sábado, 20 de diciembre de 2014

EL CASI DESCONOCIDO PADRE DE ALEJANDRO DUMAS

Conforme se van acercando las fiestas navideñas, es normal que, a la vista de los regalos, que se suelen hacer por estas fechas, ellos nos lleven a evocar otras Navidades, que vivimos en nuestra infancia o, incluso, en nuestra juventud.
Seguramente, que a más de uno le habrán regalado libros y, sobre todo, de esos llamados de aventuras, donde casi parece que estamos viviéndolas al mismo tiempo que los protagonistas de la obra.
Todo esto, viene a cuento por aquellas novelas que, seguramente, leímos de niños, firmadas por los dos Alejandro Dumas, el padre y el hijo.
Como habréis visto, he puesto “firmadas”, porque se ha demostrado que, algunas de ellas, no salieron de su pluma, sino de otros escritores más o menos anónimos, contratados al efecto, aunque las ideas las ponían ellos.
Creo recordar que se cuenta una anécdota donde el hijo le preguntó una vez al padre si había leído su última novela y el padre le respondió “yo sí ¿y tú?”.
Bueno, vamos a dejar este largo preámbulo para meternos dentro de este nuevo artículo. Esta vez lo he dedicado al padre del primer Alejandro Dumas y nieto del segundo, cuya vida es mucho más aventurera que la de estos autores.
Antes de que se me olvide, me gustaría mencionar que Alejandro Dumas y Víctor Hugo tuvieron en común que sus respectivos padres fueron generales del ejército de Napoleón.
Thomas-Alexandre Davy de la Pailleterie nació en 1762, en la colonia francesa de Haití. Su padre, llamado Antoine-Alexandre,  fue un noble francés, que había sido militar, alcanzando el grado de coronel, pero que dejó las armas para montar una plantación en ese territorio, aunque nunca le fue muy bien.
Parece ser que la decisión de retirarse del ejército y marchar a Haití vino porque su hermano pequeño, Charles, había sido destinado unos años antes a esa isla y también dejó las armas para montar otra plantación, debido a los grandes ingresos generados por el azúcar.
Parece ser que Antoine trabajó primero con su hermano en la plantación de Charles, pero, tras unos años, tuvieron una violenta discusión, que dio lugar a que Antoine montara su propia plantación y se fuera a ella. Este acontecimiento degeneró en una anima
dversión entre ambos hermanos, la cual duró varios decenios.
No se sabe por qué. Lo cierto es que Antoine compró a un precio, considerado, por entonces, demasiado elevado, a una esclava negra llamada Marie Cessette y luego la convirtió en su concubina. De esa relación nacieron nuestro personaje de hoy y tres hermanas más.
Antoine se hizo llamar en Haití como Antoine de l’Isle y se dedicó a plantar café y cacao, que daban más rendimiento aún que el azúcar.
En 1758, al morir, en  Normandía, los padres de Antoine, su hermano Charles intentó volver a Francia para reclamar su herencia y el castillo de la familia. Como sus ingresos se habían reducido mucho a causa del boicot británico a las mercancías francesas, durante la Guerra de los Siete Años, no se le ocurrió otra cosa que dedicarse al contrabando hacia la isla neutral de Montecristo, sita en el actual territorio de la República Dominicana. ¿No os suena ese nombre de algo?
Luis, el otro hermano, también se vio involucrado en negocios sucios, pues se descubrió que había estado vendiendo armas de mala calidad al ejército francés y fue encerrado durante un tiempo. Estos dos hermanos murieron en 1773.
Por otra parte, Marie-Cessete Dumas, tras haber sido comprada por Antoine, vivieron juntos en su plantación, llamada Guinaudée. Dumas, dicen algunos que no era propiamente su apellido, sino que significaba “du mas”, o sea, de la casa. Parece ser que procedía de lo que hoy es Gabón, en África.
Tampoco se sabe gran cosa acerca de su vida. Unos dicen que murió cuando él tenía sólo 12 años y otros que aún seguía con vida en 1801.
Volviendo ya a nuestro personaje, sabemos que, legalmente, se podía considerar como esclavo, pues era hijo de una esclava.
No está muy claro, pero dicen que, como su padre no tenía dinero para volver a  Francia a fin de tomar posesión de su herencia, vendió al chico como esclavo a un oficial francés. Yo creo más bien que lo que hizo fue pedir un préstamo y dejar al chico como garantía.
A los pocos meses, el padre pagó la deuda y un oficial francés llevó al chico a Francia. Así que se fue a vivir a la casa nobiliaria de su familia en Normandía.
Luego vendieron esa propiedad y se fueron a vivir a París, donde pudo estudiar como un caballero de su época y tomó clases de esgrima con los mejores maestros. Llevando un elevado nivel de vida.
En 1786 su padre se casó con una criada de la finca que habían tenido en Normandía. Parece ser que esto no le gustó al hijo y, como el padre le redujo su asignación, él decidió alistarse en el Ejército.
Tuvo que entrar como soldado raso, a pesar de su condición nobiliaria, pues las leyes francesas no permitían demostrar esa condición a los no blancos. Como esto tampoco le gustó a su padre, pues no quería que un apellido noble figurara en la nómina de los soldados, el chico se decidió por llamarse Alexandre o Alex Dumas.
En sus primeros años estuvo destinado en un regimiento de Dragones de caballería en la región de Picardía.
Al comenzar la Revolución Francesa, su unidad fue enviada a la población de Villers-Cotterêts, donde tuvieron que ejercer como si fuera la policía militar a causa de los disturbios que se vivieron en esa zona, provocados por lo que se llamó “el gran miedo”.
Allí se casó con Marie-Louise Labouret. Compraron una finca y tuvieron 3 hijos, que vivieron en el pueblo durante las campañas militares de su padre. Uno de ellos fue el famoso autor Alejandro Dumas “padre”.
En 1792 tuvo su bautismo de fuego junto a la frontera belga, donde demostró su valentía venciendo con un grupo reducido de compañeros a una unidad enemiga y tomando prisioneros.
En aquel momento se necesitaban muchas tropas, porque los aliados estaban invadiendo Francia por todas sus fronteras. También se necesitaban muchos oficiales, pues la guillotina había eliminado a muchos de ellos.
Así que, como se creó la llamada “Legión Americana” o “Legión Negra”, la cual estaba al mando del llamado Chevalier de Saint Georges, que era otro hombre de color como él y que además había sido su profesor de esgrima, pues le invitaron a ser el segundo de esa unidad con el rango de teniente coronel. Creo que he olvidado mencionar que todos los soldados de esa unidad eran negros libres igual que ellos.
En 1793 esta unidad combatió el intento de golpe de Estado del general Dumouriez. Ese mismo año, acusaron a Saint Georges de malversación de caudales públicos y disolvieron su unidad.
No obstante, a Dumas le respetaron, enviándole al ejército del norte como general de brigada y a final de ese año, como general de división, pasó a ser el comandante en jefe del ejército de los Pirineos occidentales. Fue el primer hombre de color que llegó al rango de general en un ejército europeo.
Un poco más tarde, le transfirieron al mando del ejército de los Alpes, donde en 1794 obtuvo una resonante victoria sobre piamonteses y austriacos a base de escalar con sus tropas unos picos bastante complicados.
A mediados de 1794 fue llamado a declarar ante el famoso Comité de Salud Pública, que dirigía Robespierre. Tuvo mucha suerte, pues fue retrasando todo lo que pudo su comparecencia y no tuvo que ir, ya que en julio cayó Robespierre y fue ejecutado.
En 1794 fue destinado al mando del ejército del oeste a fin de pacificar la zona tras la guerra civil de la Vendée, donde hubo tantos muertos y tantas represalias. Fue muy admirado, pues no consintió abusos por parte de sus tropas contra la población civil.
En 1795 estuvo en el ejército del Rhin, bajo el mando del famoso general Kléber y allí fue herido. Es posible que se llevara bien con Kléber, porque éste tampoco era partidario de tomar represalias contra los civiles, a pesar de las órdenes llegadas desde París. Esto le costó el puesto en el ejército de la Vendée.
En 1796 fue destinado al ejército de Italia, bajo las órdenes de Napoleón y allí comenzaron sus problemas con el futuro emperador, porque Dumas no era partidario de confiscarle sus propiedades a la gente.
Tuvo un gran papel en esa campaña, sobre todo en el asedio a Mantua, sin embargo, fue ninguneado en el informe escrito por el general Berthier, por lo que se quejó a Napoleón, aunque tampoco le hizo mucho caso. A lo mejor, Berthier, había escrito ese informe por encargo de Napoleón, ya que siempre fueron uña y carne.
En los años siguientes, combatió a las órdenes de los generales Masena y, posteriormente, Joubert. Desde entonces los austriacos empezaron a llamarlo el “Diablo negro”.
En una ocasión, se quedó en un puente prácticamente solo y, no obstante, consiguió rechazar a todo un escuadrón de caballería austriaco. Fue muy conocido por esta hazaña, con la que le equipararon a un héroe de la antigua Roma.
No obstante, Napoleón se lo quitó de en medio, para que no le hiciera sombra, y lo mandó como gobernador militar a una provincia al norte de Venecia.
En 1798 le ordenaron presentarse urgentemente en el puerto de Tolón, para una misión sin especificar. La flota partió en mayo de ese año y, tras la conquista de la estratégica isla de Malta, conocieron que su objetivo sería conquistar Egipto.
Fue nombrado jefe de toda la caballería de ese ejército y participó en la conquista de Alejandría. Los nativos, al verle cabalgar y ver que iba a pagar el rescate de algunos de sus soldados, que habían caído prisioneros, pensaron que este hombre tan alto y tan elegante era el jefe de todo el ejército y no el pequeño Napoleón. Evidentemente, eso no le gustó nada a su jefe.
Parece ser que en una reunión con otros generales él comentó que sus soldados se quejaban continuamente de las condiciones adversas para combatir en ese territorio y que sería bueno convencer a Napoleón para retirarse, pues se estaban produciendo muchos suicidios entre las tropas.
En algún momento, Napoleón se enteró de esa charla y se enfrentó a Dumas, incluso se dice que le amenazó con dispararle. Así que Dumas pidió volver a Francia, lo que le fue aceptado. No obstante, no se pudo realizar a causa de la derrota naval francesa ante las fuerzas británicas y tuvo que quedarse allí.
En una ocasión tuvo que hacer frente a una revuelta anti francesa, teniendo que cargar con la caballería contra una mezquita. Napoleón encargó una pintura sobre ese hecho, pero en el lugar de Dumas puso a un jinete blanco.
En 1799 consiguió salir de Egipto, en un barco con muchos soldados heridos y algunos oficiales y científicos que regresaban a  Francia. Parece ser que proyectaba dedicarse en su finca a la cría de caballos, porque se llevó unos cuantos ejemplares de raza árabe.
Su barco naufragó, pero consiguieron llegar a Tarento. Sin embargo, no fueron muy bien recibidos, porque ese territorio estaba por entonces en guerra con Francia. Así que los encarcelaron a todos los supervivientes.
Allí estuvo recluido e incomunicado durante 2 años. Durante los que se quedó casi ciego y sordo a causa de los malos tratos.
Ya en 1801, con la derrota del ejército de Fernando IV de Nápoles a manos de los franceses, pudo salir en libertad.
Tras regresar a Francia, Napoleón no le quiso conceder la pensión que les daban a los generales. Ni siquiera le pagó el sueldo de los dos años que permaneció encerrado.
Murió en 1806 a causa de un cáncer de estómago, dejando en la pobreza a su viuda y a sus hijos. Napoleón no les quiso ayudar en ningún momento.
En 1913 se erigió una estatua dedicada a este general en una plaza de París, pero fue destruida por los alemanes en 1942.
 No obstante, en 2009, se erigió otro monumento a su memoria, pero no con su efigie, como el anterior.
A pesar de que Napoleón se cuidó mucho de que no apareciera su nombre en ninguna parte, se puede ver grabado en una de las paredes del Arco de Triunfo, en París.







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