domingo, 11 de diciembre de 2022

EL FAMOSO PILOTO CHARLES LINDBERGH (2ª PARTE)

 

En mi anterior artículo dejé a este famoso personaje regresando a su país, donde, como es normal, recibió todo tipo de homenajes. Se publicaron docenas de libros sobre su hazaña, que, por lo visto, se vendieron muy bien.

Incluso, se organizó una gira por muchas ciudades USA, donde también fue agasajado y dio una serie de conferencias, en las que narró su viaje y expresó sus ideas sobre el futuro de la Aviación. Algo que todavía estaba empezando a despuntar.

Posteriormente, realizó otra gira por diversos países de Hispanoamérica, adonde voló pilotando su propio avión. Al final de la misma, voló desde St Louis hasta Washington DC para entregar su aeronave al famoso Smithsonian, con el fin de exhibirla dentro de sus colecciones.

Parece ser que todas estas charlas dieron lugar a un gran aumento en el número de solicitudes para ingresar en escuelas de vuelo y a una mayor demanda para la compra de aeronaves.

Durante su gira por Hispanoamérica conoció a la hija del embajador USA en México. Se casaron dos años después y tuvieron 6 hijos

Curiosamente, el Gobierno USA le pidió que realizase una visita a la Alemania de Hitler, al objeto de comprobar la calidad de sus aeronaves. Por lo visto, una de las personas que le mostraron esos avances fue la famosa piloto Hanna Reitsch, a la que ya dediqué otro de mis artículos.

Parece ser que nuestro personaje quedó muy impresionado por la simplicidad de construcción y las novedades que aportaba el caza Messerschmitt Bf109. Incluso, pudo pilotarlo.

Curiosamente, cuando remitió sus informes al Gobierno USA, los militares no le hicieron mucho caso, porque lo consideraron muy exagerado. No obstante, también realizó un viaje, con el mismo objetivo, a la URSS.

A partir de entonces, se puso a dar una serie de declaraciones que no gustaron a muchos. Como que Alemania ya poseía unos 8.000 aviones y podría construir otros 1.000 cada mes. Una cifra muy superior a la calculada por la Inteligencia francesa.

Así que quiso influir para que USA no entrase en otra guerra mundial, que ya se estaba adivinando en el horizonte. Incluso, fue apoyado por Joseph Kennedy, padre de JFK, y, por entonces, embajador de USA en el Reino Unido, el cual informó a su Gobierno que Francia estaba muy mal armada y que el Reino Unido sólo tenía una potente Armada, pero nada más.

Por tanto, recomendó que esos países incrementasen su fuerza aérea para disuadir a Hitler y que éste se centrase, exclusivamente, en un ataque a la URSS.

También, Lindbergh, se opuso a eliminar el embargo de armas a los países europeos para que USA no se convirtiera en lo que es ahora, el mayor fabricante de armas de todo el mundo.

En aquella época, en USA se vivía un gran debate entre los que querían participar en la II Guerra Mundial y los que querían ser neutrales e, incluso, regresar a la tradicional política aislacionista de ese país. Parece ser que Lindbergh se decantó por esta última y eso no gustó nada al Gobierno USA.

Así que hicieron una campaña contra él en los medios de comunicación, diciendo que era proalemán e, incluso, antisemita.

Por ello, participó en muchos actos, convocados por la asociación aislacionista American First. En sus charlas se opuso a que USA participase en esa guerra y hasta que se firmase la Ley de préstamo y arriendo para vender armamento a los Aliados. Por el contrario, abogó por firmar un tratado de neutralidad con Alemania.

Parece ser que eso enfadó mucho al presidente Roosevelt, el cual le calificó, públicamente, como derrotista. Por ello, Lindbergh, renunció a su grado de coronel, porque habían puesto en duda su lealtad a su país.

Al mismo tiempo, acusó tanto a los británicos, los judíos y el Gobierno USA por estar presionando para que su país entrase en esa guerra. Eso hizo que lo tachasen de nazi.

Por otra parte, también se hizo muy amigo de Henry Ford, el famoso fabricante de automóviles, el cual no disimulaba su antisemitismo.

Por lo visto, Lindbergh, admiraba la forma de entender la vida de los franceses, británicos y alemanes. Sin embargo, no le gustaba nada la URSS. Su idea era que el Ejército USA fuera muy potente para disuadir a otros países, pero nunca ofensivo.

Después de la entrada de su país en la guerra, quiso reingresar en el Cuerpo Aéreo, pero se lo denegaron. Así que se dedicó a ser consultor de ingeniería de varios fabricantes de aviones.

Parece ser que consiguió que lo enviasen al frente del Pacífico para comprobar el rendimiento de esos aviones e, incluso, le permitieron participar en algunas misiones de combate.

Incluso, realizó algunas mejoras en esos aviones para que consumieran menos combustible, lo cual les permitió realizar misiones a una mayor distancia de sus bases.

Al final de la guerra, le llevaron a ver unos campos de concentración nazis y se quedó perplejo, porque desconocía que hubieran ocurrido esas cosas.

Tras la II Guerra Mundial, fue nombrado asesor del jefe del Estado Mayor de la USAF y también de la Pan American Airways. Una famosa línea aérea que ya no existe.

En 1954 fue nombrado general de brigada de la reserva de la Fuerza Aérea y, ese mismo año, ganó el codiciado Premio Pulitzer por una novela, en la que relató su famoso vuelo con todo lujo de detalles.

Posteriormente, también estuvo presente en los lanzamientos de las naves del proyecto Apolo y comentó para la televisión esos acontecimientos .

En los años 50, había vivido largas temporadas en Alemania y parece ser que allí tuvo varios amoríos con ciudadanas de ese país. Fruto de ellos fueron 7 hijos de 3 mujeres distintas.

Parece ser que ellos nunca supieron quién había sido su padre hasta que una de estas hijas empezó a sospechar y, al cabo de los años, lo confirmó mediante pruebas de ADN.

A finales de los años 60 se preocupó por la supervivencia de las tribus primitivas y por las especies animales amenazadas de extinción. De esa forma, consiguió que

se fundaran parques nacionales tanto en Hawai como en Alaska.

En aquella época ya no era tan defensor de la tecnología, porque había empezado la Guerra Fría y temía que una guerra nuclear acabara con toda la Humanidad. Por eso mismo, se dedicó a defender la Naturaleza.

Tras su jubilación, ordenó construir una casa en la isla hawaina de Maui. Una especie de paraíso en medio de la naturaleza.

Desgraciadamente, en 1972, empezó a padecer un cáncer del sistema linfático, que, dos años después, acabó con él.

Parece ser que se trasladó a un Hospital de Nueva York, donde fue tratado mediante radioterapia, pero, al ver que no mejoraba, decidió suspender el tratamiento y regresar a su casa de Maui.

Allí murió y fue enterrado en un cementerio, que habían mandado construir él y su amigo y vecino Samuel F. Pryor, en la misma isla de Maui.

 

FIN DE LA SEGUNDA PARTE

 

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