martes, 5 de diciembre de 2017

EDGAR ALLAN POE, UN HOMBRE ADELANTADO A SU TIEMPO

Estoy seguro que casi todo el mundo habrá leído alguna de las obras de este autor, pero es muy probable que no conozcáis muchos de los datos de su extraña biografía. Así que vamos a intentar descubrirlas en este artículo.
Nacido como Edgar Poe, en enero de 1809, en la ciudad de Boston (Massachusetts, USA). Sus padres fueron unos modestos actores de una compañía de teatro itinerante. Parece ser que ambos eran originarios de Irlanda. Edgar fue el segundo hijo de los tres que hubo en este matrimonio.
Desgraciadamente, los chicos tuvieron una infancia muy triste. Su padre abandonó pronto a la familia y su madre murió en 1811, con sólo 24 años, posiblemente, a causa de una epidemia de tuberculosis.
Parece ser que los tres niños se hallaban junto a su madre cuando murió. El mayor de ellos, Henry, que también se dedicó, posteriormente, a la Literatura, relató en uno de sus escritos la enfermedad y la muerte de su madre.

Incluso, comentó que, según la costumbre de la época, a la difunta la cortaron un mechón de pelo y se lo dieron a sus hijos para que recordaran a su madre.
Al quedarse huérfanos, los tres hermanos fueron separados, Henry, el mayor, fue a residir con sus abuelos en Baltimore. Sin embargo, Edgar, fue acogido por la familia Allan y Rosalie por la familia Mackenzie, ambas domiciliadas en Richmond, Virginia que, según parece, eran amigos y vivían en el mismo barrio.
Seguramente, os sonará esta última ciudad por haber sido la capital de los Estados
Confederados, durante la Guerra Civil en USA.
No obstante, a pesar de vivir en ciudades diferentes, parece ser que los tres hermanos se escribían periódicamente e, incluso, el mayor, visitó en alguna ocasión a los otros dos.
No está muy claro si el hermano mayor influyó en la forma de escribir de Edgar, pues ambos se dedicaron a la Literatura. Aunque no se tiene certeza si alguno de los escritos publicados en la prensa con el nombre de Henry, el hermano mayor, realmente, muchos de ellos los había escrito Edgar y se los había enviado por correo.
También afirman algunos especialistas en la obra de nuestro personaje que Edgar se inspiró en la vida de su hermano mayor para escribir algunos de sus relatos. Sobre todo, porque Henry fue marinero durante varios años y le contaba sus experiencias a su hermano.
Existen muchas coincidencias en la vida de ambos hermanos. Ambos fueron muy aficionados a la bebida. Así que ambos murieron a una edad temprana. En el caso de Henry, su fallecimiento se produjo con sólo 24 años y se cree que fue a causa de una tuberculosis. Incluso, ambos fueron enterrados en el mismo cementerio de Baltimore, con bastantes años de diferencia.
Volviendo a los años de infancia de nuestro personaje, se sabe que fue adoptado de manera informal por la familia Allan, unos comerciantes originarios de Escocia. De ellos tomó él su primer apellido.
En 1815, se trasladó al Reino Unido con su nueva familia. Allí estudió en varios colegios, hasta 1820, año en que regresaron todos a Richmond. Parece ser que su padrastro acababa de recibir una cuantiosa herencia procedente de un familiar, que había fallecido recientemente.
En 1826, Edgar, fue a estudiar Filología en la Universidad de Virginia, en Charlottesville. Sólo duró allí un año a causa de sus deudas de juego y la negativa de su padrastro a enviarle más fondos. Así que regresó a Richmond, donde no fue muy bien acogido por su familia.
Parece ser que nunca se llevó muy bien con su padrastro, que era un hombre muy autoritario. En cambio, su madrastra siempre lo mimó demasiado, porque no podía tener hijos. Una de las cosas que Edgar siempre le reprochó a su padrastro fueron sus relaciones extraconyugales.
Posteriormente,  se trasladó a Boston, donde encontró trabajo como administrativo y donde empezó su carrera literaria, enviando pequeños relatos a los periódicos locales. Es posible que fuera su hermano Henry el que le buscara ese trabajo, pues también vivía en Boston. Aunque murió pocos años después.
Allí fue donde empezó a pensar en dedicarse a la Literatura. Escribió un pequeño libro de poemas e invirtió sus ahorros en la publicación del mismo. Desgraciadamente, no tuvo mucha suerte y la aventura le dejó arruinado.
Posteriormente,  se alistó en el Ejército, aun siendo menor de edad y bajo el nombre de Edgar A. Perry. Parece ser que dijo tener 22 años, cuando sólo tenía 18. No se le dio mal, porque en poco tiempo ascendió hasta sargento mayor de Artillería. La máxima graduación de un suboficial.
El problema es que él había firmado un contrato por 5 años con el Ejército y ya estaba deseando irse cuando sólo llevaba allí dos años. Así que habló con su superior y le contó la verdad acerca de su edad y de su relación con su familia de adopción. Éste puso como condición, para dejar que se licenciara, que deberían de mejorar sus relaciones con su padrastro.
Parece ser que luego se reconciliaron, tras la muerte de la esposa de Allan,  y su padrastro aceptó que se licenciara con la condición de que estudiara en la prestigiosa academia militar de West Point, donde ingresó en julio de 1830.
Sin embargo, las relaciones con su padrastro volvieron a empeorar, tras la segunda boda de éste, pues su nueva madrastra se enemistó con Edgar.

El gran problema de nuestro personaje es que siempre estuvo muy falto de dinero y las deudas le persiguieron durante toda su vida. Lo cierto es que siempre fue un gran trabajador. Desgraciadamente, había decidido dedicarse a
un trabajo que, incluso, hoy en día, sigue estando muy mal pagado.
Parece ser que él había firmado un contrato con el Ejército, que le impedía abandonar su puesto como sargento para ir a West Point. Así que contrató a otro muchacho para que le sustituyera en su puesto, durante el tiempo que le restaba de servicio. El problema es que hubo un momento en que dejó de pagarle y el otro se dirigió a su padrastro, exigiéndole el pago de la deuda de Edgar.
Por otra parte, como Edgar era aún menor de edad, necesitaba el permiso de su padre para abandonar West Point. Parece ser que Edgar empezó sus estudios con muy buenas notas, pero la cosa fue empeorando al enterarse de que su padrastro le podría desheredar, al haber dejado embarazada a su nueva esposa. Aparte de que hacía tiempo que le había dejado de enviar dinero. Así que eso le desmoralizó y se le quitaron las ganas de ser militar. Le dijo a Allan que ya no tenía ni el dinero, ni la energía para quedarse allí.
Como no le hizo caso,  no se le ocurrió otra cosa que mostrarse, reiteradamente, indisciplinado, llegando con retraso a las formaciones o, incluso, no presentándose a algunas de ellas. Motivo por el cual se le hizo un consejo de guerra, que dictó su expulsión de la Academia en febrero de 1831.
Parece ser que no se llevaba tan mal con sus compañeros cadetes. Les pidió  0,75 dólares a cada uno de sus 130 compañeros y con esa suma consiguió editar su siguiente libro de poemas en Nueva York, dedicando la publicación a sus compañeros de armas. Parece ser que allí había sido muy popular escribiendo poemas satíricos sobre los profesores de la Academia.
No obstante, siguió escribiendo a Allan en busca de ayuda, pero éste siempre se la negó. Al morir, en 1834, no le dejó nada en herencia a Edgar.
Esta vez, nuestro personaje, se había decidido por intentar vivir de la Literatura. El problema es que en ese momento no se respetaban los derechos de autor. Por otra parte, le pilló la crisis de 1837. Así que muchos editores se retrasaron mucho a la hora de pagar a los autores.
En 1833, llegó a obtener un premio otorgado por un periódico de Baltimore,  por su célebre “Manuscrito encontrado en una botella”. Posteriormente, fue contratado por una publicación de Richmond, como asesor literario de la misma, pero le duró muy poco ese trabajo, aunque, más tarde, fue readmitido y trabajó allí un par de años más.
En 1836, se casó con su prima Virginia Clemm. Le doblaba en edad, pues él ya tenía 26 años, mientras que ella sólo tenía 13. Por ello, falsificaron su edad para poder casarse.
Durante los siguientes años, se dedicó a publicar artículos, relatos, reseñas y críticas literarias en varios periódicos de la costa este de USA. Incluso, en 1840, intentó editar su propio periódico al que llamaría The Stylus, pero le fue imposible hacerlo.
Posteriormente, intentó conseguir un puesto en la aduana de Filadelfia, gracias a su amistad  con uno de los hijos del presidente Tyler. Incluso, llegó a afiliarse al Partido Liberal, del que formaba parte el presidente. Desgraciadamente, tampoco tuvo suerte y no consiguió su objetivo.
Para colmo de los males, en enero de 1842, su esposa, Virginia, dio muestras de poder estar afectada por la tuberculosis, al sufrir una hemorragia en la garganta.
Esto ya era demasiado para Edgar. A causa de esa enfermedad, ya había perdido a su madre y a su hermano mayor. Así que, debido a esta preocupación, cayó en una depresión y aumentó su consumo de alcohol.
Volvió a Nueva York, donde intentó probar éxito comprando el Broadway Journal, aunque también colaboró en el Evening Mirror. Precisamente, en este último, publicó, en 1845, su famoso poema “El cuervo”.
Tampoco tuvo mucho éxito, le pagaron muy poco por ese poema e, incluso, su periódico quebró. Después de eso, el matrimonio se trasladó a una modesta casa en el actual barrio del Bronx. Allí fue donde murió su esposa en 1847.
Tras esta cadena de desgracias, aumentó su consumo de alcohol y afectó gravemente a su personalidad.
Volvió a Richmond, donde, en 1848, se encontró con Sarah E. Royster, su primera novia, que se había casado con otro, mientras él estudiaba en la Universidad.
Ahora ella tenía 39 años, estaba viuda y tenía dos hijos adolescentes.  Recobraron la relación que habían interrumpido durante todos esos años. Hasta pensaron en casarse, sin embargo, sus hijos se opusieron a ello.
Aparte de eso, en el testamento de su difunto marido se hallaba estipulado que ella se quedaría sin su considerable herencia, si contraía un nuevo matrimonio. Estaba muy claro que la cosa era para pensársela muy despacio.
No se sabe si se llegó a algún tipo de compromiso. Durante un tiempo, Edgar,  estuvo dando varias conferencias por esa zona y parece que, por influencia de ella, dejó de beber alcohol.
Tampoco se sabe a ciencia cierta qué ocurrió, exactamente, entre ellos. El 26/09/1849, Edgar, fue a despedirse de Sarah. Parece ser que se le notaba muy triste, porque ella no  había aceptado casarse con él.
A lo largo de su vida, ella nunca quiso aclarar si habían estado comprometidos. Sin embargo, en 1888, al producirse su fallecimiento, se insertó en la esquela de Sarah, la frase: “el primero y el último amor de Poe”.
A pesar de ello, parece ser que ella fue la fuente de inspiración de varias de las obras de Edgar. Sobre todo, de las primeras.
Hoy en día, a Edgar Allan Poe, se le recuerda por ser un pionero de las novelas sobre detectives y de las ciencia ficción. Incluso, las de terror. Muchos de los autores que triunfaron, posteriormente, confesaron haber estado influidos por las obras de Poe. Uno de los mayores especialistas en la obra de este autor fue Julio Cortázar.
He titulado este artículo como un adelantado a su tiempo, porque fue el que abrió el camino para que luego triunfaran esos nuevos géneros literarios. Sin embargo, él intentó vivir de la Literatura, pero nunca lo consiguió. A pesar de que, actualmente, se le considera uno de los mejores escritores de la Historia.
Para terminar, este autor no sólo escribió novelas de misterio, sino que el final de su vida sigue siendo un misterio hoy en día.
Los hechos fueron que el 03/10/1849, Edgar, fue encontrado tirado en el suelo de una de las calles de Baltimore. Parece ser que decía cosas sin sentido y fue llevado hasta un bar, donde fue reconocido por algunos y,  desde allí, trasladado a un hospital.
Allí se vio que vestía unas ropas que eran muy grandes para su talla y se hallaban desgastadas por el uso, incluso, estaba muy sucio. Sin embargo, se comprobó que no se hallaba borracho, ni drogado.
Su estado de salud fue empeorando, hasta que cuatro días después pronunció sus últimas palabras: “que el Señor se apiade de mi pobre alma” y poco después murió. Sólo tenía 40 años.
Curiosamente, pronto se perdieron el expediente de su estancia en el Hospital y hasta su certificado de defunción.
Incluso, se comenta que, durante su estancia en el hospital, fue ingresado en una habitación con barrotes en las ventanas, que solían utilizar para enfermos mentales.
Parece ser que, unos días antes, él había tomado un tren desde Richmond con destino a Nueva York, donde visitaría a su tía y suegra, María Clemm, con la que siempre se había llevado muy bien, para que asistiera a su boda con Sarah. Lo cierto es que nunca llegó a su destino y nunca se ha sabido por qué apareció en Baltimore. Incluso, luego se supo que su equipaje se había quedado en un hotel de Richmond.
Desde el principio, han sido muchas las teorías sobre su muerte. El Dr. Snodgrass, el primer médico que lo atendió, afirmaba que murió a causa de una gran borrachera. Sin embargo, el Dr. Moran, que fue el que le atendió en el Hospital indicó que no se hallaba bajo los efectos del alcohol.
Como el primero de estos médicos pertenecía a un movimiento que intentaba prohibir el consumo de alcohol, le vino muy bien difundir esta historia para popularizar sus ideas, porque el poeta era un personaje muy conocido en USA. Este médico ya lo había conocido con anterioridad, porque también era editor de una revista.
Hubo otros que defendieron la teoría de que la muerte se había debido a una bajada en su volumen de glucosa en la sangre.

Un psicólogo afirmó que se trataba de un caso de enfermedad mental que predispone, por causas genéticas al consumo de alcohol. No olvidemos que su hermano Henry había muerto a causa de una tuberculosis y por su excesivo consumo de alcohol.
Incluso, alguno de sus compañeros de juergas afirmó que el poeta no bebía demasiado, porque no le hacía falta beber mucho para estar medio borracho. Es posible que eso se debiera a que pesara poco.
Es más, un doctor que le conocía sobradamente y que nunca se llevó muy bien con él, afirmó que nunca le vio que consumiera drogas.
Otros motivos esbozados que podrían haber dado lugar a su fallecimiento fueron un tumor cerebral, epilepsia, sífilis, meningitis, fallo cardíaco, cólera, rabia, etc.
Precisamente, por aquel entonces, en esa zona se estaba sufriendo una epidemia de cólera. En un análisis de sus restos, realizado varios años después de su muerte, parece ser que encontraron altos niveles de mercurio. Luego se supo que su doctor le había prescrito, 3 meses antes, un compuesto basado en cloruro de mercurio para curarse de esa enfermedad.
Incluso, se ha comentado que podría haber sido víctima de la corrupción política del momento. Parece ser que, en aquella época, era muy habitual que algunos partidos secuestraran a la gente que encontraban sola por la calle. Los encerraban en un lugar, los emborrachaban y luego los llevaban a votar en ese estado en diferentes colegios electorales de la ciudad. Incluso, los solían disfrazar, para no ser reconocidos por nadie.
No hay que olvidar que el día anterior había habido elecciones y que no había sido el primero al que le había ocurrido eso y luego lo habían dejado tirado por esa zona. Precisamente, ese bar era un lugar de reunión de los miembros del antiguo Partido Liberal.
El entierro y el funeral de Poe tuvieron lugar en la tarde del día 8 de octubre. Al acto acudieron muy pocas personas. Así que el reverendo, que oficiaba el acto, y que era primo de su esposa Virginia, declinó pronunciar un sermón, debido al mal tiempo reinante.
Tras su muerte, su cadáver tampoco disfrutó de una paz adecuada. En un principio, fue enterrado en un jardín en las traseras de una iglesia, con una lápida muy pobre.
Unos 30 años después de su muerte, algunos escritores y maestros se movieron para realizar una colecta a fin de conseguir que su tumba se hallara en mejores condiciones.
Así, en 1875, trasladaron su tumba a un lugar más visible, aunque en el mismo jardín de la iglesia, pero ya con un lujoso monumento funerario. Unos diez años después, también fueron trasladados a ese lugar los restos de su esposa y también los de su tía y suegra.
Desgraciadamente, este hombre también tuvo algunos enemigos. Uno de ellos fue un tipo llamado Rufus Wilmot Griswold, el cual se atrevió a escribir una biografía y hasta unas cartas falsas, que decía haber sido escritas por Edgar.
Para colmo de los males, esa biografía fue muy difundida y, por ello, hoy en día, mucha gente sigue teniendo una versión distorsionada sobre la vida de Poe.
Incluso, Griswold, llegó a engañar a la tía de Poe para que le nombrara albacea literario, o sea, administrador de los derechos de autor con los beneficios conseguidos por la publicación de las obras de nuestro personaje.

Parece ser que la rivalidad entre ambos venía de muy atrás. Griswold había publicado una famosa antología, donde recogía obras de los que consideraba los mejores autores de USA. Sin embargo, Poe, le criticó la inclusión de algunos autores en esa obra y la exclusión de otros con mayores merecimientos. Aunque él sí figuraba incluido en ella. Más tarde, sus desavenencias llegaron al terreno profesional, cuando ambos llegaron a  trabajar en un mismo periódico.
Parece ser que Griswold se convirtió en un tipo muy influyente, tras la publicación de su famosa antología, porque solía dedicar en ella más espacio para sus amigos. Independientemente de que escribieran mejor o peor que otros.
Hoy en día, Edgar Allan Poe, sigue estando de actualidad. Sus obras no han dejado de publicarse. Incluso, en algunos momentos, fue un autor que influyó mucho sobre la sociedad. Como cuando escribió, en 1844, su novela “El entierro prematuro”, donde narraba la tragedia de una persona al que todos habían dado por muerta y sólo estaba en un estado cataléptico.
No sé si mucha gente se lo tomó en serio. Lo cierto es que poco después se fundó en el Reino Unido la Sociedad para la Prevención de las Personas Enterradas Vivas.
Incluso, en 1852, cuando se produjo la muerte del duque de Wellington, esperaron hasta 2 meses antes de enterrarle a fin de comprobar que estaba realmente muerto. Supongo que lo descubrirían por el hedor que desprendería su cadáver.

En fin, volviendo a Edgar Allan Poe, fue un autor que disfrutó escribiendo novelas de misterio para los demás y nos dejó un misterio que nunca ha sido resuelto: el de su muerte.
Siento que este artículo me haya quedado un poco largo, pero seguro que habréis disfrutado leyéndolo.

4 comentarios:

  1. Extraordinario Poe... yo siento mucho dolor por la triste vida que tuvo. Muy bien escrito, fascinante lectura

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    1. Muchísimas gracias por tus elogios.

      Espero que leas otros de los que he publicado en mi blog y también te gusten.

      Saludos.

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  2. Pienso que leer poesía traducida de otro idioma, esta pierde mucho de su esencia, como por ejemplo leer el cuervo en tantas versiones al español, nos aproxima cuan torturada era el alma de nuestro personaje.
    Emotiva tu narración. Gracias

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    1. Celebro que te haya gustado. También estoy de acuerdo en que esa muy complicado traducir un poema, lo que pasa es que es la única forma en que la mayoría de la gente pueda leerlo.

      Te invito a leer cualquiera de los casi 400 artículos que ya he publicado. Espero que también te gusten.

      Muchas gracias por tu comentario y saludos.

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