domingo, 24 de noviembre de 2024

LA CURIOSA HISTORIA DEL DESTRUCTOR USS STEWART

 

No hace mucho, estuve leyendo un artículo sobre esta nave y me llamaron mucho la atención las peripecias sufridas por sus tripulantes.

Es muy posible que escriba aquí cosas incorrectas sobre términos navales, porque he de reconocer que entiendo poco sobre ese tema. Como nos suele ocurrir a la mayoría de los que somos de tierra adentro.

Para empezar, es preciso decir que este barco llevaba el nombre del contralmirante Charles Stewart, un famoso marino militar USA, que luchó en varias guerras, como la que mantuvieron contra los piratas berberiscos del norte de África o la guerra de 1812, en la que fueron derrotados por el Reino Unido.

Precisamente, ya dediqué uno de mis artículos a esa guerra, donde los británicos llegaron hasta Washington DC y hasta le prendieron fuego a la Casa Blanca. Obviamente, eso no aparece en las películas realizadas en USA.

Volviendo a este barco, fue uno de los muchos destructores, cuya construcción fue ordenada por el Gobierno USA a fin de luchar contra los submarinos alemanes en la I Guerra Mundial. Sin embargo, no llegó a tiempo de entrar en combate, porque fue botado en 1920.

Era un destructor que medía 95 m de largo o eslora, con una manga de casi 10 m y un calado de 3 m. desplazando unas 1.300 Tm a plena carga. Tenía 4 chimeneas y 4 calderas, que movían 2 hélices. Su velocidad era de unos 35 nudos y su autonomía de unas 2.500 millas náuticas, que son unos 4.600 km.

Su armamento consistía en 4 cañones de 102 mm y sólo un cañón antiaéreo de 76mm. Se ve que todavía no se había desarrollado la guerra aérea. También poseía 12 tubos para lanzar torpedos.

Su tripulación consistía en 7 oficiales y 124 marineros. Siendo uno de los destructores pertenecientes a la clase Clemson, construidos en un astillero de Filadelfia.

En un principio, fue destinado a la flota de destructores, que operaban en el Atlántico, hasta que, en 1922, junto con otras naves de la misma clase, fueron destinados a Filipinas.

Al siguiente año, se le ordenó que se dirigiera a Japón para ayudar en las labores de rescate de las víctimas del terremoto sufrido en Kanto.

Entre los años 1924 y 1928 tuvo que participar en las operaciones contra los disturbios ocurridos contra los extranjeros en China. Más o menos, lo que se puede ver en la famosa película El Yang-Tsé en llamas, dirigida por Robert Wise en 1966 y protagonizada por el célebre actor Steve McQueen.

En 1937, tras comenzar la guerra entre China y Japón, se le ordenó que permaneciera en el puerto de Shanghai para ayudar a los ciudadanos USA, que residían en esa zona.

A partir de 1940, tras ser reparado en el astillero de Cavite, se le encomendó la labor de patrullar las aguas de Filipinas.

A finales de noviembre de 1941, como ya se intuía que Japón podría bombardear las naves USA, el jefe de la flota de Asia les dio la orden de que se dispersaran por varios puertos para no ser alcanzados todos en el mismo sitio. Curiosamente, fue lo que, poco después, les ocurrió a los barcos, que se hallaban en Pearl Harbor. Por ello, el Stewart se dirigió a un puerto en la isla de Borneo. Por entonces, una colonia holandesa.

Tras la entrada de USA en la II Guerra Mundial, su papel fue el de escoltar a los convoyes, que se dirigían desde Filipinas hasta la isla de Java y Australia.

En enero de 1942 tuvo su bautismo de fuego, al tener que enfrentarse a unas naves japonesas en el Estrecho de Makassar, situado entre Borneo y la isla de Sulawesi.

Posteriormente, fue incorporado a una flota, que se encargó de hostigar a los japoneses, en su avance hacia el norte de Sumatra.

En febrero de 1942 participó en la batalla en el Estrecho de Badung, situado entre las islas de Bali y Nusa Penida, en Indonesia.

Allí, aunque fue gravemente dañado, consiguió llegar hasta el astillero más cercano para ser reparado, el cual estaba situado en la ciudad de Surabaya, en la isla de Java.

Parece ser que, tras haberlo colocado en dique seco, el puerto sufrió un bombardeo por parte de la aviación japonesa. Lo cual hizo que sufriera más daños.

Así que, como vieron que era imposible de reparar, decidieron destruirlo.

Por tanto, el barco quedó hundido en ese puerto y la tripulación fue evacuada, antes de caer en manos de los japoneses, que ya estaban muy cerca. Incluso, fue dado de baja en la lista de naves de la Armada USA y su nombre fue dado a otro destructor de escolta.

Sin embargo, al año siguiente, varios pilotos USA, que volaban en aviones de reconocimiento, informaron, muy extrañados, haber visto un barco USA en una zona dominada por los japoneses.

Por lo visto, los japoneses consiguieron reflotar y reparar el USS Stewart, convertirlo en el Patrullero nº 102 de su Armada Imperial y asignarle una tripulación japonesa.

Curiosamente, en agosto de 1944, el Patrullero 102, junto a un buque de escolta avistaron al submarino USA Harder, el cual había logrado una merecida fama de ser muy eficaz en el hundimiento de barcos japoneses.

Este submarino se hallaba junto a otra nave de ese tipo, llamada Hake.

Sin embargo, aunque se sumergió para no ser visto, ello no le sirvió de nada, porque los japoneses lo habían localizado y le lanzaron varias cargas de profundidad.

Ello dio lugar a que el Harder fuera alcanzado por esas cargas y pereciera toda su tripulación. Más tarde, el Hake revisó toda esa zona, cercana a la isla filipina de Luzón, pero no encontró ningún superviviente.

En noviembre de 1944, el Patrullero 102, fue llevado a realizar algunas reparaciones en el astillero japonés de Kure. Esta vez, sí que le colocaron una mayor cantidad de baterías antiaéreas. Sin embargo, no le sirvió de mucho, porque, en abril de 1945, la flota con la que navegaba fue muy castigada por la aviación USA, cerca de la península de Corea.

Así que fue llevado para nuevas reparaciones en el astillero de Kure y allí fue donde se lo encontraron, las tropas USA, al final de la guerra.

Por ello, la Armada USA le dio un recibimiento como si se tratase de un marino, que hubiera sido salvado de su cautiverio.

Así que se le efectuaron ciertas reparaciones y se le ordenó a su capitán que se dirigiera al puerto de San Francisco.
Sin embargo, parece ser que el barco no debía de estar en muy buenas condiciones, pues sus motores fallaron y tuvo que ser remolcado por un buque que le escoltaba. De esa forma, consiguieron llegar a ese puerto en marzo de 1946.

Supongo que el Almirantazgo USA no sabría que hacer con él, porque estaba muy dañado. Aparte de que, al final de la guerra, lo que sobraban eran barcos. Así que tomaron la decisión de darle definitivamente de baja bajo el nombre de DD-224.

A finales de mayo de 1946, se dio la orden de hundirlo frente a la costa de San Francisco.
En esa operación participaron 5 cazas de la Armada, los cuales le ametrallaron y le dispararon varios misiles. Aún así, el barco se resistió a hundirse. El único que lo consiguió fue un barco cazasubmarinos, después de dispararle varias andanadas, durante más de 2 horas.

Sin embargo, ahora viene la sorpresa. En agosto de este año, cuando unos investigadores estaban revisando esa zona con sus drones submarinos, se dieron de frente con este barco, que se hallaba en posición vertical y a unos 1.000 m de profundidad. Sin embargo, lo hallaron casi intacto.

No queda ahí la cosa. Volviendo al submarino Harder, resulta que fue hallado por otro equipo de investigadores, en mayo de este mismo año, en el fondo del mar, cerca de la isla de Luzón.

También se encuentra a unos 1.100 m de profundidad, en posición vertical y está casi intacto, salvo que se le aprecia un fuerte impacto en el lado de babor, detrás de lo que los submarinistas llaman la vela. O sea, esa torreta que tienen los submarinos.

En fin, una historia que me ha llamado mucho la atención. Así que espero que también os haya gustado.

 

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