En mi anterior artículo dejé a
este famoso personaje regresando a su país, donde, como es normal, recibió todo
tipo de homenajes. Se publicaron docenas de libros sobre su hazaña, que, por lo
visto, se vendieron muy bien.
Posteriormente, realizó otra gira
por diversos países de Hispanoamérica, adonde voló pilotando su propio avión.
Al final de la misma, voló desde St Louis hasta Washington DC para entregar su
aeronave al famoso Smithsonian, con el fin de exhibirla dentro de sus
colecciones.
Parece ser que todas estas
charlas dieron lugar a un gran aumento en el número de solicitudes para
ingresar en escuelas de vuelo y a una mayor demanda para la compra de
aeronaves.
Curiosamente, el Gobierno USA le
pidió que realizase una visita a la Alemania de Hitler, al objeto de comprobar
la calidad de sus aeronaves. Por lo visto, una de las personas que le mostraron
esos avances fue la famosa piloto Hanna Reitsch, a la que ya dediqué otro de
mis artículos.
Parece ser que nuestro personaje
quedó muy impresionado por la simplicidad de construcción y las novedades que
aportaba el caza Messerschmitt Bf109. Incluso, pudo pilotarlo.
Curiosamente, cuando remitió sus
informes al Gobierno USA, los militares no le hicieron mucho caso, porque lo
consideraron muy exagerado. No obstante, también realizó un viaje, con el mismo
objetivo, a la URSS.
Así que quiso influir para que
USA no entrase en otra guerra mundial, que ya se estaba adivinando en el
horizonte. Incluso, fue apoyado por Joseph Kennedy, padre de JFK, y, por
entonces, embajador de USA en el Reino Unido, el cual informó a su Gobierno que
Francia estaba muy mal armada y que el Reino Unido sólo tenía una potente
Armada, pero nada más.
Por tanto, recomendó que esos
países incrementasen su fuerza aérea para disuadir a Hitler y que éste se
centrase, exclusivamente, en un ataque a la URSS.
En aquella época, en USA se vivía
un gran debate entre los que querían participar en la II Guerra Mundial y los
que querían ser neutrales e, incluso, regresar a la tradicional política
aislacionista de ese país. Parece ser que Lindbergh se decantó por esta última
y eso no gustó nada al Gobierno USA.
Así que hicieron una campaña
contra él en los medios de comunicación, diciendo que era proalemán e, incluso,
antisemita.
Por ello, participó en muchos
actos, convocados por la asociación aislacionista American First. En sus
charlas se opuso a que USA participase en esa guerra y hasta que se firmase la
Ley de préstamo y arriendo para vender armamento a los Aliados. Por el
contrario, abogó por firmar un tratado de neutralidad con Alemania.
Al mismo tiempo, acusó tanto a
los británicos, los judíos y el Gobierno USA por estar presionando para que su
país entrase en esa guerra. Eso hizo que lo tachasen de nazi.
Por otra parte, también se hizo
muy amigo de Henry Ford, el famoso fabricante de automóviles, el cual no
disimulaba su antisemitismo.
Por lo visto, Lindbergh, admiraba
la forma de entender la vida de los franceses, británicos y alemanes. Sin
embargo, no le gustaba nada la URSS. Su idea era que el Ejército USA fuera muy
potente para disuadir a otros países, pero nunca ofensivo.
Después de la entrada de su país
en la guerra, quiso reingresar en el Cuerpo Aéreo, pero se lo denegaron. Así
que se dedicó a ser consultor de ingeniería de varios fabricantes de aviones.
Incluso, realizó algunas mejoras en
esos aviones para que consumieran menos combustible, lo cual les permitió
realizar misiones a una mayor distancia de sus bases.
Al final de la guerra, le
llevaron a ver unos campos de concentración nazis y se quedó perplejo, porque
desconocía que hubieran ocurrido esas cosas.
Tras la II Guerra Mundial, fue
nombrado asesor del jefe del Estado Mayor de la USAF y también de la Pan
American Airways. Una famosa línea aérea que ya no existe.
Posteriormente, también estuvo presente en los lanzamientos de las naves del proyecto Apolo y comentó para la televisión esos acontecimientos .
En los años 50, había vivido
largas temporadas en Alemania y parece ser que allí tuvo varios amoríos con
ciudadanas de ese país. Fruto de ellos fueron 7 hijos de 3 mujeres distintas.
Parece ser que ellos nunca
supieron quién había sido su padre hasta que una de estas hijas empezó a
sospechar y, al cabo de los años, lo confirmó mediante pruebas de ADN.
A finales de los años 60 se preocupó por la supervivencia de las tribus primitivas y por las especies animales amenazadas de extinción. De esa forma, consiguió que
se fundaran parques nacionales tanto en Hawai como en Alaska.En aquella época ya no era tan
defensor de la tecnología, porque había empezado la Guerra Fría y temía que una
guerra nuclear acabara con toda la Humanidad. Por eso mismo, se dedicó a
defender la Naturaleza.
Tras su jubilación, ordenó
construir una casa en la isla hawaina de Maui. Una especie de paraíso en medio
de la naturaleza.
Desgraciadamente, en 1972, empezó
a padecer un cáncer del sistema linfático, que, dos años después, acabó con él.
Parece ser que se trasladó a un
Hospital de Nueva York, donde fue tratado mediante radioterapia, pero, al ver
que no mejoraba, decidió suspender el tratamiento y regresar a su casa de Maui.
Allí murió y fue enterrado en un
cementerio, que habían mandado construir él y su amigo y vecino Samuel F.
Pryor, en la misma isla de Maui.
FIN DE LA SEGUNDA PARTE
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