Hoy voy a hablar de otro
personaje poco conocido. Confieso que no
había oído ni leído nada sobre él hasta hace bien poco. Por otra parte, es
normal, porque era un miembro de los Testigos de Jehová y en España, los
protestantes, siempre han estado algo escondidos.
Antonio
Gargallo Mejía nació en Madrid en 1918, pero, al ser su padre funcionario de
Prisiones, vivió en varios lugares de España.
Se
sabe que en los años 30 estuvo viviendo con su familia en Jaca y Zaragoza. En
este último lugar fue donde nuestro personaje conoció a este grupo religioso.
Su
conversión no fue inmediata, sino que esperó hasta estar convencido y en 1936
fue bautizado en el Ebro por dos misioneros británicos.
Aunque
tenía estudios de delineante, trabajó en una panadería, pero la dejó para
predicar su nueva religión por todo Aragón.
En
1937 fue llamado a filas por el bando nacional. Su destino sería el regimiento
Aragón nº 17, con destino en Jaca.
No
tenía intención de presentarse en el cuartel, pero fue presionado por su
familia y llegó a vestir el uniforme.
Todavía
no se había publicado en la revista “La Atalaya” la posición neutral de los
Testigos sobre la guerra, aunque sí se había editado en la misma hacía unos, años su posición de rechazo hacia la política de las naciones de este mundo.
Nuestro
personaje comunicó a sus superiores, en el momento de jurar bandera, que sus
creencias religiosas le impedían empuñar un arma.
Como
le amenazaron, desertó e intentó huir a Francia por Canfranc, donde fue
detenido y devuelto a su cuartel en Jaca.
Durante
su Consejo de Guerra, se le dio a elegir entre ir al frente o ser fusilado. El
se decidió por la segunda opción al insistir en negarse a empuñar un arma.
El
18/08/1937 escribió una carta muy emotiva a su madre y a su hermana, donde
explicaba sus motivos y les decía que estaba muy tranquilo.
Ese
mismo día fue fusilado. Los componentes del piquete informaron que el reo fue
cantando alabanzas a Jehová hasta el lugar de la ejecución.
Se
le considera uno de los primeros objetores de conciencia que ha habido en
España.
Más
de mil jóvenes Testigos objetores de conciencia pasaron por las cárceles
franquistas.
Un gran ejemplo para nosotros los Testigos de Jehová.
ResponderEliminarUn gran ejemplo para nosotros los Testigos de Jehová.
ResponderEliminarLa verdad es que es muy elogiable la valentía de este chico, porque, si vas a la guerra, puedes tener alguna probabilidad de sobrevivir, aunque regreses en malas condiciones.
EliminarSin embargo, él optó por no luchar y por afrontar una muerte que me parece muy digna.
Una lástima que estas cosas no aparezcan en los libros de Historia.
Muchas gracias por su comentario y saludos.
Gracias por hacer mención a personas que, como en este caso, por convicción, decidieron no matar, no agredir a un semejante. He tenido la suerte de toparme por internet, con páginas como la tuya, que harán posible que tras seis años, pueda concluir la segunda parte de una de las primeras novelas que escribí.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado mi artículo.
EliminarMuchas gracias y saludos.
Cuando fui objetor y estuve en la modelo de Valencia, no teníamos conocimiento del ejemplo de Antonio, afortunadamente años después se contactó con la familia y el mundo tuvo conciencia de este mártir por su fe.miles de jovenes durante la II Guerra mundial experimentaron cautiverio o muerte en campos nazis y soviéticos... "Olvidados de la historia"
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