Confieso, esta
vez, que este personaje ni me sonaba, pero, lo cierto, es que buscando datos
para la anterior entrada, la he descubierto y me ha picado tanto la curiosidad,
que me he puesto a ver quién era.
En
esta ocasión, me he salido de mis temas habituales. No se trata de ningún
personaje importante desde el punto de vista histórico. Tampoco se trata de
ningún político, ni militar, ni sufragista. Nada de eso, la he traído, simplemente,
porque me ha llamado la atención y ahora veremos por qué.
Nuestro
personaje nació en Madrid en 1908. Era hija de un general de Ingenieros, llamado Julián Gil Clemente, y de Margot
Roësset Mosquera, que procedía de una familia originaria de Francia. Por lo
visto, su abuelo fue uno de esos ingenieros franceses que vinieron a España y
Portugal en la época de la construcción
de los ferrocarriles.
Una de las tías de Marga fue una pintora portuguesa bastante buena, María Roësset Mosquera, la cual se formó con Eduardo Chicharro. El Centro Conde-Duque, de Madrid, le dedicó una exposición sobre su obra en 1988.
Una de las tías de Marga fue una pintora portuguesa bastante buena, María Roësset Mosquera, la cual se formó con Eduardo Chicharro. El Centro Conde-Duque, de Madrid, le dedicó una exposición sobre su obra en 1988.
Por
lo que veo, en su familia se repiten muchas cosas, pues también tuvo otra tía,
llamada Marisa, que fue otra pintora muy buena, pero absolutamente desconocida
hoy en día.
Hay
otro patrón que se repite en esa familia, es el del suicidio. Mauricio, primo
de Marga, en 1927, era el novio de la pintora Maruja Mallo. Un día tomó el
coche de su padre, sin haberle pedido permiso, y chocaron en la Cuesta de las
perdices, en la actual A-6.
Como
ella quedó inconsciente y manchada de sangre por todas partes, él pensó que
había muerto, así que escapó y, cuando llegó a su casa, se encerró en su cuarto
y se suicidó con un disparo en la cabeza. Se cuenta que su hermana Marisa, de
la impresión al ver su cadáver, encaneció de repente.
Bien,
así que tenemos una familia con grandes inquietudes intelectuales y orígenes
franceses, por vía materna. Eso, seguramente, le daría a Marga una forma de
observar lo que tenía alrededor totalmente diferente de lo normal entre los
jóvenes de su generación.
Marga
tuvo tres hermanos más, los cuales recibieron una educación mucho más esmerada
de lo habitual en España.
Marga
nació muy enferma y los médicos, prácticamente, la dieron por desahuciada, pero
no pudieron contra la voluntad de su madre, que se desvivió por sacarla
adelante y no cejó en su empeño hasta que mejoró claramente de su enfermedad.
Es
posible que Marga heredara de su madre un gran sentido de la religiosidad, lo
cual no le vino muy bien.
Su
afición por el dibujo venía desde su más tierna infancia y se sabe que en 1920,
ya ilustró un cuento escrito por su hermana Consuelo, el cual dedicaron a su
madre.
Como
sus padres le vieron mucho interés por la pintura, la llevaron a aprender al
estudio del pintor López-Mezquita, el cual quedó asombrado con el talento de la
niña.
Las
dos hermanas llegaron a publicar en París, en 1923, un cuento, con el nombre de
“Rose de bois”, ilustrado, por supuesto, por Marga.
Con
13 años, empieza a cansarse del dibujo y se interesa por la escultura. Así que
sus padres la llevan al taller de Victorio Macho, el cual rehusó enseñarla,
porque parecía una alumna muy aventajada.
Así,
aprendió por su cuenta y fue la primera escultora española que trabajara la piedra.
Por eso, solían tener siempre las manos llenas de magulladuras, producidas al
saltar las lascas de sus obras. En sus obras compaginó el modernismo con el simbolismo.
Con 22 años, en 1930, ya presentó una de sus obras a la Exposición Nacional. Se trataba del grupo llamado “Adán y Eva”, que tuvo muy buenas críticas. También participó en la de 1932.
Ya
no tenía aspecto de chica enferma, sino que se trataba de una mujer bastante
alta para la media de su época, medía 1,80 y era bastante agraciada.
En
1930, durante un concierto, una amiga común, Olga Bauer-Pilecka, le presentó al
famoso escritor, Juan Ramón Jiménez, premio Nobel de Literatura en 1956. Creo que
todos habréis leído alguna vez su famosa obra “Platero y yo”.
Parece
ser que él, en su juventud, tuvo fama de Don Juan, pero ya andaba por los
cincuenta. Desde luego, presumía de haber ligado mucho, incluso se jactaba de
haber enamorado a alguna monja y dicen que le gustaba coquetear a esa edad con las
chicas jóvenes que se le arrimaban.
Lo
cierto es que Marga vio en él algo especial y se enamoró perdidamente del
escritor, aunque también era muy amiga de su esposa, Zenobia.
A
Zenobia ya la conocían, Marga y su hermana, desde la infancia, pues eran
grandes lectoras de Tagore y ella era su traductora en España.
Quizás,
para acercarse al escritor, comenzó a hacer un busto de Zenobia, posando ésta en su casa como modelo.
Él
la rechazó, pero ella lo intentó durante casi dos años, hasta que un día, en
1932, decidió suicidarse. Fue a la casa de
su tío Eugenio, un chalet en Las Rozas, y se disparó en la cabeza, muriendo en
el acto.
Este
hecho dejó profunda huella en el ánimo del escritor, que además padecía una
enfermedad que le hacía tener mayor sensibilidad que el resto de la gente y eso
le provocaba depresiones y todo tipo de manías. Así que le dedicó un capítulo
en su obra “Españoles de tres mundos” y varios poemas. Uno de ellos comienza: “Tu
sufrimiento, muerta tú, se ha quedado expandido sobre mí, como el rojo del sol, después de puesto, por la tarde…”
También,
en aquella época, Zenobia, comenzó a tener problemas con el cáncer que la llevó
a la tumba.
Parece
ser que Marga tomó esta decisión, influida por sus ideas religiosas, al no
poder tener relaciones con un hombre casado. No obstante, antes de suicidarse,
se ocupó de destruir todas las obras que encontró e, incluso, las fotos de las
mismas. Incluso, previamente, había escrito a editoriales, galerías de arte,
etc, para pedir que le devolvieran todo su trabajo a fin de destruirlo ella
misma.
Algunos
autores dicen que es muy posible que el
mismo Saint Exupery, autor del “Principito”, se inspirara en los dibujos
de los cuentos de Marga para su obra, pues eran muy similares y muy anteriores
a la obra del escritor francés. Además, no olvidemos que esos cuentos de Marga
se editaron en Francia.
Como
si se quisiera borrar todo rastro de su paso por este mundo, su cadáver fue
enterrado en el cementerio antiguo de Las Rozas, pero no se sabe realmente
dónde fue a parar, pues, durante la Guerra Civil, una bomba fue a caer justo
encima de su lápida.Allí también están enterrados su padre, que murió de repente, en 1934, y su madre, poco tiempo después.
En
2002, a los 70 años de la muerte de la artista, la Fundación Zenobia-Juan Ramón
Jiménez inauguró una exposición dedicada a la obra de nuestro personaje con el
nombre de “Lo de Marga”. En ella se mostraron los fondos pertenecientes a la
Casa-Museo, como dibujos, libros ilustrados, fotografías y objetos de su
propiedad, que le dejó al poeta antes de tomar su drástica decisión. En la
última página de su diario escribió: “En la muerte, ya nada me separa de ti,
sólo la muerte, sólo la muerte sola”.
En
fin, ya sé que me ha salido una historia muy triste, pero fue la de esta joven
artista, que murió de una forma, que hoy podríamos calificar como absurda, pero
que ella la consideró como una salida
lógica para resolver su situación.
La
verdad, es que parece una decisión más propia de otra época, como los famosos
duelos, que se prodigaron hasta el siglo XIX, y no de una mujer del siglo XX.
Una
lástima, porque no sabemos hasta dónde podría haber llegado, ya que se le veía
mucho talento en las pocas obras que se han podido conservar de todas las que
realizó.
He reescrito muchas veces mi comentario, porque se puede decir muchas cosas de Marga Gil Roësset y su entorno. Tener un talento excepcional y que tus conocidos lo tengan lo veo como una situación de privilegio. No me imaginaba a Juan Ramón Jiménez como un ligón, y no sé que pensaría Zenobia de las pretensiones de su "competidora". Está claro que toda la brillantez que tuvo Marga Gil en su trabajo tornó estupidez (como bien me comentaste) al suicidarse por no poder tener relaciones con un hombre casado que ni siquiera le correspondía. Tomar la única solución que no arregla nada, cuando siempre es más efectivo ignorar a alguien. Magnífica entrada, Aliado; a ver si nos sorprendes con más como esta.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. A ver si de una vez, se animan los demás para dejar también los suyos.
ResponderEliminarPensando sobre el tema de esta chica, me parece que hay una cosa contradictoria. Si, como dicen sus contemporáneos, ella era muy religiosa, es muy extraño que optara por el suicidio, pues es algo que está condenado por la Iglesia católica. Es muy posible que, en su acta de defunción, se indicara otra causa para su muerte, pues, si se hubiera indicado el suicidio, no hubieran dejado que se enterrara en un cementerio católico.
A mí también me extrañó que J. R. Jiménez lo definieran sus contemporáneos como un ligón, pero he leído las opiniones al respecto de algunos de sus amigos y todos coinciden en ese tema.
Por otra parte, también había leído anteriormente que era un hombre muy maniático, con el que era muy difícil convivir. Por ello, su matrimonio con Zenobia sufrió constantes altibajos. Era el típico vecino al que le molesta absolutamente todo. Se dice que, a causa de sus rarezas, tuvieron que abandonar los USA e irse a Puerto Rico. Allí, Zenobia no pudo ser tan bien atendida del cáncer que padecía y falleció poco después.
Hablando de otro tema, es una pena que la tía de Marga, Marisa Roësset no triunfara en el mundo de la pintura, a pesar de tener una técnica inigualable, pero lo que ocurrió es que se dedicó a pintar con un estilo algo pasado de moda y no se puede ir contracorriente.
Saludos.
Saludos.
A eternidade de Camilo Castelo Branco...
ResponderEliminarNo entiendo qué me ha querido decir con eso.
EliminarSaludos.
hello from vienna/austria, my name is Peter Clausen. in your article you mention a person named Olga Bauer-Pilecka. this lady, an opera singer, was my grandmother. in case you are interested in more details about this lady, please write to me. regards Peter
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