Cuando he estado trabajando en mi
entrada anterior, me he encontrado con un personaje que, reconozco, no había
conocido hasta ahora. Se trata, como dice el título de Josef Beck.
Nació
en Varsovia en 1894 y, cuando estalló la I GM realizaba sus estudios en la
Escuela de Ingeniería.
Fue
nombrado oficial y se afilió a la secreta Organización Militar Polaca (POW)
liderada por Pilsudski, un personaje muy importante de la historia de Polonia. No
olvidemos que Polonia no volvió a existir hasta el final de la I GM, cuando se
disolvió el Imperio Austro-Húngaro.
Se alistó en las Legiones Polacas y siempre
estuvo muy unido a Pilsudski, siendo durante varios años su ayudante.
Tras
la guerra, Beck, fue nombrado comandante de artillería y de ahí pasó a formar
parte del estado Mayor del ejército.
Entre
1922-23 fue nombrado agregado militar polaco en Francia, donde hizo muchas
amistades.
Como
antiguo amigo de Pilsudski, le ayudó a tomar el poder con un golpe de Estado en
1926.
Entre
1926-30 siguió triunfando en su carrera militar y fue jefe del Estado Mayor del
ejército.
Entre
1930-32 su estrella no se apaga y logra ascender hasta viceprimer ministro y viceministro
de Asuntos Exteriores.
En
esta época, se distinguió por
su actitud altiva frente a los representantes de
otros países. Seguramente, tenía instrucciones claras de Pilsudski de portarse
de ese modo, pues su idea de Polonia era representar el papel de gran potencia
en la zona, entre los países de la Europa oriental.
Para
ello, era fundamental tener firmados tratados de no agresión con las potencias
que tenía a cada lado: Alemania y la URSS.
Desde
1931 intentaron crear un tercer bloque con esos países del oriente europeo. El problema
es que ellos contaban con la ayuda de Francia para defenderlos, al menos de
Alemania, pero los franceses nunca estuvieron a la altur4a de las
circunstancias o prefirieron ver sucumbir a Polonia, a causa de otros intereses
o, quizás, porque no les había gustado nada que pactaran con los rusos y los
alemanes. No olvidemos que, a pesar de que, al empezar la II GM, los franceses
declararon la guerra a Alemania, no movieron un dedo para defender a Polonia.
El
Gobierno polaco pretendió tener sujetos todos los hilos, pues como Pilsudski
vio claramente que Francia no iba a estar dispuesta a defenderlos, pues inició una
política secreta respecto a Alemania. Realmente, todo el mundo quería llevarse
bien con Alemania, porque era un gran mercado para sus productos, pero no
querían reconocerlo ante los demás países.
Como
ya dije en la anterior entrada, a la muerte de Pilsudski, Beck quedó como
hombre fuerte del Gobierno.
Con
motivo de la invasión de Checoslovaquia a Hitler le quedó bien claro de que los
aliados franco-británicos no tenían intención de atacarle, así que quedó en
segundo plano su amistad con Polonia.
Incluso,
Polonia se apuntó en este caso al carro del triunfador, al igual que Hungría y
ambas pudieron rapiñar en provecho propio, ciertos territorios checos que
siempre habían reivindicado como suyos. Esto no gustó absolutamente nada a los
aliados.
Ahora,
el nuevo objetivo de la política expansiva de Hitler era ewl famoso enclave de
Danzig, el cual se encontraba rodeado por Polonia, menos por el mar.
Aunque
Beck tuvo que reconocer a finales de 1938 que la situación con Alemania no iba
nada bien, a causa de ese territorio, él confió en mejorarla muy pronto.
Sin
embargo, los alemanes siguieron exigiendo la vuelta de Danzig a su país, por existir
allí una potente colonia alemana.
En
marzo del 39 los alemanes ocuparon el resto de Checoslovaquia y les quitaron el
territorio de Memel que habían ocupado anteriormente los polacos. No obstante,
les dejaron ocupar la Rutenia, junto a los húngaros, en marzo de 1939.
Como
en la reunión del 31/03/1939 Ribbentrop le exigió a Beck la solución inmediata
al problema de Danzig, mediante la entrega de ese territorio a Alemania, Beck
se negó en redondo y rechazó admitir ningún ultimátum.
Supongo
que los polacos pidieron ayuda a los aliados, pues el mismo día el premier
Chamberlain pronunció un discurso en el parlamento británico, informando de que
su Gobierno había dado garantías a Polonia de defenderles en caso de un ataque
alemán. Unos días más tarde, firmaron un acuerdo con el Reino Unido para defenderlos
de los alemanes.
Parece
ser que recibió una llamada del Gobierno soviético, para que dejara pasar a sus
tropas a través de Polonia para defender ese país en caso de ataque alemán. Él se
negó alegando que, si los rusos entraban, ya no querrían irse.
A
pesar de las ayudas prometidas a Polonia por parte de los aliados, jamás les
enviaron ni ayuda militar ni económica, en todo el año 1939.
Los
aliados habían optado por un acercamiento a la URSS para parar a Hitler. Sin embargo,
Beck no quiso seguir ese camino a causa de sus ideas nacionalistas y anticomunistas.
La
noticia del pacto germano soviético, en agosto de 1939, no hizo más que
confirmar sus sospechas sobre los rusos.
El
problema es que Polonia ya no tenía ningún aliado útil para defenderla. Los franco-británicos
no habían hecho otra cosa que hacer declaraciones a su favor. Lituania optó por
la neutralidad. Los rusos se acababan de aliar con Alemania, que era lo peor
que les podía pasar a los polacos. Rumanía no le parecía muy fiable. Eslovaquia
había cedido su territorio a los alemanes. Sólo Hungría negó a los alemanes el
paso por su país y el uso de sus ferrocarriles.
Sobre
el papel, Polonia tenía un ejército muy importante, lo que ocurrió es que
hubiera necesitado más tiempo para movilizarse, además de que se empeñaron en
defender las dos fronteras a la vez, sin ceder territorios y concentrarse en el
centro del país, como les indicaron sus asesores franceses. Eso hizo que las
líneas polacas fueran un coladero para los alemanes.
La
verdad es que eso de que atacaron con caballos a los tanques alemanes es falso,
porque ni los alemanes tenían tantos tanques, sin embargo, los polacos hicieron
una buena escabechina entre los soldados que acompañaban a los tanques.
Aparte
de ello, las unidades de caballería también desplazaban cañones de pequeño
calibre los cuales consiguieron hacer muchas bajas entre los alemanes. De hecho,
el Estado Mayor alemán tuvo que cambiar sus planes sobre la marcha a causa de
un número mayor de pérdidas de las que habían previsto.
También
consiguieron atraer a los blindados a las ciudades, donde, en sus estrechas
calles, los tanques no podían mover sus cañones y eran fácil presa de los
polacos.
Aunque
había empezado ya la II GM, Beck siguió confiando en unos bombardeos masivos
por parte de los aliados sobre Alemania, para descargar la presión sobre
Polonia, pero esto nunca se produjo.
Muchos
oficiales polacos consiguieron huir a Hungría y Rumania. En este último país
murió Beck, según parece, a causa de una tuberculosis.
Parece
ser que el Reino Unido había apostado por la entrada de la URSS en Polonia, a
fin de defenderla de los nazis y quedó muy decepcionado por la negativa de
Beck.
Todavía
muchos autores discuten el papel de Beck en estas negociaciones prebélicas. Por
un lado se dice que no tenía que haber abandonado la tradicional alianza de
Polonia con los aliados, acercándose a los nazis desde una postura como si
Polonia fuera una potencia militar. Ya hemos visto que su política de equilibrio
entre los nazis y los rusos fue un fracaso.
Por
otra parte, se le recuerda como un valiente al no aceptar de ningún modo las
exigencias de Hitler, algo que no había hecho ningún dirigente político hasta
el momento, ni siquiera británico.
Para
él era mejor conservar el honor que la
paz a cualquier precio.
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