económica de Hawai y acudió a
Washington, para entrevistarse con el presidente Ulysses S. Grant. A raíz de
esta visita, ambos mandatarios firmaron un tratado comercial en enero de 1875.
Durante su reinado, se produjeron
unas luchas continuas entre el monarca
En 1881, el rey, decidió realizar
una visita por otros países, a fin de mejorar las relaciones exteriores y
copiar todo lo bueno que encontrara en ellos. Dejó a su hermana Lili’uokalani,
como regente, pues el sucesor que había nombrado al llegar al poder, había fallecido
prematuramente.
En primer lugar, llegó a San
Francisco, donde fue muy bien recibido. Después se trasladó a Japón y de allí a
China, Birmania, India, Egipto. De allí pasó a Europa, visitando Italia,
Alemania, el Imperio Austro-Húngaro, Francia, España, Portugal, Reino Unido y
volviendo a USA de regreso a Hawai. Fue la primera visita de esas
características hecha por un Jefe de Estado.
Construyó un palacio real y lo fue
amueblando con los muebles que había ido adquiriendo en sus viajes por todo el mundo.
Parece ser que el monarca tenía
la intención de organizar una especie de confederación con los diferentes
estados de la Polinesia, pero fracasó en su intento.
El Partido Misionero le echó la
culpa de la mayoría de la enorme deuda del reino, acusándole de ser un
derrochador.
El poder de los extranjeros cada
vez fue mayor. Uno de los grupos quería que el rey abdicara y le cediera el
trono a su hermana, Lili’uokalani. Por el contrario, el otro grupo ya pretendía
que el archipiélago fuera directamente anexionado por los USA.
En 1887 consiguieron que se
firmara la llamada “Constitución Bayoneta”, con la que lograban que la mayoría
de los nativos hawaianos no pudieran votar y permitiendo el voto a todos los
extranjeros. También, con esa norma, consiguieron que el rey no pudiera tomar
ninguna decisión sin el visto bueno de los ministros o del Parlamento.
Todo ello, hizo que la salud del
rey empeorara y a pesar de trasladarse a USA, para un tratamiento médico más
adecuado, murió allí, siendo sucedido, en 1891, por Lili’uokalani.
La nueva reina, nada más subir al
trono, intentó derogar esa Constitución, pero se encontró con una gran
oposición por parte del sector extranjero. Para muchos de ellos, fue un gran
problema la llegada al poder, en USA, del presidente MacKinley, pues imponía de
nuevo fuertes aranceles a los productos hawaianos, y la única solución que
veían como posible, los empresarios extranjeros, era la anexión por parte de
USA.
En 1893, durante el derrocamiento
de la reina, el embajador USA solicitó el desembarco de los marines que habían
viajado en el USS Boston, para proteger los intereses de
los ciudadanos de USA (No
sé de qué me suena eso).
Se organizó un nuevo gobierno, de
tipo republicano, presidido por el jurista Sanford Ballard Dole. Este gobierno
tuvo que luchar contra varios intentos de restaurar la monarquía. No obstante,
los republicanos consiguieron que los mismos países que habían reconocido al
reino, que eran todas las potencias mundiales de ese momento, reconocieran posteriormente
a la república.
Dole estuvo en la presidencia
entre 1894 y 1900, año en el que consiguieron que el archipiélago fuera anexionado
por USA.
Siempre fue un lugar muy
estratégico. No hará falta recordar que los USA tenían allí su cuartel general
en Pearl Harbor. Tras el bombardeo de estas instalaciones, por parte de Japón,
USA entró en la II Guerra Mundial.
En 1959, durante la presidencia
de Eisenhower, este archipiélago pasó a ser un Estado más de los Estados
Unidos.
Tras la anexión, Dole, quedó como
gobernador de Hawai, siguiendo las órdenes del presidente MacKinley y luego
pasó a ser presidente de un tribunal.
Por último, la reina derrocada,
Lili’uokalani, en un principio, fue condenada a prisión y al pago de una multa,
por posesión de armas, aunque ella siempre afirmó que no eran suyas. No
obstante, se le conmutó la pena por el confinamiento en sus habitaciones de su
palacio hasta 1896.
Posteriormente, presentó una
demanda para recuperar una serie de bienes, que afirmaba ser de su propiedad.
No lo consiguió, pero sí que le dieran una pensión anual y las rentas de una enorme
plantación de azúcar.
Así pudo pasar el resto de su
vida, residiendo en un palacio llamado Washington Place (algo verdaderamente
irónico), hasta su muerte, en 1917.
Reconozco que, una vez más, el
artículo me ha quedado un poco extenso, pero creo que el tema lo requería,
porque es un asunto prácticamente desconocido en nuestro país.
En fin, a mí toda esta historia
me recuerda un famoso refrán castellano que dice “de fuera vendrá quien de casa
nos echará”. Espero que os haya gustado.
Antes de nada, Aliado, felicitarte por tu gran artículo (en el doble sentido).
ResponderEliminarLos tabúes, como siempre, sacando provecho de la ignorancia. No sé si me equivoco, pero me dio la sensación que echaban mano de ellos como si fueran una legislación de urgencia a falta de una mejor. Por suerte la unificación de normas legales acabaron con ellos.
En mi opinión, faltó visión de futuro a todo el que podía sacar provecho de las islas. Teniendo en cuenta dónde están, lejos de todo, si hubieran hecho un puerto, un buen puerto, donde pudieran parar los barcos que cruzaban el océano, los hawaianos (o la potencia mangona de turno) se hubieran hartado de cobrar tasas hasta por respirar. Imagino que no sería la cosa tan fácil como la digo yo.
Por otra parte, no tenía ni idea de la existencia de Marín y su importante labor en Hawai con la agricultura. Siempre sorprendes con personajes de este tipo.
Una vez más, los rusos no podían faltar. El zar, en contra de lo que nos tenía acostumbrados, fue más listo que otros con su política de "quien mucho abarca poco aprieta" al conformarse con Siberia. Me gustaría saber qué hubiera opinado si pudiese ver cómo evolucionaron las cosas después. ¿Hubiera mantenido su decisión de rechazar hacerse con Hawai o hubiera cambiado su opinión?
Hay dos cosas que me han sorprendido. En primer lugar, el hecho de tener una esposa favorita me ha chocado mucho si tenemos en cuenta que coincide, si no he entendido mal, con el intento de expandir el catolicismo; supongo que con el tiempo prevalecería la monogamia. En segundo lugar, la visión de futuro que tuvo Kamehameha IV con lo de viajar por el mundo para coger buenas ideas (supongo que también vendría con alguna mala). Lo de viajar por el mundo con el fin de aprender tiene un precedente muy importante en la figura de Pedro el Grande y su esfuerzo en modernizar Rusia.
No sé a qué me suena eso de aprobar los fondos para luchar contra ciertas enfermedades. Menos mal que, por lo menos, se consiguió el Queen's Hospital y el centro para el tratamiento de la lepra. Imagino que antes las cosas se arreglaban enviando a los ricos al continente; supongo los pobres se morirían.
Otra cosa que me ha llamado la atención lo que he entendido como un proceso de elecciones para elegir rey y, cómo no, todo el proceso que arranca de este acto hasta darle la vuelta a la tortilla y ver cómo los hawaianos son los que menos terminan pintando en su país. ¿Los hawaianos actuales se sienten invadidos o se sienten norteamericanos?
Bueno, en principio, quería aclarar que el principal propósito de este artículo es el de cambiar la idea que tenemos todos sobre los habitantes de Hawai, como de unos indígenas que visten con faldillas y se suben a los cocoteros para buscar su comida. Esa idea es la que nos ha metido en la cabeza el cine USA, que es el que más se ve por aquí.
ResponderEliminarSupongo que utilizarían el tema de los tabúes para tener más controlada a la gente, mezclando sus leyes con sus ritos sagrados. Eso se ha hecho siempre en muchos sitios, pero no les han llamado de esa forma.
La verdad es que los barcos balleneros siempre utilizaron esos puertos, pero no sé por qué no fueron colonizadas antes por ninguna potencia. Supongo que podría ser, porque contaban con el apoyo de la reina Victoria, que tenía el poder militar más importante de su época. Todavía los USA tenían unas fuerzas armadas escasas y mal equipadas.
En aquella época, los rusos tenían una especie de “Guerra Fría” con los británicos y aspiraban a dominar la India. Rusia nunca fue una potencia marítima. En Europa siempre la han tenido muy acorralada, porque sus dos salidas naturales son fáciles bloqueables y creo que en el Pacífico no se les había perdido nada.
Lo curioso es que los alemanes de esa época, como no les habían dejado casi ningún territorio para establecer sus colonias, pusieron sus ojos en esta parte del mundo, que está sumamente alejada de su país.
Yo creo que, si Rusia hubiera seguido gobernada por los zares, en Europa hubiéramos tenido menos problemas, pues el Imperio zarista siempre fue menos partidario de ampliarse en este continente que el régimen de la antigua URSS.
Bueno, en Hawai, más que el catolicismo, lo que se introdujo, y con gran éxito, fue el protestantismo, llegado a través de misioneros venidos de USA.
Sobre Kamehameha IV lo que decían sus súbditos es que le gustaba vivir demasiado bien. A lo mejor, en lugar de viajar él personalmente por todo el mundo, lo suyo es que hubiera enviado una pequeña comisión de gente bastante preparada, para que pudiera captar mejor esos conocimientos.
A lo mejor, los empresarios que le dieron esos fondos a los reyes para esas enfermedades eran todos extranjeros y los otorgaron a cambio de aumentar su influencia en el país.
El último párrafo se puede contestar alegando que, en esa época, la idea que se tenía sobre los ciudadanos de estos países es que eran unos simples indígenas y que no sabrían administrar su país. Por lo que, supongo, que esos empresarios extranjeros pensarían que ellos lo administrarían mejor y así no peligrarían sus inversiones. Seguramente, eso fue lo que pasó.
La última pregunta que me haces no te la puedo contestar, porque nunca he estado por allí y tampoco he leído nada al respecto. Lo que sí creo es que desde que llegaron los USA, han intentado “barrer” la cultura hawaiana y ahora están intentando recuperarla.
Muchas gracias y saludos.
Las Provincias Unidas del Río de la Plata incluía parte de Bolivia, toda la actual Argentina y la actual Uruguay.
ResponderEliminarMuchas gracias por su aclaración. Parece ser que, durante la colonización española, como le daban más valor a la minería, al Virreinato de la Plata le asignaron las minas de Bolivia para compensar su economía.
EliminarSiento no haberle contestado antes, pero un problema en el sistema de Blogger, ha provocado que llevara meses sin recibir comentarios en mi blog.
Muchas gracias por su comentario y saludos.