miércoles, 10 de abril de 2019

EL CASI DESCONOCIDO GRUPO PONZÁN


Muchas veces, cuando se relata un episodio histórico, casi siempre caemos en la mala costumbre de narrar sólo los acontecimientos más visibles y obviar a los personajes que hicieron todo lo posible para que se produjeran.
Precisamente, anteayer, estuve en una conferencia, donde el orador intentaba explicar los acontecimientos relativos a la famosa batalla de Las Navas de Tolosa, pero sólo habló de los reyes que acudieron a ella. Sin embargo, no citó a un personaje muy importante que logró que esos monarcas se pusieran de acuerdo y acudieran juntos a enfrentarse a los almohades. Me refiero al Papa Inocencio III, al que, hace varios años, ya dediqué otro de mis artículos.
Volviendo al tema de hoy, porque no quiero dispersarme, como me ocurre habitualmente, y eso hace que se alarguen demasiado mis artículos, voy a citar a un personaje del que casi nunca se habla, cuando se narra la Guerra Civil española.
Se trata de Francisco Ponzán Vidal. Nuestro personaje nació en 1911, en Oviedo. Hijo de un ferroviario aragonés, que había sido destinado a esa ciudad.
Poco después, vuelven a Huesca, de donde era originaria su familia. Allí comienza sus estudios en un colegio religioso. Más tarde, los continuará en el Colegio Urzola. Un establecimiento de prestigio en esa ciudad. No sé si, por entonces, seguiría organizando aquel grupo de instrucción premilitar llamado el Batallón Infantil Oscense, tal y como indican varios autores.
Más tarde, a la vez que trabajaba en una librería, Ponzán, se matriculó en la Escuela de Magisterio de su ciudad. Allí conoció a un catedrático de Dibujo, llamado Ramón Acín, afiliado al sindicato anarquista CNT. Parece ser que fue quien más le influyó para que adoptara esa ideología.
Por lo visto, Acín, fue un personaje muy querido entre sus alumnos y varios de ellos siguieron su camino dentro de la CNT.
Antes de terminar sus estudios, Ponzán, ya había organizado y dirigía un Ateneo Cultural Libertario.
Incluso, en 1930, fue detenido, durante unos pocos días, mientras investigaban si había tenido relación con la sublevación de la guarnición militar de Jaca. Este acontecimiento tuvo lugar en 1930 y sirvió como precedente para la proclamación de la II República. La cual, tuvo lugar al año siguiente.

Afortunadamente, pocos días después, Ponzán, fue puesto en libertad. Mientras que Ancín, que sí había tenido relación con esa sublevación, tuvo que huir y exiliarse en Francia, hasta el año siguiente.
Durante unos años, Ponzán, ejerció como maestro en el pueblo de Ipas, cercano a Jaca, adonde llegó con sólo 18 años. Allí escribió en la prensa libertaria y apoyó las reivindicaciones de los obreros, participando en la huelga general de 1933, por lo que fue detenido en diversas ocasiones.
Por fin, en 1933, aprobó las oposiciones a Magisterio y fue destinado a una localidad de la provincia de Orense, pasando luego por otras, todas ellas en Galicia.
En 1936, con el triunfo electoral del Frente Popular, se implicó aún más en sus actividades sindicales, uniéndose a otros líderes anarquistas con el fin dar charlas para aumentar la afiliación de los obreros en Galicia.
Con la llegada del golpe militar del 18/07/1936, que le pilló de vacaciones en Huesca, no consiguieron convencer al gobernador civil para que repartiera armas a la población. No obstante, los sublevados, fueron más rápidos y consiguieron hacerse con el control de la misma. Así que no les quedó otra que huir.
Sin embargo, Ramón Acín, no tuvo esa suerte. Se escondió, pero al enterarse de que estaban torturando a su mujer, se entregó y fue fusilado. Pocos días después, ella correría la misma suerte, como se suele decir. Aunque yo la llamaría la misma desgracia.
Curiosamente, Ramón Ancín, fue uno de los que financiaron, mediante un sorteo de lotería, el rodaje de la famosa película” Las Hurdes, tierra sin pan”, de su gran amigo, el director de cine Luis Buñuel.
Ponzán, tras su exitosa huida de Huesca, fue nombrado consejero de Transportes y Comunicaciones en el Consejo de Defensa de Aragón, cuya sede estaba en Caspe.
En mayo de 1937, estalló el conflicto entre los dos bandos, que llevaban mucho tiempo enfrentados. Por un lado, estaban la CNT y el POUM. Por el otro, el PCE y el Gobierno de la Generalitat. Como es lógico, Ponzán, tomó partido por la CNT y participó en las luchas callejeras. Fue detenido y cuando ya lo llevaban a fusilar, afortunadamente, apareció un grupo de anarquistas que consiguió liberarle. Los líderes de la CNT aconsejaron dejar la revolución y centrarse en ganar la guerra. Tal y como defendía el PCE. Con esto, terminaron las luchas entre ambos grupos.
Poco después, los comunistas, también consiguieron disolver el Consejo de Aragón. Así que Ponzán se vio obligado de nuevo a huir e ingresó en la 127 Brigada Mixta.
Allí formó parte de una unidad llamada Grupo Libertador, dependiente de los servicios de Información del X Cuerpo de Ejército y del SIEP (Servicio de Información Periférica). Su misión era infiltrarse tras las líneas enemigas, realizar sabotajes y conseguir información de todo tipo.
Cuando ya se veía venir la derrota republicana, esas tropas cruzaron la frontera con Francia a mediados de febrero. No entregaron su armamento, sino que lo escondieron en una zona boscosa, cercana a Andorra, por si lo tuvieran que usar más adelante.
Como les ocurrió a muchos miles de exiliados republicanos, tras su entrada en Francia, Ponzán, fue encerrado en un campo de concentración, donde vivió en unas condiciones muy penosas.
Afortunadamente, en septiembre, consiguió recuperar su libertad. Pasó a formar parte de una red que se dedicaba a ayudar a los prisioneros republicanos a escapar de los campos de concentración franquistas. También realizaron algunos atentados en Barcelona.
A partir de 1940, tomó contacto con el Servicio de Inteligencia británico. Él les aportaba todo tipo de datos acerca de los líderes franquistas y también sobre los nazis residentes en España, mientras que los británicos le suministraban los fondos para realizar ese trabajo.
Incluso, el grupo de Ponzán, se dedicó a difundir, por encargo de los británicos, propaganda de todo tipo, por toda la Península, a fin de que España no entrara en la II Guerra Mundial.
Tas la invasión de Francia, tomó contacto con los servicios de Información belgas y franceses. Más tarde, también con otra red británica, llamada Pat O’Leary. Esa red fue creada por el capitán británico Ian Garrow, miembro del SOE (Special Operations Executive).
Esta vez, se dedicaron a pasar documentos, material y todo tipo de personas. Como judíos, pilotos aliados derribados, miembros de la Resistencia buscados por la Gestapo, franceses que querían combatir dentro del Ejército de la Francia libre, etc.
Sus rutas habituales fueron, viniendo desde la frontera francesa, atravesaban la Península, vía Logroño y Salamanca, para entrar en Portugal. Otra ruta fue desde Francia ir hasta Madrid y de allí, vía Córdoba y Sevilla, llegar hasta Gibraltar.
Parece ser que solían atravesar por una zona fronteriza con España a través de Perpiñán, ya que en la cercana Cataluña tenían muchos contactos, pues allí siempre habían abundado los afiliados a la CNT.
También existió otra ruta. Por vía marítima, navegando desde Francia hasta los puertos de Barcelona o Valencia y desde allí llegar hasta Portugal. En el caso de los llegados a Barcelona, lo hacían vía Madrid y, para los llegados desde Valencia, su ruta era a través de Puertollano y Badajoz.
Ciertamente, la red fue muy eficaz, pues, desde 1940 hasta el final de la guerra, consiguió sacar de Francia a unas 2.500 personas.
A primera vista, podría parecer una labor muy sencilla. Sin embargo, siempre estuvieron en el punto de mira de la Gestapo, la OVRA italiana y la policía del régimen de Vichy.
De hecho, los invasores alemanes advirtieron que todo el que colaborara con esas redes sería castigado con la pena de muerte. Se cree que esta red fue la más importante de toda la guerra.
Evidentemente, disponían de un buen número de “pasadores”, que se dedicaban a trabajar como guías para que esta gente pudiera pasar la frontera con seguridad. No voy a detallar sus nombres, para no alargar demasiado este artículo.
Aparte de ello, disponían de una buena logística. Es de destacar que tenían una imprenta en Lyon desde donde falsificaban cualquier documento. Un laboratorio fotográfico propio y hasta un sastre que, en muy poco tiempo, podía confeccionar cualquier tipo de uniforme o ropa de civil.
Desgraciadamente, muchos de los integrantes de este grupo fueron detenidos. Algunos, incluso, fueron fusilados. Se cree que la Gestapo consiguió infiltrar en el grupo a algunos colaboracionistas franceses, que, posiblemente, fueron los que los delataron.
Normalmente, cuando eran detenidos por los franceses, como tenían muchos contactos con la Inteligencia francesa, solían ser liberados en poco tiempo.
Ponzán fue detenido varias veces, pero solía ser liberado muy pronto. Desgraciadamente, en abril de 1943, fue detenido por los franceses. Así que todo el mundo esperaba su pronta liberación. Sin embargo, esta vez fue localizado por la Gestapo.
Parece ser que la orden de entrega a la Gestapo la firmó el intendente general de la Policía francesa, el cual sería también fusilado en la posguerra.
En agosto de 1944, pocos días antes de la liberación de Toulouse, fue sacado de la prisión en un grupo de unos 50 presos. Custodiado por soldados alemanes, fueron subidos a unos camiones y, a pocos kilómetros de esa ciudad, junto a un bosque, fueron obligados a apearse de los vehículos, siendo asesinados vilmente. Posteriormente, sus cuerpos fueron rociados de gasolina y quemados. Tras su muerte, fue condecorado no sólo por Francia, sino también por el Reino Unido y USA.
Desgraciadamente. También fueron capturados otros miembros de su grupo, como el sastre Ullmann o el matrimonio Mongelard. Ambos desparecieron a manos de la Gestapo.
Incluso, el mismo André Guerisse, sucesor de Ian Garrow, en la jefatura de la red británica Pat O´Leary, fue detenido en
Toulouse. Algunos autores afirman que ocurrió a causa de una delación de Roger Le Neveu.
Hasta llegaron a arrestar a una hermana de nuestro personaje, llamada Pilar, que también pertenecía a su red.
Parece ser que Pilar se empeñó en fotografiar a todos a los que habían ayudado a cruzar la frontera para estar a salvo. Incluso, una vez llegaron a salvar a un general británico.
Según decía, pretendía usarlo como una prueba para obligar a los aliados a combatir contra Franco. Los alemanes nunca pudieron obtener ese archivo. Sin embargo, como todos sabemos, los aliados, nunca lucharon contra Franco. Afortunadamente, Pilar, consiguió sobrevivir a las dos guerras.
Las cenizas de nuestro personaje de hoy fueron depositadas en un mausoleo en Buzet, localidad cercana a donde fue asesinado.
En su tumba, hay instalada una placa, donde se puede leer:
“A nuestro hermano Francisco Ponzán Vidal, exiliado político español, Gran resistente muerto por Francia EL 17/08/1944 a la edad de 33 años”.

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