Seguro que, más de uno, al leer
el título de este artículo, le habrá llamado la atención el famoso apellido Van
Gogh y es posible que hayáis pensado que se trataba de una hermana del famoso pintor.
Sin embargo, no lo era. Así que os invito a leerlo para descubrir quién fue.
Parece ser que se trataba de una
familia muy aficionada a la música y solían invitar a músicos a tocar en su
casa. Posiblemente, de ahí le vino a Johanna su interés por aprender a tocar el
piano.
Por lo visto, siempre tuvo
inquietudes intelectuales. Así que su familia la animó para que aprendiera
idiomas y obtuviera un título similar a lo que es un grado universitario.
Ciertamente, aunque se sabe que,
ya en el siglo XVII, una mujer holandesa consiguió un título universitario,
todavía no era muy habitual que estudiasen en esos centros.
Parece ser que ella siempre
estuvo muy unida a Andries, su hermano mayor, el cual se trasladó a París para
trabajar en una empresa de comercio exterior, y solían escribirse muy a menudo.
Parece ser que su hermano Andries
había conocido a Theo van Gogh en París. Concretamente, en un club donde solían
reunirse ciudadanos holandeses, residentes en esa capital.
Por lo visto, ambos trabaron
amistad, porque Theo era un marchante de obras de arte y Andries era un
coleccionista. Aquel fue el que le presentó a su hermano mayor, Vincent.
En 1888, Theo y Andries hicieron
un viaje a Amsterdam y allí fue dónde le presentó a su hermana Johanna, que trabajaba
como profesora en un instituto de esa ciudad.
Parece ser que a Theo le gustó
mucho y, poco después, regresó a Amsterdam para pedirle que se casaran, pero
ella le rechazó, argumentando que apenas se conocían. No obstante, tras mantenerse
en contacto por vía postal, al año siguiente, aceptó casarse con él y se fueron
a vivir a París.
Por lo visto, Johanna siempre tuvo
muy buenas relaciones con su familia política. De hecho, una hermana menor de
su marido estuvo ayudándola, mientras estuvo embarazada y después de dar a luz
a su bebé, Vincent Willen, en enero de 1890.
Desgraciadamente, esta visión de
una familia muy feliz se rompió, en julio de 1890, tras el suicidio de Vincent.
Hay que decir que fue un pobre
hombre al que nunca le salió nada bien. Fracasó cuando quiso ser pastor
protestante, como su padre. También cuando trabajó como contable, con su tío. Tampoco
tuvo éxito como pintor.
Lógicamente, esto afectó mucho a su hermano Theo, que siempre estuvo muy unido a él. De todas formas, la salud de Theo nunca fue muy buena, pues, desde que estaba soltero, estaba afectado por la sífilis a causa de su afición por ir de prostitutas.
Por lo visto, lo que ahora se denomina neurosífilis fue lo que, unido a un estado depresivo, le causó la muerte, sólo 6 meses después de la muerte de Vincent.
Parece ser que Theo fue quien
había introducido a su hermano Vincent en el mundillo artístico de París y le presentó
a los pintores más famosos del momento, como Gauguin, Cezanne,
Toulouse-Lautrec, Pisarro, etc.
Siempre hubo mucha relación
epistolar entre ambos hermanos. Theo fue quien consiguió que admitieran los
cuadros de Vincent en algunas exposiciones importantes y le animó para que
fuera venciendo su depresión, pero no lo consiguió.
Como ya he mencionado, Theo murió
en enero de 1891 y eso dejó a su viuda en la pobreza, con un hijo al que cuidar
y unos 200 cuadros de Vincent, que todavía no tenían ningún valor.
Por ello, regresó a Holanda, abriendo
una pensión en una pequeña localidad cercana a Amsterdam, donde también se
dedicó a traducir cuentos de otros países al holandés.
También volvió a hacer anotaciones en su diario. Algo que
siempre había hecho, pero que lo interrumpió, mientras estuvo casada. Ese diario y las cartas entre los dos hermanos Van Gogh sirvieron a los investigadores para poder conocer a fondo la vida del famoso pintor.En 1901, Johanna se casó con otro
pintor, llamado John Cohen Gosschalk, unos 10 años más joven que ella.
Así que dejó la pensión y se mudó
con su marido a otra casa en la misma localidad. Por lo visto, tampoco le fue
muy bien, porque él también sufría de depresión y era un ser muy solitario.
Por aquella época, también
aquella hermana de Theo, que le había ayudado con el parto de su hijo, empezó a
sufrir problemas mentales y tuvo que ser ingresada, de por vida, en un
psiquiátrico.
A partir de entonces, Johanna, tomó contacto con organizaciones
feministas y también se dedicó a traducir obras de ese tipo escritas en francés o inglés.Por otro lado, a base de mucho
empeño, consiguió que los expertos en el mundo del arte llegasen a valorar los
cuadros de Van Gogh. Parece ser que, a algunos, que tenían una mayor influencia,
les regaló obras menores para que las fueran popularizando.
Curiosamente, su hermano Andries,
al que ya he mencionado, también le ayudó con la venta de algunos de esos
cuadros.
Tampoco perdió el contacto con
algunos amigos de Vincent, como los pintores Eugène Boch o Émile Bernard y
algunos famosos marchantes, los cuales le ayudaron a montar algunas exposiciones
para dar a conocer las obras del fallecido.
Parece ser que empezó a tener
éxito, tras la exposición celebrada en 1905 en el Museo Stedelijk, de
Amsterdam. Allí acudieron importantes marchantes de arte y famosos coleccionistas.
Eso hizo que empezara a cobrar fama. Primero en su país y Alemania
y luego en el resto de Europa. Supongo que a ello también ayudó que ella aprobase la publicación de las cartas entre los dos hermanos a fin de comprender la forma de pensar de Vincent. Parece ser que esa idea no gustó demasiado a otros de los hermanos Van Gogh.En 1912, murió su segundo marido
y ya no se volvió a casar nunca más.
Viendo que ahora estaban surgiendo
en América los más importantes mecenas y coleccionistas de obras de arte, se
trasladó a USA, residiendo en Nueva York entre 1915 y 1919.
Como es natural, dio a conocer
las obras de Vincent y, dado que existía un enorme interés por conocer cómo se
había desarrollado la vida del artista, tradujo al inglés las cartas escritas
entre los dos hermanos. Por lo visto, tuvo mucho éxito.
No obstante, al término de la I
Guerra Mundial, regresó a su país. A pesar de ello, siguió traduciendo al
inglés el medio millar de cartas existente entre los hermanos.
Desafortunadamente, la muerte le llegó
en 1925, con tan sólo 62 años.
Su único hijo y sus 4 nietos
heredaron no sólo muchos cuadros de Vincent, sino también del segundo marido de
Johanna, aparte de la mencionada correspondencia.
Aparte de ello, también heredaron
algunas obras de otros pintores famosos, como Gauguin, Seurat o
Toulouse-Lautrec, que habían sido adquiridas por Theo, pero que, a causa de su muere prematura, nunca pudo
venderlas.
El Gobierno holandés tuvo el acierto de construir un museo dedicado a Van Gogh, donde depositaron sus mejores obras, que Johanna nunca quiso poner a la venta. Este edificio se inauguró en 1973 y uno de los que lo diseñaron fue Willen, hijo de Theo y Johanna, que era ingeniero. Desgraciadamente, éste murió 5 años después de su inauguración.
Es posible que este artista fuera
un adelantado a su tiempo. Como ya sabemos, hoy en día, las pinturas de Van
Gogh están valoradas a precios muy altos.
Concretamente, en 1987, una de
las pinturas de los Girasoles fue subastada y llegó a alcanzar un precio récord
de 40.000.000 de $USA. No obstante, unos meses más tarde, otra de sus pinturas
superó ese récord, vendiéndose por 53.000.000 de $USA.
Por ello, está muy claro que la
fama actual, que gozan las obras de Van Gogh se la debe a su cuñada, que es
nuestro personaje de hoy.
Curiosamente, siempre se negó a
desprenderse de un cuadro titulado El almendro en flor. Una obra que pintó
Vincent para conmemorar el nacimiento de su sobrino Willem.
Desgraciadamente, en 2004, un
bisnieto de Theo, también llamado Theo Van Gogh, que era director de cine, fue
asesinado por un terrorista en una calle del centro de Amsterdam.
TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN
DE WWW.GOOGLE.ES
No hay comentarios:
Publicar un comentario